Por Cecilia Valenzuela
Hace dos años, durante la campaña municipal, los mismos que ahora defienden el No decían que Susana Villarán, siendo izquierdosa, no tenía filiación política; y que votar por ella era, sobre todo, votar por una Tía Bacán.
Dos años después, Villarán tiene poco que mostrarles a sus electores, pero sus aliados políticos, en cambio, Patria Roja y Tierra y Libertad, sí han avanzado en sus posiciones. No en vano comparten el poder de manejar la ciudad capital, con todos los contactos internacionales que ello implica.
Tierra y Libertad, por ejemplo, ha logrado concretar su liderazgo antiminero en Cajamarca, Lambayeque, Moquegua, Arequipa y Cusco. Un partido que nació de una ONG - la Grufides del cura Marco Arana creada para oponerse a la minería en Cajamarca- y que está integrado por directores de otras ONG, está ahora, en solo dos años, tan posicionado como Patria Roja, el otro aliado de Susana Villarán, aunque a este último le haya tomado más tiempo copar el magisterio nacional.
El sociólogo Juan Vilela, miembro de la comisión política nacional de Tierra y Libertad, lidera el Comando Unitario de Lucha de Lambayeque, y en los últimos seis meses ha logrado soliviantar a las organizaciones sindicales, a los pobladores de los pueblos jóvenes, a los usuarios de riego, a los campesinos, a los trabajadores azucareros y a los maestros de la región contra el proyecto Cañariaco. Bajo el slogan “en Cajamarca, Conga no va, en Lambayeque, Cañariaco, tampoco va” el partido aliado a la alcaldesa de Lima avanza en sus propósitos, sin importarle llevar en su alerón a emerretistas convictos y confesos.
En el Cusco, Oscar Mollohuanca, otro de sus dirigentes de Tierra y Libertad, está siempre listo a impedir la ampliación Tintaya-Antapaccay. Lea usted en la página de su partido ( http://bit.ly/XSVQWC ) cómo boicotean ante la población el trabajo de las instituciones científicas del Estado, acusando a la empresa de “…criar otras vacas pero con pastos y agua traídos de otro lugar, para que cada pasantía de ministros, autoridades, vieran que en Espinar, la minería podía convivir con la agricultura y la ganadería”.
Pero los esfuerzos de Tierra y Libertad contra la inversión en el país no se reducen a la actividad minera: Mollohuanca acaba de retroceder en los acuerdos para que prospere el proyecto agroindustrial Majes Siguas II lo que va a desatar serias protestas en Arequipa; donde, por cierto, otro dirigente de ese partido, Pepe Julio Gutiérrez, no contento con bloquear, desde el Valle del Tambo el proyecto Tía María, trabaja ahora para impedir Quellaveco, a pesar del acuerdo modelo, celebrado entre la minera, el gobierno regional y el pueblo moqueguano.
Los que defienden la inocencia política de Villarán tapan, intencionalmente, los motivos de las organizaciones que la aúpan. En nombre de Tintaya-Antapaccay, Tía María, Quellaveco, Conga y Cañariaco, vale la pena preguntarse si los trabajadores mineros del Perú y la Sociedad Nacional de Minería están de acuerdo con el No propuesto por la CONFIEP a favor de la alcaldesa de Lima.
LAS MENTIRAS Y SUS PATAS DE PALO
Los activistas de Tierra y Libertad hicieron una campaña internacional contra el Perú después del Baguazo. Mintieron afirmando que la Policía había masacrado a más de 300 nativos, cuando fueron 24 policías los que resultaron muertos.
DIME CON QUIEN ANDAS…
Susana Villarán se hermanó con ellos en las municipales del 2010 y en las presidenciales del 2011. Desde Lima, Marisa Glave y tres regidores más fortalecen al partido del cura Arana, quien afirma que el Perú no debe crecer más allá del 2%.
Publicado el 30 de Enero en El Comercio
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