Por: Miguel Augusto Grados Iturrizaga
Un outsider es alguien de afuera, independiente. Pero, si el outsider es solo la cara visible del mismo grupo de políticos tradicionales, entonces el outsider, es un insider. No ha existido un outsider en el Perú y no lo existe hoy. El outsider, no es otra cosa que un caballo de Troya para agrupaciones tradicionales que ya gobernaron y se ganaron la antipatía del pueblo gracias a su gobierno mediocre.
En el Perú, la izquierda ha utilizado la carta del outsider con frecuencia. Ellos gobernaron a sus anchas del 1960 a 1985. Al final de casi tres décadas, tanto la izquierda “demócrata” de FBT, como la izquierda radical del velasquismo, quedaron completamente desprestigiadas. Por ello se vieron obligados a crear la figura del outsider. Desde fines de los 80´s en adelante, la social democracia (encarnada en Acción Popular en el Perú) ha querido engañar al país postulando a personajes aparentemente ajenos a la política, pero que en realidad servían como la fachada de los mismos políticos socialdemócratas (o caviares) de siempre, que deseaban regresar al poder escondiéndose del pueblo. Es así que FBT nos trajo a un ex velasquista y castrista ya moderado como MVLL en 1989 (nada ajeno a la política). MVLL perdería ante el outsider de la izquierda más radical. Para 1995 FBT insiste exactamente con la misma fórmula, trayendo a otro reconocido mundial, que también tenía una apariencia de independiente. Un caviar, que tuvo muy buenas relaciones con el velasquismo, siendo su embajador en Moscú. Como vemos estos no tenían nada de outsiders. Habían estado siempre muy ligados a la izquierda radical en un primer momento y luego, más moderados, a la social democracia. Para 1995, FBT y los caviares ya había entendido que el pueblo había reconocido a estos dos lobos disfrazados de ovejas, por lo que necesitarían un mejor disfraz. Así es que para esas elecciones, ya estaba fogueando a su próximo títere, digo representante de rasgos indígenas, que los llevaría al poder nuevamente. Y así sucedió en el 2001 con el sano y sagrado. El problema para ellos, es que una vez que los rojicaviares llegan al poder y el supuesto outsider gobierna, con y para, la misma gente de siempre, el pueblo se siente engañado y pierden todo el respaldo. Paniagua y Toledo dieron pena cuando candidatearon luego. En ambas elecciones los caviares terminaron apoyando al outsider de sus hermanos radicales, el outsider-insider Humala. Esta vez los rojos habían elegido un militar que aparecería como independiente, que traía a todo el rojerío político tradicional. Puro dinosaurio velasquista, pero como vemos la fachada engaña.
Está demostrado que nunca ha habido un outsider, todos han sido candidatos reciclables de grupos económicos poderosísimos, que financian a la izquierda moderada o radical en cada elección. Desde 1960, los rojos y caviares, han gobernado 35 de 55 años, el 64% del tiempo y eso que no le sumo el primer quinquenio Aprista de orientación izquierdista. Sin embargo, en cada elección aparecen con un cantante nuevo, que promete cambiarlo todo, pero no cambia nada porque la banda es la misma. Como vemos acá hay un grupo económico rojicaviar, que gobierna casi permanentemente el país. Están detrás del outsider de turno y nadie se da cuenta. Estos empresarios, que apoyan a las izquierdas, se han enriquecido enormemente con estos gobiernos y se han adueñado de casi todos los medios de comunicación. Planean seguir en el poder en las próximas elecciones y otra vez con el cuento del outsider. Esta vez, los caviares tienen a su outsider-insider, en Gastón. Su padre y él son de izquierda acciopopulistas de toda la vida, un plato repetido de MVLL y JPdC. Los rojos oficialistas, tienen en Urresti y los rojos más radicales están buscando su Pablo Iglesias en cuanta marcha puedan crear.
Hoy el fujimorismo y el aprismo son los únicos partidos serios y consolidados. Ambos tienen gran respaldo de la población. Lo gracioso es que los rojicaviares y sus medios siempre reclaman institucionalidad, partidos consolidados, seriedad, etc. Pero ellos nunca consolidan un partido porque son un fracaso cuando gobiernan y tienen que recurrir a una nueva mascara en cada elección para llegar al poder de contrabando. Ellos son los culpables de tener una política tan devaluada y sin partidos. FBT, JPdC, MVLL, Paniagua, Toledo y Humala provocan arcadas en la población. Por eso copan todos los medios de comunicación, para destruir a partidos que si han durado y hacerle el camino fácil, al nuevo caballo de Troya rojicaviar. Es tiempo de que se terminen los cuentos de outsiders-insiders, que se acabe esta farsa, este engaño contra el pueblo. Ya es hora de una política institucionalizada, solo con partidos que respondan por sus gobiernos y no se disuelvan para después aparecer con otro. Además, que tantas opciones políticas no hay. No es posible tener doce candidatos, debería haber a lo máximo cuatro. Están los partidos que quieren un mercado más libre, con un Estado que regule lo mínimo indispensable, con poco gasto del Estado (estos generan inversión y desarrollo) y los otros, que les gusta un Estado grande, gastador, interventor, con muchas regulaciones (estos generan desempleo y frenan la economías), dos de cada uno y punto. Ya tenemos a fujimorismo y al aprismo, con un voto duro. Ahora solo faltan los rezagados de siempre, la izquierda. Que formen los caviares y rojos sus partidos, que de una vez por todas le den la cara al pueblo como lo han hecho los apristas y fujimoristas, que respondan por sus pasivos y activos, como lo han hecho los mencionados. Que tengan la valentía y honestidad de dar la cara y asumir sus gobiernos anteriores y que no salgan con el cuento de que la izquierda nunca gobernó. ¿O es que quieren seguir engañando a la gente? ¿Prefieren seguir mintiendo para después tener el desparpajo de decir que son la reserva moral de país? Este 2016, los partidos consolidados deben desenmascarar a estos farsantes y a todo su aparato mediático y financiero.
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