viernes, 4 de noviembre de 2016

La progrería abraza la causa de los shipibos


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Hoy ha sido un día especial para la cofradía progresista limeña, esa que vive combatiendo a Castañeda día y noche, cuando no está fustigando al fujimorismo o al Apra. El incendio ocurrido esta mañana en un AAHH de Cantagallo, lugar de refugio informal de inmigrantes de la etnia shipibo-conibo desde hace 16 años, ha servido para que todo el progresismo suelte su artillería contra el alcalde Castañeda. Ahora resulta que todo el infortunio por el que están pasando los shipibos es culpa de Castañeda. Ni más ni menos. La buena de la película es, para variar, la ex alcaldesa progre Susana Villarán.

A ver, recapitulemos. Los shipibos fueron traídos a Lima por Alejandro Toledo para rellenar su marcha de los cuatro suyos. Luego de llegar a la presidencia, se desentendió de ellos dándoles la espalda por años. Pero claro, la progrería nunca culpará a Toledo. Ni siquiera lo han mencionado. Ni un solo reproche se ha oído de parte del progresismo combativo y moralista en contra del fanfarrón de Toledo.

En lugar de regresar a su tierra, los shipibos se instalaron precariamente en la ciudad invadiendo un terreno aledaño al río Rimac. Nadie tuvo coraje para desalojarlos. Como de costumbre, todos se hicieron de la vista gorda y dejaron que el problema crezca. Es la metodología política en el Perú. Hasta que un día llegó Susana Villarán a la alcaldía y alegremente se comprometió a solucionarles el problema apelando al discurso de la multiculturalidad, la diversidad, la inclusión y otras perlas retóricas del progresismo. Susana Villarán prometió a los shipibos regalarles viviendas nuevas dentro de un proyecto llamado Río Verde que nunca se terminó por completo ni se financió en su totalidad. Es decir, nunca pasó del plano y el bosquejo. Una linda y ensoñadora idea de arquitectos urbanistas progres como Augusto Ortiz de Zevallos promocionan con interés. No vamos a decir que la idea es mala. Por el contrario, es linda. Solo que poco realista para los recursos y prioridades de una ciudad caótica como Lima, que se ahoga en los atolladeros del tránsito.

Luego el alcalde Castañeda cambió la prioridad destinando esos recursos a atender el caos del tránsito para hacer un by-pass, de los muchos que necesita con urgencia la ciudad. Desde mi punto de vista resulta una medida acertada. Además es entera competencia del alcalde decidir la prioridad de los recursos y el orden de los proyectos. Nadie le puede objetar ese derecho. Así es que toda esa cantaleta progre por el uso de los recursos en el by-pass de 28 de julio carece de sentido. Además resulta sumamente estúpido andar condenando el cemento y el ladrillo. Los progresistas ya deberían darse cuenta de la estupidez de sus posturas anti obras, como si la gente viviese del floro y las plantas.

Por otro lado, no creo que la ciudad (es decir, todos nosotros) tengamos que ocuparnos de dar solución a la suerte de los shipibos. Hay muchos otros asentamientos humanos en Lima y sería absurdo atribuirle al Municipio la solución de todos ellos regalando viviendas. La Municipalidad no es una Beneficencia, por más que la progrería tenga esa idea. Es francamente risible leer comentarios como el publicado en Utero.pe como esto:

"Con la anterior gestión municipal, liderada por Susana Villarán, se planteó el proyecto Río Verde... Entre otras cosas, planteaba la reubicación de las familias a un complejo multifamiliar en la zona de Campoy. Además, se garantizaba la creación de este espacio como una forma de dinamización de su producción cultural y de encuentro con la ciudad para que esta los reconozca y valore como parte del mosaico de culturas y cosmovisiones que enriquecen a todos".

¿No es lindo? Francamente estos progres se merecen un premio: "un espacio como una forma de dinamización de su producción cultural y de encuentro con la ciudad para que esta los reconozca y valore como parte del mosaico de culturas y cosmovisiones que enriquecen a todos". ja ja ja Disculpen pero no aguanto la risa cada vez que leo la retórica progresista. Es que resulta tan jocosa. ¿Cómo pueden escribir tanta basura? Es francamente sorprendente.

El caso es que tras el incendio de esta mañana, la progrería en pleno ha salido a maldecir a Castañeda y a culparlo de todo. Ha sido una competencia de poserismo progresista para ver quién lloraba más por los shipibos y quién se indignaba más contra Castañeda. Una contienda bien difícil. Han clamado por ayuda para los shipibos, pero claro, ayuda del Municipio de Lima. Ni un solo progresista de la ciudad se ha quedado sin tuitear su indignación por la falta de apoyo de la MML a los shipibos. Han llamado a Castañeda de "insensible" para abajo. Lo que me gustaría sabes es cuántos de estos indignados progresistas se han acercado a Cantagallo a llevarles una ayuda personal, dinero de sus propios bolsillos, o han ido para acogerlos en sus casas. Tanta consternación y sensibilidad social debería darles para practicar la benevolencia y el altruismo con sus propios recursos. Pero no. Una vez más el show del progresismo en las redes ha sido solo para posar como buenos chicos, seres sensibles y altruistas, pero solo para exigir que el Municipio de Lima ayude a los shipibos. Ellos en ningún momento se mojan las manos. Una vez más la hipocresía progresista salió a la luz. 

Es muy fácil posar como buenos pidiendo que otros se encarguen del problema. Es muy cómodo salir a posar como buen altruista siempre que el dinero gastado sea el de otros. El show que esta mañana han desplegado los progres ha sido patético. Un ridículo cargamontón contra Castañeda como si él tuviera culpa de algo. Castañeda no los trajo a Lima, no los mandó a vivir en esas condiciones en ese lugar ni les ofreció nada. Ha sido Susana Villarán que se llenó de promesas y se fue sin hacer nada. Ya es tiempo de que este país aterrice y deje de soñar en el floro progresista. Nada es gratis y en esta ciudad tenemos prioridades que atender y estas no empiezan precisamente por las ayudas ni el floro ni los parquecitos. 

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