Las diversas reacciones ante el posible indulto al ex presidente Alberto Fujimori han sido las esperadas, en especial por los sectores de izquierda, las ONGes defensora de terroristas y los opinólogos del pensamiento correcto. Ni siquiera nos ha sorprendido la posición de algunos considerados "liberales" y que al final han preferido pegar las narices a sus códigos legales y no arriesgar una opinión verdaderamente sabia e imparcial. Estos todavía están lamiendo sus heridas desde el 5 de abril del 92. En general podemos decir que no nos ha sorprendido ni el tono ni los argumentos en contra del indulto. Pero hay que poner las cosas en su sitio, quitar la paja que los mentirosos siempre echan sobre la realidad, y aclarar el panorama.
La oposición al indulto es de dos tipos: a) no tiene una enfermedad terminal; y b) no procede legalmente porque ha sido condenado por delitos de lesa humanidad. ¿Qué se puede decir ante esto?
En primer lugar hay que observar que ni los propios abogados se ponen de acuerdo. Un hombre de la talla intelectual y de la trayectoria política insuperable como Javier Valle Riestra, constitucionalista, constituyente y senador, entre muchos otros cargos importantes, dice que el indulto procede tranquilamente.
Esa es la diferencia entre un político verdadero, es decir, un hombre que mira la realidad y la historia, y quienes no apartan la nariz de los códigos y solo están para repetir como cacatúas los textos legales o defender sus bajas pasiones e intereses de grupo.
La verdad es simple: el indulto es una gracia presidencial. Lo ha sido siempre. Se trata de una institución que tiene siglos. Al presidente se le concede la gracia y discrecion de poder indultar a quien le de la gana y cuando le de la gana, sin tener que darle cuentas a nadie más que a la historia y al pueblo. Ese es el poder del que está investido un mandatario porque él no está únicamente para acatar reglamentos sino para construir un país, dirigir una nación, ver más allá de la ley en determinado momento. Por eso tiene esa gracia particular del indulto. Si todo tuviera que hacerse siguiendo un escrupuloso reglamento, no tendría ningún sentido la existencia de esta institución.
Llega un momento en la vida de toda nación en que esta le concede el poder y la palabra a su mandatario para que tome una decisión trascendental en aras de la paz y del futuro. Ese es todo el sentido del indulto. No se le pide cuentas al presidente por su indulto. Gerald Ford indultó al ex presidente Richard Nixon aun en pleno escándalo de corrupción e ilegalidad de Watergate y nadie se atrevió a cuestionar tal decision. Esa es pues la "gracia presidencial". La usa el presidente por razones superiores y no subalternas.
Llega un momento en la vida de toda nación en que esta le concede el poder y la palabra a su mandatario para que tome una decisión trascendental en aras de la paz y del futuro. Ese es todo el sentido del indulto. No se le pide cuentas al presidente por su indulto. Gerald Ford indultó al ex presidente Richard Nixon aun en pleno escándalo de corrupción e ilegalidad de Watergate y nadie se atrevió a cuestionar tal decision. Esa es pues la "gracia presidencial". La usa el presidente por razones superiores y no subalternas.
No hay pues otra razón para el indulto más que el bien superior de la nación. Sirve para pasar la página de la historia, para dejar de mirar atrás y enfocarse en el futuro. Muy diferente de lo que creen nuestros opinólogos. No se trata únicamente de favorecer a los reos comunes que están enfermos. Esa es la patraña con que pretenden confundirnos los defensores de terroristas como la CNDH y los radicales del comunismo y amigos del senderismo ochentero como Javier Diez Canseco.
Otros prefieren esgrimir con fuerza el argumento aparentemente inapelable de los delitos de lesa humanidad. Pero estos olvidan que el país fue testigo de la manera grosera en que tergiversaron la ley, y de como los magos del derecho urdieron un conjuro teórico para convertir a Alberto Fujimori en "autor" de los crímenes del grupo Colina. Esa fue una muy triste actuación de la "justicia" peruana que solo reveló su sesgo político y miseria ya conocida. De hecho este es un caso que no solo dividió al país sino a la propia justicia.
Al presidente Ollanta Humala le toca ubicarse en un nivel superior, por encima de este mundillo de rencores y bajas pasiones, para mirar el futuro y hacer lo que más le conviene al Perú. Ollanta Humala no tiene que cumplir con los grupos de izquierda ni con las ONGs ni con nadie. Como presidente tiene que cumplir con la nación entera, con el futuro y con la historia. El fue elegido en la campaña más enconada y sucia de la historia republicana. Nunca hubo tanto apasionamiento y rivalidad, pero sobre todo odio y desprecio mutuo en una campaña electoral. Por eso mismo Ollanta Humala tiene la oportunidad de superar ese nivel y dar un paso firme hacia la paz política.
Es cierto el indulto es una gracia presidencial, pero es para aquellos que realmente lo merecen, en el caso de Fujimori NO ES ASI, su acso es distinto y se tiene que ver asi, no se tiene que ver como un ex-mandatario y todo poderoso que en su momento lo fue, hay que verlo como cualquier reo o persona en condena, hay mucha gente en prision que daria todo por tener la carcel dorada que tiene fujimori, no es posible que se le mire como un reo-politico cuando ya no lo es, tiene que existir un ejemplo politico de altura para que esto nunca jamas se vuelva a repetir en el PERU, NO ES POSIBLE que su hija al no ser elejida presidente sus planes de sacar a su padre de prision junto con su hermano demente de pensamiento, al igual que muchos congresistas corruptos de su agrupacion esten presionando al ejecutivo de otorgar tal beneficio presidencial, el senor fujimori fue sentenciado y ratificado por una corte internacional, la cual el peru no es ajeno a ella, ellos manifiestan que el peru esta dividido por esa causa, MENTIRA son esos politicos tradicionales que toman al pueblo de la manera que les da la gana, utilizando un pequeno grupo para decir que es el pueblo del PERU, el sr. fujimori NO TIENE CANCER TERMINAL por consiguiente su caso no procede Y AUN MAS el fue sentenciado por DESAHUMANIDAD Y SECUESTRO, tiene una gran deuda con el estado peruano y muchas familias que en su momento sufrieron en carne propia el terror de su gobierno, Ollanta se esta jugando su credibilidad ante pueblo del peru, su prestigio como mandatario, no caigas en tu padre por mi hermano preso, favor con favor POLITICO, si verdaderamente quieres hacer justiciA NO INDULTES AL EX-MANDATARIO
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