domingo, 29 de marzo de 2020

La guerra contra las AFP una vez más


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Una vez más estamos ante una arremetida feroz de los políticos y activistas del progresismo contra las AFP. El gobierno de Vizcarra que no desaprovecha nada para sumarle puntos a su imagen de salvador de la patria, ha incluido en las medidas económicas para paliar el efecto de la cuarentena, la suspensión del pago de los aportes de abril. Algo es algo para que la jauría de ayayeros que tiene  le celebren el golpe a las AFP. No solo acá, sino incluso la izquierda chilena lo ha puesto de ejemplo, pues en Chile están a solo un paso de seguir el mal ejemplo argentino y lapidar las AFP.

La desgracia de estos países subdesarrollados es que están repletos de progres socialconfusos y de ignorantes rampantes que viven odiando al sector privado y adorando al Estado como su dios. Esa y no otra es la causa de su subdesarrollo. Hacerle la guerra al sector productivo y defender al sector parásito que es el Estado, solo puede conducir a la miseria, tal como lo hemos comprobado tantas veces. Solo basta mirar a Cuba y Venezuela. Pero la estupidez no tiene cura. Y en cada generación nace una buena cantidad de idiotas que siguen este principio del fracaso. 

En el Perú, por supuesto, tenemos progres socialconfusos para exportar. Por eso no es raro ver esta permanente guerra contra el sistema privado de pensiones, mientras a nadie le preocupa el fraude que es la Oficina Nacional de Pensiones que maneja el Estado, o simplemente ONP. ¿Han visto a alguien cuestionando a la ONP? Incluso la medida recientemente tomada por Vizcarra para dizque paliar el efecto económico de la cuarentena, solo afecta a la AFP. ¿Por qué no incluye también el aporte a la ONP? ¿A qué se debe esa discriminación? Es muy simple: es que la plata de la ONP se la agarra el Estado. Y acá se puede chocar con cualquiera menos con el Estado ladrón. 

El Sistema Privado de Pensiones (SPP) fue creado como solución al fraude que era el sistema estatal de pensiones. La gente se pasaba años aportando al fondo del Estado y al final recibía miserias de pensión que no llegaban ni al sueldo mínimo vital. Incluso muchos tenían que hacerle un juicio al Estado para que les pagaran sus pensiones. El Estado prefería gastar millones en juicios antes que pagarle sus pensiones a los ancianos que morían esperando el fin del juicio. Esa era la patética realidad de las pensiones en manos del Estado. Por eso se creó el SPP, para que cada uno aporte a su cuenta individual y vea crecer su plata a lo largo de los años. 

Por supuesto que los enemigos de la empresa privada y amantes del Estado pusieron el grito en el cielo y nunca han descansado de acusar a las AFP de todo, desde cobrar muy altas comisiones hasta ganar pese a que los fondos disminuyen, como si las AFP manejaran la economía mundial o del país. Y es que no hay nada que odien más los progres socialconfusos que el hecho de que una empresa gane dinero. En los últimos veinte años se han hecho tres reformas de las AFP buscando perforarlas, y cero reformas a la ONP, que sigue robándole a la gente que aportó menos de 20 años. 

A la fecha, entre todas las AFP hay acumulado más de S/. 150 mil millones de soles. Ese dinero es el fondo de ahorro más grande que ha tenido el Perú en su historia. Si ese dinero hubiera ido a manos del Estado, hubiera sido dilapidado por los gobiernos ineptos y corruptos que han pasado en estos últimos 27 años. Pero en manos de las AFP está allí, usándose para generar riqueza. Bastaría decir que el 60% de todo lo acumulado por las AFP son el resultado de las inversiones. Es decir, más de la mitad del fondo privado de pensiones es rentabilidad neta. Eso es algo que jamás verían en el Estado.

A la fecha, ya hay jubilados de las AFP, pero hay que considerar que un fondo de jubilación debe acumularse durante unos cuarenta años para ganar una buena rentabilidad. Aun no estamos en ese nivel porque el SPP es relativamente joven en este escenario. Los jubilados del SPP solo han aportado unos pocos años porque pasaron al sistema cerca de su jubilación. De todos modos, el 35% de los jubilados tiene pensiones superiores a los S/. 1,100 soles, habiendo pensiones que superan los S/. 5,000 soles. El grueso se ubica entre los S/. 800 y S/. 1,100 soles de pensión. No está mal para los pocos años aportados. En la ONP la pensión promedio es de apenas S/. 650 soles. 

El SPP resuelve un grave problema social, económico y político que ha arrastrado el Perú durante décadas. Su éxito ha llevado a que el modelo sea implantado en diversos países, incluyendo los que estuvieron bajo el régimen comunista. El modelo funciona bien, pero es objeto de la angurria de políticos populistas y del odio del progresismo estatista. La prensa dominada por la izquierda le hace mala publicidad a las AFP. No hay un politiquero en campaña que no prometa tocar a las AFP para que "le devuelvan el dinero a los ciudadanos". Liberales de cafetín se oponen a que se obligue a los ciudadanos a aportar para su jubilación. 

Todos los problemas que ha sufrido el SPP se deben a la intervención de los políticos. Nunca dejan en paz a las AFP y nunca se ocupan del fraude de la ONP. Los políticos quieren manejar a su antojo el dinero de las AFP, es decir, el dinero de los ahorristas. Están ansiosos por usar ese dinero, ya sea para que se "invierta" en lo que a ellos les parece, como darles crédito a las mypes, apoyar al agro, etc. O incluso para que la gente pueda retirar el dinero y así desvirtuar el sentido previsional de esos fondos. Ya lo han logrado en varias ocasiones. Ahora pretenden que se pueda retirar el 25% de los fondos. Un proyecto disparatado de Fuerza Popular en ese sentido acaba de ser presentado.

De aprobarse ese PL el SPP simplemente colapsaría. El retiro del 25% supera los S/. 40 mil millones de soles. ¿Do dónde los iban a sacar si todo está invertido? Esperemos que ese disparate populista de FP sea archivado. Lo curioso es que el fujimorismo se arroga la autoría del SPP y sin embargo, son los que quieren ahora liquidarlo por entrar en la competencia de demagogia alrededor de las AFP. Pocos son los que se atreven a defender esos fondos para lo que son: pensiones de jubilación. Para eso fue creado el SPP y deben aprender a respetarlo. Crucemos los dedos para que la salvaje ignorancia de nuestros políticos demagogos y populistas no logre destruir el SPP.

viernes, 27 de marzo de 2020

La segunda pandemia


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

La pandemia del Covid-19 nos ha cogido con los pantalones abajo. Es decir, con una sistema de sanidad pública en añicos. Y esto por la desidia de los gobiernos que han preferido gastar miles de millones en frivolidades ideológicas como la inútil refinería de Talara, el rascacielos del Banco de la Nación, el Centro de Convenciones, el mafioso gasoducto del sur y toda la infraestructura para los Juegos Panamericanos que ahora están en total abandono, para no seguir mencionando más. En todas esas barbaridades hemos despilfarrado más de US$ 15 mil millones de dólares que podrían haber servido para reconstruir los hospitales destartalados de Lima y provincias.

A ese gasto oneroso habría que sumarle las esqusiteces de los últimos gobiernos que decidieron agrandar el Estado para cobijar más burocracia inútil, creando ministerios pomposos como el de Cultura, Ambiente y Desarrollo. Otros ministerios fueron ampliados para cobijar más oficinas que se encarguen de los derechos humanos, el diálogo nacional o la lucha contra la corrupción, entre muchas otras perlas de la burocracia que han duplicado el presupuesto público en los últimos diez años. 

El asunto es que ahora el Estado maneja un presupuesto de S/. 177 mil millones de soles aunque en muchos ministerios y gobiernos regionales son tan ineptos que ni siquiera gastar saben. Pero si pagan sus planillas y gastos corrientes aunque no aporten nada a la sociedad. A todo eso sumémosle el gasto en campañas ideológicas como la lucha por la igualdad, el enfoque de género, la guerra contra el machismo y contra la violencia familiar, que no es más que propaganda, activismo y adoctrinamiento que al final no sirven de nada. Todavía quedan por sumar los gastos de publicidad del Estado que cada años crecen como la espuma para mantener a la prensa prostituta, los contratos por asesorías truchas para mantener a la argolla caviar contenta, etc.

El Estado es un enorme monstruo que se alimenta de lo que le roba a todo el pueblo, en especial las empresas. Todos nosotros tenemos que mantener a ese monstruo. Cada vez que pagamos algo ese monstruo mete las manos en nuestros bolsillos y nos quita el 18%. Incluso si pagamos la cuenta de bienes tan esenciales como agua potable, la luz eléctrica o alimentos. Todos los días alimentamos al monstruo del Estado. ¿Y qué recibimos a cambio? Inseguridad, hospitales en abandono, malas carreteras, pésima educación pública y escuelas precarias, entre otros desastres estatales.

La pregunta es ¿por qué lo permitimos? Ahora que se viene inevitablemente la crisis económica a causa de la parálisis de la economía por culpa de la pandemia ¿cómo se reactivará la economía? Los primeros reflejos del Estado han sido mirar a los bancos, AFP y empresas privadas, para variar. Los charlatanes de izquierda y populistas de otros bandos han empezado nuevamente su guerra contra las AFP. Los primeros odian el sistema privado de pensiones por razones ideológicas, los segundos solo quieren ganar aplausos por cada sol que le arrebatan a los fondos de pensiones, perforando el sistema en perjuicio de los futuros jubilados. 

Como ha ocurrido en otros países dominados por el progresismo, especialmente en Argentina, donde el Estado engulló a las AFP y dilapidó sus fondos, afectando a millones de afiliados que vieron evaporarse su dinero en manos del corrupto gobierno de Cristina Kirchner, también en el Perú la izquierda sueña con traerse abajo las AFP. En estos momentos las AFP en el Perú manejan un fondo equivalente a todo el presupuesto anual del Estado peruano, es decir, casi unos S/. 170 mil millones de soles. Por supuesto, el Estado está desesperado por echarle mano a ese dinero, que felizmente está protegido por la Constitución. Pero los enemigos del SPP no desaparecen. 

Hay gente desesperada en estos días porque ve que los fondos de pensiones han caído, pero no es culpa de las AFP sino de la economía. Además esos fondos son ahorros a largo plazo y siempre se recuperan. Ya ha ocurrido en otras ocasiones. Por lo demás, hay fondos que están seguros ante la volatilidad de la economía. No hay que desesperarse y menos sumarse a la guerra contra el sistema privado de pensiones que sería una desgracia para casi seis millones de personas. 

Hay políticos que están sugiriendo cambiar el modelo de las AFP y obligarlas a invertir el 100% del dinero en el Perú "por solidaridad". ¿Quién les ha dado autoridad para decidir sobre dineros ajenos? Esos fondos no son para solidaridad sino para asegurar las pensiones futuras de sus ahorristas, y es obligación de las AFP invertir en mercados seguros y de alta rentabilidad. Eso es lo que quieren los que tienen su dinero depositado en las AFP. Hay que impedir que los politiqueros y demagogos de todos los colores metan la mano en esos fondos. 

Si quieren solidaridad, lo que el Estado debe hacer es reducirse. Es momento de que el Estado pode sus ramas y deje de gastar dinero en oficinas, organismos y ministerios inútiles. Todo ese dinero ahorrado puede servir para devolvérselo a las empresas y reactivar la economía. Si no quieren dar el paso revolucionario de reducir el Estado, al menos podrían suspender el funcionamiento de todas las oficinas no indispensables por unos seis meses y usar ese dinero ahorrado para ayudas sociales directas. En resumen, lo que un verdadero estadista haría en los tiempos de crisis económica que se nos viene, es reducir el tamaño del Estado y usar el dinero para fines productivos. Que dejen de seguir mirando al sector privado y buscando la forma de seguir robándole a los ciudadanos.