Cuán interesante sería si pudiéramos revocar, junto a la alcaldesa Susana Villarán y sus regidores, a los mermeleros de la prensa acaviarada que están al servicio de la incapacidad municipal, y emplean sus columnas y programas para hacer campaña a favor de Villarán. Uno de los más destacados representantes de esta prensa basura que prostituye el periodismo es Augusto Alvarez Rodrich, compañero de ruta de la inefable Rosa María Palacios, dueña y señora de la verdad absoluta. Ambos son parte de la aplanadora villaranista que desde Radio Capital, junto a Juan Carlos Tafur y Carlos Carlín hacen campaña diaria en contra de la revocatoria.
Un periodista decente se limita a informar con objetividad todo lo que ocurre, sin ocultar ni tergiversar los hechos. Pero esta prensa basura villaranista se dedica en cada columna y programa a mentir y a levantar los mitos infames en que se basa la campaña antirevocatoria. Son parte del mito los fideos que los revocadores regalaban a cambio de firmas, algo que RMP repite hasta el hartazgo. Sería muy fácil para una verdadera periodista descubrir que todo un millón de firmas se obtuvieron a cambio de fideos. ¿Cuál pudo ser la fábrica beneficiada con la repentina venta de un millón de bolsas de fideos? Habría un desbalance muy notable en la producción y en el mercado con tan abultada salida. Pero no hay nada de eso porque todo es parte de la campaña infame de mentiras y mitos que se repiten y se repiten a diario. No hay campaña en la que los candidatos no hagan obsequios de algún tipo. Recuerdo que el hoy alcalde de La Molina Juan Carlos Zurek regalaba personalmente chupetes de helado. ¿Alguien le hizo escándalo por eso?
Por su parte AAR es un maestro en la repetición de la misma columna maquillada con un cambio de lugar de párrafos e ideas para dar la sensación de que se trata de un nuevo artículo. Pero no. Son las mismas trilladas frases repetidas una y otra vez en todas sus columnas y las cuales comparte con su coleguita de marras RMP. Leer por ejemplo que detrás de la revocatoria están Castañeda y Alan García ya debe provocarle urticaria al pobre lector. Sin mencionar que la lógica es tan pobre que ni un niño se cree la historia de que toda la revocatoria obedece al apuro de Castañeda por volver a la alcaldía. Algo tan ridículo que hasta resulta indigno de quien tiene un doctorado en Harvard. ¡Deberían quitárselo!
Sostener que la revocatoria no tiene justificación es otro de los mitos levantados por esta parejita de mermeleros mitómanos. En principio no hay razones legales para una revocatoria. Si a ellos no les parece válido el motivo de los revocadores es su problema. Para nadie es un secreto que el primer año de esta gestión municipal fue un año perdido. Se paralizaron todas las obras y se dedicaron a investigar a Castañeda metiéndose en la campaña electoral a favor de Humala. Lo más grave es que empezaron a engañar a la población con promesas que nunca realizaron, como los famosos seis pabellones nuevos que iban a construir en Santa Anita. ¡Nunca hicieron ni una sola pared! El traslado lo realizaron sobre los cuatro pabellones heredados de Castañeda y a los cuales despreciaban por insuficientes.
Hay una larga lista de falencias en esta gestión que saltaron a la vista muy rápidamente. Sostener, como hace AAR, que se trata de implantar la política de la vendetta, no resiste análisis. A este caballero habría que aclararle la mente y recordarle que la política de la vendetta la implantó la izquierda caviar desde el gobierno transitorio de Paniagua y la gestión etílica de Toledo. La vendetta corrió a cargo de la izquierda pro terruca y anti militarista, de las oeneges de izquierda y de los intelectuales rojimios que gozan del favor de la prensa para seguir sus prédicas de odio y bajas pasiones, como acabamos de ver una vez más con Julio Cotler.
la verdad nomás, la verdad...
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