viernes, 26 de julio de 2013

Cinismo y desfachatez en la izquierda


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Solo en una mente perturbada cabe hacer marchas de protesta en los mismos días en que la población celebra las fiestas patrias. El regalito de estos esquizofrénicos al Perú será caos y violencia. Por más que los líderes que convocan a estas marchas pretendan erigirse como defensores de la ética y dignidad, lo cierto es que no pasan de ser más que unos aprovechados e irresponsables. A ellos habría que aclararles varias cosas.

1.- Deberían dejar de engañar a los jóvenes con el sonsonete de "indignados" porque acá no hay indignados de ninguna clase sino la misma plaga de revoltosos de izquierda, organizados alrededor de la CNDDHH pero esparcidos en esa feria de coliformes fecales que son los micro partiduchos rojos ya conocidos, y cuyas banderolas y líderes son los que se ven en estas marchitas. 

2.- La izquierda no debería sentirse "indignada" de la clase política que apoyó con tanto fervor en el 2011, sabiendo perfectamente que Gana Perú era un conglomerado de improvisados, trepadores y buenos para nada, encabezados por un perfecto inútil, y en donde sobresalían los viejos políticos fracasados de la vieja izquierda. Lo que hoy se tiene en el Congreso y en el poder se lo debemos precisamente a la izquierda. Así que sus poses de indignación resultan francamente ridículas.

3.- El pueblo peruano jamás ha apoyado a la izquierda en sus marchas. Ellos marchan solos. Y lo peor es que nunca han logrado nada más que generar caos, derramar sangre y enlutar familias, para luego culpar descaradamente al gobierno y a la policía. 

4.- La última marcha popular plenamente justificada fue la que se hizo en el 2000, frente a los intentos del fujimorismo de perpetuarse en el poder de manera ilegítima. Esa marcha no estuvo encabezada por la izquierda sino por un verdadero conglomerado de partidos y liderada por Alejandro Toledo, un aparecido de la nada que de pronto se tornó en líder. ¿Dónde estuvo la izquierda entonces? 

5.- Hoy la marcha no se justifica en lo absoluto. Aunque con dificultades muy comprensibles y naturales, tenemos un país libre, viviendo en un Estado de Derecho, con plena democracia, respeto por las libertades y en una situación de buena salud económica. No hace falta perturbar el ambiente con poses demagógicas sino pedir diálogo por los canales civilizados que existen y vienen funcionando.

6.- Los intentos de la izquierda por causar caos y zozobra no son nuevos. Es una estrategia política que forma parte de sus manuales. Lo han hecho siempre. Hoy pretenden una movilización nacional para exigir referendos, cambios de modelo económico y nueva Constitución. La izquierda debe aprender a vivir en democracia y a respetarla. El camino sensato para que logren sus metas políticas es formar un partido y ganar las elecciones. 

7.- Mientras la izquierda siga apelando a la violencia, seguirá siendo rechazada y despreciada por el pueblo peruano. Dicen ahora los convocantes a la marcha en su falso discurso que están hartos de la clase política. Pero esa es la clase política que ellos apoyaron. Y por cierto, el pueblo peruano también está harto de la izquierda violenta y revoltosa. ¡Ya basta!

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