Por: Antonio Buzati
Dijo el gran orador Cicerón que la historia era maestra de la vida y cuánta razón tuvo ya que la ignorancia de esta no solo nos priva del conocimiento del pasado sino de la conciencia del presente y del proyecto de mañana. Hoy se celebra un aniversario màs de una gesta histórica que devolvió la libertad, bien más preciado en el hombre, a 72 ciudadanos secuestrados por más de cien días por una banda criminal (MRTA) que so pretexto de la revolución no dudó en secuestrar civiles, asesinar inocentes, incendiar y dinamitar la democracia y el Estado de Derecho.
La "Operación Chavín de Huántar" no solo fue un hito en la nuestra historia contemporánea por su estrategia militar y eficacia sino porque constituyó un golpe directo al terror, a ese genocidio inhumano que vivieron miles de peruanos en provincias y en Lima. Derrotar a esta plaga costó sangre, sudor y lagrimas de civiles, ronderos, policías y militares. La captura del protervo senderista Guzmán desmanteló a la cúpula criminal de Sendero Luminoso e hizo que sus remanentes se refugiaran en la selva, donde aún hoy están propiciando el caos. Los terroristas del MRTA que crearon las llamadas "cárceles del pueblo" invocaban el nombre de Túpac Amaru como si fuésemos todavía una colonia y no una democracia. Querían chantajear al gobierno de Fujimori para lograr la libertad de sus líderes y refugiarse en Cuba, con el mentor del terrorismo continental, Fidel Castro.
El gobierno, sin embargo, decidió no claudicar y con una estrategia planeada a tiempo logró el rescate con un mínimo de bajas (un rehén muerto y dos militares). La operación causó la admiración del mundo entero y sus participantes considerados héroes, como no podía ser menos. Pero la mano negra de la izquierda rencorosa empezó a tramar su venganza. Al caer Fujimori en el 2000 entraron con todo las oenegés de DDHH y la progresía farisea para barrer con la memoria de nuestros héroes y con todo lo bueno que hizo el gobierno de Fujimori. Manipularon la verdad y montaron una verdadera cacería de militares.
Con las denuncias que hicieron los zurdos de APRODEH dejaron a los comandos como asesinos de "indefensos terroristas", primero decían de tres hasta que se quedaron con el llamado NN14 alias "Tito". El caso fue llevado a la corte de la CIDH donde el Perú se allanó, dejando de lado nuestra soberanía e insultando la honra de los comandos. A la caviarada no le importó que varios expertos certificaran que el delincuente "Tito" no fue ajusticiado sino que murió en combate. El rojerío impuso su felonía bajo la complicidad de una prensa cortesana, presionando al Estado con más denuncias y tildando a todo opositor con el sambenito de "fujimontesinista" .
Hoy los comandos esperan justicia y de nosotros el reconocimiento debido a su valor y entrega por la paz y la libertad. Recordemos, sin la pacificación y la derrota de estos miserables terroristas no hubiésemos despegado como nación y seguiríamos en el atraso. Tengamos en cuenta esto.
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