Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
El fiscal Marco Guzmán Baca, de la Segunda Fiscalía Penal Supraprovincial, finalizó su investigación por el caso de las esterilizaciones forzadas ocurridas en la década del 1990, y concluyó que los investigados Alberto Fujimori y su ex ministros de Salud Alejandro Aguinaga, Marino Costa Bauer y Eduardo Yong Motta no tienen ninguna responsabilidad delictiva, según informaron hoy todos los medios. Así concluye, una vez más, la patraña de las "300 mil esterilizaciones forzadas" que montó la izquierda en la guerra sucia contra el fujimorismo, y quedará como uno de los mayores psicosociales de la historia del Perú.
No hace falta siquiera ser muy astuto para caer en cuenta que semejante patraña tenía que ser falsa. Se trataba de un programa de población y planificación familiar diseñado y auspiciado por la OMS, y que en su momento contó con el apoyo entusiasta de todas las ONGs feministas del país. Pretender que hubo una política de Estado para esterilizar a miles de mujeres solo cabe en un cerebro dañado por la droga, el opio de la ideología o el odio irracional que caracteriza a los sectores de izquierda.
Realmente no hace falta abundar en más detalles alrededor de esta fábula con que el progresismo engañó a miles de jóvenes incautos que creyeron en el cuento y salieron a las calles a protestar con carteles absurdos. Nunca se pusieron de acuerdo en la cifra. La patraña anunciaba cifras que iban entre los 200 hasta los 314 mil, como el que anuncia el titular de La República, diario que encabezó la guerra sucia contra Keiko en la campaña del 2011. Diversas investigaciones habían desestimado la denuncia, como la la que hizo la Defensoría del Pueblo, pero ciegos ante las evidencias, los lunáticos insistieron en su psicosocial, convencidos de que la mejor estrategia es mentir, mentir, y seguir mintiendo.
La sétpima vez en que esta absurda denuncia se archiva no será sin duda la última, porque IDL, la ONG de izquierda especializada en montar casos judiciales contra el Estado peruano, los militares y el fujimorismo, ya anunció que apelará. Al fin de cuentas, todas estas ONGs de izquierda viven de eso: de la mentira y el psicosocial. Hay que conocerlos y señalarlos.
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