Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
La semana ha tenido un final inesperado. Mientras el gallinero progre se alborotaba festejando la renuncia de Yeny Vilcatoma a la bancada fujimorista, paralelamente empezaban a crecer en las redes unas denuncias de acoso contra Gustavo Faverón, uno de los santones de la izquierda "intelectual" cuya especialidad es la nada, pero que se dedica a escribir con gracia de payaso para el jolgorio de sus seguidores, pontificando siempre sobre la ética, y atacando a quienes no son de su nivel moral. Como todo progresista que se respete es un ácido antifujimorista, por supuesto, no faltaba más, y en consecuencia es glorificado y sobrevalorado en exceso por las masas babeantes del progretariado que celebran cada columna suya.
En lo personal, debo confesar que no lo seguía ni lo leía. Hasta lo tuve que bloquear luego de una larga discusión en la que él insistía machaconamente tratando de ganar a la prepo. Me bastó leer una entrevista suya para descartarlo de plano pues cualquiera que cacaree el relamido mito de las esterilizaciones forzadas "hechas por Fujimori", no es más que un pobre diablo que de intelectual no tiene nada y menos de honesto. Solo es otro charlatán alimentando a la piara del antifujimorismo juvenil para ganar aplausos baratos. Es muy fácil ganar likes y seguidores de esa burda manera.
Pero entrando al tema, las pruebas del acoso salieron a flote en las redes pues es muy fácil mostrar pantallazos, y allí estaba Guztavo Faverón acosando alumnas con expresiones lascivas y sucias. En un país dominado por la onda #NiUnaMenos y que acaba de hacer una gran marcha nacional contra la violencia hacía la mujer (y el acoso lo es) se esperaba una gran indignación. Pero para sorpresa de muchos no fue así. De pronto los dueños de la ética y la moral callaron. Silencio. Nada. Y luego... de pronto aparecieron acusaciones a las acusadoras de estar falseando pantallas, editando imágenes, difamando, etc. La conciencia moral del país se fue contra las víctimas de acoso. ¿No es raro?
No. No es nada raro. Así funciona la mentalidad del progresismo activista dueño de todas las causas nobles y justas. Si por algo son famosos es por su hipocresía y doble moral. Ellos solo ven la paja en el ojo ajeno, la corrupción en la otra vereda, los trolls en el otro equipo. Viven convencidos de que son los puros, sanos y santos, y que su misión en la vida es combatir a los otros. Entonces aparecieron mensajes de personas preocupadas diciendo "Yo lo conozco a Gustavo y es imposible que él diga esas cosas" mientras que la cofradía caviar en pleno lanzaba tuits y post en Facebook defendiendo a Faverón, un "distinguido intelectual". ¿Intelectual? ¿Por dónde? ¿Escribir una novelita te vuelve intelectual en este país subdesarrollado? Sí, así es como funciona el mundo progresista: está repleto de intelectuales baratos cuya máxima hazaña en la vida ha sido publicar una novelita y posar para la foto en una feria del libro. De allí dan el salto a la columna de un diario o revista y, luego a su fanpage de Facebook, donde una nube de idiotas pulpines celebra cada pedo que se tira contra el fujimorismo y el aprismo. De esos hay varios.
La cereza del pastel fue la patética columna de María Luisa del Río en Peru21, ¿Quién es María Luisa del Río? Nadie. Literalmente nadie. ¿Por qué escribe una columna en un diario? Nadie sabe. Habría que preguntárselo a los caviares que manejan los medios. Tal vez se debe solo a que es una "del Río" pues al parecer cualquiera que se llame "del Río" escribe en los diarios de Lima. ¿Se han dado cuenta? Bueno, la columna de marras llenaba de flores a Gustavo Faverón indicando que sus mensajes eran una "comunicación consentida". Así como lo leen. O sea, nuevamente la mujer era la culpable por "consentirlo". Y lamentaba el "te de tías chismosas" que en las redes hacían las denuncias contra el acosador consentido. Pero si esa columna fue asquerosa, la reacción de la caviarada fue peor, pues de inmediato lo colgaron en sus redes llamando a la caviarona del Río "valiente" y "clara", Es decir, la progrería y la caviarada en todo el esplendor de su miseria moral.
¿Y qué han hecho por su parte la plaga de trolls y cuentas basura del progresismo pulpín en las redes, tan atentos a todo movimiento en falso de los "fujilovers" para trolearlos como enjambre de abejas? Nuevamente nada. En esencia se han hecho los cojudos. Para ellos no ha pasado nada. Ni enterados. Han seguido con su borrachera festejando la renuncia de Yeny Vilcatoma como si le hubieran arrancado el corazón al fujimorismo. Tan imbéciles son que festejan el TT #AhoraSon72 como si 72 congresistas fuera nada. Pero ese es el nivel de la izquierda en su amplia magnitud. Qué vamos a hacer. Son lo que son. Estamos llenos de parásitos de las redes, "intelectuales" baratos y caviares con columnas regaladas. Es mi Perú.
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