sábado, 24 de noviembre de 2018

Lo que Uruguay debe saber


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El debate alrededor del asilo solicitado por Alan García a Uruguay, gira alrededor de visiones un tanto anacrónicas que ya no corresponden a las realidades políticas del siglo XXI. Por ejemplo, se habla de que no es un perseguido político porque hay separación de poderes entre el Ejecutivo y el Poder Judicial, y han pintado al presidente Vizcarra como respetuoso de la Constitución.

Pasó lo mismo cuando Alan García anunció un golpe de Estado, todos los cándidos del progresismo se rieron pensando que Vizcarra iba a sacar los tanques a las calles, una imagen que ya no concuerda con estos tiempos. Los golpes que las dictaduras del siglo XXI perpetraron en Venezuela y Bolivia, por ejemplo, apelaron al plebiscito, la reforma constitucional, el control de los medios y el apoyo popular ganado con actos efectistas y discursos combativos. Es es la manera en que se han dado todos los golpes en este siglo.

Por lo mismo, cada vez que alguien invoca la tradicional separación de poderes entre las instituciones políticas constitucionales, está mirando hacia el siglo pasado y perdiendo de vista la realidad actual. Lo que debemos explicarle a Uruguay es que las instituciones políticas constitucionales del Perú, han dejado de ser autónomas e independientes, y regidas únicamente por su marco legal. Lo que tenemos hoy son instituciones capturadas por agentes extraños que responden a otra clase de intereses.

Lo que el mundo debe saber es que el Ministerio Público en el Perú ha sido infiltrado por agentes que responden a los intereses de una poderosa ONG de izquierda, que ha provocado una crisis total al interior de esta institución que hoy se debate en una guerra interna por su autonomía. Ya no es posible seguir ocultando esta verdad. Salta a los ojos. Es evidente cómo IDL, la ONG comunista más poderosa del Perú, maneja los hilos de la Fiscalía a través de agentes infiltrados que le filtran los expedientes, acatan instrucciones y reciben de parte de IDL material que es usado por los fiscales ante el juez.

No se puede tapar con un dedo el escándalo que la mafia organizada de IDL ha provocado desde el nombramiento de Pedro Chávarry como nuevo Fiscal de la Nación. Ya desde antes de la salida del fiscal Pablo Sánchez se preparaba el terreno para impedir que Pedro Chávarry asumiera el control. Se hicieron petitorios de los notables caviares de siempre, se orquestó una campaña en medios para mostrar la conveniencia de que Pablo Sánchez siguiera al frente de la Fiscalía. Pero cuando nada de eso dio resultados, empezó la guerra sucia contra el nuevo Fiscal de la Nación, a quien lo han acusado de todo. Una guerra sin cuartel a través de todos los medios controlados por la mafia.

Lo que Uruguay debe saber es que el Ministerio Público en el Perú está en crisis, que ha perdido su autonomía y sufre de una infección parasitaria a cargo de diversos miembros infiltrados que responden a las instrucciones de la ONG comunista IDL. Hay prueba de sobra.

Y si vamos más allá, podríamos admitir que incluso el gobierno está infiltrado por estas ONG de izquierda, que ante la crisis terminal de los partidos políticos y la debacle de la clase política tradicional, se han constituido como los agentes del poder político en la sombra. En estos tiempos ya no son los partidos políticos los que aportan los cuadros políticos para los ministerios, ya no es con los partidos políticos que el gobernante de turno hace alianzas para lograr gobernabilidad. Ahora todo eso se hace con las ONG de izquierda.

Incluso las políticas públicas ya no nacen en los planes de gobierno del partido en el poder, sino en las campañas organizadas por las ONG de izquierda, las que muchas veces responden a políticas que son impulsadas por organismos internacionales controlados por el progresismo mundial. Y esto es una realidad a nivel internacional en Latinoamérica, donde vemos las mismas agendas políticas.

No es casualidad que los políticos perseguidos por este fiscal desequilibrado Domingo Pérez, que ha dejado en evidencia sus vínculos estrechos con IDL, sean los que lideran la oposición al gobierno. No es para nada un hecho casual que en medio de todo el escenario de partidos con aportes de Odebrecht que han tenido que recurrir a la estrategia de los aportantes fantasmas, se escoja a Fuerza Popular para perseguir a sus miembros. No enjuiciados, como debiera ser, en última instancia, sino apresados "preventivamente" y por tres años. Nada de eso es casual.

Y por si quedaran dudas, tampoco es casualidad que luego este mismo fiscal digitado a control remoto por Gustavo Gorriti desde sus cuarteles en IDL, cargue después contra Alan García, sin tener más que cargos fantaseosos por una conferencia dada cuando ya no era presidente. Estaba cantado que el siguiente paso de este fiscal era pedir la prisión preventiva. Lo hizo venir desde España, le dictó impedimento de salida y luego iba a ejecutarlo con el juez carcelero Concepción Carhuancho. 

Algunos creen, equivocadamente para variar, que Alan García no tiene ahora mayor poder político, que su bancada es exigua y que sería ridículo que Vizcarra o la mafia caviar se ocupen de él para sacarlo del escenario político. Esto no es tan cierto. Alan García sigue liderando buena parte del Apra y los cuatro congresistas que tiene le son leales. Y si bien solo son cuatro congresistas, bastan solo tres de ellos para movilizar la agenda política del Congreso y del país, pues se trata de congresistas experimentados en las lides políticas y parlamentarias.

Nada es casualidad. Son los dos políticos más gravitantes del Perú que resultan incómodos no solo al gobierno de Vizcarra sino, fundamentalmente, al verdadero poder tras el trono que es la mafia caviar. Vizcarra es, hay que decirlo sin miedo, un tonto útil para la mafia. Carece de ideas políticas claras, no tiene partido político y ni siquiera bancada en el Congreso. Es un huérfano en el poder que ha sido seducido por la mafia. Lo han acogido, apapachado, engreído por los medios al servicio de la mafia, y reverenciado por la corte de adulones palaciegos de la prensa prostituta.

A Vizcarra no le queda otra cosa que dejarse seducir por la mafia si quiere llevar su gobierno a término. Su gabinete es el más mediocre de los últimos tiempos. Resaltan sus ministros de izquierda colocados en puestos clave como Trabajo, Justicia, Educación, Inclusión social y otros. Todos ellos puestos por la mafia caviar que hace tiempo coloca y saca ministros y nombra presidentes de la PCM. Durante el gobierno anterior, solo Nadine Heredia pudo hacerle frente a la mafia caviar, para nombrar a quien le daba en gana. Pero en estos tiempos en que no hay un partido en el poder ni un líder al mando de la nación, los caviares están de fiesta en palacio de gobierno.

Entonces, para resumir, el golpe en el Perú ya se dio. La mafia caviar tomó el poder en los días de Paniagua y nos puso de presidentes a Toledo, Ollanta y PPK. No les gustó que el fujimorismo y el Apra les tumbaran a PPK y han reaccionado con todo. Han amenazado cerrar el Congreso, han impuesto modificaciones constitucionales para ganar el apoyo popular y han montado el circo romano contra Keiko Fujimori y Alan García. El mayor valor político que tiene todo este show fiscal es el de ganar apoyo popular para el gobierno. De hecho, mientras el loquillo fiscal Pérez arremete contra Alan y Keiko, es Vizcarra el que luego se pasea por todo el Perú haciendo alarde de su lucha contra la corrupción. 

Uruguay tiene que saber que el asilo no lo protege a Alan del poder político sino de la mafia caviar que hoy controla los poderes del Estado. Acá no hay justicia, solo persecución. 

lunes, 19 de noviembre de 2018

Justicia popular en un estado de izquierda


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez 

Un librepensador tiene que estar acostumbrado a recibir insultos y condenas de todos los sectores. Ir en contra de la opinión mayoritaria tiene estos riesgos. Me han llamado fujimorista, pese a que jamás he votado por un Fujimori, me han tildado de aprista aunque sigo criticando los dos gobiernos de Alan García, y hasta me han llamado caviar y liberoconfuso, dependiendo de las opiniones que vierto. Pero nada de eso me preocupa. No opino para que me aplaudan ni para sumarme a las masas. El día que mis opiniones coincidan con las mayorías, empezaré a preocuparme.

El Perú vive sacudido por noticias políticas y esto, para empezar, no es una buena señal. Cuando todo marcha bien, la política no es noticia. Los mejores ministros no hacen noticia. Trabajan callados y nadie conoce ni sus nombres. Por el contrario, aparecer en los medios es mala señal, porque los medios son como las moscas que gustan posarse sobre lo que se descompone. Y en estos tiempos, los peruanos vivimos intoxicados de política por la prensa. Algo pasa pues. Y algo malo.

Un buen analista no se concentra en lo menudo, no se deja llevar por la noticia principal del día, no se enfoca en un caso específico y mucho menos sigue el griterío de las masas histéricas. El análisis requiere tomar distancia y mirar el panorama completo, incluyendo un poco de recorrido histórico. Solo la perspectiva general nos permite ver el escenario completo, y eso nos permite entender el sentido correcto de la realidad, y otorgarle a cada detalle su valor. Hagamos esto.

El hecho histórico más trascendental en lo que va de este milenio en Latinoamérica ha sido la caída de la mafia socialista dirigida por el PT desde Brasil. La mafia que montó Hugo Chávez no cayó pero dejó de operar tras la muerte de su mentor y la debacle económica de Venezuela. Lula da Silva trató de mantener la hegemonía regional del socialismo prostituyendo gobiernos al estilo de Hugo Chávez, quien montó la red más grande de monigotes a su servicio, desde las islas del Caribe hasta Argentina, pasando por Nicaragua y Bolivia. El Perú se salvó por un pelo de caer en esa red chavista.

Pero no nos salvamos de caer en la red de Lula que operaba con la maquinaria de sus empresas. La infiltración de Hugo Chávez quedó trunca, pero la de Lula nos penetró hasta los huesos. Desde Alejandro Toledo hasta Ollanta Humala, incluyendo a la alcaldesa Susana Villarán, cayeron en las redes de la mafia brasileña. Pero en esta red no solo hay presidentes y funcionarios públicos. En la red podemos encontrar de todo, principalmente medios de prensa, periodistas, jueces y fiscales.

Ninguna mafia grande puede operar sin el apoyo de la prensa y sin asegurarse de maniatar a la justicia de algún modo. La mafia busca mecanismos para anestesiar a jueces, fiscales y otros funcionarios. No basta con coimear a un presidente, ministro o viceministro. En la planilla de Al Capone había periodistas, jueces y policías. Ese mecanismo no ha cambiado. Así operan las mafias.

En consecuencia, es obvio pues que la mafia de Lula, mediante sus empresas millonarias y generosas, tenía una amplia red que controlaba todo: gobiernos, fiscales, jueces y, sobre todo, periodistas. Hemos visto esas fotos de las juergas en que políticos, periodistas y gentita bien de la socialité caviar, disfrutaba las mieles que servían Barata y sus secuaces. Allí concurrían como moscas todos los implicados en la mafia. Todos recordarán cómo los periodistas eran comprados con talleres a dictar en diferentes escenarios. Aldo Mariátegui denunció esa maniobra negándose a participar, y lo echaron de inmediato de la dirección de Correo poco antes de la revocatoria de Villarán. 

Pues bien, queda claro entonces que la red de la mafia era amplia y estaban muchos. ¿Qué ha pasado en el Perú tras la caída de la mafia brasileña? Muy poco. A diferencia de otros países, acá la red de la mafia sigue operando pero ya no dirigida por Lula y Odebrecht, sino por ellos mismos para salvarse. No quieren estar en la lista de investigados ni mucho menos presos. ¿Qué hace entonces? El viejo truco de la distracción cogiendo chivos expiatorios. ¿Y a quiénes eligen? A los más odiados por las masas histéricas y estúpidas: Keiko y Alan. 

El dinero de Odebrecht y demás empresas de la mafia brasileña llegó a los bolsillos de muchísima gente, incluyendo ONGs y medios de prensa. Si un fiscal coge a una cualquiera de estas empresas de medios o alguna ONG o cualquier periodista de estos que se paseaba por el Perú dictando "talleres de periodismo", y los sacude, van a caer muchas evidencias de que fueron parte de la mafia. Pero no lo hacen. ¿Por qué? Porque la misma Fiscalía de la Nación estuvo aceitada por la mafia. ¿O creen que Pablo Sánchez no movió un dedo para investigar el caso Odebrecht solo por flojo? 

En medio de este panorama, surge la persecución de Keiko Fujimori por un caso insólito: el financiamiento de su campaña del 2011. No se trata de un gobierno corrupto, no compromete obras públicas, ni los dineros del Estado. Es un lío entre privados donde una empresa dona fondos para una campaña. Pero el fiscal mete las narices aduciendo "lavado de activos", con figuras estrambóticas como tildar de "organización criminal" a un partido político. Esto es una aberración que solo a un deficiente mental puede engañar. Se parece más a un circo que a un proceso judicial. El direccionamiento político está clarisimo. Odebrecht financió campañas a todos los partidos, desde Ollanta hasta PPK. ¿Y dónde están los otros? Ya pues...

Y si eso no los convence, debería hacerlo el hecho de que el siguiente en la lista sea Alan García, y con otro cuento similar: el pago por una conferencia. Increíble. Se trata de los dos partidos que conforman una alianza opositora fuerte en el Congreso, que ha impedido que saquen al nuevo Fiscal de la Nación y que está por nombrar a los nuevos titulares del Tribunal Constitucional. Solo es cosa de sumar dos más dos. ¿Y quiénes están detrás de toda esta maquinaria de demolición política direccionada? Los medios de prensa del conglomerado mafioso que fue parte de la red de Odebrecht, tanto en su rol de medios como de accionistas de las empresas cómplices. 

Los otros interesados en armar este show de distracción son los miembros del clan caviar, esos que se paseaban por las fiestas de Barata y dictaban talleres pagados por Odebrecht y que recibían aportes para sus ONG. ¿Alguien cree que la fiscalía casi capturada por IDL va a poner en el banquillo a la gentita bien de la mafia caviar? ¿Creen que se atreverán a investigar al Grupo El Comercio o a la mafia de La República que nadie sabe de qué viven? 

Hasta donde puedo ver, Keiko Fujimori es solo víctima de la insanía mental de un fiscal que no tiene nada mejor que hacer que perseguir políticos incómodos para el poder de la mafia caviar. Alan García puede ser un gran pericote pero hay que juzgarlo con pruebas directas, no con payasadas como "autoría mediata", que es el recurso de la mafia judicial en estos tiempos. Nadie puede creer en una justicia que es selectiva y que abusa de la prisión preventiva por plazos exagerados. Nadie puede creer en la justicia con fiscales como Domingo Pérez, que solo muestra su perturbación mental saliendo a vociferar contra el Fiscal de la Nación, como un muñeco de ventrílocuo accionado a control remoto por Gustavo Gorritti. 

Me parece bien que la chusma festeje y celebre el show que le han montado alrededor de Keiko y Alan. No se puede esperar otra cosa de estas masas ignorantes y vociferantes que se guían por las emociones y las bajas pasiones, sin ver más allá de un titular. En especial los jóvenes que cada día leen menos y entienden peor, y solo se prestan a formar parte del borreguismo progresista. Pero no hay que perder de vista que quienes orquestan toda esta campaña son también quienes deberían estar siendo investigados y juzgados. Pero no lo serán. Los titiriteros que manejan a Domingo Pérez y a una buena legión de periodistas y opinólogos se ocuparán de que el circo siga alrededor del fujimorismo y el aprismo. 

martes, 6 de noviembre de 2018

Vergüenza nacional por la prensa corrupta


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El día 5 de noviembre debería ser declarado "Día de la Vergüenza Nacional por la Prensa Corrupta". Si alguien tenía todavía alguna duda de que la prensa está controlada por una mafia corrupta, el día de ayer y hoy mismo, ya tendría que haberse quitado la venda de los ojos. Ha quedado de manifiesto que la prensa no tiene la misión de informar, como dice cándidamente un comercial de IPYS. La prensa de hoy tiene como principal misión desinformar, tergiversar la verdad y ocultar la corrupción del siglo XXI. Eso es lo que ha quedado claro.

Decimos todo esto porque ha sido escandalosa y nauseabunda la manera en que ni un solo medio de prensa se dignó transmitir el informe final de la Comisión Lavajato, expuesto por su presidenta, la congresista Rosa Bartra. Silencio total en los medios, incluso en los diarios de hoy. Ni un solo diario de la concentración de medios en manos de la mafia caviar ha puesto una nota en la portada. 

Estamos hablando del caso más grande de megacorrupción política de toda nuestra historia, que involucra cuatro gobiernos nacionales, varios gobiernos regionales, municipales, empresas, megaobras y funcionarios públicos, desde presidentes a ministros. En todos los países donde salpicó el caso Lavajato, las investigaciones han merecido gran cobertura. Solo en el Perú hemos visto este escandaloso acto de sabotaje y silenciamiento de un caso tan grave para el país.

No queda ni un ápice de duda pues que la prensa es parte de la mafia. Yo nunca tuve dudas, pero me alegra que por fin hayan quedado en evidencia y al descubierto. No solo son una mafia corrupta que pretende esconder a sus miembros, sino que son una vergüenza de periodismo. Nunca la prensa peruana había caído tan bajo. No solo por sus vínculos con la corrupción sino por su propia calidad periodística. El nivel de los columnistas es de lo más mediocre con muy contadas excepciones. 

Qué diferencia con el trato que esta misma prensa corrupta le dio al circo romano de la prisión preventiva de Keiko Fujimori. Allí si se dedicaron a transmitir en vivo durante días la audiencia, y luego cobertura total al traslado de Keiko, con vulgar correteadera de camionetas. Y es que el objetivo de la mafia caviar es embrutecer al pueblo con el psicosocial permanente del antifujimorismo, tratando de convencer a la gente de que la única corrupción que existe y ha existido en el Perú es el fujimorismo. Ese es el chip que le quieren meter al cerebro a todos, en especial a los jóvenes incautos e ignorantes que se tragan fácilmente estos cuentos.

Mientras la mafia caviar utiliza todos sus medios para mostrarnos a diario a Keiko y Alberto Fujimori metidos hasta en la sopa, los corruptos del siglo XXI siguen bien escondidos y felices. Pero no solo emplean los medios sino hasta los fiscales que son parte de la mafia infiltrada por IDL. Fiscales corruptos al servicio de la mafia caviar que utilizan su poder para crear psicosociales anti Keiko y seguir alimentando el morbo y el circo antifujimorista. 

¿O alguien con dos dedos de frente cree que todo este ensañamiento contra Keiko Fujimori tiene algo que ver con la justicia? Bastaría darse cuenta de que es la única política perseguida y hoy encarcelada sin haber estado en el poder, ni haber sido gobierno ni alcaldesa, sin haber firmado ni un contrato. Hay que ser un verdadero limitado mental para tragarse el cuento de la lucha anticorrupción, cuando todos los corruptos del siglo XXI están libres, disfrutando de sus riquezas y manipulando a sus medios y sus fiscales para montar el circo y seguir engañando a los bobos.

Ya pues. Creo que ya es hora de que la gente se desahueve y deje de tragarse el show del antifujimorismo que lleva a cabo la mafia caviar todos los días, mañana tarde y noche. Lamentablemente los niveles de ignorancia y estupidez en la gente son tan altos que todas estas campañas montadas por los medios y por periodistas baratos puestos a conducir programas, tienen llegada. Basta ver la clase de comentarios que se leen en las redes sociales, en especial por jóvenes que han sido adoctrinados en la doctrina caviar del antifujimorismo patológico.

Si hoy no se han dado cuenta de quiénes gobiernan el Perú hace 18 años, si hoy no ven claro dónde están los verdaderos corruptos, si no saben ya reconocer desde ahora dónde está la mafia y sus tentáculos, es que este país está condenado a ser siempre víctima de los corruptos. Sin duda seguirán votando por el próximo corrupto que la mafia de medios les ponga en vitrina adornado con cifras truchas de encuestas basura. Pobre país. Y ni tener esperanzas en las nuevas generaciones. 

jueves, 1 de noviembre de 2018

¡OYE PULPÍN, TE HABLO DESDE LA PRISIÓN!


Escribe: Darío Enriquez

El mundo entero vive los estragos que provoca tu “cultura milennial”. Tú eres una extraña mezcla de “hippie” por tus modos despreocupados, “tecno” en tanto usuario irredento de TICs y “parásito” pues te encanta seguir dependiendo de otros que trabajan, se esfuerzan y producen, mientras tú sólo consumes. También hay “milennials” treintones, cuarentones y cincuentones, pero esas son otras tribus: “Salvo las arrugas, todo es ilusión”.

Es una caracterización extrema. Concedo. Es posible que tú mismo la rechaces y no te identifiques con ella. Tú eres inclusivo, pero eso sí el baño privado no te lo quita nadie. Tú eres tal vez algo más “moderado”, puede ser que cubras tu cuota de preocupación por el mundo y por ello te hayas metido en la onda “revolucionaria” de indignados que quieren cambiar el mundo desde su I-phone de última generación.

Sigues creyendo que todos deben adaptarse a ti, que te deben pagar por un puesto de trabajo que ocupes por tus altas cualidades personales, aunque tu productividad sea mínima. Por eso tu aspiración es ocupar un puesto en el aparato estatal que extorsiona con impuestos sin contraprestación eficaz a los otros, tu sueño húmedo es hacer carrera allí cual Zaqueo del siglo XXI y en la cúspide ser como ese ministro que canta “arroz con leche” inclusivo y gana plata como cancha.

Reconoces por ello a CaViaRes, moluscos, artrópodos, jureles, cojinovas y hueveras, como precursores del paradisiaco mundo al que aspira tu generación, en el que te pagarán por lo que eres (¡qué grande eres!) y no por lo que haces. ¡Qué lisura! ¡Cómo se atreven a exigirte productividad! ¡Que trabajen los bueyes que tienen el cuero duro!

No conoces ni quieres conocer lo que pasó en los noventa, esos durísimos años en el que otras generaciones de peruanos luchamos a brazo partido, que pusimos nuestras vidas a disposición (el enemigo tomó muchas de ellas) para que hoy disfrutemos la prosperidad más notable de nuestra historia. A nosotros nos legaron un país hecho mierda en 1990, pero eso está tan lejano a tu entendimiento como el más remoto cráter en el más obscuro rincón del planetoide Caroonte, terco compañero del diminuto Plutón.

Es mejor recurrir a etiquetas para descalificar lo que te estorba, para dejar de lado aquello que interpele tu razón. Aunque la uses mínimamente, allí sigue estando para que le des el mejor uso posible cuando tengas que enfrentar la crudeza de una realidad que no es el mundo de florecillas, pajarillos y comodidades que no adquiriste con esfuerzo, pero que disfrutas impunemente. Que no te jodan, que te permitan disfrutar lo que bien mereces. Nadie sabe realmente qué es eso que mereces, porque tú no has desplegado ni un milímetro de esfuerzo para obtenerlo, otros lo han hecho por ti. Problema de ellos, después de todo tu derecho a “vivir bien” es inalienable.

Apoyas todas las causas (falsamente) progresistas, porque con ello crees que tomas la pastilla de la sabiduría instantánea y bebes el elíxir de la modernidad infusa. Te emocionas hasta las lágrimas con la diversidad, siempre que sea la que te gusta. Los que piensan diferente a ti, esa diversidad no cuenta. Que paguen sus impuestos nomás, que esa es una obligación de “buen ciudadano”, pero sus derechos no existen. ¡Qué majadería! “¡Un facho no tiene derechos!”, repites afiebrado. ¿Acaso sabes lo que es el fascismo? ¿Alguna vez leíste que es ultra-estatista y quienes estamos en contra de la intrusión del Estado en nuestras vidas, por definición elemental, no podemos ser fascistas? Lo siento pulpín, a estas horas no puedo explicarte qué significa “leer”.

En medio de todo, lo bueno es que en tu generación pulpina hay muchos que no son pulpines. Aún no tienen fuerza para oponerse a ti y a tus amigachos pulpines y por eso la cultura pulpina aparece como “dominante” entre los jóvenes. Pero no te equivoques. Fíjate que en Brasil se rebelaron y votaron masivamente para elegir –horror entre los horrores- a un “fascista”. Te cuento. En algunos años más, esos no-pulpines excluidos y estigmatizados, que siguieron creciendo personal y profesionalmente mientras tú jugabas a los falsos derechos, terminarán siendo los que tomen las riendas de tu generación. Tú, pulpín, te convertirás en un amargado buscando culpables de la situación lamentable que vives, mientras que aquellos a quienes despreciabas serán tus jefes en el trabajo y serán líderes respetados en la comunidad que tú rechazarás por ser “convencional” y “conservadora”. Dirás que el culpable es el sistema y levantarás un agresivo puño apretado en gesto violento, imitando las poses histriónicas de los genocidas que admiras. No entiendes ni quieres entender que, cuando te conviertas en un “muchachito del ayer”, habrás completado el círculo de la degeneración humana. Entonces, clamarás por una falsa justicia que te redima, por supuesto con dinero ajeno.

Peligroso avance de la mafia caviar


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Lo que pasa en el Perú es digno de una novela de mafia y política. Algún día se escribirá la verdadera historia del Perú en el siglo XXI y habrá que mostrar la manera perversa en que una mafia se apoderó de los tentáculos del poder, llegando a controlar el gobierno, a través de un tonto útil, la prensa, a través de la mermelada, es decir, de la publicidad estatal, y las redes sociales, a través de cuentas que adoctrinan a los infantes con memes, mitos y mentiras, generándoles el odio hacia un sector.

Si yo tuviera que escribir esa historia tendría que remontarme hasta el golpe del general Juan Velasco Alvarado, porque ese fue el inicio de todo este escenario perturbador. En primer lugar, porque fue él quien usó como uno de sus pretextos para dar su golpe a la democracia, el desprestigio de los partidos políticos, a quienes calificó de corruptos y vendepatrias. Desde luego, los líderes de los principales partidos, el Apra y Acción Popular, fueron expatriados. Ese fue el inicio de una larga tarea de demolición de los partidos políticos en el Perú. 

Al final de la dictadura militar, el Apra y AP volvieron al poder, pero en medio de la peor crisis económica de la historia y agravada por el ataque terrorista de la izquierda. Con Haya de la Torre y Fernando Belaunde muertos, estos partidos languidecieron ante la falta de nuevos liderazgos. La consecuencia de la demonización y descabezamiento de los partidos políticos fue la aparición de los outsiders. En 1990 la segunda vuelta se dio entre dos outsiders: Vargas Llosa y Fujimori. De hecho, Fujimori era otro enemigo de los partidos políticos a los que les añadió el mote de "tradicionales".

La diferencia de los partidos "tradicionales" y los nuevos partidos que iban surgiendo ante cada proceso electoral, fue que estos últimos eran solo combis electorales repletas de trepadores sin ideas ni escrúpulos. Así fue como llegaron al poder Alejandro Toledo, Ollanta Humala y PPK. Pero otro fenómeno paralelo al debilitamiento de los partidos políticos fue el fortalecimiento de otra clase de organizaciones civiles llamadas ONG, principalmente en la izquierda. 

La desaparición de partidos políticos fue seguida de la aparición de poderosas ONG de izquierda, que empezaron a tomar el control de la agenda política. De este modo ocurrió algo insólito: la izquierda no necesitaba ganar directamente las elecciones para gobernar. Lo hacía indirectamente a través de sus ONG, que prestaban diversos servicios a diferentes estamentos del Estado. Más tarde, incluso dotarían de ministros a diferentes gobiernos amigos, mediante los cuales ejecutarían los planes y programas políticos de la izquierda, imponiendo, por ejemplo, el informe de la CVR como parte del currículo escolar, y más tarde incluso la ideología de género. 

Pero todo este remanso caviar de pronto se vio alterado en las elecciones del 2016, cuando Fuerza Popular, el partido liderado por Keiko Fujimori, arrasó en las elecciones y ganó mayoría absoluta en el Congreso. La alianza contra natura de la izquierda con PPK para salvar el poder, no fue suficiente. La mayoría fujimorista desde el Congreso supo dar la batalla ante la hegemonía de la izquierda. Para empezar, sacaron al engreído ministro de Educación, Jaime Saavedra, ídolo de la caviarada. Ese fue el primer golpe al ojo al orgullo caviar, y lo que encendió las alarmas.

La guerra estaba declarada. Pero Keiko Fujimori no es política diestra. Ni siquiera es política, a decir verdad, ya que carece de doctrina. Es solo un agente político que se hizo cargo del legado de su padre sin mayor experiencia en las lides políticas. De allí el discurrir sinuoso de la bancada fujimorista, que nunca tuvo un norte definido. Votaba las más aberrantes leyes populistas y anti mercado, apoyando muchas veces iniciativas de la izquierda. Su rol político se concentró en derribar a PPK, como ya lo había hecho con el gabinete Zavala, apelando a la lucha contra la corrupción.

La respuesta de la mafia caviar no demoró ni el canto de un ruiseñor. El chacal encargado del aniquilamiento de Keiko Fujimori fue el fiscal José Domingo Pérez, un peón de la ONG roja IDL, a quien le proporciona información clasificada y de quienes recibe expedientes ya armados. No fue difícil hallar el camino desde la aparición de la frase "aumentar a Keiko para 500" en el celular de Marcelo Odebrecht. La estrategia legal se armó a la velocidad de un rayo, mediante allanamientos, citaciones masivas y extorsión de testigos. 

El juez elegido para consumar la felonía legal fue el tristemente célebre carcelero Richard Augusto Concepción Carhuancho, quien saltó a la fama por encarcelar a la otrora poderosa pareja presidencial Ollanta Humala y Nadine Heredia. Se equivocaron quienes aplaudieron esa felonía. En especial los fujimoristas, olvidando las injusticias que padecieron muchos militares y colaboradores del régimen de los 90, durante la histérica cacería de brujas montada por la caviarada tras la caída del fujimorato. Lo más sensato era apegarse a la sana doctrina jurídica de respeto a la libertad, la presunción de inocencia y el juicio debido. Algo que acá ya se ha perdido por completo.

Ya en la fase de detención preliminar se evidenció el contubernio entre juez y fiscal, cuando un abultado expediente de 4,200 folios fue evaluado por el juez en menos de 4 horas, para redactar en el acto una resolución express de 150 páginas ordenando la detención de Keiko Fujimori, con los mismos argumentos del fiscal, que en realidad eran de IDL.

En esta segunda fase, el de la prisión  preventiva, la asociación delictiva entre juez y fiscal se hizo aun más evidente. Esta parejita Pérez-Concepción se creen intocables y todopoderosos, al punto en que el juez tuvo la desfachatez de limpiarse el trasero con la resolución del Tribunal Constitucional que impone límites claros a la prisión prevetiva, y luego el fiscal llegó al delirio de salir a la calle y gritar ante los medios que el Fiscal de la Nación, Pedro Chjávarry, tiene que largarse. 

Es que uno ya no sabe en qué clase de país está, francamente. Todo esto es de película de terror. Muy apropiado para el día de Halloween. El resultado es que la mafia caviar logró meter presa a Keiko Fujimori por tres años. Y no es que sea culpable de nada. Solo la van a seguir investigando. Además de todo esto, han recusado a la sala que anuló la detención preliminar para que no exista forma de que salga libre y han montado una campaña de desprestigio contra una de sus magistradas. El mismo fiscal Pérez la acusó de ser miembro de la banda de "los cuellos blancos". La amenaza es clara: cualquiera que se atreva a retar el poder de la mafia caviar será despellejado públicamente.

La mafia caviar ya no necesita cerrar el Congreso. La pechada que le dio Vizcarra con ese mamarracho de reforma constitucional y obligando a un absurdo referendum, ya los debilitó bastante. La falta de muñeca política del fujimorismo quedó patente en esa pechada del Ejecutivo. Allí fue cuando empezaron a dar muestras de debilidad. Eso fue suficiente para que la caviarada arremetiera con todo y los arrasara del terreno político. El Congreso ya es un campo desolado, donde vagan confundidos los fujimoristas, sin explicarse todavía qué les pasó por encima. Han acabado pidiendo diálogo a sus enemigos, y recibieron un portazo de respuesta. La ingenuidad de estos pollos sin cabeza es total.

Hoy el poder lo detenta la mafia caviar. Tienen sus ONG maquinando y manipulando los hilos. De hecho controlan al gobierno. El tontolín de Vizcarra está en palacio solo porque se ha puesto de rodillas al servicio de la caviarada, y tanto él como su premier se han alineado al pedido caviar de la salida del Fiscal de la Nación, lo cual muy probablemente se dará en breve. Lo único que le falta por retomar a la mafia caviar es su control total sobre la Fiscalía. Por lo pronto tienen al gobierno comiendo de su mano, gracias al control de la prensa mermelera que presta su apoyo al gobierno, aunque este no haga nada por el país. 

Mientras Vizcarra siga alimentando a los medios con plata del presupuesto, estos seguirán dándole su apoyo y armando sus encuestas para engreír y alimentar la vanidad del presidente. El tonto y el más tonto, Vizcarra y Villanueva, pueden gobernar tranquilos mientras sigan las instrucciones de las ONG y de la mafia caviar. Así es como anda el Perú en estos días.