Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
A partir de lo visto en los recientes debates y presentaciones de los candidatos al Congreso, resulta evidente que no tendremos un Congreso mejor que el anterior. Incluso parece que puede ser mucho peor en cuanto a calidad de personas. Y esto es obvio porque el país sigue siendo el mismo, los electores son los mismos y los partidos son los mismos, incluyendo los llamados "nuevos" partidos que presentan a los mismos políticos de siempre. ¿Qué ha cambiado para que el nuevo Congreso sea mejor? Absolutamente nada.
Cada vez queda más claro que la disolución del Congreso obedeció a intereses subalternos. Fue un acto desesperado para evitar que se cambiara al TC antes de que viera la causa de Keiko Fujimori. La reacción apresurada del Ejecutivo al ver que el Congreso se aprestaba a elegir a los nuevos miembros del TC puso en evidencia cuál era su verdadero interés. Pero también es cierto que Vizcarra venía ya buscando excusas para cerrar el Congreso al presentar mociones de confianza a tontas y locas. Su enfrentamiento con el Congreso fue su única estrategia para ganarse a las calles.
Son falsos pues esos cuentos del "Congreso obstruccionista" pues se demostró que no obstruyó ni un solo proyecto del Ejecutivo, salvo el absurdo adelanto de elecciones que Vizcarra planteó de manera majadera y sin consulta previa en su discurso de Fiestas Patrias, rememorando viejas épocas en que los mensajes presidenciales de 28 de julio estaban llenos de sorpresas que remecían a la nación. Lo de Vizcarra siempre fue la búsqueda del show con efecto mediático, utilizando al Congreso como su piñata para el regocijo de las masas embrutecidas por la prensa.
La disolución del Congreso fue un acto inconstitucional, como lo han advertido diversos y muy serios constitucionalistas de variadas tendencias. Ya pronto se verá en el TC el veredicto final sobre esta felonía perpetrada por Vizcarra, de quien sí podemos decir que es el peor gobierno de los últimos 20 años. Su famoso "gabinete paritario" es el peor que se recuerde en cuanto a calidad de personas. Tan malo es que sus ministros han tenido que renunciar solos sin que haya Congreso que los censure. Y aun así quedan personajes impresentables que dan vergüenza en sus expresiones y que han tenido que ser desautorizados por el premier o el propio presidente.
En resumen podemos decir que se le ha hecho perder al país dos años y 300 millones de soles en vano. Solo para defender al TC que le conviene a la mafia caviar. La campaña muestra el descaro de personajes que luego de votar por la no reelección de congresistas y pedir el cierre del Congreso, hoy vuelven a postular con total desparpajo cobijados en nuevos vientres de alquiler. Esperemos que el electarado no elija a esos impresentables trepadores y comodines. Al menos queda claro quiénes son los que irán a blindar al gobierno golpista y defender a los fiscales de la mafia IDL-Odebrecht.