Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
El ministro Alfredo Thorne decidió prolongar su agonía y morir con clase. En lugar de renunciar ha invitado al Congreso a que le corten la cabeza, lo cual sucederá tarde o temprano. La jugada de forzar una "cuestión de confianza" no es más que otro intento de chantaje de este ministro, pero esta vez al Congreso. Sin embargo, no le ha dado resultados porque en su caso no corresponde esa figura. Así que al Congreso no le queda más que afilar la espada.
Muy incómoda es la situación de este gobierno. A poco de cumplir un año no tiene nada bueno que ofrecer. La economía continúa en picada y los servicios del Estado siguen colapsados y sin solución a la vista. No hay ninguna reforma en marcha y los grandes temas que han acaparado últimamente las portadas solo tienen que ver con los escándalos de Chinchero.
La única estrategia política del gobierno es montar el mito del Congreso opositor. A esa narrativa apunta su numeroso equipo de prensa y propaganda, desde reconocidos columnistas mermeleros, hasta caricaturistas de medios y trolls de redes. La idea es culpar al fujimorismo de la mala marcha del gobierno. En esa dirección apunta el pedido del ministro Thorne. Está buscando que sea el Congreso quien lo censure para que luego el gobierno pueda victimizarse achacando toda la responsabilidad a la "oposición intransigente".
Pero la narrativa no cuaja porque nadie se lo cree. A decir verdad, el fujimorismo anda bastante flojo en su tarea de oposición. Si no fuera por el Apra, Acción Popular y el Frente Amplio, este Congreso sería el más complaciente del siglo. Si el gobierno carece de cuadros políticos, el fujimorismo no es una excepción. La mayoría de los congresistas fujimoristas son debutantes y a veces no saben ni para qué lado patean la pelota, por lo que varias veces terminan siguiéndoles el juego al Frente Amplio (derecho del agua) o a Acción Popular (prohibición de la leche en polvo). Ejemplos sobran.
En medio de este desbarajuste el país marcha a la deriva. En el gobierno anterior el proyecto Conga se trajo abajo al gabinete en pleno en menos de tres meses. Ahora tenemos que Chinchero le está costando ya dos ministros a este gobierno. Pero lo peor es que PPK carece de reflejos. Camina a paso de tortuga y nadie sabe qué ocupa su mente. Se está volviendo impredecible.
Lo único que nos queda es cruzar los dedos y esperar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario