Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
La política peruana es como una serie de ficción que nunca termina de sorprendernos, pues siempre aparece un nuevo personaje que supera al anterior. Cuando creímos haber escuchado los mayores embustes de la política con Alejandro Toledo, aparece César Acuña para mostrarnos que el horizonte de la mentira aun está muy lejos de ser alcanzado. De hecho, César Acuña ya se ha ganado su lugar en el hall de los caraduras. Estamos ante un verdadero capo di tutti capi de una novedosa "mafia intelectual", que trafica con títulos académicos y se apropia de ideas y libros enteros, gracias a leguleyadas sorprendentes como resoluciones de su propia universidad que lo convierten en coautor de un libro.
Ante la pregunta ¿qué parte del libro le pertenece? Acuña respondió que él colaboró con opiniones y comentarios. Y lo más sorprendente es que lo dijo en serio. Lo lamentable es que en un país donde pocos leen y menos aun escriben, esta clase de embustes pueden resultar razonables y suficientes para "esclarecer" el tema, que es lo que ha pretendido hacer el señor Acuña, quien a no dudarlo, pertenece a una raza diferente, una raza de conchudos y sinvergüenzas de marca mayor. César Acuña está al mismo nivel de Rodolfo Orellana solo que en diferente rubro, uno estafa en propiedades inmobiliarias y el otro en intelectuales. No tengo ninguna duda que Acuña está en condiciones de superar al mismísimo Vladimiro Montesinos de llegar al poder, ya que cuenta con banda propia.
La historia es bastante burda. Acuña convence a su modesto profesor de publicarle su libro. Este accede y el libro se publica en la UCV pero resulta que César Acuña figura como coautor sin serlo. ¿Cómo ocurrió este milagro? Gracias a una resolución de su universidad. Tiempo después cambian la modalidad y publican tirajes separados, donde en uno figura como autor solo César Acuña. La trafa está magistralmente consumada. El humilde profesor Otoniel Alvarado Oyarce fue burlado vilmente por su alumno de la raza distinta, quien hoy nos cuenta una increíble historia: su profesor le pidió que él fuera coautor de su libro. ¡Qué tal cuento! Dentro de poco los niños pedirán que les contemos un cuento de Acuña.
La pregunta es si este sujeto se puede burlar de todo el país y flotar en las aguas de nuestro sistema político sin que le pase nada. Es indudable que la escoria que lo rodea, entre tránsfugas convenidos, zombies resucitados y trepadores de baja estofa que no hacen más que aplaudirlo como focas, no habrá ninguna voz de condena. Ni siquiera de parte de los cándidos pastores evangélicos que aparecen sin decoro alguno en la estampita de la Alianza para el Progreso.
Lo único que queda esperar es que alguna autoridad se pronuncie y vete al sinvergüenza. Eso es lo más seguro porque de mantenerse como candidato no sería raro que el electarado lo elija como presidente. Hay que exigir que las autoridades actúen de inmediato y detengan a este mafioso. No podemos correr riesgos y tener otros cinco años desperdiciados.
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