Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
En el país de los papanatas las reformas nunca terminan. Apenas acaban una y empiezan a modificarla. Este es el caso de las pensiones y AFPs. Lo peor de todo es que los papanatas que hacen las reformas en el Congreso culpan a las AFPs de los problemas del sistema, como si fueran las AFPs quienes hacen las leyes y no los mismos charlatanes del Congreso que hoy se apresuran a reformar su reforma. Encima hay que aguantar la cara de cínicos que ponen, asumiendo la pose de héroes de la nación en defensa del consumidor. Ya es hora de que paren de joder.
Todo el mundo mete la cuchara en el asunto de las AFPs, pero solo para ganarse alguito en términos de figuretismo. Es por eso que se leen y escuchan las más atroces barbaridades y estupideces en torno a algo que debiera permanecer en el campo técnico y no en lo político y menos en lo ideológico. Pero en este país de papanatas, estamos acostumbrados a que todos los temas técnicos se conviertan en políticos y acaben rápidamente en el delirio ideológico y la locura de los charlatanes, donde una recua de burros opina sin la menor idea de lo que dice.
Vayamos por partes. En primer lugar, el sistema privado de pensiones (SPP) fue una genial idea para solucionar el sistema nacional de pensiones (SNP) a cargo del Estado que estaba quebrado. Ningún sistema de pensiones ha funcionado antes. Las cajas de pensiones fueron dilapidadas por mafias y los diferentes sistemas pensionarios a cargo del Estado fueron prostituidas por los políticos llevándolas a la quiebra. Así que las AFPs por lo menos están allí bien vigiladas por la SBS y tienen una excelente rentabilidad. Como se puede ver en el siguiente gráfico del fondo 2.
Si el SPP no ha podido mantener la rentabilidad es por dos motivos ajenos a ellas: 1) porque el gobierno ha paralizado la economía sin poder reformar la burocracia estatal que ha frenado las inversiones, y 2) porque las leyes le impiden a las AFPs invertir más dinero en el exterior, donde podrían obtener mejores rendimientos. En tal sentido resulta de lo más cínico y falaz criticar el bajo rendimiento de las AFPs en este año.
Ahora nuestros políticos se rasgan las vestiduras por las tonterías que ellos mismos hicieron hace dos años, guiados por el odio a la empresa privada y al lucro. La ideología nefasta del progresismo liderada por el fallecido Javier Diez Canseco y sus secuaces de izquierda, y seguida por los ignorantes del nacionalismo, emprendieron las reformas orientadas a reducir las utilidades de las AFPs. No les importó un pepino la rentabilidad de los fondos ni mejorar el sistema de disposición de esos fondos ni nada que optimizara el sistema. Todo lo que buscaron fue impedir que las AFPs ganaran dinero.
Con esa mentalidad cavernaria inventaron una nueva modalidad de cobro de comisión que generó malestar entre todos los afiliados y no cumplió sus objetivos. En segundo lugar inventaron el monstruo de Habitat creando un absurdo monopolio a la que le ofrecieron como anzuelo tragarse a todos los nuevos pensionistas y añadirle a los independientes. Tal fue la ingeniosa oferta de nuestros progresistas para convencer a este monopolio, eliminando así la libertad de los ciudadanos de elegir con qué entidad quieren contratar. Algo que es una imbecilidad sin nombre.
Esa reforma malintencionada basada en la ideología antiempresarial y antiliberal ha fracasado estrepitosamente provocando el malestar en todos. ¿Quién tiene la culpa de que hoy exista un monopolio y una obligación de los independientes de aportar a ella? Nadie más que estos políticos papanatas y mediocres, empezando por el propio Daniel Schydlowsky, mandamás de la SBS, y ese farsante de Jaime Delgado que se cree defensor de los consumidores.
Lo peligroso del asunto es que los políticos responsables del desastre no han tenido mejor idea que culpar de todo al SPP y las AFPs generando un falaz discurso que está calando en la mente de la gente. No es nada raro escuchar opiniones equivocadas de la gente que cree, por ejemplo, que hay que cumplir 110 años para cobrar la pensión. Hasta políticos respetables hacen referencia a esa edad sin saber de lo que están hablando. Se está creando en el público una opinión desfavorable a las AFPs solo por lavar la culpa de los políticos irresponsables. Y quienes están felices con todo esto son los progres de la podrida izquierda que ya se frotan las manos viendo el momento de eliminar a las AFPs como lo han anunciado tantas veces. A río revuelto ganancia de pescadores.
Lo que hay que hacer es dejar que los técnicos enfrenten las reformas del SPP y pedirle a los políticos, en especial a esa recua de incompetentes que tenemos en el Congreso, que se callen y que aprendan. Lo que se necesita es eliminar las restricciones para invertir en el exterior, cambiar el cobro del seguro por un precio fijo y no un porcentaje del sueldo, estudiar condiciones en que podrían permitirse disponer de una parte del fondo, etc. Además de todo eso, hay que combatir las estupideces que predican contra el SPP buscando que el Estado se apropie de los fondos. Para terminar, deberían abrir la posibilidad de que quien quiera salir del SPP y pasar a la ONP pueda hacerlo libremente. De ese modo a quien no le gusten las AFPs solo tienen que largarse a la ONP y dejar de joder.
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