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domingo, 10 de septiembre de 2023

La democracia caviar en peligro


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Una vez más estamos ante el patético espectáculo de la caviarada llorando por la democracia. Cada vez que el Congreso pone en su mira a una entidad controlada por la mafia caviar, o a cualquier funcionario servil a la caviarada, saltan en coro a chillar que "la democracia está bajo ataque". Francamente solo cabe la risa. 

Ya es normal ver esta conducta caviar. En realidad es normal en todo el rojerio izquierdoso. La democracia para ellos es cuando tienen el control o el poder. Y cuando no lo tienen no es democracia. Menos aun si lo pierden. Cada vez que la izquierda pierde el poder salen a las calles acusando de golpe y de dictadura. Son ellos lo que siempre recuperan la democracia, los que luchan por la democracia. Los demás son dictadura y golpistas. Según ellos, ahora vivimos en dictadura.

Recordemos que toda esta canallada caviar le pedía a gritos y de rodillas a Martín Vizcarra que cerrara el Congreso, tan solo porque tenía mayoría fujimorista. Eso era algo que no podían aguantar. Había que cerrarlo y Vizcarra se dedicó a eso a tiempo completo, buscando una negación de confianza que le permitiera cerrarlo. Nunca lo consiguió, pero cuando el Tribunal Constitucional que era afin a la mafia caviar estuvo en peligro, de inmediato se inventaron la "negación fáctica" parra cerrarlo. Eso fue la gloria para toda la caviarada y el rojerío infecto contagioso porque cerraron el odiado Congreso "fujiaprista" y salvaron al TC caviar.

¿Alguien de la caviarada dijo que la democracia estaba en peligro tras el cierre del Congreso por Vizcarra para salvar al TC caviar? ¿Alguien llamó "dictador" a Vizcarra? No. Al contrario. Convirtieron a Vizcarra en el Santo Patrón de la caviarada. Le cantaban Happy Birthday desde sus balcones. Publicaban libros sobre él. Ni siquiera lo cuestionaron cuando nos encerró salvajemente y era incapaz de comprar oxígeno mientras miles de peruanos se morían asfixiados.

¿Y qué pasó cuando el Congreso vacó a Vizcarra por corrupto, siguiendo fielmente el procedimiento legal? ¿No salieron a las calles a llorar por su ídolo? ¿No acusaron a Merino de golpista y dictador? ¿No salieron los idiotas del bicentenario y los tarados del "Si,Si,Si,No" a las calles a tomar la ciudad a pedradas y bombardas durante una semana para traerse abajo al gobierno constitucional de Merino? ¿Algún caviar salió a decir que la democracia estaba en peligro? No. ¡Al contrario! Salieron a decir que los idiotas del bicentenario estaban tratando de recuperar la democracia. Y luego convirtieron en mártires a los delincuentes baratos Inti y Bryan.

Y es que cada vez que la izquierda pierde el poder por cualquier motivo salen a las calles a "recuperar la democracia" o a exigirla. Esto es algo que yo lo vengo viendo desde que cayó el dictador Velasco Alvarado. Solo entonces salieron las cucarachas de izquierda de todos sus escondrijos a exigir democracia. Desde entonces hasta la caída de Pedro Castillo nada ha cambiado. 

Y lo mismo pasa cuando una entidad controlada por la mafia caviar pasa a otras manos. Según los hipócritas de la caviarada, hoy el Congreso "tiene" al TC, el Congreso "tiene" al Ejecutivo, y "tiene" al Ministerio Público. Y ahora quiere "tener" a la JNJ. Es una completa estupidez hablar del Congreso -que es un ente colectivo y variopinto- como si fuera una persona con deseos y ambiciones propias. Pero así es como engañan y manipullan a la gente. Lo que la izquierda caviar teme es perder sus privilegios en esas entidades. 

La caviarada es una mafia bien organizada. Es una organización criminal basada en oenegés y medios afines dedicada a obtener el control político del Estado y sus instituciones. Es por eso que hoy ven el patético desfile de comunicados de toda clase de oenegés, incluyendo una que salió a nombre de "ONU Perú", pero que sin duda es el aporte de algún parásito que vegeta a una oficina de Miraflores y toma café con lo caviares maomiraflorinos. 

A fin de cuentas acá no pasa nada. El Congreso está facultado por la Constitución a remover a los miembros de la JNJ y punto. Solo se necesitan 87 votos, si no me equivoco. No hay nada más que discutir. Y nada es gratuito. Hace rato que los angelitos de la JNJ se han puesto en la mira por metiches. Se han dedicado a intervenir en la política absurdamente. Por ejemplo, defendiendo a la fiscal Zoraida Avalos cuando el Congreso estuvo a punto de destituirla. Eso es inusual y ridículo, pero como la tal Zoraida era afin a la mafia caviar, tenían que salir a defenderla haciendo el ridículo. 

Además de ello, la JNJ se ha convertido en la Santa Inquisición caviar que busca desaforar a la incómoda fiscal de la Nación Patricia Benavides, por el delito de no ser afín a la mafia caviar ni obedecer las consignas de IDL. Eso es todo. El resto es cuento. Para colmo, la JNJ ni siquiera se toman la molestia de empezar por casa y sacar a esa señora Inés Tello, que se mantiene en el cargo pese a estar bien pasada de edad, contraviniendo la ley. Por todo esto y más, el Congreso está facultado para fiscalizar a la JNJ y, eventualmente, destituir a sus miembros si considera necesario.

Nada de esto atenta contra la democracia ni con el equilibrio de poderes. El Congreso no tiene más poder que el que le otorga la Constitución. Mientras se cumpla la Constitución no hay ningún peligro para la democracia. Lo que pasa es que esta democracia no es la que les gusta ni conviene a los caviares. Eso es otra cosa.

viernes, 2 de junio de 2023

Caviar en salsa de choros

 

Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

No me interesa hacer escarnio de un sujeto ya caído en desgracia, pero tampoco caeré en la pose ridícula de decir que no le deseo mal a nadie. Hay muchísimas personas en este país que nos han causado un daño inmenso a los peruanos y se merecen todo el castigo posible en este mundo. Me refiero a esa casta de personajes tan finos como hipócritas a quienes conocemos con el génerico rótulo de "caviar". Un caviar es el clásico izquierdoso que pertenece a la clase acomodada, muchas veces de noble cuna, larga alcurnia y apellido sonoro y/o compuesto. Es la gentita bien que tiene el poder misterioso de poder abrir todas las puertas con solo pronunciar su nombre, el invitado especial de los medios para ilustrarnos con su sabiduría profunda sobre casi cualquier tema, el candidato eterno a ministro de estado, a consultor o a conformar cualquier comisión de notables, el tipo fino y carismático que siempre está a favor de las causas nobles y lindas que defiende la izquierda, el amante de los pobres y predicador de la igualdad, el infatigable luchador contra la corrupción, el defensor insobornable de la democracia, el dueño de la moral, la memoria, la dignidad y la verdad. Por último: el típico antifujimorista de manual.

Esta es la gentita que se encargó de configurar el cerebro de las últimas dos generaciones con los discursos de odio al fujimorismo, haciéndole creer a los incautos que el fujimorismo era sinónimo de corrupción y que, por tanto, había que votar por cualquiera menos por Keiko. Empezaron encumbrando a Alejandro Toledo como el salvador de la patria, el mesías que nos sacaría de la opresión del fujimorato para llevarnos a la tierra prometida de la santidad, no sin antes castigar con rigor a todos los que cayeron en el pecado durante los noventa. Luego apoyaron a Ollanta Humala a quien le borraron sus antecedentes como el siniestro capitan Carlos, acusado de crímenes de lesa humanidad, y lo convirtieron en el ángel guardián de la democracia. Más tarde le comprarían la conciencia a PPK para que se pase al lado izquierdo de la historia y empuñe la espada del antifujimorismo. Después dieron soporte a Vizcarra para que se convierta en el verdugo de Alan y Keiko, jugando en pared con una fiscalía capturada ya por la mafia en alianza con los medios prostituidos por el régimen.

Por último, alzaron en hombros a Pedro Castillo, el analfabeto sindicalista magisterial vinculado a la rama senderista del Movadef, aliado de la banda de los Dinámicos del Centro dirigidos por Vladimir Cerrón, un condenado por corrupción. Todo eso se hizo simplemente para evitar el triunfo de Keiko Fujimori. Es decir, los niños bien de la caviarada y sus aliados del progresismo de cafetín, prefirieron mantener sus odios atávicos contra el fujimorismo y nos empujaron al pozo séptico de la corrupción y del extremismo comunista más incapaz de nuestra historia, solo para evitar un gobierno de Keiko.

Toda esa miseria de gentuza que se arrastra por el lodazal de sus odios enfermizos predicando con candor decencia y moral, merecen ser expuestos como lo que son: falsos valores y hasta corruptos. Son la crema y nata de la hipocresía social y política. Han preferido seguir posando como defensores pulcros de la moral con la condena principista a los noventas solo para evitar que Keiko gane una elección, antes que considerar lo que le conviene al país. Poco o nada les importó lo que Pedro Castillo significaba como amenaza real para las instituciones democráticas y republicanas, en vista de sus discursos incendiarios y sus prédicas de odio, para no hablar de su ignorancia absoluta y su falta de cuadros. Lo único que les importó a estos señores caviares y progres de la izquierda fue mantener sus odios.

Lograron engañar a medio país con sus cuentos de terror contra Fujimori y con su farsa jurídica contra Keiko, urdida por un fiscal desquiciado que cada día queda más expuesto ante la opinión pública como el fraude que es. Pese a los destapes de corrupción en cada uno de los gobiernos que apoyaron, ellos siguieron sosteniendo que la única corrupción era el fujimorismo. Eran hábiles para montar marchas de odio a Keiko y al fujimorismo, apoyados por las oenegés de izquierda y sus hordas de zombies amaestrados en el odio, mientras los gobiernos sucesivos que apoyaban cometían los mismos o incluso peores actos de los que acusaban al fujimorismo. ¿En qué gobierno no hubo corrupción galopante? ¡En todos! Y en mayor cuantía. ¿En qué gestión no prostituyeron a la prensa? ¿Acaso no vimos periodistas encumbrados apoyando descaradamente a Ollanta y Nadine, así como a Susana Villarán, cuando actuaban como socios de Odebrecht y otras empresas brasileñas? Nunca se vio una prensa tan servil y arrastrada como la que se entregó a Martín Vizcarra, a quie llegaron a llamar "papá". Pero la prédica de la izquierda fue siempre contra "los diarios chicha de Montesinos" o las rumas de billetes en la salita del SIN. Con eso nos tapaban los ojos para no ver la corrupción de los útimos 20 años.

Otra de las cosas de las que se acusa permanentemente al fujimorato es de copar las instituciones. Pero ¿en qué gobierno no trataron de copar las instituciones? Todos han tenido esa pretensión. Pero nunca fue tan descarado y evidente como en los tiempos de Martín Vizcarra, cuando se desató una guerra política con sicariato de por medio para liquidar al fical de la Nación Pedro Chávarry y capturar la Fiscalía. Luego Vizcarra dio un golpe de Estado, apoyado por la mafia caviar, para evitar perder el Tribunal Constitucional cerrando inconstitucionalmente el odiado Congreso "fujiaprista", algo que estuvieron buscando afanosamente durante un año. Como se ve, los caviares han sido socios de la corrupción y causantes del descalabro institucional del país, mientras predicaban su odio al fujimorato como pose anticorrupción y defensa de la institucionalidad. No hay pues mayores hipócritas y falsos valores como los caviares, esa casta de farsantes de alcurnia y buen apellido que ya han empezado a caer uno tras otro, desde Susana Villarán hasta Mauricio Fernandini, pero seguro que se vienen más. Como cuenta García Marquez en una de sus novelas, solo tenemos que sentarnos en el vano de la puerta y esperar hasta ver pasar el cadáver de nuestros enemigos.   

domingo, 25 de febrero de 2018

La estupidez caviar


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Empezar el lunes siempre es pesado. Pero lo es más cuando de arranque te chocas con algo nefasto, por ejemplo, un artículo en el diario que te deja la impresión de haber pisado alguna deyección canina. Es lo que me deja el artículo de la activista caviar Rocío Silva Santisteban, publicado en el pasquín rojo La República, con el corto pero significativo título: "Estúpidos". Por lo general es mejor ignorar los artículos de esta señora, incluso el diario entero, pero a veces es como dije: toparse inadvertidamente con una deyección en tu camino. Tomaré esto como pretexto para ocuparme de la fábrica mediática caviar destinada a la demolición de lo poco que queda de la derecha liberal.

La señorona en cuestión, esforzada defensora de los derechos de los terroristas, se ocupa del racismo que practican los jóvenes de ciertos colegios, expresado mediante publicaciones hechas en ese panel de idiotas que es mayormente el Facebook infantil. Lo que en realidad pretende esta activista, que hace tiempo abandonó cualquier perfil intelectual, es despotricar contra cierta "clase social" que ella identifica con la derecha. Son los colegios que cuestan 1,500 soles de pensión mensual, dice.

Textualmente escribe "lamentablemente luego estos jóvenes se convierten en la DBA y pasan a gerenciar alguna empresa de su padre o son ministros de algún presidente cholo". Está claro que sus palabras no están cargadas de amor sino de odio clasista y de prejuicios baratos, además de mucha ignorancia sobre la psicología infantil. Lo curioso de los caviares es que este odio clasista está dirigido a su propia clase. Eso es lo que identifica más a un caviar. Los caviares son los hijitos bien de papá que salieron con el cerebro retorcido y acabaron renegando de su propia esencia social, y añoran ser como los cholos que observan a través de las lunas polarizadas de sus camionetas 4X4. 

La señora Rocío Silva Santisteban, autora de este clasista artículo, se educó nada menos que en el pitucazo colegio Santa Úrsula. ¿Cuánto cuesta la pensión en ese colegio que exige alemán intermedio para recibir un alumno en secundaria? La clasista señora RSS que despotrica contra los colegios caros, figura en la promoción 79 junto a refinadas compañeras de clase social con apellidazos como Wiese, Rouillón, Gambirazio, Durant, Cisneros, Dibós, etc. Crema y nata de la sociedad limeña que seguramente no discriminaban a sus amas cuando las vestían y cuidaban en su juventud. Claro que en esos días ellas no tenían Facebook para hacer público sus pensamiento racista.

Pero aun queda más. Luego del Colegio Santa Úrsula nuestra combativa activista caviar se educó en la pitucaza Universidad de Lima. Y no solo eso, sino que luego se fue al imperialista país de los EEUU para estudiar en la pitucaza Universidad de Boston. Aunque después nuestra combativa caviar no haya pasado a gerenciar una empresa de su papi sino que acabó manejando una ONG roja, lo que sí ha hecho es aprovechar todas las puertas que su ilustre apellido le abre automáticamente en el círculo académico y mediático. Que es casi lo mismo.

Ahora, desde la cómoda posición que ha alcanzado gracias exclusivamente a su apellido y privilegiada posición de clase, se ha vuelto una caviar amargada que las emprende contra su propia clase social, contra su propio colegio y sus amistades de la DBA. Se da el lujo de insultar a todo un segmento político "la DBA" por las travesuras que unos infantes hacen en el Facebook, como si no supiera el grado mental que tienen los jóvenes que juegan en la web. Debería mejor ocuparse de los jóvenes progres que salen a armar alboroto en las calles ante cualquier convocatoria por Facebook.

Habría que pedirle a esta señora que controle sus odios de clase. Tómese un diazepam antes de escribir sus artículos y pídale disculpas a sus compañeros de promoción, por lo menos. Lo curioso es que quienes hablan de la DBA son los que más dan muestras de esas cualidades. ¿O acaso no existe una izquierda bruta y achorada? Más bien diría que esos tributos calzan mejor con la izquierda.

Nota: Este artículo se publicó originalmente en La Mula, el 20 de febrero del 2012. 

martes, 5 de diciembre de 2017

La conchaza de Verónika Mendoza


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

A estas alturas solo cabe reírse de los rojos. Se han pasado los últimos 17 años apoyando a puros corruptos mientras posaban como luchadores anticorrupción. Es el caso de Verónika Mendoza, reclutada por Nadnie Heredia cuando lavaba platos en un Mac Donalds de Paris, la trajo de vuelta prometiéndole chamba de mil oficios, incluyendo traer plata sucia de Venezuela para la campaña del 2006. Al final acabó rellenando las listas del nacionalismo y salió electa congresista sin saber leer ni escribir. De allí en adelante se abrió paso como charlatana del rojerío.

Ahora resulta que Verónika Mendoza, quien además de haber sido parte íntima de la mafia nacionalista y apoyar a Susana Villarán, quiere posar como luchadora anticorrupción en otra marchita. Pero no una marcha para rechazar la corrupción progre-caviar de los Humala-Heredia, Villarán y Toledo. No. Una vez más es una marcha para luchar contra el fujimorismo. ¡Qué les parece!

La excusa es la misma de siempre: "el fujimorismo quiere la impunidad al atacar a la fiscalía", "quieren poner allí a sus monigotes para quedar impunes". ¿Impunes de qué? ¿Acaso el fujimorismo ha gobernado en estos 17 años? ¿Acaso no es el fujimorismo el primer interesado en que la Fiscalía investigue a la mafia progre-caviar? La denuncia contra los incompetentes fiscales Pablo Sánchez y Hamilton Castro se debe precisamente a su falta de acción en el caso Lava Jato. Que no los confunda la izquierda. Es todo lo contrario: los rojos NO quieren que se investigue Lava Jato porque saben que van a terminar más embarrados de lo que ya están. Ese es todo el miedo que aterra a los rojos. 

Analicemos el cerebro progresista. Se trata de un cerebro primitivo, reptiliano, que se sustenta básicamente en emociones y bajas pasiones como el odio y la violencia. El cerebro progresista difícilmente llega al nivel del razonamiento, permanece en la etapa de repetidor autómata de consignas. Por eso mismo los vemos propalando los mitos más absurdos contra el fujimorismo y los noventa. Además de sus limitaciones mentales, la gran mayoría vive en la más paupérrima ignorancia. Solo saben lo que les han enseñado a través de memes, pancartas y consignas callejeras.

Por todo esto el progre es incapaz de superar su etapa básica de odiador político. Lo primero que sabe hacer es odiar. La filosofía del progre es "Odio, luego existo". Una vez que han elegido el objeto de sus odios, nada los hará cambiar de idea. Aunque el mundo se transforme y la realidad sea otra, el progre permanecerá en su etapa reptil tratando de morder los tobillos de su "enemigo de clase". En el catecismo progre les enseñan a odiar a los enemigos de clase. Pueden ser los ricos, los empresarios, los yankis, las transnacionales o el fujimorismo. Siempre tienen que tener alguien a quien odiar.

El siguiente paso es movilizar a las masas adoctrinándolas en el odio. Cada marcha de estos enfermos mentales es una competencia desaforada de gritos y consignas, con pancartas y banderolas repletas de insultos del más bajo nivel. Nunca faltan las teatreras del arte progre que escenificarán asquerosos sketchs mostrando aspectos de su patología mental mientras elaboran parodias de mal gusto. Esa es más o menos el panorama de la izquierda infecto-contagiosa.

Así que prepárense para ver mañana otra muestra del exquisito arte progre callejero. Pero que esta vez no nos engañen con sus falsas consignas. Lo que ellos están pidiendo es la impunidad de su mafia progre-caviar y la defensa de los fiscales incompetentes y encubridores que durante un año entero no hicieron nada teniendo las pruebas sobre la mesa. Ha sido solo gracias a la presión del Congreso que al menos se han dignado en sacar a la luz las pruebas contra Susana Villarán y el entorno de Odebrecht. Lo que la izquierda no quiere es que se vaya más allá. Por eso salen a marchar. Que le quede muy claro a todos.

domingo, 3 de enero de 2016

Guía básica para progres


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Francamente, los argumentos de izquierda agotan. No solo porque son siempre los mismos sino porque son tan burdos que da flojera responderles. Pero es año nuevo y haremos un esfuerzo educativo aprovechando las vacaciones. Veamos los cuentos progres que siempre se leen como comentarios en cualquier artículo liberal.

Digamos primero que la izquierda está hecha de gente que vive eludiendo la responsabilidad. La base de su raciocinio es el clásico argumento conspiranoico que culpa al "sistema" de todos los males de la sociedad: los abusos, la desigualdad, el racismo, la usura, le envidia, los celos y hasta los juanetes. Es decir, todos los males que carga la humanidad desde que apareció en este planeta, y que la historia registra desde antes de la aparición del capitalismo, son achacados por nuestros ingeniosos progres al "sistema", "el sistema neoliberal", el Satanás que debe combatirse con agua bendita socialista para que todo sea felicidad.

El primer error infantil del progresismo es confundir la naturaleza humana con el capitalismo. El capitalismo no creó el afán de lucro, el egoísmo, el deseo de superación, la ambición, la especulación, el riesgo, la usura, etc. Nada de eso es una creación del capitalismo sino todo lo contrario: el capitalismo es consecuencia de todos esos rasgos naturales de la humanidad, que son además los que han permitido el progreso, junto con otros componentes, claro está, entre los que se debe mencionar la libertad en primer lugar. El segundo error es anular todas estas características humanas creyendo que así se combate el capitalismo. Hacerlo no es combatir el capitalismo sino al mismo ser humano, y es precisamente lo primero que hacen los regímenes socialistas en aras de una sociedad utópica, donde no exista lo que llaman equivocadamente "lastres del capitalismo". Lo único que genera el socialismo es una sociedad castrada, sometida, anulada en sus virtudes y fortalezas, convertida en un corral de borregos sin iniciativa ni esperanzas ni ambiciones ni sueños, resignada a vivir alimentada por la mano de un tirano, como ocurre en Cuba y terminará ocurriendo en Venezuela, y ocurre cada vez más en la Argentina kirchnerista. 


Sin embargo, otro error del progresismo es esquivar las culpas. Después de todo, son campeones esquivando responsabilidades. Siempre salen con cosas como "nunca hubo verdadero comunismo" o "nunca gobernó la izquierda". También afirman que el fracaso cubano es culpa del bloqueo norteamericano y que la crisis de Venezuela es un complot de la derecha, y dijeron lo mismo en los días en que Allende destrozaba Chile con sus experimentos comunistas. No, la izquierda nunca se equivoca, nunca han fracaso, jamás gobernó. Y lo mismo dicen en el Perú: la izquierda nunca gobernó. Bueno, aparte de esquivar culpas, esto es la tradicional ignorancia que suele ser parte del progresismo. No solo ya olvidaron quién es Abimael Guzmán sino que ignoran a Velasco Alvarado.

Así como muchos progres sostienen que el actual modelo es el implantado por Alberto Fujimori en los 90, y que nos ha permitido reducir la pobreza del 60% al 22% ampliando la clase media y mejorando el nivel de vida de millones, aun en los Andes, donde por fin hay un sector agrícola exportador, también podemos decir que el Perú sucumbió al modelo implantado por Velasco en los 70, con la funesta asesoría de connotados ideólogos marxistas, quienes montaron las tesis del socialismo eliminando y mellando la propiedad y la libertad. De modo que nadie puede decir que la izquierda no gobernó. No lo hicieron a través de un partido como el chavismo, pero implantaron casi todas las recetas del chavismo con el velascato, al punto que Hugo Chávez las aprendió acá en esos días. El chavismo no es más que un velasquismo del siglo XXI. 

Pero lo más nefasto de la izquierda en el Perú es que mucho de ese modelo de los 70 sigue en pie. No todo se pudo revertir o no se quiso revertir. Además hay cosas irreversibles, como la deuda agraria y los líos de propiedad de la industria azucarera, que nunca volverá a alcanzar el esplendor que tuvo en los años 60. También queda una mentalidad absurda en contra de la privatización de bienes y servicios que el Estado maneja y brinda en pésimas condiciones, apelando al discurso que el velascato impuso como dogma: el nacionalismo, los sectores estratégicos, garantizar la alimentación, y varias otras panfletadas por el estilo que los tontos repiten como loros, sin conciencia de la idiotez que dicen.

De modo que ese estribillo cansado del progresismo de que la derecha siempre gobernó es inexacto. Acá la derecha nunca ha tenido huevos para ir en contra del pensamiento políticamente correcto impuesto por el progresismo y la caviarada. ¿No están allí los mamarrachos ministeriales de cultura y del ambiente? No les dieron gusto con el bodrio del Ministerio de la Mujer? Y eso lo hizo Fujimori. ¿Acaso no les dieron gusto para formar su circo de la Comisión de la Verdad para lavarle la cara a la izquierda violentista setentera? ¿No tienen ahora ese mamarracho ridículo del Museo de la Memoria, Tolerancia y de la Inclusión Social? ¿No pudieron ponerle un nombrecito más huachafo? ¿No les dieron gusto eliminando la Ley Pulpín por una pataleta de niño malcriado? 

De manera que no me vengan con ese cuento de que la derecha siempre gobernó y que la izquierda nunca gobernó. Ese discursito progre es solo para tontolines que acaban de abrir los ojos y no han aprendido nada de la vida, pero ya creen que pueden dar cátedra cacareando consignas con el puño en alto. La izquierda siempre ha estado presente como un lastre de la política. Tienen peso en los medios donde los caviares abunda en columnas sobrevaluadas. Detrás de su disfraz de defensores de causas nobles y justas, influyen en las políticas públicas y en las promesas electorales. Llegamos al colmo en que todo el mundo se declara de izquierda y acaban infectando sus planchas y listas con especímenes rojos, como si fueran condimento del sancochado electoral. Lo que sobra en este país es gentita de izquierda. Lo que nos falta es gente que tenga los cojones para declararse de derecha y pensar como liberal. Así que cuando alguien me dice que es de izquierda, yo solo puedo sonreirme porque no hay nada más barato, simplón y vulgar que ser de izquierda y pensar como un súper héroe social que quiere salvar el planeta.

martes, 18 de agosto de 2015

Las cuentas de Nadine


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Justo un día después de que el progresismo se mofara de los defensores del cardenal Cipriani que apelaban a toda clase de escusas ridículas para lavar la falta del purpurado, hicieron público el contenido de las agendas de Nadine. Entonces fue cuando la tortilla se volteó y nos tocó ver al progresismo en pleno lanzado sobre el teclado para armar una campaña en defensa de Nadine, apelando a las más ridículas escusas para salvarla de polvo y paja. Es hora de mofarnos de los defensores de la moral y del periodismo amarillento y mermelero que se practica en la izquierda, desde el rojerío hasta la caviarada, incluyendo las fujiconversas.

Al día siguiente del reportaje los medios concentrados del progresismo -y sus anexos blogueros y twiteros- dejaron completamente de lado las agendas de Nadine y sus anotaciones de puño y letra sobre los millones que manejaba en la campaña, y se dedicaron -para variar- a perseguir al Apra. El tema para la izquierda no son las agendas ni los millones ni la primera dama. El tema de la progrería siempre será el Apra y el fujimorismo. Todo lo demás se pasa por agua tibia o se recubre sin pudor. Así fue como el tema principal pasó a ser el mensajero y el que está detrás del mensajero. De la agenda nada, las baterías del progresismo se enfilaron a demoler a Alvaro Gutiérrez y al Apra. 

Leo en La República, un medio que ya ni siquiera merece llamarse "de prensa", una afirmación insólita: "Aun en ese caso (que sean agendas de Nadine), no toda la información tiene que ser veraz. En una libreta uno puede escribir sueños. Ideas hasta de la propia fortuna personal". A este nivel de encubrimiento vergonzoso llega la izquierda cucufata defensora de la moral y luchadora contra la corrupción, pero solo cuando se trata de sus enemigos políticos. Para los demás, campañas de desinformación y apañamiento servil. ¿Algo nuevo que comentar? No. Nada nuevo. Esa es y ha sido siempre la izquierda parásita y comechada del Perú. 

Lo que nos muestran las agendas de Nadine ni siquiera es algo nuevo o extraordinario. No pasa de ser una prueba más de la millonaria campaña del 2006, cuando los millones llegaban desde Venezuela en efectivo y por valija diplomática. Todo el Perú fue testigo de cómo esta parejita de trepadores sin escrúpulos, apelando a la demagogia patriotera del más barato estilo izquierdista, engatuzó a muchos que decidieron apoyarlo en su demencial proyecto. El más interesado fue primero Hugo Chávez, que andaba en el proyecto diseñado por el Foro de Sao Paulo, de colocar presidentes de izquierda en todos los países. Ya sabemos que Hugo Chávez puso en el poder a varios presidentes mediante millonarios aportes de campaña. Es no es novedad. Y en el Perú Hugo Chávez apostó por Ollanta Humala. Eso tampoco es noticia. Así que plata vino.

Por otro lado tampoco se puede negar la vida de nuevos ricos que se daban Nadine y Ollanta. Claro que aparecieron otros mecenas, como Alvaro Gutiérez, que los mantenían a cambio de meterlos en sus listas para el Congreso. En buena cuenta, Nadine y Ollanta fundaron una PYME familiar de la política beneficiándose económicamente para llevar al Congreso a mucha gente, incluyendo narcococaleras y otras inmundicias. Una vez que esto diera resultados en el 2006, toda la costra infectada de la izquierda peruana se trepó al ollantismo en el 2011, con el apoyo de la mafia brasilera en ausencia de Chávez. Por todo eso la izquierda convirtió esa campaña en la más sucia de la historia. Los millones siguieron llegando y la tesorera y dueña del negocio era Nadine Heredia. Pruebas sobran. Otra cosa es que cuadren dentro del esquema legal. Porque acá son muy buenos para utilizar la ley a favor del delincuente.

Ahora no nos sorprende en lo absoluto que Nadine apele a toda las artimañas que antes ella y el progresismo criticaban en Alan García y el Apra, como los amparos legales, y que la izquierda rabona aplauda esas medidas que antes condenó. Es hora de ver en acción a toda esa logia de mermeleros del progresismo en las redes. Rosa María Palacios, confinada en su cueva del blog personal, no descansa y se bate a duelo todos los días en defensa de Nadine. Pero es solo la punta del iceberg de la progrería, que en un pestilente mar de blogueros y escribas se dedica a la defensa cerrada del régimen que se hunde en corrupción. Es hora de ver cómo los defensores de la moral y luchadores contra la corrupción se hunden en su propia miasma. 

domingo, 16 de agosto de 2015

La fiesta progresista


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El progresismo está de jarana tras pillar al cardenal Cipriani plagiando un texto de Ratzinger (luego resultó que fueron varios plagios) y armar el escándalo respectivo en sus redes, provocando que El Comercio decida no publicar más al cardenal. Punto para el progresismo. El roche no se puede ocultar y la decisión del principal medio de prensa suena como un portazo en la nariz del príncipe de la Iglesia Católica. Así que la progrería puede solazarse en el lodo festejando el logro.

Evidentemente es difícil creer que el cardenal haya pretendido "apropiarse" de unas ideas ajenas, que son además bastante baladíes, para mi gusto. Es obvio que trataba solo de reforzar el aspecto moral de la intervención de la Iglesia en asuntos políticos. En la mentalidad del cardenal, interpretando sus explicaciones, las enseñanzas de la Iglesia son propiedad de todos, y cualquiera puede hacer copy & paste sin necesidad de referir la fuente. Supongamos que esto sea así. Igual tiene que someterse a las normas editoriales que rigen universalmente para la redacción de artículos en revistas o diarios. Es decir, al menos tendría que colocar comillas habiendo mencionado al autor original. No está en el portal del Arzobispado sino en un diario. Los lectores merecen saber la fuente de las ideas, pues es una guía básica que permite seguir ahondando en ellas a través de la investigación.

Me inclino a creer que el cardenal ha pecado, cuando más, de negligencia. Lo cual no lo exime del castigo que el medio afectado le ha impuesto. Desde luego que esta medida no puede haber sido tan fácil de tomar y hasta estoy seguro que el director de El Comercio dará explicaciones a los dueños, si no lo ha hecho ya. Si bien el cardenal no era un columnista habitual, vetarlo es una medida extrema, de gran significado y enormes repercusiones, como de hecho los ha tenido. Le han llovido las críticas y condenas al diario y su director. Pero era lo que tenía que hacerse y punto. La ley es la ley.

Sin embargo, la indignación hacia la fechoría de la banda progresista que ha descolocado la imagen del cardenal a nivel internacional, ha crecido y hará, sin duda, que la izquierda se reduzca aun más en su aceptación social, ya bastante disminuida. Estos palomillas de las redes se divierten fastidiando a un personaje que resulta ser el guía moral de unos 20 millones de peruanos, si no son más. En otros tiempos, sus cabezas ya lucirían sobre estacas. Pero ahora cosecharán el rechazo en los votos y en la indiferencia popular. A los chicos malos del progresismo les parece gracioso maltratar públicamente al cardenal y burlarse del diario El Comercio, festejando su logro, pero yo diría que se trata de una victoria pírrica. El cardenal sigue siendo el mismo de siempre y está en el mismo lugar de siempre. Su voz seguirá siendo escuchada y seguida por millones. Nada ha cambiado.

sábado, 15 de agosto de 2015

QUITA Y PON


Escrito por: Elvis Occ

Alguna vez leí que el duro entrenamiento al que son sometidos los conscriptos de la Infantería de Marina de los EEUU (Marines) es a propósito brutal. Se trata de despojar al conscripto de todo lo que trae de afuera y una vez vacío meterle todo lo que es ser y comportarse como un Marine. Exactamente lo que buscan los progreCaviares y su camaradas. Despojar al peruano de su fe, sus tradiciones, sus usos y costumbres, tildándolos de arcaicos y anacrónicos. ¿Cómo? Sujetándolo a toda clase de chatos cuestionamientos revestidos de crítica intelectual, y premiando al más cretino y venenoso en sus acosos. Para tal deshonroso cometido manipulan y usan desvergonzadamente a los incautos y vehementes jóvenes, y si abrigan algún resentimiento, mejor aún. 

Si en caso lograran su objetivo, el siguiente paso es llenar al "nuevo peruano" de una pseudo filosofía relativista. Esa donde nada es absoluto (los matemáticos tiemblan) nada es verdad, ni mentira. La autoridad, los valores, las artes, la libertad, las leyes, la meritocracia, la movilidad social, el individualismo y más, se relativiza. Hoy es, hoy esta, mañana no. Lo único que si seguiría igual es la representación de la "reserva moral", o sea ellos. Ellos los progreCaviares seguirian como los Sumo Sacerdotes. ¿No les recuerda esto algo? ¡Así es! El partido comunista de la antigua URSS, de Corea del Norte o de Cuba, y sus métodos ¿no?

«El socialismo es precisamente la religión que debe abrumar al cristianismo. En el nuevo orden, el socialismo triunfará por la primera captura de la cultura a través de la infiltración de las escuelas, universidades, iglesias y medios de comunicación mediante la transformación de la conciencia de la sociedad». Esto decía Antonio Gramsci, filósofo y político socialista italiano, hace casi un siglo atras. Y lo arriba mencionado encaja perfectamente en parte de la estrategia gramsciana de toma del poder. No por las armas sino más bien por el copamiento desde arriba de los distintos entes del Estado, hasta las organizaciones vecinales. Los progreCaviares y sus camaradas lo saben. MOVADEF lo sabe. ¿Lo sabias tú? Ahora lo sabes, así que defiende el orgullo de ser peruano.

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sábado, 8 de agosto de 2015

Se prepara la guerra sucia


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

La temporada electoral ha empezado con bastante frío, pero no por el fenómeno del Niño sino por falta de candidatos. Hasta ahora solo hay dos fijos: PPK y Keiko. Los demás son pre candidatos que no se animan o están en suspenso. No vamos a ocuparnos de los afanosos "outsiders" que aparecieron prematuramente y se quemaron más rápido que una cabeza de fósforo. Por su parte el manicomio de la izquierda luce desolado. El rojerío anda desconcertado, como hormigas sin rumbo luego de que alguien les orinó el hormiguero. Hablan de unidad mientras cada quien arma su propio colector. En el colmo de la incoherencia, los que dicen representar a la juventud de izquierda han corrido a refugiarse en el asilo de los fonavistas.

Parece que la izquierda está condenada al exterminio electoral. El único líder visible es el ex cura Marco Arana, dueño del partido Tierra y Libertad que es mantenido con los aportes de su ONG Grufides y, aparentemente también, con las lentejas producto del chantaje a las mineras. Cada vez resulta más evidente que los agitadores antimineros de la izquierda oenegienta seudo ambientalista no son más que extorsionadores de las grandes compañías mineras. Es por eso que ahora abundan como gusanos en un cadáver los "dirigentes antimineros", casi una nueva versión de terroristas, liderando los famosos "frentes de defensa" que cobijan a toda clase de impresentables como Walter Aduviri, Wilfredo Saavedra o Carlos Chavarría. Ahora se han sumado a la "lucha" los etnocaceristas. 

Toda esa banda de extorsionadores de las grandes empresas mineras surgidas con el boom minero a principios de la década anterior, disfrazados de ecologistas, son solo la versión minera de las bandas de extorsionadores de construcción civil que aparecieron disfrazados de sindicatos con el boom de las construcciones. Allí donde hay gran actividad económica aparece siempre una colonia de parásitos queriendo aprovecharse, y lo hacen siempre disfrazados. La gusanera izquierdista antiminera de TyL ya ha quedado al descubierto con su lentejero Pepe Julio Gutiérrez. No hace falte sumarle las mentiras de Verónika Mendoza ni los cuentos ambientalistas sobre ridículas "cabeceras de cuenca". Es solo el disfraz, pero hay tontos que se lo toman en serio. 

Ante este panorama electoral, la izquierda solo tiene el mismo camino de siempre: la agitación callejera o armar sus clásicas revueltas regionales. Hace 40 años era el cuento de la tierra. De esas jornadas de agitación rural surgieron líderes como Hugo Blanco que llegó a ser el más votado en 1978. Tal vez el cura Marco Arana, líder de la actual agitación antiminera, único caballito de batalla del rojerío, sea el candidato más votado, pero aun así puede fácilmente no pasar del 5% y perder su inscripción. 

Todo lo que le queda al manicomio izquierdista es hacer contracampaña. En eso son expertos. Si no pueden ganar al menos impedirán que otros ganen. Y sin duda su objetivo será nuevamente Keiko. Ya empezaron a resucitar todos los cuentos de la campaña anterior. Nuevamente están hablando de sus estudios y de las esterilizaciones forzadas. Es evidente que desempolvarán sus pancartas y una nueva hornada de chiquillos imberbes tendrán que aprenderse de memoria los cuentos y consignas antifujimoristas. No son muchas. La mitología progresista ya ha redondeado las historias y sus cifras vuelan. Son 300 mil mujeres esterilizadas y US$ 6 mil millones robados por Alberto Fujimori. El delirio no se detiene y cuanto más absurdo más encantador resulta. Los chibolos de la banda pulpín progresista no piden evidencias. Solo repiten como loros. Seguramente veremos desfilar una nueva generación de pulpines incautos agitando otra vez sus pancartas, sin saber qué es lo que realmente defienden bajo el disfraz de la "lucha anticorrupción". La misma carne de cañón que la izquierda ha utilizado a lo largo de su nefasta historia.

La campaña, señores, ha empezado.

domingo, 2 de agosto de 2015

La decadencia caviar


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El caviar es una especie en extinción en el Perú. La generación setentera agoniza o empezó ya su viaje al más allá con Javier Diez Canseco. Sobreviven pocos tiranosaurios castristas como Nicolás Lynch. Otros como Susana Villarán y Manuel Dammert parece que ya hicieron su última aparición y solo les queda aguardar el final en la reposada calma del retiro. La llegada del gran meteorito neoliberal a fines de los 80 acabó con la mayor parte de los dinocaviares, quedando solo unos cuantos resguardados en las cuevas de sus ONGs. 

En este atribulado paraje teñido de rojo, sin duda la última representante de la especie caviar, el último retoño vivo, es Claudia Cisneros, aguerrida activista progre que hoy nos regala una pieza única de desolación en su columna dominical de La República con el título "Ollanta: devuélveme mi voto". Más parece el título de una telenovela o un drama hindú, pero es una oda a la decepción, una pataleta de niña frustrada, un llanto desgarrado del progresismo que apostó por Ollanta Humala y que hoy se lamenta desconsolada, mientras a los demás solo nos provoca risas.

Claudia Cisneros es la última representante de la estirpe caviar. No quedan más. Los que la rodean en su lucha callejera no pasan de ser una tira de vagos sin raza. El progresismo actual se mantiene solo con representantes chuscos de la categoría de Julio Arbizu. Muy lejos de ellos, Claudia Cisneros es claramente lo que se llama una caviar auténtica: izquierdista de noble abolengo, nacida en cuna de oro con un apellido ilustre que le abre todas las puertas con suma facilidad, razón demás para que no tema salir de cualquier empleo dando un portazo o rapándose el pelo solo por joder. Ostenta además (cuando quiere) su natural belleza y algo de inteligencia, aunque no inteligencia emocional. No sabemos en qué momento cayó en las aguas turbias y malolientes del progresismo radical pero, en todo caso, es un acto que calza muy bien con su tormentosa personalidad.

Mientras una caviar setentera como Susana Villarán se iba a Chile a enrolarse en el MIR para ser adiestrada en la lucha armada, Claudia Cisneros acabó el colegio y se fue a los EEUU a gozar la vida a su manera: "He gozado bien la vida, la he pasado bien. Iba a las discotecas hasta la hora que me daba la gana. A los 17 años, sola, viviendo a mil, harta juerga, harto vacilón, en un país que no es el tuyo", declaró a Peru21 (30/04/2012). Como buena caviar, Susana Villarán cumplió con el ritual progresista de la proletarización dejando Miraflores para irse a vivir a Caja de Agua. Claudia pasó en cambio por mil oficios como cualquier inmigrante ilegal de EEUU. Luego, de tumbo en tumbo acabó en Telemundo y de allí dio el salto a los medios. Volvió al Perú a finales del fujimorismo y se convirtió en una estrella, pero su brillante fulgor se fue apagando poco a poco debido a sus ataques de histeria en vivo. Hoy no pasa de ser una activista furibunda del progresismo extremista a la que solo le falta el fusil. 

En su última telenovela "Ollanta: devuélveme mi voto" Claudia cuenta: "Ese día en la Casona de San Marcos, antes de salir a jurar por la Hoja de Ruta, Ollanta saludó extendiendo la mano a cada uno... Esperé al final, lo miré fijamente a los ojos y, con una mezcla de urgencia, petición y exigencia le dije lo que me ardía en el corazón: 'No nos defraudes'".

Pobre niña de 40 ilusionada con un cachaquito ignorante que no sabía en donde estaba parado ni adónde se metía. ¿Quién era Ollanta Humala para evocar tantas esperanzas? Nadie. De veras. No era nadie. Un salido de la nada. Un golpista militar de cuarta categoría, limítrofe entre la demencia y la estupidez. Carecía de trayectoria política y de formación profesional. Era la antítesis de un intelectual y representaba a una izquierda que siempre se ufanaba de su intelectualidad. Nunca había ejercido un cargo de importancia y responsabilidad. Lo único que tenía para mostrar era la triste payasada del locumbazo y la asonada criminal del andahuaylaso, más un oscuro pasado como el capitán Carlos que a los progres esta vez les tenía sin cuidado. Nadie sabía como ni de qué vivía como rico Ollanta, ni cómo solventó la campaña más millonaria de la historia, lo que hasta ahora no se explica. ¿Había razón para depositar tantas esperanzas en un personajillo de ese perfil? Sin duda que no. Razonablemente no. Pero Claudia Cisneros da la pauta para entender su obtusa esperanza: "No me arrepiento de haber querido creer en algo mejor, ni de que haya salido Humala en vez de Keiko. Porque más allá de su mediocridad política, de su alienación económica, de su invisibilidad de ideas propias, su sometimiento al poder económico o su inexistente partido, lo cierto es que el fujimorismo hubiera sido igual de brutal en el salvajismo neoliberal pero con el añadido de su cinismo, uñas de lobo, prepotencia, arbitrariedades y transgresión a derechos humanos, políticos e individuales".

No era necesario entregarle el poder a Ollanta para descubrir todo lo que hoy sabe Claudia: su mediocridad, su "invisibilidad" de ideas, etc., etc. Todo eso saltaba a la vista en el 2011. Ollanta era claramente un don nadie sin ideas ni personalidad ni trayectoria ni equipos. Pero el progresismo prefirió apostar por ese pelajustán antes que permitir el triunfo de Keiko, haciendo eco de la triste frase histórica: "primero los chilenos antes que Piérola". Hoy se ha reeditado como primero cualquier cosa antes que el fujimorismo.

Habría que preguntar ¿qué haría el progresismo si Ollanta les devolviera su voto? Seguirían en su obstinación antifujimorista preferiendo apostar por Abimael Guzmán o cualquier otro engendro de esa naturaleza porque lo que tienen es el "odio al sistema". Una patología mental izquierdista que es bien expresada por Claudia Cisneros en estas lineas: "el neo liberalismo, ese modelo antisocial y antinación que solo persigue la consecución del lucro de unos pocos privilegiados por encima y en perjuicio del pueblo, el colectivo, la nación". Y es que el progresismo nunca entendió que la vida en libertad es incompatible con el idílico modelo socialista, fundado en un igualitarismo ramplón que solo existe en las mentes alienadas pero nunca en la realidad porque es contrario a la naturaleza humana. Por eso los socialismos han fracasado en todas sus versiones y seguirán fracasando, aunque en cada fracaso varias generaciones de seres humanos tengan que pasar hambre y esclavitud, como ocurre en Cuba y Venezuela.

El neoprogresismo juvenil que apoyó a Ollanta Humala marchando en las calles en el corso antifujimorista no entendía nada de política. Los caviares setenteros conocían al menos la teoría socialista y eran bravos polemistas, pero los de hoy solo tienen su cantaleta anti neoliberal y anti fujimorista usado como canto de guerra. Todo lo que proponen ya ha fracasado y ahora lloran por la debacle de su candidato. Resulta penoso leer hoy la indignación y desazón de Claudia Cisneros que representa a todo ese sector de cándidos ilusos que tienden a dejar de lado la realidad para preferir sus ilusiones. Pero una vez más los progres deben aprender que la realidad siempre se impone. Sin duda un triste final para la estirpe caviar.

viernes, 24 de julio de 2015

Claro que merecemos más


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

No hay nada más gracioso que ver a la izquierda peruana posando como adalides de la moral y la decencia. Resulta digno de una comedia de TV. Apuesto a que superaría a Friends. Pero vale el intento porque nos alegran el panorama político. Además han aparecido justo en la época de circos. Será jocoso oírlos con la misma cháchara tradicional de sus condenas al pasado y a los políticos tradicionales, a la corrupción, etc, etc, para luego proponerse como la gran solución de todos los problemas del Perú con la frase "merecemos más". O sea, ellos son lo que nos merecemos. ja ja ja

Claro que cuando uno los ve a todos juntos, tenemos que estar de acuerdo en que merecemos más. ¡Por supuesto! Mucho más que esa manchita de amigos zurdos que aparecieron a la luz trepados en la combi nacionalista de Ollanta Humala o de Fuerza Social con Villarán, ambas opciones fracasadas y desastrozas para la ciudad y el país, en todo los sentidos, incluyendo el de la moral. Para empezar, quienes lideran el grupo son dos tránsfugas del nacionalismo: Sergio Tejada (de quien ni siquiera se puede decir nada) y Julio Arbizu, ex asesor de las narcococaleras que llegaron al Congreso el 2006 y quien luego saltó a la fama como procurador, apelando a la pose de "luchador antifujimorista", exitoso disfraz de todo superhéroe progre. De hecho, todos son luchadores antifujimoristas y antiapristas. Es lo que abunda en la izquierda y es lo único que tienen como propuesta política.

Vamos a pasar por alto cualquier aspecto serio porque estos personajes andan más perdidos que piojo en calva en asuntos serios, como la economía, por ejemplo. Ya El Comercio se encargó de enmendarle la plana a Sergio Tejada luego de afirmar un par de barbaridades sin sustento. O sea, ni siquiera se informa antes de abrir la boca. Y es que creen que están frente a un auditorio de pulpines del progresismo. La mayoría de estos chicos apenas han dejado de lactar y ya quieren enseñar. Obviamente se les han subido los humos, les falta algo de humildad y ubicaína. Que empiecen primero a trabajar y regresen en unos 20 años, pero a trabajar de verdad y no perdiendo el tiempo en una ONG.

Para colmo, estos jóvenes exploradores ni siquiera pueden posar en la estampa de la moral. Algunos han salido del experimento progre-caviar del municipio limeño regentado por Villarán, de quien sus ayayeras mediáticas solo podían mostrar cuantiosos contratos firmados con los brasileros como si fueran grandiosas obras ya en uso, mientras la ciudad padecía en la parálisis y el abandono. Todavía está por investigarse qué hubo detrás de esos contratos y quién le pagó a Favre en ambas campañas, tanto la de Ollanta como la de Villarán. Lástima que nadie se digne en investigar el festín que hicieron en el municipio bajo la figura de las asesorías y el faenón de estudios. En todo caso, estos chicos son el fruto de ese fracaso, pero lo peor es que no han aprendido nada.

Por parte de los ex nacionalistas Arbizu y Tejada, ni siquiera deberían abrir la boca. Para empezar son nada. Carecen del más mínimo perfil. Apenas son meros opinólogos del montón que nadie se explica por qué los invitan a opinar. Arbizu al menos como abogado es un charlatán jurídico, y como buen progre ha puesto su carpa para su propio circo ONG.  Y es que progre que se respeta tiene que estar en una ONG.

De los demás, hay poco que decir. Ya sabemos lo buenos que son los rojimios para armar colectivos, montar shows y aparecer en los medios, posando siempre como los adalides de la moral y la justicia. La nena de la PUCP que apareció como dirigenta caviar, hoy rompe fuegos a diario en una radio local en contra del fujimorismo y el Apra. Es una cacatúa repitiendo el guión caviar frente a los micros y a cada rato mete la pata porque ni siquiera conoce bien la historia, solo se deja llevar por sus odios y prejuicios de adolescente.

Es lo que hay en la nueva izquierda. Por eso les damos la razón: claro que merecemos más. Estamos hartos de poseros de la moral y expertos de ONGs.

domingo, 28 de junio de 2015

El "derecho" al matrimonio homosexual


Escrito por: Tim Sowell / Liberalismo.org 

En todos los estados de nuestro país donde el tema del matrimonio homosexual se llevó a referendo, los electores votaron en contra, como era de esperar. De todos los falsos argumentos a favor del matrimonio homosexual, el más falso de todos es que es un problema de igualdad de derechos. El matrimonio no es un derecho que el gobierno le concede a los individuos. Es una restricción de los derechos que ya tienen. Las personas que simplemente viven juntas pueden hacer todos los acuerdos que les parezcan entre ellos, sean heterosexuales u homosexuales. Pueden dividir sus pertenencias 50-50 o 90-10 o de cualquier otra forma que quieren, Pueden hacer su unión temporal o permanente o sujeta a cancelación en cualquier momento.

El matrimonio es una restricción. Si mi esposa compra un automóvil con su propio dinero, según las leyes de California, automáticamente yo soy dueño de la mitad del mismo, esté o no esté mi nombre en el título. Sea la ley buena, mala o indiferente, es una limitación de nuestra libertad para disponer de las cosas como nos parezca. Esta es sólo una de las muchas decisiones que las leyes matrimoniales sacan de nuestras manos. Oliver Wendell Holmes dijo que el fundamento último de la ley no es la lógica sino la experiencia. Las leyes matrimoniales han evolucionado a través de siglos de experiencia con las parejas de sexos opuestos, y de los hijos que resultan de esas uniones. La sociedad afirma sus intereses en las decisiones restringiendo las opciones de las parejas. La sociedad no tiene los mismos intereses en el resultado de una unión entre personas del mismo sexo. Transferir todas esas leyes a las parejas del mismo sexo tendría tanto sentido como transferir las reglas del béisbol al fútbol.

¿Por qué entonces los activistas homosexuales quieren ver restringidas sus opciones con las leyes matrimoniales, cuando pueden perfectamente hacer sus propios contratos con sus propias provisiones y realizar todo los tipos de ceremonias que les parezcan para celebrarlos? El asunto no son los derechos individuales. Lo que los activistas están buscando es una aprobación social oficial de su estilo de vida. Pero esto es justamente la antitesis de la igualdad de derechos. Si usted tiene un derecho a la aprobación de otra persona, entonces esas otras personas no tienen derecho a sus propias opiniones y valores. No se puede decir que lo que hagan “adultos de mutuo acuerdo” es un asunto estrictamente privado que no le interesa a nadie y, al mismo tiempo, decir que todo el mundo está obligado a darle su aprobación.

La retórica de la “igualdad de derechos” se ha convertido en la vía para conseguir privilegios especiales para todo tipo de grupos, así que probablemente fuera inevitable que los activistas homosexuales también emprendieran ese camino. Ya han conseguido conseguir mucho más dinero para combatir el sida que para otras enfermedades que matan muchas más personas. Es hora de frenar que esos juegos de palabras sobre derechos iguales sigan conduciendo a privilegios especiales para cualquier grupo, y el matrimonio homosexual ofrece una oportunidad tan buena como cualquier otra.

Incidentalmente, ni siquiera está claro cuantos homosexuales realmente quieren casarse, aunque sus activistas lo estén empujando. Lo que los activistas realmente quieren es el sello de aprobación de la homosexualidad como forma de propagar su estilo de vida. Estilo de vida que se ha convertido en letal en la época del sida. Ya han triunfado en una medida notable en las escuelas públicas, donde se le ha puesto el título de “educación sobre el sida” u otros títulos a programas de promoción de la homosexualidad. En algunos casos, activistas homosexuales llegan a visitar las escuelas, no sólo para promover la homosexualidad como una idea sino inclusive para repartirles a los muchachos las direcciones de centros homosexuales locales.

No hay límites para que lo que la gente está dispuesta a hacer cuando se les permite.Nuestras escuelas están fracasando lamentablemente en educar a nuestros hijos al nivel de otras naciones. Que el tiempo que no tienen para enseñar a leer, escribir y sacar cuentas lo tengan para promover la homosexualidad es realmente escandaloso. Y seguirá sucediendo mientras los padres no rechacen el chantaje del pensamiento “políticamente correcto” y no opongan una decidida resistencia. Todo grupo de intereses especiales tiene un incentivo para sacarle algo a la sociedad en su conjunto. Algunos se contentan con desviar parte del dinero de los contribuyentes para si mismos. Otros, sin embargo, quieren desmantelar parte de la estructura de valores que hace viable una sociedad. Quizás no quieran echar abajo toda la estructura sino sólo la parte que obstaculiza su estilo. Pero cuando innumerables grupos empiezan a desmantelar las partes de la estructura que no les gustan pudiéramos estar rumbo a todo tipo de colapsos sociales. Los hemos visto en la historia y lo hemos visto en otras partes del mundo en nuestra propia época.

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jueves, 4 de junio de 2015

Defensores de la doble moral


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Fuente: El Montonero

Ya no sorprende la reacción de los eternos defensores de la moral e incansables luchadores anticorrupción que abundan en la zurda criolla frente a los destapes de las cuentas de Nadine Heredia y sus fastuosos gastos. Basta una mirada a las carátulas y columnas de hoy para ver que en el mundo progre no pasa nada. Pocos se atreven a tocar el tema pero lo hacen para minimizar la situación comparándolo con el Apra y el fujimorismo, donde sin duda también hubo corrupción, como en cualquier régimen, pero que no vuelve santos a los demás. Sin embargo, la imagen que el progresismo quiere vender es que nada se compara con la corrupción de los anteriores gobiernos. Esto lo grafica bien la caricatura siempre puntual de Carlín a la que solo le falta el eslogan “nosotros robamos menos”.

Mención aparte merecen los esforzados mermeleros que defienden a Nadine apelando a los mismos argumentos de Alejandro Toledo: no hay nada ilegal, es dinero de amigos donantes. Así es como aquellos que escarmentan a Alan García por una frase inventada por Jaime Bayli, “la plata llega sola”, hoy se muestran incapaces de enjuiciar a la primera dama, a quien la plata y la suerte parece que le chorrean sin el menor esfuerzo. A ella, los amigos le llegan solos.

Hoy resulta que los progres, expertos en reabrir casos archivados por décadas, abominan del fiscal que se atrevió reabrir una investigación a Nadine Heredia archivada en los tiempos de los llamados “fiscales archivadores”. Los que se empeñaron en citar a toda la familia Fujimori en pleno, hoy se indignan porque la investigación incluye al hermano y la madre de Nadine Heredia. Los que inventaron el mito de las maletas llenas de oro de Fujimori, hoy no quieren hablar de los maletines repletos de dólares que el chavismo traía como valija diplomática para la campaña de Ollanta Humala. Quienes se mofan de las rifas de Keiko no se atreven a investigar los fondos oscuros de la minería ilegal o las narco-cocaleras que financiaron al nacionalismo.

Esta gentita que hoy se pasea por los medios predicando moral, hace una década no eran nadie. Surgieron a la vida pública fotografiándose con el montón de histéricos trepadores que pisoteaba el cadáver del fujimorismo, sumándose alegremente al ajusticiamiento popular del régimen, jurando que lucharon por recuperar la democracia y derrotar la corrupción. Hicieron su carrera política y mediática alimentando diariamente el antifujimorismo rabioso, convertido luego en religión progresista basada en el odio más mezquino e irracional que se recuerde. Hasta en el perfil de sus hojas de vida señalan su condición de hienas del fujimorismo, que ya es toda una especialidad del derecho y el periodismo. Han hecho tesis y libros para narrar sus proezas en su implacable lucha anticorrupción contra el fujimorismo. Pero estos defensores de la democracia y la moral hoy tartamudean, no saben cómo ocular las pruebas de la corrupción del régimen nacionalista que apoyaron con tanto candor. Desorientados, acusan a la concentración de medios, desvirtúan los reportajes y hasta se indignan por el acoso a una mujer.

Los garantes de Ollanta Humala y Nadine Heredia deberían estar hoy al frente y no escondidos mirando a otro lado. No es posible que Mario Vargas Llosa dedique sus columnas a autores exóticos mientras el gobierno que nos impuso para salvarnos de la degradación moral se pudre en corrupción barata. Ahora resulta que los feroces inquisidores del ayer, que condenaban sin pruebas ni atenuantes, hoy deslegitiman las pesquisas y contraatacan recordando el pasado, convertidos en desvergonzados defensores oficiosos de la parejita presidencial. Si hay algo peor que la corrupción es esta plaga de farsantes luchadores anticorrupción, que siempre colocan sus mezquinos intereses políticos por encima de la verdad y la decencia.

viernes, 20 de febrero de 2015

Otra crisis de histeria progre


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

En el Perú las cosas se repiten cada año. Por ejemplo: los huaicos e inundaciones de verano, por un lado, y las crisis de histeria antidiscriminación por parte de la cucufatería progresista, por el otro. Ambas son infaltables en verano. Ahora nuevamente debemos soportar otra andanada de expresiones indignadas por la discriminación en las playas y en los clubes. Y es que la beatería progre nunca se detiene, es famosa por sus escándalos de histeria antidiscriminación. Su exquisita sensibilidad social les hace ver el fantasma de la discriminación en cada cartel, cada playa, cada cine. Nada los detiene porque la neurosis social del progresismo navega en el mar de los prejuicios con las velas infladas por los vientos de la ignorancia y la candidez. Tan poseídos están por su ideología y sensibilidad social que no ven más allá de sus narices, y apenas captan algo, profieren condenas encendidas a lo que ellos creen que es discriminación.

La discriminación es algo natural en la vida humana, ocurre todo el tiempo, cuando subes al bus o entras a un restaurante y escoges dónde sentarte ves las caras. Es algo natural. Para eso evolucionó el rostro y la visión del rostro, algo que los bebes desarrollan en primer lugar en su visión. Además existen mecanismos sociales como el sentimiento de grupo, desde la comunidad hasta la nacionalidad, así como el sentido de territorialidad. Pero al progresismo no le gusta el mundo, le enfada la naturaleza humana, le molesta cualquier acto que atente contra su penosa ideología igualitaria que ni ellos mismos practican. Todo es poserismo y doble moral. Son gente que está en busca de una razón para vivir y creen que la defensa de causas nobles es la mejor justificación para su amodorrada existencia, por tanto andan siempre atentos a cualquier situación para emprender su cruzada salvadora. Ese es el verdadero origen de la infinidad de colectivos infantiles de causas nobles y lindas que abundan en el progresismo. 

Nuevamente un cartelito ha sido la causa de la indignación progre. Toda la beatería caviar se ha removido como un hormiguero tras la lluvia y han hecho saltar las teclas para inundar las redes con textos de condena. La verdad es que la payasería progre antidiscriminación ya aburre. Todos los años hay que explicarles a estos chiflados que en Ancón hay un problema de salubridad antes que de discriminación. Hasta hace unos años atrás cualquiera podía ir a Ancón y disfrutar sus playas sin problema alguno, pero las cosas han cambiado por la cantidad de las masas que acuden en estos tiempos no solo en Ancón sino en otras playas del sur como Naplo. Hoy Ancón es un vecindario que se ve invadido por miles de personas que van, ensucian y se largan dejando todo hecho un muladar. Obviamente los vecinos de Ancón, los residentes, como cualquier otra comunidad del Perú, tienen todo el derecho a cuidar su ambiente y resguardar su salud. Con la estúpida cantaleta de que "la playa es de todos" nadie puede justificar la invasión y la mugre. Si la gente de Ancón ha tomado medidas es porque las autoridades no dicen esta boca es mía, para variar.

Es muy fácil emprender la misma campañita idiota de la discriminación todos los años sin sentarse a analizar la verdadera raíz del problema. Eso da flojera, no vende y tampoco tiene gracia. Es mejor chillar "¡discriminación!" y posar para la foto como un defensor de causas nobles y justas. De esos payasos del progresismo estamos hasta el cogote. Y ahora nos vienen nuevamente con otro refrito: un cartel de "baño para empleadas". El año pasado fue el del "baño para amas". Todo un chongo progre al rededor de un cartelito y de unos servicios higiénicos de uso reservado, algo que es muy recomendable. Y es que esta gente francamente es estúpida. Ni siquiera sabe que a mayor cantidad de servicios higiénicos diferenciados es mucho mejor en términos de salud pública. 

Toda esta gentita que se indigna por un baño para empleadas seguramente tienen en sus casas una área de servicio que incluye un baño de servicio. ¿O no se venden así las casas y departamentos? Entonces también deberían indignarse y armar chongo contra las constructoras, inmobiliarias y municipios que autorizan construcciones "discriminatorias" que incluyen ¡oh qué horror! un baño de servicio y tal vez, en el colmo de la discriminación social, hasta un baño para visitas. Baboserías que solo a la cucufaterìa progre se le puede ocurrir. Ojalá los clubes pudieran tener más baños diferenciados, como los hay en los mejores: baños para niños, para visitantes, para el personal o los trabajadores, etc. ¿O no han visto esos baños nunca? 

Claro que la discriminación que a todos nos molesta existe, por ejemplo cuando niegan el ingreso a una discoteca a la gente que no es blanquiñosa. El local se reserva el derecho de admisión, es un texto bastante común. Pero yo aun en este caso prefiero defender la libertad de la gente antes que forzarla a comulgar con mis creencias y crear una sociedad falsa. He visto que algunos municipios, en el colmo de la idiotez y la prepotencia burocrática, han obligado a los locales comerciales a lucir un estúpido cartelito que dice "acá no se discrimina a nadie". Es una versión light de la mentalidad socialista chavista. Francamente ya cansa ver cada año estas campañitas histéricas antidiscriminación por parte de la cucufatería progresista y la beatería caviar. Hay que asumirlo como parte de nuestra patética realidad, junto a los cómicos ambulantes, botelleros y travestis de la ciudad.