Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
A pesar del cacareo armado alrededor de la supuesta concentración de medios, lo cierto es que en los medios abundan los caviares PUCP escribiendo columnas a diario. Lo que en realidad existe en los medios es una concentración caviar. La argolla PUCP es implacable. Entre ellos se citan, se contratan y se alternan. Hasta el gabinete está capturado por la caviarada PUCP. Y encima se quejan de concentración de medios. Pero además de los caviares, hay otra clase de personajes que les encanta quedar bien con la caviarada y hasta sentirse caviar a pesar de su origen andino y su apellido común y silvestre. Son la clase de personas que los caviares generalmente contratan para su servicio doméstico, pero a veces los colocan en otra posición cuando ven que les será de utilidad. Este es el caso de Milagros Leiva, ardiente y tenaz defensora de la CVR y de su informe.
Milagros Leiva defiende a la CVR con un argumento muy gracioso. Dice haber estado presente en las audiencias y haber llorado con muchos testimonios. Para ella, haber sido parte del circo melodramático de las audiencias y haber derramado lágrimas es suficiente para elevar la labor de la CVR a la categoría de magnum opus y, por supuesto, santificar su informe. Cita textualmente sus párrafos para probar la honestidad de la CVR en la condena al PCP-SL y en el reconocimiento de las FFAA. Eso basta para ella. Lo demás es verdura.
Por desgracia ella no tiene el nivel académico necesario para entender correctamente un trabajo sociológico. No es capaz de distinguir los errores metodológicos cometidos por la CVR, ni cuestionar esa curiosa postura señalada insistentemente por los comisionados de colocarse en la "situación de las víctimas" como si eso los eximiera de yerros. Tampoco es capaz nuestra pundonorosa periodista de reconocer un enfoque marxista en el estudio ni distinguir los sesgos en su análisis. Ella solo cita textualmente parrafitos que le parece que dicen una verdad incontrastable. Lástima que apueste todo su capital a la caviarada. Tal vez sienta que con eso asegura su empleo, pero no ayuda en nada a entender la verdad.
Lo peor es que apenas al día siguiente de haber entrevistado con insidia a Martha Chávez, Milagros Leiva salga en las redes sin esperar el día de su columna periodística para atacar a su entrevistada porque no le gustaron sus opiniones en contra de la sacrosanta CVR. Parece que la ética periodística no comulga con la defensa de los altísimos valores de la caviarada.
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