domingo, 31 de enero de 2016

Una campaña aburrida


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Esta es la campaña presidencial más aburrida de todos los tiempos. Y es que esta vez el modelo económico no está en riesgo como en otras ocasiones. Habría que recordar el terror que se apoderó de la nación con el regreso de Alan García en el 2001, todavía con el olor del peor presidente de la historia, causante de la mayor debacle nacional desde la guerra con Chile. Solo por eso tuvimos que votar por el impresentable Alejandro Toledo. 

En la campaña del 2006 se repitió la historia con la aparición del chavista Ollanta Humala, incluso con la intromisión del mismo Hugo Chávez en persona, atacando a Alan García como "ladrón de siete suelas" y defendiendo a su peón Ollanta Humala. Desgraciadamente en esta ocasión tuvimos que votar por Alan García, quien juró haber aprendido la lección, aunque seguía combatiendo el TLC con EEUU que prometió eliminar y no lo hizo. 

En el 2011 tuvimos- sin ninguna duda- la campaña más asquerosa de toda la historia republicana con el cargamontón antifujimorista contra Keiko. La pestilencia de esa campaña fue tal que prefirieron endiosar en el poder a un trepador sin oficio como Ollanta Humala. Hasta Mario Vargas Llosa se sumó a la campaña antifujimorista, junto con el lupanar de progres pulpines reclutados por las ONGs marxistas que organizaron corsos y colectivos.

Pero en esta ocasión las aguas están más calmas. Si no fuera por el escándalo desatado alrededor del plagiario César Acuña y sus títulos falsos, la campaña caería en la modorra porque hasta el antifujimorismo ha decaído. Claro que nunca faltan los enfermos mentales del antifujimorismo, que ya es una patología mental en el Perú, y siguen con su obsesión enfermiza hablando del gobierno de los 90, persisten en sus condenas y memorias, y atormentan al ciudadano con el estúpido refrito delirante de que Keiko no ha deslindado con su padre,  no ha condenado el pasado, no ha calificado de tal o cual forma el gobierno de los 90, etc. Esa cantaleta repetitiva es parte de lo que aburre en esta campaña.

Estamos ya en pleno 2016 pero la cofradía de obsesionados con los 90 siguen combatiendo a Keiko sacando asuntos del gobierno de su padre, como las esterilizaciones forzadas. En el colmo de la bajeza le restriegan que no defendió a su madre, vuelven a sacar por cuchucienta vez la financiación de sus estudios (tantas veces investigados y aclarados) le sacan cosas burdas al marido, etc. Realmente debe ser agotador para Keiko tener que enfrentar toda esa miseria. La prensa de izquierda no habla más que de los años 90 reavivando mitos. Ya no tienen nada original que mostrar. Todo es una cansada repetición de lo mismo. El pueblo está aburrido de eso y solo los muy fanáticos siguen la corriente. En realidad ya es un oficio de izquierda rajar de Fujimori. Hay gente que no hace otra cosa que rajar de Fujimori. Ya deberían fundar su iglesia antifujimorista.

Si quisieran confrontar a Keiko, deberían hacerlo por su ambigüedad en el presente, por sus idas y venidas en el apoyo a reformas y leyes de este gobierno, por sus planteamientos estatistas y su apoyo a los programas sociales, por su falta de coherencia ideológica, etc. Hay muchas cosas más importantes del presente por las que se pueden criticar en Keiko antes que por la experiencia de los años 90 con las que ella nada tuvo que ver. Pero la mediocridad de la prensa peruana es patética. Solo piensan en el cargamontón antifujimorista con refritos y mitos. El pasquín progresista La República le ha dedicado varias portadas a las torturas de Susana Higuchi como si acabaran de ocurrir ayer. Y lo hacen para criticar a Keiko. ¿Se puede ser más imbécil en el periodismo político?

Más allá de estos detalles secundarios y lamentables, esta campaña languidece en la mediocridad más absoluta de ideas. Nadie plantea nada importante. Todos apuntan a más programas sociales y a más estatismo. La reforma del Estado brilla por su ausencia. De Alan García solo cabe esperar más de lo mismo: más ministerios. César Acuña ya debería renunciar y desaparecer para siempre de la política. PPK, siendo el más audaz, se muestra temeroso de ofrecer más reformas. El baby saurio Julio Guzmán navega en la más absoluta incoherencia ideológica. Es un comodín que ajusta su discurso a la situación, por lo que no le importa decir una cosa hoy y otra mañana. Ha apostado todo a su eslogan de campaña "la gente ya está cansada de lo mismo" y "yo soy el nuevo". Pero no es más que otro trepador sin ideas claras.

De los demás candidatos mejor ni hablar. Bernechea se cree muy original robándole a Manuel Dammert la idea de renegociar los contratos del gas, que fue también el caballito de batalla de Ollanta Humala, junto con el gas a 12 soles. Eso es todo. Apagamos la luz, cerramos el local y nos vamos. Así como van las cosas, parece que esta vez nada impedirá que Keiko llegue a la presidencia, a pesar de todo. Esperemos la segunda vuelta para confrontarla con sus ideas y planteamientos, porque por ahora los idiotas de la prensa todavía siguen sumidos en los años 90.

viernes, 29 de enero de 2016

Miserias de campaña


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

No creo que a nadie le sorprenda el descubrimiento del fraude de César Acuña. Por lo menos a nadie que tenga el mínimo criterio para juzgar a las personas. Basta verlo gesticular y oir su discurso para darse cuenta de que se trata de un trepador de baja estofa. No tiene el más mínimo nivel intelectual, y solo en un país tercermundista como el Perú podría estar regentando universidades como prostíbulos, y tentando la presidencia con ínfulas de "doctor", cuando ni siquiera sabe leer ni hablar. 

La realidad del Perú nunca termina de sorprendernos. Cuando después de Alejandro Toledo, un borrachín y pendenciero que tiene la mentira como su principal virtud, y tras Ollanta Humala, un cachaquito mediocre sin perspectiva ni talento alguno, creíamos que ya no podíamos caer más bajo, siempre aparece un César Acuña para demostrarnos que al fondo hay sitio y que cualquier mamarracho puede llegar a presidente en este país. 

César Acuña no es el único mediocre que tiene un legítimo título de doctor mediante una tesis copiada. Esta clase de especímenes abundan en nuestro país, donde mandarse hacer una tesis es tan común. Hacer tesis a pedido es toda una industria en el Perú y a nadie la ha importado jamás. Es un poco más costoso que mandarse hacer un diploma en Azángaro pero otorga mayores garantías, ya que el título es legítimo. Que uno de estos farsantes acabe postulando a la presidencia era solo una cuestión de tiempo. De hecho sería un cabal representante de muchos que fungen títulos truchos.

Pero si la indignación que ha recorrido los medios en estos días es real, habría que solicitarle a este farsante que retire su candidatura por decoro elemental. No podemos llegar a ser un país bananero gobernado por un falso doctor que manda hacer sus tesis. Y hoy incluso se sabe que hasta su título de ingeniero es bamba. Se trata de un personaje que tiene más anticuchos que el propio Toledo. Dar el paso siguiente eligiendo a este mamarracho nos llevaría a la categoría de país del cuarto mundo.

El asunto además nos está permitiendo ver en toda su magnitud el inmundo cuchitril de la política nacional, donde los escuderos están a la orden del día para encubrir a este farsante con billetera. Ya no hablamos de los chupamedias de Ollanta, ni de los perritos falderos de Nadine, ni los escuderos de Toledo. Con Acuña se ha abierto una nueva categoría que es la prostitución política, donde reina Anel Townsend con trono y cetro. Esta mujerzuela de la política no tiene ningún rubor para pasar de tienda en tienda prestando sus servicios al mejor postor. ¿Y qué podemos decir del pastor Lay? El predicador de la moral que sigue subido al corso de Acuña y sus hermanos e hijos. 

La banda completa de los Acuña Inc. están más frescos que nunca porque afirman que acá no pasa nada. Virgilio Acuña lo ha dicho como si saludara a una dama: acá todo el mundo copia. De modo que ellos son los auténticos representantes de un país donde la mediocridad académica y el descaro impune priman, con universidades y todo. Lo tenebroso sería que en realidad, al final el Perú se convierta en eso: un país donde el lumpen es capaz de apoderarse del poder porque se llenaron los bolsillos con plata como cancha. Ojalá que la indignación, aunque sea minoritaria, sea capaz de detener a estos miserables. 

El Jurado Nacional de Elecciones tiene las pruebas y evidencias suficientes para sacar a César Acuña de la competencia electoral sin esperar a la Complutense. Estamos ad portas de las elecciones y no podemos correr el riesgo de que toda esta banda de delincuentes legalizados trepe más al poder. Hay que seguir haciendo presión.

martes, 26 de enero de 2016

¿Quién ¿Cuál? ¿Cómo?


Escrito por: Elvis Occ


Hasta hace poco tenía la certeza de saber por quién votar, pero un par de sorprendentes sucesos me hicieron cambiar de opinión. De lo que si estoy seguro es por quienes no votare el 10 de Abril. Tan incómoda situación me llevo a considerar una a una las alternativas más marqueteadas de ese amplio abanico de planchas presidenciales que va desde el más predecible hasta el que desafía toda lógica. Las listas de candidatos al Congreso también destacan por sus ortodoxas extrapolaciones y uno que otro reciclado que más que eso parecen producto de un largo rumiar de excrecencias políticas. Algunos dicen que es lo mismo desde hace mucho tiempo y a juzgar por los resultados también nosotros seguimos siendo los mismos…

Como no estoy en la nómina de ningún candidato, ni espero ser llamado desde el despacho de algún viceministro debido a mi lisonjera pluma, seré veraz. Keiko Fujimori necesita retornar a sus raíces políticas o no ganara en primera vuelta, peor aun metiendo figuras izquierdistas en un partido que se preciaba de despreciarlos. Cesar Acuña, probablemente pase a la segunda vuelta con Keiko, siempre y cuando siga las indicaciones de su asesor Favre y no cometa una burrada monumental que delate su muy modesta educación. Y es que lo que natura no da Salamanca no presta o como diría mi abuela: es un burro cargado de plata, es todo. PPK toco techo y como sigue siendo norteamericano, sigue siendo solo un turista con pretensiones para el votante peruviano.

Alan García ya no es el de otros tiempos. Cada vez sus reflejos son más lentos y salvo que se esté guardando para los últimos 100 metros, no veo como pueda llegar primero. Si en algún momento creyó que la alianza con PPC sumaria votos se equivocaron de cabo a rabo. Sin embargo es la plancha Urresti-Villaran la que se lleva el premio a lo bizarro y hace cierto eso que los extremos se juntan y arrejuntan sin asco alguno. En cuanto a Julio Guzmán ya no se puede negar que las redes sociales lo pusieron en el mapa, aunque a veces no sepa ni donde esta parado o si lo sepa para negarlo mañana. Hace poco brinco a la escena Barnechea y no ha cambiado, sigue siendo un estatista. Muy  ilustrado, pero estatista al fin. La izquierda, pues la izquierda no la chunta y la derecha menos.

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viernes, 22 de enero de 2016

El Estado multiconfesional


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Fuente: El Montonero

La candidata del Frente Amplio, Verónika Mendoza, puso sobre la mesa el tema de la relación entre el Estado y la Iglesia al decir que, de llegar a la presidencia, eliminará los aportes del Estado a la Iglesia Católica. Añadió que debería tratarse a todas las confesiones religiosas por igual, “sin discriminación”. A continuación, el candidato morado, Julio Guzmán, y después Keiko Fujimori, propusieron casi lo mismo: darles dinero del Estado a todas las confesiones religiosas. Esto quiere decir que en vez de avanzar hacia un Estado laico moderno, desligado de la Iglesia, lo que se pretende es crear un Estado multiconfesional. O sea que estaremos peor que antes, lo cual es ya el colmo del ridículo.
No hay nada más funesto que andar prometiendo plata del Estado. Es política barata, populista y demagógica, además de irresponsable. El erario no es la caja chica de los candidatos para que vayan por allí prometiendo plata como cancha para todos. Y mucho menos para financiar actividades privadas, como son las iglesias. ¿Cuál es la razón para que el Estado financie a las iglesias de toda clase, desde los vernaculares hasta los vividores que cobran por la entrada?
También eso de poner a la Iglesia Católica en igualdad con las demás iglesias es un disparate. Diré más: toda postura igualitarista basada en el dogma de la “no discriminación” es absurda. Al progresismo le encanta predicar el igualitarismo y la no discriminación, aunque luego se dediquen a discriminar para crear sectores privilegiados. Es solo otra forma de clasismo. La izquierda discrimina pero al revés. En todo caso, es ridículo colocar a la Iglesia Católica, con todos sus años y su influencia en la cultura peruana (que no me gusta), en el mismo nivel que los demás manicomios de la fe. Hay que discriminar, necesariamente.
Lo mejor sería avanzar hacia un Estado verdaderamente laico, eliminando el fetichismo de sus actos oficiales y liberando a las instituciones tutelares de la patria de su adoración y culto hacia santos patrones, para empezar. Desgraciadamente es imposible hablar de estas cosas en un país donde el adoctrinamiento religioso se inicia en la primera infancia y se prolonga a lo largo de toda la etapa escolar, por lo que la mayoría de la gente casi no tiene otra forma de pensar que no sea religiosa, y muchos defienden esas creencias como si fueran parte de su ser: con fanatismo. De modo que discutir objetivamente la necesidad de un Estado laico y de una política separada de la religión, es muy difícil en nuestro país, que sigue siendo uno de los más religiosos del planeta, junto a los africanos y musulmanes de Oriente Medio, lo cual no nos ha ofrecido ninguna ventaja en el mundo. Por eso no entiendo por qué muchos afirman con cierto aire de orgullo que el nuestro "es un pueblo profundamente Católico”, como si eso fuera un gran mérito o sirviera ara algo.
El Estado debe representar a todos, no solo a los católicos y ni siquiera solo a los cristianos. El Estado es de todos, incluyendo ateos. La democracia no es la dictadura de las mayorías sino fundamentalmente el respeto y la inclusión de las minorías. En tal sentido, el Estado debe ser religiosamente neutro y representar a todos. Nadie puede oponerse a que el Estado tenga tratos con cualquier iglesia, pero si a financiarlos. Los aportes del Estado a la Iglesia Católica deben terminar por un sentido elemental de independencia. Se dice que estos aportes son del orden de dos millones de soles, una minucia que seguramente la Iglesia puede recaudar en un solo horario de misa, ya que este es un pueblo “profundamente católico”. Los tratos del Estado con la Iglesia deben estar referidos al apoyo directo en obras sociales concretas y nada más.
En resumen, basta de prometer plata del Estado a las iglesias. Y si quieren alguna reforma, empiecen por reformar el Estado para crear un verdadero Estado laico, que no esté plagado de fetichismo religioso en casi todos sus actos oficiales e instituciones. Bienvenidos los tratos y acuerdos con cualquier confesión religiosa si eso abona en favor del pueblo.

martes, 19 de enero de 2016

Me contradigo, y qué


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Esta semana se caracterizó por la sorprendente subida de Julio Guzmán en las encuestas, llegando al 5% y superando a Toledo y Verónika Mendoza, que no es decir mucho tampoco. Por lo mismo, el señorito Guzmán fue asediado por la prensa apareciendo en cuanto programa de entrevistas existe. Lo bueno de todo esto es que nos ha permitido ver que Julio Guzmán es un mar de contradicciones y un experto en la improvisación, dice una cosa y luego se desdice con la facilidad de una quinceañera, enfrenta las preguntas con una sonrisa exagerada, más insípida que pisco sour de cortesía. 

Los advenedizos de la política tienen la peculiaridad de improvisar respuestas y, por lo mismo, entrar en contradicciones. La mayoría de las preguntas son cuestiones en las que jamás han meditado ni tienen, por tanto, una posición firme al respecto. No es raro tampoco comprobar que sus declaraciones contradicen incluso el mamotreto que ha presentado como plan de gobierno, el que sin duda mandó hacer a un comité de genios reclutados en su entorno. Escuchar a Guzmán es como un flashback de Ollanta Humala desmarcándose de su plan de la gran transformación y tratando de agradar a todos los auditorios. 

Digamos que hasta allí es normal ver a cualquier improvisado trastabillar en las entrevistas mientras busca alguna idea apropiada a la circunstancia. Pero otra cosa es oírlo decir disparates monumentales como que el Estado es laico y que debe darle dinero a todas las religiones por igual. Primero, el Estado no es laico por ningún lado. Constitucionalmente mantiene un cordón umbilical con la Iglesia Católica a la que está obligado a prestar su colaboración, para no mencionar los usos y costumbres que han oficializado el fetichismo religioso en los actos públicos, y la sujeción religiosa a santos patrones en las llamadas "instituciones tutelares de la patria". Por último, tenemos una pléyade de congresistas que más parecen representantes del Vaticano o del cielo, y que hacen las leyes en base a la Biblia y a la voz del cardenal, antes que atendiendo la realidad social. 

Pero si Julio Guzmán cree que el Estado es laico ¿cómo puede pretender que el Estado les dé dinero a todas las religiones? ¿No debería ser todo lo contrario y cortar cualquier vínculo con las iglesias? Al menos no ha repetido el disparate de Verónika Mendoza, una muchacha aquejada mentalmente con la atrofia del igualitarismo progre, y que pretende igualar a todas las religiones sin medir nada. Pretende incluso que el Estado les reparta dinero a todas las iglesias por igual, "sin discriminación". La verdad es que perdemos tiempo escuchándolos. 

jueves, 14 de enero de 2016

Vaticano entra en la campaña


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El narcotraficante Demetrio Limonier Chávez Peñaherrera (a) Vaticano salió en libertad y curiosamente se dedicó a dar declaraciones políticas despotricando contra Alberto Fujimori y advirtiendo sobre un posible gobierno de Keiko. Por supuesto, los medios le han dado toda la publicidad posible y lo han convertido en una mega estrella en menos de 24 horas. Hoy es portada de varios diarios con el titular "Fujimori sabía" en letras rojas enormes cruzadas sobre su foto. Estamos en campaña y nada es casual. Este es un psicosocial hábilmente montado por alguien. Y como todo psicosocial, se desmonta con la verdad.

Empecemos por el principio: Demetrio Chavez inició su carrera de narcotraficante en los años 70, en plena época de los militares velasquistas que fueron los que realmente crearon la alianza entre el narcotráfico y las FFAA, así como con la policía en la selva peruana. Esa alianza nació en los años 70. Es en esa misma época cuando se inician los grandes capos del narcotráfico peruano, como Vaticano. Durante los años 80 el narcotráfico campeó en toda la selva y llegó a la política. El imperio de Vaticano creció gracias a la muerte de Mosca Loca y estableció vínculos con los carteles colombianos que estaban en boga.

A Demetrio Chávez Vaticano se le acabó la buena suerte con la llegada de Alberto Fujimori al poder. Fue capturado en 1991, pero sospechosamente el Poder Judicial le dio libertad. Vaticano sabía perfectamente que lo iban a volver a capturar, por lo que decidió huir a Colombia a buscar ayuda de sus socios Orejuela en Cali. La policía peruana alertó a la colombiana, la que montó el cerco hasta capturar a Vaticano el 10 de enero de 1994. Fue deportado al Perú, donde se le trató con especiales medidas de seguridad y condenado a prisión por 27 años, luego reducido por la siempre benevolente justicia progresista a 22.

Así que toda esa basura que anda repitiendo Vaticano sobre Fujimori no son más que mentiras. Es obvio que este delincuente sin escrúpulos tiene un negocio entre manos, para lo cual cuenta con el extraño apoyo de toda la prensa basura. La pregunta es ¿quién se beneficia con todo lo que dice Vaticano? ¿Qué mano está detrás de este psicosocial?

Es evidente que el gobierno -y especialmente la primera dama- ha montado una campaña contra Keiko. Nadine no deja de tuitear contra Keiko a diario. Aparte de eso, habría que ver qué candidato está subiendo en las encuestas y tiene el dinero suficiente para montar psicosociales mediáticos. No olvidemos que el tio rico Acuña tiene a varios medios cogidos de las bolas con la millonaria publicidad de la UCV y sus otras universidades, además que varios periodistas están en la planilla de la UCV como docentes o conferencistas bien pagados. Además, el Chapo Acuña tiene el mismo nivel moral y cultural de Vaticano. Así que esta alianza, por lo menos a mi, me parece obvia.

Lo que si es claro y sin duda alguna es que todo lo que viene diciendo Vaticano es mentira. Y desmentirlo es muy fácil. Como dije: basta con revisar su historia y ver en qué gobiernos reinó y creció, y en qué gobierno cayó Vaticano. Ya basta de tanta basura antifujimorista en campaña. ¿O quieren repetir la inmundicia del 2011?

martes, 12 de enero de 2016

Los Acuña boys


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Lo que se ve hasta ahora, en esta campaña presidencial que acaba de empezar, es que está desbalanceada a favor de un solo candidato. Es el candidato que tiene la billetera más gorda. Y se nota no solo por la cantidad de paneles regados por todo el país sino por el extraño poder que ejerce en los medios. ¿O no se han dado cuenta que los medios (en especial ciertos periodistas y comentaristas) tratan con guantes de seda a Acuña?

La plata manda en cualquier campaña. Eso lo saben todos. Se necesita harto dinero para hacer una campaña a nivel nacional. Salvo extraños fenómenos como el de Alberto Fujimori, convertido en un David que tumba con una honda al Goliat Mario Vargas Llosa y su multimillonaria campaña del FREDEMO, las demás campañas siempre ha dependido del dinero, incluyendo las de Ollanta Humala y su apoyo chavista en el 2006, para pasar luego al millonario apoyo brasilero en el 2011.

Lo peculiar de esta campaña es que el socialismo continental ya está quebrado y de salida, por lo tanto, solo quedan los caciques nacionales y sus billeteras. Aquí es donde César Acuña, Rico Mac Pato para unos y Chapo Acuña para otros, aventaja a los demás y por varios metros. Pero el dinero no solo sirve para comprar publicidad sino también conciencias. Claro que si. Si no vean como corren tras el dinero los progres de la izquierda. 

Como todo el mundo sabe, en este país existen mafias universitarias. Han querido hacer una ley para derrotarlas pero no han podido. Las mafias en la universidad privada están intactas. ¿O acaso le pasó algo al rector de la Garcilaso que gana millón y medio mensual? No. Absolutamente nada. Todo el alboroto mediático y político en el Congreso no pudo hacer nada contra esa mafia. Así andamos. La mafia universitaria es tan poderosa que hoy tienen ya un candidato a la presidencia en César Acuña. A unos les preocupa que el narcotráfico llegue a la política pero no les importa que las mafias universitarias tengan ya un candidato presidencial. ¿Es una ceguera gratuita?

Un típico proceder de las mafias universitarias es que contratan jueces, fiscales y periodistas dándoles jugosos sueldos, ya que la ley permite combinar un cargo público con la docencia universitaria. De este modo las mafias se aseguran que nadie los investigará, juzgará o condenará. Este proceder se repite en todas las universidades privadas y en todas las ciudades del país donde tienen sucursales. La Universidad César Vallejo no es ajena a este proceder. Al contrario, lo ha extendido con la millonaria publicidad que la universidad pone en los diferentes medios.

No es raro pues ver que muchos medios le mueven la colita a César Acuña. Más aun, da vergüenza ajena ver a distinguidos comentaristas, hipercríticos acostumbrados, callar toda crítica a Acuña. Se sabe quiénes están en la planilla de la UCV y quiénes son llamados de vez en cuando a dictar alguna conferencia o taller, por lo que viven atentos a que César Acuña les arroje un hueso. No solo se abstienen de criticar a Acuña sino que, en el colmo del ridículo, hoy han salido a defenderlo a capa y espada porque Mauricio Mulder, en su clásico estilo, lo llamó "Chapo Acuña". 

¿Cuándo se ha visto semejante reacción de indignación cuando Urresti inventa apelativos injuriosos contra los candidatos? Ni siquiera cuando el presidente Ollanta Humala insulta a diestra y siniestra salen a cuadrar al mandatario. Pero hoy, todos a una han salido a cuadrar a Múlder por colocarle el apelativo de "Chapo Acuña". Esto es ridículo en una campaña donde los insultos van y vienen. De modo que oír a Patricia del Río y sus compañeros de RPP indignados por el apelativo contra Acuña da para muchas sospechas. 

Nos gustaría saber qué periodistas, comentaristas y columnistas están en la planilla de la UCV o han estado últimamente. También sería interesante saber a cuánto asciende la publicidad de la UCV y demás universidades de Acuña en los medios y en qué medios. Creo que todo esto es básico para que la campaña se desarrolle en transparencia, que es lo que tanto exigen de la boca para afuera. 

lunes, 11 de enero de 2016

LAS DERECHAS EN EL PERU 2da parte




Escrito por: Elvis Occ

El historiador y profesor universitario Antonio Zapata, aclamado a rabiar desde la izquierda más cavernaria hasta la caviarada más chic de La Lomas, escribió un artículo que insulta la inteligencia de cualquiera con algo de cultura general. En el escrito de marras publicado en La Republica -como no podia ser de otro modo- y titulado: Las Derechas en el Perú, Antonio intenta hacernos creer que Perú es el país más derechista de Latinoamérica. Curiosamente concluye  invocando a la diosa fortuna en favor de Veronika Mendoza, lo que sutilmente implica que “la derecha” es desafortunada cosa para el país. Todo esto, como si en verdad hubiera existido una derecha pura y dura en el Perú. Sin embargo yo sospecho que la intención es otro mucho más siniestra que lo que a simple vista se puede leer. Sorprendentemente, las cercanas elecciones de Abril está siendo nefasta para algunos académicos.

Cita a Billinghurst y Velasco como los únicos gobiernos de izquierda –gracias a Dios- y no menciona el primer gobierno de Alan García como tal. Quizá porque fue el más desastroso gobierno izquierdoso democráticamente electo de la historia republicana.  Lo que incomoda a cualquiera meridianamente versado en la materia, es la inexactitud en su aseveración acerca de “las derechas”. Para comenzar nunca hubo derecha en el Perú, lo que hubo fue una práctica mercantilista salvaje y brutal de actitud virreinal y proezas expoliadoras que con el tiempo se atemperaron. Para sorpresa nuestra y no contento con semejante disparate, el profe de historia pasa a enumerar la derecha peruviana y sus variantes encapsuladas en partidos como el Apra, PPC,  FP, AAP y PPK. Como si el cáncer discriminara.


Antonio Zapata no escatima esfuerzo alguno en meter el mercantilismo histórico -y hasta hace poco aristocrático- de nuestro país, en un apretado sache desechable para etiquetarla de derecha. En buen castellano: nos vende gato por liebre. Tal empresa no es gratuita pues su objetivo es convertir al mercantilismo en sinónimo de derecha y a los que puntean las encuestas en homonimia de todo lo malo que se pudre en la política nuestra, con excepción de su amada izquierda. Ignora que el mercantilismo no tiene bandera y prospera tanto en una democracia como en una dictadura o gobierno de izquierda. El mercantilismo necesita del  “Ménage à trois”, de un triángulo matrimonial político: ellos, el estado y un partido. Susana Villarán, Fuerza Social y su gestión como alcaldesa es el caso insignia que grafica a cabalidad semejante despropósito.

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domingo, 10 de enero de 2016

Pobreza política total


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Francamente da pereza ocuparse de la situación política de este país. El nivel de los políticos es tan bajo que descender a su nivel para comentar, por ejemplo, las bestialidades de Ollanta Humala, requiere de un momento especial de buen humor y tolerancia. Es penoso ver que todo gira en torno a la mediocridad de Ollanta y que los demás se ven obligados a sumergirse en el fango de sus pachotadas cuarteleras ya sea para responderle o para defenderlo.

La presentación del premier Pedro "Papelón" Cateriano en cadena nacional dando la cara por las animaladas que profiere contra los candidatos el felón de su jefe, ha sido digno de un programa cómico. No sabía si estaba viendo un capítulo de Seinfeld o de verdad se trataban de dos ministros de Estado tratando de defender al presidente por dedicarse a insultar políticos como si fuera un palomilla de ventana. Esto solo pasa en un país como Perú, frente al cual Macondo es Disneylandia. Ya deberíamos postular a un récord Guines en ridículo político. Tener especímenes como Toledo y Popy Olivera, Acuña, Nano Guerra o el Hermanón Belmont, nos hace extrañar a Brad Pizza.

Es una lástima ver a Cateriano, alguien que alguna vez fue una promesa del liberalismo, convertido hoy en escudero de un pobre diablo como Ollanta Humala. ¿Qué lo motiva a Cateriano a tragarse tremendo sapo? ¿No tiene dignidad? ¿Qué lo mantiene en el cargo? ¿Por qué no ha renunciado ya? ¿Le gusta el sueldo? Ya sacrificó todo su futuro político y sabe bien que el único lugar donde podría recalar es en el Partido Nacionalista, si es que Nadine le da luz verde. Parece que al final acabará como Anel Townsend y Susana Villarán, ofreciendo sus servicios en la vía pública al mejor postor, y rogando que lo levanten. 

De Ollanta Humala ya no cabe decir más. Es lo que es: un ignorante con poses de matón cuartelero. Entiende la política al estilo socialista: eliminar a todos los rivales y regalar plata a la gente. Sus días están contados. Solo hay que sentarse a mirar cómo se va hundiendo mientras las ratas saltan tratando de subirse a cualquier cosa que aun flote. 

lunes, 4 de enero de 2016

Guía básica para progres 2


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Ya dejamos en claro que achacar la responsabilidad de nuestra realidad sociocultural y económica al "sistema neoliberal", o algo similar, es una costumbre progresista por librarse de responsabilidad culpando a otros. Además es más fácil creer en un enemigo que tratar de entender por qué somos pobres realmente. Tener un enemigo les da la coartada perfecta para montar un movimiento que luche por el poder, que es lo que al final buscan. La lucha política acaba así combatiendo fantasmas en nombre del pueblo y de su liberación y patatin patatán, el viejo cuento que ya todos sabemos. 

Ahora veamos los dos argumentos más extendidos y aceptados del progresismo mundial que son los derechos y la igualdad. Son tan extendidos que ni siquiera se reconocerían como tesis progres, pero lo son. Hoy todo el mundo se mueve alrededor de estas dos tesis. Estamos hasta el cuello de derechos y cada año se inventan más, al igual que leyes y políticas públicas que pretenden imponer la igualdad en casi todos los escenarios, una igualdad a la mala, obligando cuotas y creando privilegios. Y todos estos disparates se promueven como avances sociales, grandes logros y proezas políticas. Pero no son más que la instauración del delirio mediante la prepotencia de un Estado capturado por iluminados que juegan al diseño social.

En esencia un derecho es el privilegio que tiene alguien con el poder de imponer su ley a los demás. Ese es más o menos el origen bárbaro del concepto. Un cambio radical en la visión de los derechos apareció cuando se defendieron los derechos del pueblo frente a los de la aristocracia, el clero y el poder constituido. También allí nació la idea de la igualdad, que era una igualdad ante la ley y las obligaciones tributarias. Los tributos -y no los grandes ideales- han sido el verdadero motor de todas las revoluciones. Los charlatanes del idealismo social solo se aprovechan del caos para vender su retórica. La declaración de los derechos humanos surgió luego de la revolución americana provocada por los tributos ingleses, y su único objetivo fue imponer condiciones al gobierno para ser reconocido por el pueblo. Se trataba de defenderse del abuso del poder. Hasta ahí el mundo tenía sentido.

El comunismo acabó prostituyendo el concepto de derechos durante la Guerra Fría. Para ellos los derechos son todo lo que la generosidad del gobierno (la tiranía comunista) le concede al pueblo, como por ejemplo: educación gratuita, salud gratuita, vivienda gratuita, etc. En esa linea, los derechos progresistas nunca terminan. Todo lo que le puedan sacar al Estado es un derecho. Y por supuesto siempre van por más. Hoy existen "derechos" que tienen que ser solventados incluso por las empresas privadas. Desde luego no son derechos sino simples gollerías y prebendas. El delirio ha llegado al colmo de inventar derechos para los animales y hasta para el planeta. En buena cuenta, ya no tiene ningún sentido hablar de derechos. Hemos regresado al concepto primitivo en el que los derechos son los privilegios de quienes tienen el poder para imponerlos. Y hoy tienen ese poder gracias a leyes aprobadas por irresponsables demagogos que no tienen reparos en cargarle la cuenta al Estado o a las empresas privadas, con tal de ganarse algunos votos, sin reparar en las consecuencias. Esta clase de "derechos" ha acabado por convertir al Estado en una gran beneficencia pública.

Y lo mismo pasa con el concepto de igualdad: ha sido completamente prostituido por el progresismo. Al principio se habló de la igualdad "ante los ojos de Dios" y más tarde, de la igualdad ante la ley. Hasta allí también podríamos decir que el mundo tenía sentido. Pero los grandes genios del progresismo decidieron que la igualdad tenía que ser material e impuesta a rajatabla en todos los sentidos. Un disparate que atenta contra el sentido mismo de la realidad. ¿Han visto alguna vez alguna igualdad entre los seres humanos? ¡No existe! Lo seres humanos somos la especie con mayores diferencias entre sus individuos, y es eso lo que nos ofrece la mayor ventaja evolutiva. Pero más allá de lo biológico, nuestra propia capacidad de tomar decisiones nos conduce por caminos diferentes: tenemos diferentes gustos, capacidades, voluntad, entereza, moral, constancia, etc. Nacemos en lugares con realidades diferentes y determinantes. Tampoco es lo mismo hablar de igualdad en países pequeños y homogéneos, de larga tradición cultural, como los nórdicos, que en países grandes, heterogéneos y multiculturales como los nuestros. Por muchas razones hablar de igualdad material es una de las entelequias más absurdas. 

Ya no hablamos de la igualdad ante la ley porque eso ya no existe, cada sector que el progresismo considera "desfavorecido" es ahora un sector privilegiado, con sus propias leyes que le otorgan derechos especiales y crea obligaciones para el Estado y las empresas, como cuotas obligatorias. Es decir, se pretende cambiar el mundo para que quienes son diferentes por su naturaleza sean iguales por obra de la ley. Ese es el mundo alienado y absurdo que pretende fabricar el progresismo ante la pasividad y complacencia de todos, porque todos caen rendidos ante el discurso meloso de la defensa de causas lindas y justas. El tránsito desde la igualdad ante Dios y la ley, hasta llegar a la igualdad material absoluta, económica y laboral, es como el camino que hay de la iglesia al manicomio. Pero todos lo recorren cantando felices las consignas del progresismo, sin preocuparse jamás por los resultados contraproducentes. 

Como vemos, en estos tiempos los experimentos de diseño social progresista ya no requieren que una banda armada tome el poder para crear el paraíso comunista. Las recetas sociales llegan impuestas desde los organismos internacionales que tienen el marxismo cultural como fundamento ideológico. Allí es donde se diseñan las leyes y políticas públicas para los países subdesarrollados que se han sometido a su jurisdicción.

domingo, 3 de enero de 2016

Guía básica para progres


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Francamente, los argumentos de izquierda agotan. No solo porque son siempre los mismos sino porque son tan burdos que da flojera responderles. Pero es año nuevo y haremos un esfuerzo educativo aprovechando las vacaciones. Veamos los cuentos progres que siempre se leen como comentarios en cualquier artículo liberal.

Digamos primero que la izquierda está hecha de gente que vive eludiendo la responsabilidad. La base de su raciocinio es el clásico argumento conspiranoico que culpa al "sistema" de todos los males de la sociedad: los abusos, la desigualdad, el racismo, la usura, le envidia, los celos y hasta los juanetes. Es decir, todos los males que carga la humanidad desde que apareció en este planeta, y que la historia registra desde antes de la aparición del capitalismo, son achacados por nuestros ingeniosos progres al "sistema", "el sistema neoliberal", el Satanás que debe combatirse con agua bendita socialista para que todo sea felicidad.

El primer error infantil del progresismo es confundir la naturaleza humana con el capitalismo. El capitalismo no creó el afán de lucro, el egoísmo, el deseo de superación, la ambición, la especulación, el riesgo, la usura, etc. Nada de eso es una creación del capitalismo sino todo lo contrario: el capitalismo es consecuencia de todos esos rasgos naturales de la humanidad, que son además los que han permitido el progreso, junto con otros componentes, claro está, entre los que se debe mencionar la libertad en primer lugar. El segundo error es anular todas estas características humanas creyendo que así se combate el capitalismo. Hacerlo no es combatir el capitalismo sino al mismo ser humano, y es precisamente lo primero que hacen los regímenes socialistas en aras de una sociedad utópica, donde no exista lo que llaman equivocadamente "lastres del capitalismo". Lo único que genera el socialismo es una sociedad castrada, sometida, anulada en sus virtudes y fortalezas, convertida en un corral de borregos sin iniciativa ni esperanzas ni ambiciones ni sueños, resignada a vivir alimentada por la mano de un tirano, como ocurre en Cuba y terminará ocurriendo en Venezuela, y ocurre cada vez más en la Argentina kirchnerista. 


Sin embargo, otro error del progresismo es esquivar las culpas. Después de todo, son campeones esquivando responsabilidades. Siempre salen con cosas como "nunca hubo verdadero comunismo" o "nunca gobernó la izquierda". También afirman que el fracaso cubano es culpa del bloqueo norteamericano y que la crisis de Venezuela es un complot de la derecha, y dijeron lo mismo en los días en que Allende destrozaba Chile con sus experimentos comunistas. No, la izquierda nunca se equivoca, nunca han fracaso, jamás gobernó. Y lo mismo dicen en el Perú: la izquierda nunca gobernó. Bueno, aparte de esquivar culpas, esto es la tradicional ignorancia que suele ser parte del progresismo. No solo ya olvidaron quién es Abimael Guzmán sino que ignoran a Velasco Alvarado.

Así como muchos progres sostienen que el actual modelo es el implantado por Alberto Fujimori en los 90, y que nos ha permitido reducir la pobreza del 60% al 22% ampliando la clase media y mejorando el nivel de vida de millones, aun en los Andes, donde por fin hay un sector agrícola exportador, también podemos decir que el Perú sucumbió al modelo implantado por Velasco en los 70, con la funesta asesoría de connotados ideólogos marxistas, quienes montaron las tesis del socialismo eliminando y mellando la propiedad y la libertad. De modo que nadie puede decir que la izquierda no gobernó. No lo hicieron a través de un partido como el chavismo, pero implantaron casi todas las recetas del chavismo con el velascato, al punto que Hugo Chávez las aprendió acá en esos días. El chavismo no es más que un velasquismo del siglo XXI. 

Pero lo más nefasto de la izquierda en el Perú es que mucho de ese modelo de los 70 sigue en pie. No todo se pudo revertir o no se quiso revertir. Además hay cosas irreversibles, como la deuda agraria y los líos de propiedad de la industria azucarera, que nunca volverá a alcanzar el esplendor que tuvo en los años 60. También queda una mentalidad absurda en contra de la privatización de bienes y servicios que el Estado maneja y brinda en pésimas condiciones, apelando al discurso que el velascato impuso como dogma: el nacionalismo, los sectores estratégicos, garantizar la alimentación, y varias otras panfletadas por el estilo que los tontos repiten como loros, sin conciencia de la idiotez que dicen.

De modo que ese estribillo cansado del progresismo de que la derecha siempre gobernó es inexacto. Acá la derecha nunca ha tenido huevos para ir en contra del pensamiento políticamente correcto impuesto por el progresismo y la caviarada. ¿No están allí los mamarrachos ministeriales de cultura y del ambiente? No les dieron gusto con el bodrio del Ministerio de la Mujer? Y eso lo hizo Fujimori. ¿Acaso no les dieron gusto para formar su circo de la Comisión de la Verdad para lavarle la cara a la izquierda violentista setentera? ¿No tienen ahora ese mamarracho ridículo del Museo de la Memoria, Tolerancia y de la Inclusión Social? ¿No pudieron ponerle un nombrecito más huachafo? ¿No les dieron gusto eliminando la Ley Pulpín por una pataleta de niño malcriado? 

De manera que no me vengan con ese cuento de que la derecha siempre gobernó y que la izquierda nunca gobernó. Ese discursito progre es solo para tontolines que acaban de abrir los ojos y no han aprendido nada de la vida, pero ya creen que pueden dar cátedra cacareando consignas con el puño en alto. La izquierda siempre ha estado presente como un lastre de la política. Tienen peso en los medios donde los caviares abunda en columnas sobrevaluadas. Detrás de su disfraz de defensores de causas nobles y justas, influyen en las políticas públicas y en las promesas electorales. Llegamos al colmo en que todo el mundo se declara de izquierda y acaban infectando sus planchas y listas con especímenes rojos, como si fueran condimento del sancochado electoral. Lo que sobra en este país es gentita de izquierda. Lo que nos falta es gente que tenga los cojones para declararse de derecha y pensar como liberal. Así que cuando alguien me dice que es de izquierda, yo solo puedo sonreirme porque no hay nada más barato, simplón y vulgar que ser de izquierda y pensar como un súper héroe social que quiere salvar el planeta.

Lo que nos espera


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El 2016 empieza con vientos de esperanza por ser un año electoral, y podemos ser optimistas por varias razones. En primer lugar porque hoy no existe ninguna amenaza izquierdista en el horizonte y parece que no surgirá, no tienen cuadros. Nadie en el manicomio de la izquierda luce un perfil medianamente decente para encandilar a las masas. Tampoco lo tuvo Ollanta Humala, pero fue un monigote hábilmente fabricado por el chavismo desde el 2003, quedando con un pie adentro en el 2006. A partir de allí fue fácil armar una campaña larga apuntando al 2011, fundada en la demagogia asistencialista, la histeria del odio antifujimorista, y el apoyo final de una derecha oportunista y sin patria.

En el presente no existe nada parecido. Es más, ya ni siquiera existe el chavismo. La ola izquierdista que infectó Latinoamérica al inicio de este siglo está en declive, no solo por la muerte de Hugo Chávez sino por la debacle del modelo chavista basado en el despilfarro de petrodólares que ya dejaron de fluir. El imperio bolivariano soñado y financiado por Hugo Chávez dejó de ser una amenaza. El socio brasileño se hunde en los juicios de corrupción. La sociedad con el peronismo kirchnerista se evaporó. Venezuela languidece en la peor crisis de su historia. Incluso la vergonzosa dictadura de los Castro en Cuba ha dejado de encandilar a los jóvenes milenials; y solo los muy imbéciles siguen apoyando ese patético régimen. Todo esto significa que la gusanera de la izquierda nacional está sola y sin recursos, y tendrá que bailar con su propio pañuelo, que es lo que más les duele a estos parásitos. 

Sin el peligro de la izquierda lo que queda es contener a los demagogos baratos, los saltimbanquis improvisados y los eternos trepadores angurrientos. Tal vez hasta se pueda hacer una campaña de ideas y no tanto de propuestas ridículas como crear más ministerios y programas sociales. Por desgracia el modelo asistencialista es muy poderoso y marca la pauta de la mentalidad política. Un panel de gurús expertos opinólogos en RPP soltó la disparatada tesis de que ahora le toca a la clase media porque está "desatendida electoralmente". No sería raro que empiecen proponiendo programas sociales para la clase media o plantear intervenir en el mercado para facilitarles las cosas, como abaratar las tarjetas de crédito o hasta pagarles las deudas. 

Esta es la clase de ideas baratas que hay que confrontar en la campaña. No se puede permitir que la campaña gire en torno de ofrecimientos concretos de bienestar dirigidos a sectores específicos porque todo eso significa un Estado más grande, con su correlato de mayor gasto y corrupción. Debemos exigir que los candidatos se focalicen en la reforma del Estado, que significa reducirlo y hacerlo más eficiente. Lo que necesitamos es que el Estado mejore, no solo en el nivel del Congreso sino en el Poder Judicial, una mejor policía que garantice mayor seguridad. Todo eso beneficia no a un sector sino a toda la población, y esa es la clase de medidas que necesitamos con urgencia. El Estado es por ahora el mayor obstáculo para el crecimiento del país, pues está repleto de regulaciones absurdas y de organismos burocráticos corruptos e ineficientes.

El reto político de hoy es reformar el Estado y hacerlo más chico y eficiente. No queremos más cuentos asistencialistas ni más apoyos directos. Necesitamos mayor libertad y que el Estado deje de ser un estorbo y una carga para todos.