Por: Erick Flores Serrano
Director del Instituto Amagi - Huánuco
El sobre-peso y la ausencia de higiene son problemas muy serios para la salud de las personas. Esta no es una opinión, creo que la mayoría de personas somos conscientes de los peligros que esto puede traer a nuestras vidas. Sin embargo, el feminismo moderno parece ignorar (con descarada intencionalidad) toda evidencia médica al respecto y promueve estos problemas como una de sus plataformas de lucha contra la “opresión heteropatriarcal”.
Bajo el rótulo de la “diversidad corporal”, el feminismo moderno hace una promoción irresponsable del sobre-peso y la ausencia de la higiene, dicen que una mujer que no se depila, que no se baña y que sufre de obesidad, es una mujer libre; aducen que padecer este tipo de males permite que las mujeres se liberen del yugo normativo que impone la sociedad a través de los estándares de belleza que genera el machismo, el patriarcado y todos los hombres de paja que se han inventado para justificar su lucha. Incluso en estos tiempos este feminismo moderno celebra el día internacional sin dietas, fecha en la que se busca luchar contra la industria de productos dietéticos y generar “consciencia” sobre el cuerpo de la mujer.
De una manera u otra, todos conocemos que la vida de una persona que sufre de estos problemas no es fácil, tiene que enfrentar burlas de todo tipo en cada momento de su vida y, de no tener la suficiente autoestima y capacidad para enfrentar emocionalmente este tipo cosas, las consecuencias hasta pueden ser fatales. Pese a todo esto, el feminismo moderno, contrario lo que tendría que hacer por solo sentido común (no necesariamente en el marco de “la lucha por la liberación de la mujer”), pretende hacerles creer a las víctimas de estos males que su situación no solo es normal sino que es virtuosa, que contribuyen a la lucha por un mundo mejor.
Lo que hace el feminismo moderno no solo es irresponsable en términos médicos, sino que constituye un grave perjuicio para la población que dice defender, las mujeres. En este punto -pese a que bien podría hacerse- es irrelevante caer en razones estéticas. Todos tenemos una concepción de belleza en una mujer que puede diferir bastante la una a la otra, y no es menester de esta entrada hacer especificación alguna. Lo que sí es imperativo comprender, es que si hay algo que no es subjetivo, es la salud de las personas. Una persona con sobre-peso y sin higiene, es una persona que está sufriendo un problema. No es una persona sana y esto no es ofensa en ningún sentido. Lo que termina siendo una ofensa al sentido común, es la promoción de estos problemas como si fueran algo que genere orgullo y placer en las víctimas, lo cual fuera de “liberarlas” de alguna opresión, las condena a una existencia triste y a una “felicidad” ficticia.
Y eso es lo que representa el feminismo moderno para las personas, en especial para las mujeres, un problema de salud. Un problema que crece en el mundo y que, afortunadamente, ha tenido una respuesta clara y contundente en todas las personas con un poco de sentido común y que vemos con preocupación este tipo de cosas.
No se engañen, mujeres, el feminismo moderno no lucha por ustedes, tiene marcados intereses políticos y ustedes solo son instrumentos, herramientas desechables en su lucha; el resto somos los enemigos.
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