Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Con la misma creatividad con que siempre inventan sus frases de cliché, hoy los progres han patentado un nuevo concepto: "voto crítico". Sirve para empaquetar su desprecio con una sonrisa y darle la mano a PPK mientras le escupen en la cara. Eso es en buena cuenta su novedoso voto crítico, que más apropiadamente deberían llamar voto cínico. Si el rojerío tuviera dignidad y principios votarían en blanco. El proceso ya no es con ellos. Ya perdieron. Están fuera. Los dos candidatos de la segunda vuelta son de la derecha que tanto odian y desprecian. Así que toda la plaga de rojos, progres y caviares simplemente deberían abstenerse y votar en blanco. Es lo que dicta la decencia política, algo que la izquierda no conoce y nunca ha tenido.
El voto crítico significa que los rojos votarán por PPK solo para impedir que gane Keiko. Es decir, una vez más la izquierda actúa basada en el odio, que es el ingrediente principal de su ideología. Claro que disfrazan sus padecimientos mentales con nobles intenciones. Siempre lo hacen así. Ahora por ejemplo alegan que lo hacen en defensa de la democracia, como si alguna vez les hubiera importado a los rojos la democracia. Que vayan a engañar a los pulpines universitarios, que son los únicos que se comen todos sus cuentos. En su voto crítico no existe más interés que impedirle el triunfo a Keiko por odio y más nada. Un odio malsano que también está disfrazado de idealismo puro y barnizado en mentiras y mitos sobre un pasado que no conocen. ¿Qué tiene que ver Keiko con el pasado? Nada, salvo llevar el apellido de su padre.
Hasta una casta de intelectuales de izquierda autodenominados "historiadores", han emitido uno de esos famosos "pronunciamientos" que tanto les encanta a los progres, con un montón de firmas de apoyo. El mamotreto parece redactado por un pulpín que repite los mismos argumentos relamidos contra Keiko, incluyendo una tesis ridícula que un intelectual que se llama historiador no debería cometer: "el retorno al pasado". Eso suena bien como título de una película de ciencia ficción, pero en la vida real eso es imposible. Cualquiera con dos dedos de frente lo sabe. Nunca se vuelve al pasado ni se repite la historia. Allí está como prueba cercana el segundo gobierno de Alan García. Así que ese rollo de la "vuelta al pasado" no es más que pura estupidez y cuento para tontos.
Es una lástima ver nuevamente a todo el rojerío, incluyendo los "intelectuales", entregados a una patraña y alentando una campaña sustentada en el odio enfermizo. Ya es hora de empezar a hablar de algún plan nacional de salud mental para ayudar a todos estos transtornados de la izquierda delirante a superar sus traumas. Especialmente cuando vean que Keiko se pone la banda presidencial. Pero si por un azar de la historia ganara PPK, no tardarán los trastornados del rojerío en salir a marchar con sus carteles "Devuélveme mi voto PPK". Así son pues estos delirantes de izquierda. Ya los conocemos.
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