Mostrando entradas con la etiqueta ideologia de genero. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ideologia de genero. Mostrar todas las entradas

miércoles, 31 de marzo de 2021

No existe identidad de género


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Como ocurrió en Constantinopla, cuando los sacerdotes se pusieron a discutir sobre el sexo de los ángeles mientras las tropas turcas sitiaban la ciudad, ahora en el Perú los congresistas se han puesto a discutir sobre la “identidad de género” en medio de una pavorosa pandemia en su pico más alto de mortandad. Esas son las prioridades del progresismo nacional. Una vez más se alborota el gallinero de izquierda con un proyecto de ley sobre el “género”, una de las causas más obsesivas del progresismo mundial. 

Los fundamentos que suelen esgrimir los defensores de la “equidad de género” pasan por tautologías retóricas que apelan a la autoridad incuestionable de tratados e instituciones internacionales, erigidas como los oráculos de la verdad en el mundo, ante los cuales solo queda agachar la cabeza. Pero lo cierto es que no existe ningún fundamento racional en el ardid de ampararse en un tratado, acuerdo, sentencia o encíclica, para que una nación deba ordenar su existencia bajo tales parámetros universales, acogiendo modismos ajenos a su propio sentir, modos de vida, tradiciones y cultura. Una nación debe regirse por sus propias normas surgidas desde su realidad sociocultural, tradiciones y costumbres, así como sus propias concepciones. Imponerle otras perspectivas es violentarla.

Podríamos decir, en este mismo orden de ideas, que se debe respetar la identidad cultural de cada pueblo y no someterlas a la imposición  de doctrinas extrañas, elaboradas en laboratorios ideológicos de entidades de carácter global creadas para otros fines. El Derecho no puede ser impuesto desde entidades globalistas exigiendo el acatamiento de concepciones extrañas al sentir y vivir de cada nación. Lo mismo que se exige para las comunidades nativas, vale para toda una nación: respeto a su identidad cultural.

Eso en cuanto a los argumentos jurídicos que se alegan como fundamento para imponer lo que se llama la “identidad de género”. Lo otro es el relamido argumento de la igualdad, convertido en dogma de fe del progresismo. Una aberrante pretensión ideológica que quiere pasar por encima de la realidad. No existe ninguna clase de igualdad en la realidad social humana. Cada persona es única. Cada familia es única. Cada pueblo y nación es único. No existe igualdad. Lo más que se puede pretender es que todos seamos tratados iguales por el Estado, pero ni eso es correcto porque el Estado debe hacer diferencias entre menores y mayores de edad, entre gestantes y madres, entre adultos mayores, etc. 

Es alucinante cómo se le ha impuesto a la gente el dogma de la igualdad. A tal punto que en muchas ocasiones ya es un delito hacer algún tipo de discriminación. Es decir, debemos anular una facultad mental, contener la risa, evitar un comentario, abstenernos de un silbido o un piropo para no caer en el delito. Nos obligan bajo leyes totalitarias a no hacer ningún tipo de discriminación bajo amenaza de ser castigados por la Santa Inquisición del progresismo. ¿Qué clase de dictadura de la bondad es esta? Es todo un atentado a la libertad. Hemos vuelto a la Edad Media en que cualquier idea contraria al dogma de fe se castigaba.

Y ahora resulta que un disfraz, un sentimiento y hasta una tara biológica determinarán lo que es una “identidad de género”. Vaya disparate. Una identidad es algo que identifica a alguien, y por lo tanto debe estar fundado en caracteres naturales permanentes, los cuales ya se anotan desde el nacimiento. Es absolutamente ridículo sostener que son parte de una identidad los elementos ideológicos y conductuales de una persona. ¿Qué clase de doctrina es esa? Es un absurdo jurídico elaborado expresamente para dar cabida a las diferentes versiones de conducta sexual o “de género”. El género no es nada más que una manera de designar a las diferentes formas de ejercer la sexualidad, pero eso no cambia el sexo que es lo constante. Sin embargo, el proyecto de ley que pretende aprobar el Congreso peruano permite que cualquiera pueda alterar y falsear su sexo en un documento de identidad. Claro que eso es solo el comienzo. Aprobado esto ya puede venir cualquier otra barbaridad semejante, como declarar ya no el sexo sino el “género”. Es abrir la puerta al delirio. 

De aprobarse esta ley, se estaría consagrando una gran variedad de trastornos de la sexualidad como elementos de identidad personal. Y si eso vale para el sexo ¿por qué no para otros trastornos? Hasta podrían añadir características de conducta sexual como ser voyerista, fetichista, pedófilo o exhibicionista, dentro de una “identidad de género”. ¿Qué tal? 

La sexualidad es una parte muy compleja del individuo que depende no solo de un par de cromosomas, sino de una serie de procesos delicados, precisos y complejos que se producen durante el desarrollo embrionario. Una falla en cualquier parte de esta cadena de procesos da lugar a un trastorno específico de la sexualidad que se presentará en cualquier momento de la vida del individuo. Pueden ser trastornos en la producción hormonal o en el procesamiento cerebral de las señales sexuales, etc. Son muchas variables que no tienen nada que ver con el “desarrollo de la personalidad” ni con la “construcción social del género”, como afirman los teóricos charlatanes de la ideología de género. 

Es cierto que las personas pueden desarrollar su sexualidad de mil formas. ¿Y eso qué? Del mismo modo pueden desarrollar sus afectos sociales, sus ideas políticas, sus preferencias laborales, etc. Así es el desarrollo personal. ¿Por qué otorgarle un carácter especial a las formas en que manifiestan su sexualidad? Después de todo, la sexualidad es algo íntimo más que social. Las características externas de apariencia y comportamiento sexual forman parte de muchas otras expresiones de la personalidad. No hay por qué desligarlas, y menos para usarlo como elemento de identidad. Es absurdo. 

Antiguamente se consignaba la raza en los documentos de identidad. Eso diferenciaba a un Juan Pérez de raza blanca, de un Juan Pérez de raza negra. Era un elemento natural, útil y permanente que servía como rasgo de identidad. Pero a la cucufatería progresista le pareció indignante usar la raza y la eliminaron. Ahora pretenden emplear una fantasía sexual como rasgo de identidad. ¿Tiene eso algún sentido racional?

Las personas son libres de ejercer su sexualidad como les plazca, sin que eso sea un rasgo de identidad. Las que sufren un trastorno de la sexualidad deben ser tratadas con respeto, como corresponde, pero ellos no están en condiciones de exigir que se les haga leyes especiales para que su “identidad” dependa del trastorno específico que padecen. Un hombre que se mutila los genitales, que se acuesta con otros hombres o que se viste de mujer sigue siendo un hombre. Un “trans” es cualquier cosa que se sienta ser, pero eso no puede determinar su identidad legal, porque eso abre puertas que dan acceso al caos. Si alguien quiere cambiar su nombre de Guillermo a Gahela, nadie se lo impide. Puede hacerlo. No hace falta ninguna ley de “identidad de género” para hacerle un favorcito a los amigos.


viernes, 21 de junio de 2019

De Montesinos a Montenegro


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

La última gran genialidad de la ministra de la Mujer, Gloria Montenegro, fue disfrazar a los más altos oficiales del Ejército peruano con mandiles rosados, como parte de una campaña de "concientización" contra la violencia de género y por la igualdad. En buena cuenta, les hizo firmar su acta de sujeción a la ideología de género. El escándalo no se hizo esperar, tanto a nivel nacional como internacional. Pero pasado el escándalo inicial, lo que vale la pena comentar ahora es la reacción en todos los frentes. 

Desde luego, todos los progres aplauden la payasada de la ministra porque esta gente vive convencida de que con esa clase de estupideces van a "concientizar" a la gente y transformar la realidad social y cultural de un pais. Obviamente son delirios de chiflados. Pero los progres no tienen más capacidad mental que esa. Por eso que se pasan la vida en activismos ridículos. Creen que van a salvar el mundo con una bicicleteada, o cambiar el clima del planeta con un apagón. En fin. 

Los más pintados referentes del progresismo mediático han salido de inmediato a posar como  los buenos de la película, apoyando lo que consideran una "buena causa". Los buenistas y poseros han pedido su propio mandil rosa para sumarse a la campaña de idiotización, perdón, de concientización de una población que simplemente se encoge de hombros frente a estas estupìdeces progres.

El mayor problema es que las estupideces no vienen de progres independientes y de oenegés, sino del propio Estado peruano, que gasta verdaderas fortunas para hacer este tipo de campañas idiotas. No se trata solo del costo de los mandiles que son pedidos por docenas de miles, sino el corso de la Mujer que se moviliza llevando todo un equipo de burócratas para armar el circo. 

Tenemos pues al Estado peruano convertido en circo de género, dedicado a campañas y activismo barato, y lo que es peor, llevando a oficiales del Ejército a posar haciendo el ridículo internacional, porque esas fotos se han viralizado en el exterior causando la mofa de medio mundo. Lo único que ha logrado la ministra de la Mujer con esa payasada es ponernos en ridículo ante el mundo. 

No es haciendo payasadas como va a cambiar la realidad. Si el Ministerio de la Mujer no tiene nada más que hacer que convertirse en  una ONG feminista, deberíamos cerrarla y ahorrarnos tremendo gasto, ya que existen oenegés feministas de sobra que pueden dedicarse a esas payasadas. Tenemos un Estado que gasta demasiado y aporta poco a la sociedad. Debería concentrar sus gastos en la seguridad ciudadana, la salud y otras causas más importantes que campañitas de género.

No vamos a cambiarle el cerebro a los progres. Ellos, en sus limitaciones mentales, seguirán convencidos de que estas payasadas y ridiculeces son necesarias. Han salido a denostar a quienes se burlan de los generales en mandil rosa, llamándolos "conservadores" y otras cosas. Pero lo cierto es que los progres están incapacitados mentalmente para admitir un error cuando se trata de defender toda forma de activismo a favor de sus causas bobas, como el igualitarismo social, por más ridículo que este sea. 

No tenemos problemas con que el progresismo se dedique a las payasadas y estupideces para llamar la atención de sus causas sociales y políticas, pero si cuando lo hace el Estado peruano con dinero público y cuando afecta la imagen de instituciones tutelares de la patria. El activismo tienen un límite y el Estado no puede convertirse en  un circo de payasos para promover idealismos sociales. Eso es lo mínimo que deberían entender estos señores del progresismo delirante y socialcojudo.

jueves, 2 de febrero de 2017

La lucha contra el currículo escolar


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Fuente: El Montonero

Es lamentable ver que la lucha contra el currículo escolar infectado de ideología progresista es asumida solo por sectores religiosos, mientras que los demás han preferido encogerse de hombros o posar como buenistas y correctos apoyando el discurso de la “igualdad de oportunidades”. Una vez más, nadie quiere mojarse para enfrentar al progresismo y quitar la ideología progresista del currículo escolar. Es algo que resulta muy frustrante.

En medio de la pereza de la derecha, medios y columnistas estigmatizan las críticas al currículo escolar señalando que se trata de sectores religiosos fanatizados, conservadores y hasta ignorantes. Es cierto que hay una reacción estridente por parte de estos sectores, pero también un silencio vergonzoso en sectores pensantes de la derecha, que usualmente se confrontan con la izquierda solo en el campo de la economía. Allí son buenos despedazando al progresismo. Pero no muestran el mismo interés en otros campos, dejándole el terreno libre a la izquierda, como si la educación no fuera tan importante como la economía.

Todas las columnas que leo a favor del currículo escolar revelan también fanatismo e ignorancia. Parten de la equivocada idea que cualquier cosa puede ser materia de enseñanza. Y eso es absolutamente falso: cuestiones que dependen básicamente de las capacidades personales o de la dinámica sociocultural no pueden modificarse mediante la enseñanza. Es ridículo pretender un curriculo que garantice una "educación integral". Eso no pasa de ser más que alucinación progresista sin fundamentos científicos. De lo contrario, sería muy fácil remediar la corrupción incluyendo un curso en el currículo. Está bien que el mercado engañe a medio mundo con falsas ofertas educativas —como talleres de literatura, creatividad, oratoria, liderazgo, etc.—, aunque ninguna de ellas sirva para nada. Incluso podríamos añadir varias carreras universitarias. Pero una cosa es que el mercado se aproveche de la inocencia de la gente, y otra que lo haga el Ministerio de Educación asumiendo el diseño social como objetivo educativo.

El igualitarismo social que pretenden predicar en las escuelas es deleznable como materia. No solo es inútil, también peligroso. Es vana toda pretensión de diseño social imponiendo conceptos ideológicos que contradicen la realidad sociocultural. Inducir a los niños a que jueguen con muñecas y a las niñas con pelotas para “equilibrar” las oportunidades entre los sexos no solo es aberrante, sino estúpido. La cultura es por sí misma el principal agente formador de individuos de una comunidad. Pretender suplantarla con ideología en las aulas solo puede explicarse con altas dosis de ignorancia sobre la dinámica cognitiva social y por fanatismo progresista.

Y no es que lo diga yo, lo dice la historia. Todos los intentos de la izquierda para cambiar a los seres humanos en busca del paraíso social han fracasado en todas partes. ¿Acaso no trataron de eliminar la religión en Rusia combatiéndola durante ocho décadas? Quemaron iglesias, expulsaron sacerdotes e impusieron el ateísmo en las escuelas; pero la religión, ay, siguió viva entre la gente y hoy la Iglesia ortodoxa rusa sigue siendo una de las más importantes del mundo, solo detrás de la católica.

A mediados de los noventa la señora que limpiaba mi oficina me contó que su marido había comprado una cúster para entrar en el negocio del transporte colectivo y estaba buscando un ayudante cobrador. Le pregunté por qué no iba ella a ayudarlo. Su respuesta se me quedó grabada: “Eso no es de mujeres”. Tiempo después una colega fue despedida y me contó que no sabía qué hacer. Le sugerí que se comprara un Tico e hiciera taxi mientras tanto. Y también me respondió: “Eso no es de mujeres”. No pasaron muchos años para que cambiara eso que “no era de mujeres”. Hoy es muy común ver mujeres cobradoras y manejando taxis y combis. No fue necesario cambiar el currículo escolar ni la intervención del Ministerio de la Mujer. Fue obra de la propia sociedad interactuando con su realidad cultural en plena libertad.

En las últimas décadas las mujeres han ganado presencia en muchos sectores sin que haga falta predicar doctrina alguna en las escuelas. El equilibrio social es parte de la dinámica cultural, no del adoctrinamiento escolar. Solo debemos defender la libertad individual y el respeto a todos los ciudadanos, sea cual sea su condición. Debemos insistir en eliminar todo contenido ideológico del currículo escolar y recobrar el verdadero sentido de la escuela. Es tarea de todos.

domingo, 28 de junio de 2015

El "derecho" al matrimonio homosexual


Escrito por: Tim Sowell / Liberalismo.org 

En todos los estados de nuestro país donde el tema del matrimonio homosexual se llevó a referendo, los electores votaron en contra, como era de esperar. De todos los falsos argumentos a favor del matrimonio homosexual, el más falso de todos es que es un problema de igualdad de derechos. El matrimonio no es un derecho que el gobierno le concede a los individuos. Es una restricción de los derechos que ya tienen. Las personas que simplemente viven juntas pueden hacer todos los acuerdos que les parezcan entre ellos, sean heterosexuales u homosexuales. Pueden dividir sus pertenencias 50-50 o 90-10 o de cualquier otra forma que quieren, Pueden hacer su unión temporal o permanente o sujeta a cancelación en cualquier momento.

El matrimonio es una restricción. Si mi esposa compra un automóvil con su propio dinero, según las leyes de California, automáticamente yo soy dueño de la mitad del mismo, esté o no esté mi nombre en el título. Sea la ley buena, mala o indiferente, es una limitación de nuestra libertad para disponer de las cosas como nos parezca. Esta es sólo una de las muchas decisiones que las leyes matrimoniales sacan de nuestras manos. Oliver Wendell Holmes dijo que el fundamento último de la ley no es la lógica sino la experiencia. Las leyes matrimoniales han evolucionado a través de siglos de experiencia con las parejas de sexos opuestos, y de los hijos que resultan de esas uniones. La sociedad afirma sus intereses en las decisiones restringiendo las opciones de las parejas. La sociedad no tiene los mismos intereses en el resultado de una unión entre personas del mismo sexo. Transferir todas esas leyes a las parejas del mismo sexo tendría tanto sentido como transferir las reglas del béisbol al fútbol.

¿Por qué entonces los activistas homosexuales quieren ver restringidas sus opciones con las leyes matrimoniales, cuando pueden perfectamente hacer sus propios contratos con sus propias provisiones y realizar todo los tipos de ceremonias que les parezcan para celebrarlos? El asunto no son los derechos individuales. Lo que los activistas están buscando es una aprobación social oficial de su estilo de vida. Pero esto es justamente la antitesis de la igualdad de derechos. Si usted tiene un derecho a la aprobación de otra persona, entonces esas otras personas no tienen derecho a sus propias opiniones y valores. No se puede decir que lo que hagan “adultos de mutuo acuerdo” es un asunto estrictamente privado que no le interesa a nadie y, al mismo tiempo, decir que todo el mundo está obligado a darle su aprobación.

La retórica de la “igualdad de derechos” se ha convertido en la vía para conseguir privilegios especiales para todo tipo de grupos, así que probablemente fuera inevitable que los activistas homosexuales también emprendieran ese camino. Ya han conseguido conseguir mucho más dinero para combatir el sida que para otras enfermedades que matan muchas más personas. Es hora de frenar que esos juegos de palabras sobre derechos iguales sigan conduciendo a privilegios especiales para cualquier grupo, y el matrimonio homosexual ofrece una oportunidad tan buena como cualquier otra.

Incidentalmente, ni siquiera está claro cuantos homosexuales realmente quieren casarse, aunque sus activistas lo estén empujando. Lo que los activistas realmente quieren es el sello de aprobación de la homosexualidad como forma de propagar su estilo de vida. Estilo de vida que se ha convertido en letal en la época del sida. Ya han triunfado en una medida notable en las escuelas públicas, donde se le ha puesto el título de “educación sobre el sida” u otros títulos a programas de promoción de la homosexualidad. En algunos casos, activistas homosexuales llegan a visitar las escuelas, no sólo para promover la homosexualidad como una idea sino inclusive para repartirles a los muchachos las direcciones de centros homosexuales locales.

No hay límites para que lo que la gente está dispuesta a hacer cuando se les permite.Nuestras escuelas están fracasando lamentablemente en educar a nuestros hijos al nivel de otras naciones. Que el tiempo que no tienen para enseñar a leer, escribir y sacar cuentas lo tengan para promover la homosexualidad es realmente escandaloso. Y seguirá sucediendo mientras los padres no rechacen el chantaje del pensamiento “políticamente correcto” y no opongan una decidida resistencia. Todo grupo de intereses especiales tiene un incentivo para sacarle algo a la sociedad en su conjunto. Algunos se contentan con desviar parte del dinero de los contribuyentes para si mismos. Otros, sin embargo, quieren desmantelar parte de la estructura de valores que hace viable una sociedad. Quizás no quieran echar abajo toda la estructura sino sólo la parte que obstaculiza su estilo. Pero cuando innumerables grupos empiezan a desmantelar las partes de la estructura que no les gustan pudiéramos estar rumbo a todo tipo de colapsos sociales. Los hemos visto en la historia y lo hemos visto en otras partes del mundo en nuestra propia época.

www.elvisocc.or

viernes, 25 de abril de 2014

¿Union patologica?



Escrito por: Dr. Luis A. Aubert Rodriguez, Especialista en Bioetica

En estos días estamos siendo testigos de la enorme prisa que lleva el colectivo LGTB, representados en esta oportunidad por el congresista Carlos Bruce y, también, por el congresista Eguren – motivados seguramente por intereses muy personales – para que se apruebe el llamado matrimonio gay; es decir la norma que legalice las uniones civiles entre personas del mismo sexo. Este proyecto de ley será pronto llevado a debate con la opinión más que favorable del – otra vez, como no – viceministerio de derechos humanos y acceso a la justicia. Este podría ser uno de los tantos errores del presente gobierno, que se deja presionar por el mencionado colectivo, al extremo de avalar afirmaciones absolutamente falsas.

Analicemos un poco los hechos científicos y médicos del problema: Cuando se unen un óvulo y un espermatozoide, cada uno aporta la mitad de los cromosomas – 23 cada uno – que irán a constituir una nueva célula que tendrá los 46 que caracterizan al ser humano y de los cuales dos definen el sexo del nuevo ser: XX para mujer y XY para el varón. No existen términos medios. El ser humano solamente puede ser hombre o mujer. Y esa identidad genética-sexual permanece inmutable durante toda la existencia de la persona.Esta diferencia establece, además, una complementariedad, especialmente en el sentido de la sexualidad. De hecho la conformación anatómico-sexual es complementaria particularmente para la procreación; podríamos decir que están hechas las unas para los otros. Toda la anatomía y la funcionalidad reproductoras femeninas están adecuadas a las masculinas, y viceversa, a fin de que la venida de una nueva persona al mundo se pueda dar. Esto es un conocimiento – no solo médico – elemental.

Es verdad que se pueden presentar algunas conformaciones diferentes de los cromosomas sexuales, pero todas ellas no son más que alteraciones de los mismos, que se traducen además en alteraciones muy importantes en la conformación anatómica de las personas portadoras de esas conformaciones cromosómicas anormales. La homosexualidad es pues un imposible genómico y por lo tanto, también antropológico. Lo que si podemos encontrar son personas – hombres o mujeres – con sentimientos homosexuales; sin embargo esos sentimientos no definen lo que una persona es. No es cierto que el sexo esté definido por el rol que la sociedad le otorga al individuo; tampoco es cierto que la homosexualidad sea algo “normal”, como insisten en afirmar los movimientos a favor del homosexualismo, así como los presuntos derechos que lo podrían acompañar.

Las tendencias homosexuales son de hecho una anomalía del comportamiento del ser humano bien clasificadas en la Clasificación Internacional de Enfermedades CIE-10, con el código F64 y sus subcódigos, así como en el DSM-5, de la Asociación Psiquiátrica Americana (APA), donde se le clasifica como “desórdenes de la identidad de género”, en adolescentes y adultos, con el código 302.85 coincidente con el código F64.1 del CIE 10. A pesar de lo que afirman los que promueven esta absurda propuesta y de la opinión del Viceministerio mencionado, que, por lo visto ni se ha tomado la molestia de consultar con especialistas médicos, o los que ha consultado están igualmente presionados o desconocen que la homosexualidad sigue siendo considerada una patología psiquiátrica por la más importante asociación Psquiátrica del mundo.

No se trata de discriminación; Esto tenemos que entenderlo. Se trata de una realidad definitiva. El individuo homosexual, necesita convencerse de que sufre una alteración en su comportamiento y de que necesita ayuda, para poder corregir esa anormalidad. Evidentemente no quieren reconocerlo y no solamente hacen pública su vida íntima, reclamando su errada orientación como un derecho humano sino que pretenden que se eduque a los niños en una ideología – la de género – que se basa en un desorden del comportamiento.
¿Qué pretendemos con ésto? ¿Otorgar unos derechos inexistentes basados en un problema de conducta? ¿en una patología? ¿No nos damos cuenta que vamos en un rumbo totalmente equivocado?

Los homosexuales tienen todos los derechos que les da la constitución y la ley como ciudadanos que son. Ellos merecen todo el respeto y consideración que se le debe a un ser humano. Pero, si desean tener derechos de sucesión, deben solicitar la modificación del Código Civil para que permita dejar las posesiones a quien se desee y no solamente a los familiares de sangre directos o cónyuges; o utilizar las diversas formas de asociación civil que existen para asegurar ese deseo. Pero, si no desean ayuda médica, deben mantener sus inclinaciones personales en la intimidad de sus alcobas.


lunes, 14 de abril de 2014

REFERENDUM VA!


Escrito por: Elvis Occ
Que la mayoría este en contra de una ley, proposición, o norma no implica que la minoría que lo propone deba imponerse por ser menos y estar en desventaja. De ser así entonces estamos asistiendo al emponderamiento de una minoría privilegiada y la soterrada imposición de la democracia para unos cuantos, en ciertas circunstancias. Gobiernos, tipos de gobierno y gobernados se han decidido, se decide, y se sigue decidiendo con votos mayoritarios. Los mas avisados dicen que los derechos no se pueden someter a votacion pero el proyecto de Ley Unión Civil provee el reconocimiento tácito del Estado a un nuevo contrato social con fines jurídicos administrativos. Dicho de otra forma, es contrario a los articulos 4to y 5to de la Constitución. Se tendría que modificar la Constitución y eso requiere de 2/3 del Congreso. Lo otro seria juntar firmas para impedirlo y someter a un Referendum que evite tal modificación. 

Lo que llama a risa por lo contradictorio es argumentar que como el peruano promedio es corto en discernimiento e infectados de un catolicismo obnubilante, no estarían capacitados para votar en un Referendun donde el rechazo a la Unión Civil (Matrimonio Homosexual) seria arrasador. Sin embargo, a ese mismo peruano contaminado por la religión y de un intelecto paticojo, pugnan por convencerlo para que apoye a los homosexuales. O sea que sufrimos de un deficit de materia gris para algunas causas y actividades que no sean de su conveniencia pero no para los fines y objetivos que los beneficien. Que curioso! Por otro lado, que un antropólogo o socioólogo le explique a estos amigos que Perú no es Corea del Norte o Cuba, mayoritariamente carentes de contenido religioso. Tampoco es como Irán, donde el islamismo gobierna. Esto es Perú Sres! Deal with it!

Pretender que una Ley de Unión Civil no afecta directamente las relaciones interpersonales de una nacion que para bien o para mal es mayoritariamente católica y de las mas tolerantes con los homosexuales, es una ignorancia trágica. Ignorar su rol a la Iglesia en este conflicto es de una soberbia tal que polarizara aun mas a las partes. Perú no es Holanda, tampoco esta poblada de indios con taparrabos y Europa no sera la que nos traiga la nueva religión de Ideología de Genero. La ley de Union Civil obligaria a un Referendum para modificar la Constitución. Por tanto, estamos a puertas de aceptar la tirania de una minoria o confirmar que en esta parte del mundo los métodos democraticos aun perduran. Diganme uds. ¿Qué escogen?

www.elvisocc.org