Las leguleyadas, siempre las leguleyadas. En el Perú nunca se cumple la ley, lo único que se cumplen son las leguleyadas, como esta que acaba de perpetrar el JNE al declarar nula una resolución del JEE que condenaba a Ollanta Humala por hacer una de sus típicas declaraciones altisonantes y arrabaleras contra los candidatos y/o políticos que son parte del escenario electoral. Algo que está expresamente prohibido por ley, por si no basta el simple decoro y sentido común, que el cachaco bruto obviamente no tiene.
La intervención del JEE para condenar la grosera intromisión de Humala en el proceso electoral, dando opiniones de camionero contra los políticos que odia, fue acertada y al menos debió ser ratificada ya que la condena es puramente moral. Pero al parecer, a los fantoches del JNE les tiemblan las rodillas frente a palacio. Una muy mala señal que revela falta de independencia. El argumento del JNE es ridículo. Dejando de lado el hecho real y concreto, es decir, la falta del presidente, se basa en una supuesta "falta administrativa" del JEE al no permitir la defensa de Ollanta.
¿Defensa? ¿Cuál defensa? El JEE se pronunció contra un acto que todo el Perú pudo ver y oír repetidas veces por todos los medios de comunicación. A eso se refería la resolución. Es muy concreto. No hay nada que discutir. Es flagrancia. Pero siempre en el Perú está primero la defensa legal de los cinco pies del gato. Esto nos da muy mala espina para lo que sigue. Así está muy difícil que el JNE tenga los cojones para sacar de carrera al niño mimado de las encuestas, Julio Guzmán y su pandlla de tránsfugas, trepadores, aparecidos y arrimados a su vientre de alquiler.
En el próximo cambio de la Constitución, lo que deberíamos hacer es ya declarar oficialmente al Perú como una República Bananera.
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