martes, 15 de septiembre de 2020

El imperio contraataca

 


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Y como era de esperar, el presidente Vizcarra salió ayer en público, pero no a dar el pecho y responder preguntas de la prensa, sino -como ya es su costumbre- a dar otro de sus consabidos mensajes a la nación, desde algún rincón de palacio de gobierno. Su estrategia -bien montada- no consistió en decir la verdad sino en mentir y engañar para crear un relato que convierta a sus perseguidores en los malos de la película. Una típica estrategia de medios que -sin duda- fue resultado de algún asesor de imagen, de esos que viven haciendo "media training" a políticos y funcionarios en problemas, antes de que den la cara y abran la boca ante los medios. 

El libreto de Vizcarra estaba escrito. Lo leyó incluso con dificultad. La estrategia preparada por sus asesores fue inventar el mito de la conspiración. Algo que nunca falla ya que a la gente le encantan las historias de conspiraciones. Para dar credibilidad a sus palabras, soltó sendas mentiras muy efectivas, como que el presidente del Congreso ya tenía listo su gabinete. Cuentazo que hoy reproduce en primera plana La República. mientras que El Comercio, más mesurado, solo dice "Presidente implica a titular del Congreso en un conspiración". El montaje perfecto.

Está claro que esta campaña del gobierno y sus medios de prensa apuesta a la estupidez de la gente, pues la teoría de la conspiración es insostenible. Casi siempre lo es pero la gente siempre los cree. Estos audios no han sido grabados por los congresista (señalados ahora como los malos de la película) sino por el personal íntimo y de confianza del propio presidente de la República. Y no son de esta semana sino de hace meses atrás, cuando reventó el caso Richard Swing y la fiscalía inició sus investigaciones. Lo más probable es que las secretarias de palacio hayan decidido grabarlo todo para salvar su responsabilidad, dado que les estaban obligando a mentir y ocultar pruebas. Es obvio que olieron que todo ese asunto apestaba. 

Este chupo ha saltado porque la fiscalía y una comisión del Congreso empezaron a presionar al personal de palacio indagando por los jugosos contratos de Richard Swing en el Ministerio de Cultura. Así que la teoría de la conspiración es lo más ridículo que han podido montar los asesores de Vizcarra y su prostiprensa. Para colmo, siguiendo lo que parece ser su accionar, Vizcarra ha hecho que uno de sus ministros mienta, para afirmar que dos congresistas de Acción Popular (sin decir nombres, obviamente) lo llamaron para garantizarle que en un eventual cambio de gobierno, él seguiría en su puesto. Este cuento no solo es inverosímil sino hasta ridículo. Está fabricado para darle credibilidad a la teoría de la conspiración. Acá lo importante es crear el mito y confundir a la gente hasta hacerle dudar. 

Por su parte, todos los agentes de la mafia caviar han salido a demoler a Edgar Alarcón y Manuel Merino, movilizando todos sus recursos. Ya tienen harta experiencia en esta clase de operativos. ¡Cómo olvidar la furiosa, asquerosa y sostenida campaña de demolición de Pedro Chávarry y Keiko Fujimori, así como la inmunda campaña de desprestigio y satanización del Congreso anterior! Así crearon el ambiente propicio para el golpe de Estado, perpetrado finalmente para salvar a los miembros del Tribunal Constitucional, evitando su renovación con el cierre apresurado del Congreso. Todas estas operaciones mafiosas se han dado en perfecta coordinación entre palacio de gobierno, los medios de prensa, oenegés caviares, el Ministerio Público y el Tribuna Constitucional. 

Una vez más vemos a los mismos personajes que antes defendían ardorosamente -desde sus programas de radio y columnas de prensa- a personajes como Ollanta Humala, Nadine Heredia y Susana Villarán, dedicados ahora a la defensa abnegada de Martín Vizcarra, invocando la gobernabilidad y la pandemia, y atacando con furia a los congresistas que osaron ventilar los nuevos audios de la vergüenza, a los que ignoran con increíble desdén, como si no existieran. ¡Qué diferencia con los audios que IDL soltaba en momentos precisos para complicarle la existencia a algún personaje de oposición! Bastaba que dijera un nombre y lo llamara "hermanito" para condenarlo y convertirlo en corrupto. Ya es bien evidente que estos periodistas utilizan su espacio en los medios para ponerse al servicio de ciertos intereses, y no lo hacen gratis. De hecho, viven de eso y para eso están. 

El panorama esta mañana pinta a favor de Vizcarra. Ya los astros han sido alineados a favor del presidente gracias a las maniobras de la poderosa mafia caviar. Merino y Alarcón caerán en desgracia. El Tribunal Constitucional romperá todos los récords para resolver a la brevedad necesaria, el recurso absurdo presentado por la ministra de Justicia, un alegato mamarracho que parece bajado del "Rincón del vago" y cuyo único fin es servir de pretexto para que los amigos del TC suspendan la vacancia. No sería la primera vez que este gobierno se sale con la suya apelando a leguleyadas. No estamos en un estado de derecho sino en manos de una mafia que apantalla sus movimientos con recursos legales. El pueblo peruano será una vez más burlado por la mafia que, finalmente, seguirán controlando todo. Acá no ha pasado nada. 

Lo más triste de esta penosa historia no es que el Perú siga en manos de una mafia, cuya especialidad es el complot y las campañas de medios para mantener al pueblo hipnotizado mientras mantiene los hilos del poder, sino que -efectivamente- podemos advertir que los peruanos defienden ahora a Vizcarra, pese a ser sin ninguna duda el peor presidente de la historia, un hombre mediocre sin estatura mental ni moral, cuya gestión se ha reducido a la guerra política para servir a los intereses de la mafia, y que no tiene absolutamente ninguna obra material que mostrarle al pueblo. ¿Hasta cuándo los peruanos seguirán siendo tan mansos y vivirán manipulados como borregos viviendo en un mundo de ficción? 


domingo, 13 de septiembre de 2020

Vizcarra llama a sus amigos

 


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

A medida que pasan las horas pierde fuerza el intento de vacar al presidente Martín Vizcarra. No porque los argumentos y las pruebas de sus fechorías se desvanezcan, sino porque empiezan a salir los matones que defienden al gobernante por razones que nada tienen que ver con lo jurídico. Hemos visto aparecer a los chaveteros de la prensa oficialista, publicando espumosas columnas dedicadas a gruñir, rasguñar y mordisquear con ferocidad la imagen del congresista Edgar Alarcón y del presidente del Congreso, a quienes han llenado de escupitajos y epítetos en cada columna.

Por su parte, las redes sociales se han cubierto de indignados y novedosos "defensores de la democracia" y han aparecido, como de costumbre, multitud de expertos "constitucionalistas" afirmando que el intento de vacancia es inconstitucional, que la figura de "incapacidad moral permanente" es inaplicable, que la carta magna no quiere decir lo que dice, que primero hay que definir los conceptos "moral" y "permanente", que se debe consultar al TC, a la RAE, a la CIDH y a Venecia. Han resucitado los muertos para defender a Vizcarra. Incluso ha salido de la nada un nieto de Fernando Belaunde, bramando contra los congresistas de Acción Popular que mancillan la imagen de su abuelo.
    
Pero nada ha causado más revuelo que el show del jefe de la PCM, Walter Martos, escoltado por los altos mandos de las Fuerzas Armadas, dando un mensaje de rechazo al intento de vacancia iniciado por el Congreso, al que llama "intento de alterar el orden constitucional" cuando el Congreso está acatando paso a paso el texto constitucional. Y -desde luego- Martos se desató en elogios a su jefe Vizcarra de quien dijo que "lidera un gobierno democrático, respetuoso de la separación de poderes" lo cual ya sabemos es absolutamente falso. Vizcarra es un dictador. Lo demostró desde el primer momento en que se puso la banda y se dedicó a pisotear al Congreso anterior hasta disolverlo inconstitucionalmente.

A diferencia del golpe express que perpetró Vizcarra al cerrar el Congreso anterior, al que se dedicó a bombardear con pedidos de confianza sin ton ni son, buscando infructuosamente una excusa para disolverlo, hasta que -impaciente y desesperado- en un solo día ejecutó su vil artimaña para impedir que se cambiara a los miembros del Tribunal Constitucional, esta vez se tienen que seguir unos pasos requeridos por el debido proceso para vacar al felón que ostenta la banda presidencial. Esto da tiempo de reacción a toda la mafia que lo sustenta desde diferentes sectores: oenegés caviares, izquierda progre, prensa mermelera, políticos tibios y cobardes y las FFAA que han sido convocadas para la foto de rigor.

Lo que hemos visto en las últimas horas ha sido la reacción en cadena de todos los sectores que están detrás del monigote de Vizcarra, al que prefieren mantener en el cargo, pese a ser un perfecto incapaz y un taimado trepador dedicado a fechorías infantiles aprovechándose del poder. Ya sabíamos que Vizcarra es tan o más mentiroso que Toledo, y que está al mismo nivel de vulgaridad en sus actos y felonías. Vizcarra es de lejos el peor presidente de lo que va el siglo. Nos ha conducido a la hecatombe. Hubiera sido un buen momento para librarnos de este sinvergüenza, aunque sea por los pocos meses que restan, pero las fuerzas oscuras que lo sustentan lo prefieren. Sus intereses están por encima del país.

Acá la gente parece ignorar que no hay nada peor para un país que estar en manos de la izquierda. Y el Perú lo está. Vizcarra no es más que un monigote de la izquierda. No tiene partido ni bancada pero sirve a los intereses de la mafia caviar oenegera y odebrechera. Y mientras sea el tonto útil de las izquierdas, lo mantendrán en el cargo limpiándole el camino, tal como hicieron cerrando el Congreso anterior con el aval de una caterva de "constitucionalistas" de bolsillo, del TC, la prensa y las oenegés. La gente parece no darse cuenta de nada de lo que viene ocurriendo en los últimos tres años. Están hipnotizados por la prensa que le revienta cohetes a Vizcarra mientras este nos conduce a la crisis económica y al desastre, con gabinetes llenos de ministros mediocres.

Ya han salido los tibios y cobardes de siempre a posar como "defensores de la institucionalidad", sin percatarse que solo le hacen el juego a la izquierda y ayudan a hundir más al país. Desgraciadamente, en política el único sector que tiene claro sus objetivos es la izquierda. Todos los demás solo tienen intereses particulares, como se puede apreciar en el Congreso actual, un archipiélago de líderes de poca monta tratando de ganarse alguito para sí mismos. Ellos prefieren posar para la foto como buenos chicos que defienden la estabilidad, como si el país estuviera en un remanso de progreso y no rumbo al abismo. Solo la izquierda la tiene clara. Y no les importa poner en el poder a un pelele, un ignorante, un monigote, un criminal o un genocida. Les da lo mismo. Al final convierten al genocida en santo, como ya ha ocurrido tantas veces. Y si el país acaba en la miseria, lo celebran.

Así que vamos a ver hasta dónde llega nuestra precaria clase política. Van a tener que enfrentarse a toda la maquinaria de la izquierda y a la intimidación de los militares. Vamos a ver si les queda el valor para seguir el proceso de vacancia hasta sus últimas consecuencias o arrugan finalmente agachando la cabeza ante el dictador. 

viernes, 11 de septiembre de 2020

La hora final de Vizcarra

 


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Una vez más la política peruana entra en crisis por unos audios que pueden conducir ahora a la vacancia del presidente Vizcarra. Ya es una situación tradicional de nuestra política, y setiembre parece ser el mes más indicado. Pero la novedad ahora es que quien está contra las cuerdas es un protegido de la mafia caviar y un engreído de las izquierdas. Por eso vemos hoy a toda esa casta progrecaviar movilizada en defensa de su monigote palaciego, invocando serenidad, reflexión y patriotismo.

Los hechos son simples. En los audios queda claro que Vizcarra maquinaba con su personal más cercano, las maneras de librarse de las investigaciones en la fiscalía y el Congreso por las fechorías y cuchipandas cometidas en el gobierno para favorecer a Richard Swing, el amigo predilecto de Vizcarra. Desde coordinar para mentir hasta la adulteración de documentos oficiales es lo que ha quedado en evidencia. En general ha quedado al descubierto la vulgaridad con que se conducen en palacio de gobierno Vizcarra y su corte de allegados para favorecerse entre ellos y mentir al país.

Los audios dan material y motivo suficiente para vacar a un presidente que debió ser vacado el primer día de funcionamiento de este Congreso por el cargo de golpe de Estado. No importa lo que haya establecido por mayoría de votos el Tribunal Constitucional, un tribunal que fue justamente el motivo de la discordia y que resultó favorecido por el golpe. Su decisión está en entredicho por ser juez y parte beneficiada por el golpe. Lo concreto es que el cierre del Congreso fue un golpe de Estado perpetrado por Vizcarra de manera alocada y vergonzosa, para impedir la renovación del TC. Solo por eso merece ser vacado y apresado.

Pero las razones son otras y ahora es cuando los golpistas de ayer salen a defender con descaro y poca vergüenza lo que pisotearon hace un año. Ahora es cuando progres y caviares aparecen invocando serenidad y reflexión en defensa de la institucionalidad, ahora sí invocan a la Constitución y a ley, y desde sus medios mermeleros piden "pensar en el Perú". Es un denigrante espectáculo de la clásica doble moral de la izquierda. La misma izquierda que luego de pasar varios años lloriqueando por el golpe de Fujimori, organizó a la jauría que pedía el cierre del Congreso por el pecado de tener mayoria fujimorista. Esos golpistas nos piden ahora serenidad y respeto por la institucionalidad que nunca les importó.

Las artimañas para defender a Vizcarra son de las más burdas. Hasta el mismo Vizcarra ha hecho uso de esas tretas al leer un guión armado por alguno de sus leguleyos constitucionalistas palaciegos. Primero es poner en duda la autenticidad de los audios, lo segundo es cuestionar al mensajero: Edgar Alarcón. Vizcarra se tomó bastante tiempo para dejar en claro las acusaciones que pesan sobre Alarcón, como si eso disminuyera la gravedad sus propios actos. Pero eso revela lo desesperados que están. Por último, apelan a la ley para advertir que no hay delito o que debería haber investigación, y -eventualmente- sanción, pero luego de que Vizcarra haya culminado su período.  No señores. La vacancia es una figura política. Lo único que se necesita es un motivo claro y los votos suficientes. El motivo ya está a la vista. Ahora esperemos que los votos alcancen.

La mafia caviar en pleno ha salido a defender a su monigote de palacio. La ONG Transparencia sacó un comunicado pidiendo reflexión, el sumo sacerdote de la caviarada, Allan Wagner, pide serenidad, los mastines de la prensa mermelera hoy exigen defender la institucionalidad y no poner en crisis al país. Es decir, piden pasar por agua tibia las fechorías de Vizcarra y la gentuza de palacio que viene haciendo de las suyas con total descaro. Piden tolerancia con el corrupto golpista moqueguano. ¿A qué se debe tanto amor por este sujeto ruin y despreciable que ostenta irregularmente la presidencia?

La vacancia de Vizcarra no pondrá al país en una peor crisis de la que ya está. Al contrario, pondrá fin a la crisis que se generó desde que Vizcarra se puso la banda presidencial. ¿Qué ha significado para el país el gobierno de Vizcarra sino vivir de crisis en crisis política? ¿Acaso no se dedicó por entero a la guerra política contra el Congreso? ¿No se pasó un año entero enviando pedidos de confianza en la búsqueda inútil de un pretexto para cerrar el Congreso? ¿No se dedicó a perturbar el ambiente político mediante reformas absurdas vendidas como panaceas? ¿No nos obligó a un referendum inútil solo para obtener popularidad? ¿Y no cerró el Congreso si importarle un comino la institucionalidad ni la Constitución?

No vengan pues a decirnos que la vacancia de Vizcarra provocará una crisis política, cuando Vizcarra ha sido el artífice de todas las crisis políticas de los últimos dos años, acatando los mandatos de la mafia caviar y jugando en pared con la prostiprensa mermelera. En todo el gobierno de Vizcarra el Perú no ha avanzado un metro en su desarrollo. Todo lo contrario, solo nos ha hecho retroceder. Su gobierno pasará a la historia como el peor de todos. Su vacancia sería una muestra de justicia divina porque sacaría del poder a un fantoche golpista que se prestó a los intereses de la mafia caviar.

Vacar a Vizcarra sería lo mejor que podría hacer este triste Congreso improvisado. Sería una manera sutil de devolverle al dictador moqueguano la cortesía del golpe de Estado al cerrar el Congreso anterior. No deja de ser curioso que un Congreso transitorio saque del poder a un gobierno accesitario. Pero hay que decirlo con todas sus letras: Vizcarra merece ser vacado. Y acá no va a pasar nada. Merino asume la presidencia por los meses que restan hasta 28 de julio. Las elecciones ya están convocadas. Acción Popular volvería a regentar el país por unos meses, como ya lo hizo con Paniagua. Siempre estaremos mejor en manos de un partido que en manos de un monigote sin partido ni bancada.  
   
La pandemia no puede ser la excusa para dejar de vacar al corrupto de Vizcarra que no ha aportado mayores soluciones para contener la plaga. Al contrario, empeoró todo convocando a la izquierda más ideologizada. Con Vizcarra o sin Vizcarra la pandemia seguirá su curso. Merino y AP tienen mejores cuadros que Vizcarra y sus reciclados del humalismo y del Frente Amplio. Así que dejen de usar al cuco de la pandemia para defender a Vizcarra. Es hora de recuperar la dignidad de la nación. Si Vizcarra no es vacado pese a todo lo expuesto por los audios, seremos una nación de pacotilla. Vizcarra ha dejado de tener autoridad moral, y sin eso nadie debería gobernar.