Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Una vez más el país sufre la arremetida de la mafia caviar que lucha por mantener el control de las instituciones. En este caso se trata del Tribunal Constitucional. Nuevamente la elección de nuevos magistrados se ve frustrada por una maniobra burda, una leguleyada perpetrada por una jueza que en tiempo récord acogió una cautelar presentada por un siniestro abogadillo, y ordenó al Congreso de la República paralizar el proceso de elección de nuevos magistrados del Tribunal Constitucional. Así como lo leen. Esto solo puede ocurrir en una república bananera controlada por una mafia.
Como lo han expresado destacados constitucionalistas del nivel de Víctor García Toma, ex presidente del Tribunal Constitucional, el recurso empleado para detener el accionar del Congreso es una burda leguleyada sin sustento ni sentido, habida cuenta que una acción de amparo solo se usa para cautelar un derecho individual que se ha visto afectado. ¿Cuál es el derecho afectado del abogado que presentó la demanda? Ninguno, ya que él no es parte del proceso. Pero se ha usado la extravagante figura de que la elección de magistrados del TC vulnera su derecho a tener "una justicia justa". En base a esta burda farsa legal, una jueza sin criterio o con intereses subalternos, ha intentado paralilzar una tarea que es un mandato constitucional del Congreso.
Por supuesto que de inmediato las sectas de izquieda salieron a pedir respeto por la resolución judicial y por el estado de derecho y por la democracia y patatín patatán. Una penosa exhibición de hipocresía y doble moral de un sector que carece de valores democráticos. No es raro que la izquierda se oponga tenazmente a que el TC sea renovado porque pretenden mantener allí a su banda de los cuatro, liderados por la comunista Ledesma. El rojerío no va a permitir que los muevan de sus cargos por lo menos hasta que ellos tengan mayoría en el Congreso y puedan colocar a su gente, como lo hicieron en los días de Humala. Estos magistrados ya excedieron su período y tienen dos años de tiempo vencido. Pero mientras la izquierda siga con sus maniobras será imposible renovarlos.
No olvidemos que fue precisamente para impedir que se elijan a nuevos miembros del TC que Vizcarra cerró apresuradamente el Congreso. La mafia caviar no dudó en dar un golpe de Estado para defender a sus camaradas en el TC. Allí no les interesó el estado de derecho ni el respeto por la democracia, como ahora alegan pidiendo respeto por la resolución de una jueza prevaricadora y corrupta que busca, una vez más, paralizar la elección de nuevos miembros del TC. Está claro pues que la izquierda no va a permitir que se cambie el TC hasta que ellos lo decidan.
De este modo se consolida la captura fáctica de las principales instituciones por parte de la izquierda. No nos olvidemos la manera gansteril en que capturaron el Ministerio Público, luego de sacar toda la artillería pesada de los medios mermeleros para destruir al Fiscal de la Nación Pedro Chávarry, con la ayuda del siniestro fiscal José Domingo Pérez que tuvo el desparpajo de lacrar sus oficinas. A esto se sumó el circo del Congreso donde se presentaban extravagantes acusaciones constitucionales contra Chávarry, que luego de ser rechazadas por absurdas, eran motivo de escándalo mediático repitiendo el cliché de "blindaje a la corrupción". Así fue como la mafia caviar capturó el Ministerio Público y luego se deshizo del Congreso incómodo "fujiaprista".
El Poder Judicial también está en manos de la mafia caviar. Todo fue maquinado por Martín Vizcarra desde la creación de la Junta Nacional de Justicia, que hoy es incluso más turbia que el viejo Consejo Nacional de la Magistratura. Vean nomás con la celeridad que procesan a los enemigos de la mafia. No tardaron nada para destituir a los fiscales adversos a la mafia, Pedro Chávarry y Tomás Galvez. Y todo con el apoyo de las oenegés, especialmente IDL, quien proporciona audios a conveniencia.
Frente a todo este penoso panorama es obvio que no vamos a poder liberarnos de las garras de la mafia caviar y sus agentes del comunismo por los procedimientos legales. La izquierda carece de moral. A ellos no les importa dar un golpe de estado para defender sus intereses. Lo han hecho dos veces en estos últimos dos años. Primero cerrando el Congreso mediante la leguleyada de la "negación fáctica". Luego lanzando a sus hordas salvajes a las calles para impedir que Merino asuma el poder. No solo hicieron que renuncie Merino, sino que doblegaron al Congreso para que se elija a la minoría de izquierda al mando de la mesa directiva. Por poco no tuvimos de presidenta a la rojaza Rocío Silva Santisteban.
¿Cómo enfrentarse a estos maleantes de la política? ¿Cómo recuperar las instituciones de las garras de la izquierda? Tarea difícil porque ya los hemos dejado avanzar demasiado. Están a punto de tomar el poder total con Pedro Castillo, luego de un proceso electoral fraudulento, avalado por un Jurado Nacional de Elecciones incompleto y liderado por un comunista pro terruco. ¿Se pueden seguir usando y confiando en los mecanismos legales y democráticos frente a una mafia que carece de valores y principios? Esa es la pregunta que debemos empezar a hacernos.