Mostrando entradas con la etiqueta indulto. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta indulto. Mostrar todas las entradas

martes, 9 de enero de 2018

La reconciliación imposible


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Fuente: La Fuerza 

Es claro que el gobierno de PPK trata de enmascarar el indulto concedido al ex presidente Alberto Fujimori, como un primer paso en el camino hacia la reconciliación nacional. Se trata de una maniobra política que no tiene sustento en la realidad de sus actos. Mientras dicen una cosa, hacen otra. Si este hubiese sido el primer acto de su gobierno, las cosas hubieran sido mucho más fáciles y manejables. Pero ahora todo huele a mentira, incluso el discurso de la reconciliación.

Es un hecho que la reconciliación nacional nunca fue de interés para este gobierno, y menos aun cuando PPK le debe enteramente su magro triunfo electoral al antifujimorismo. Por eso mismo siempre fue un rehén del antifujimorismo.

En todo este tiempo PPK jamás dio muestras de interesarse por el diálogo y la reconciliación. Por el contrario, prefirió la soledad y el autismo, mostrándose parco en las únicas dos ocasiones en que dialogó con la lideresa de la oposición, una a instancias del cardenal y la otra por iniciativa de la propia Keiko Fujimori.

Además, PPK nunca dio señales claras de estar a favor del indulto a Fujimori. El tema era permanentemente manoseado por la prensa y PPK se limitaba a decir que era un asunto médico. Su postura anterior fue pedirle al Congreso una ley que permita cumplir penas en el domicilio, aclarando que no podía ser una ley con nombre propio, cuando él mismo estaba proponiéndolo como una solución al caso de Alberto Fujimori.

Las evidencias confirman que el indulto fue producto de un acuerdo urdido por PPK para salvarse de la vacancia. Todo encaja. De modo que el indulto no ha sido en realidad producto de un diálogo abierto, de una política de Estado, de un plan de gobierno ni nada que se le parezca. Ha sido un manotazo de ahogado.

Lo que vemos ahora es una maniobra desesperada de rescate de la credibilidad presidencial y una operación de soldadura para asegurar la flotabilidad del gobierno. Sin embargo, es obvio que el gobierno y sus partidarios carecen de una partitura. Las declaraciones de unos y otros solo exhiben el caos por el que atraviesa el régimen. No hay uniformidad de criterios. Para colmo, ni siquiera dan muestras de estar en el camino sincero de una política de reconciliación. No tienen nada.

Los principales voceros del régimen siguen echando gasolina a la hoguera cada vez que hablan de la supuesta reconciliación. No ha habido un cambio de actitud ni de discurso en Mercedes Araoz ni en Juan Sheput, por ejemplo. Ellos siguen sobre la base de validar las posiciones de la CVR y la sentencia de Fujimori, que son los dos instrumentos que encendieron la hoguera que hoy divide al país.

Si Mercedes Araoz piensa como se ha expresado en su reciente columna de El Comercio, pues debió tener la entereza de renunciar al cargo de presidenta de la PCM, apenas se enteró del indulto, que a todas luces fue por medio de la prensa. Al quedarse en el cargo, tal vez urgida por el propio presidente, debió convocar a gente pensante con cabeza fría que los ayude a diseñar rápidamente una política de paz y reconciliación en el país, algo que no es fácil ni se puede improvisar.

Pero en realidad no hay nada de nada. Este gobierno sigue trastabillando sin brújula ni timón. Todo lo que vemos es improvisación y discurso hueco. No se puede hablar de reconciliación con el informe de la CVR en la mano, ni aplaudiendo la sentencia de Alberto Fujimori, que son los dos instrumentos de venganza de la caviarada. No se puede seguir con esa farsa de pedirle a Fujimori que se arrodille y pida perdón a las víctimas de La Cantuta y Barrios Altos cuando está demostrado que él no tiene ninguna relación con esos crímenes y que estos fueron, además, improvisados.

La Cantuta fue un acto demencial de militares borrachos, liderados por un inestable Martín Rivas que nunca siguió órdenes de nadie. Y eso se evidencia en la cadena de acciones improvisadas y torpes que ejecutaron. Barrios Altos fue ejecutado por un grupo de militares que quisieron vengar a sus compañeros, asesinados en el bus de los Húsares de Junín dinamitado por SL en una calle céntrica. Ninguno de estos actos fue ordenado por instancia alguna del gobierno de Fujimori, que jamás tuvo como estrategia antisubversiva este tipo de acciones. Cargarle la responsabilidad de tales crímenes a Fujimori fue una felonía jurídica que no se puede seguir avalando. 

De manera que no se puede hablar de reconciliación si a nadie le interesa colocar la verdad sobre la mesa, en primer lugar, y prefieren en cambio seguir validando los mitos y mentiras montados por la élite caviar en venganza contra Alberto Fujimori. No se puede hablar de reconciliación con mentiras y venganzas. No se puede exigir la humillación de Fujimori ante las víctimas de La Cantuta y Barrios Altos como requisito previo para una reconciliación. Ese no es el camino de la reconciliación.

Si este gobierno quiere sobrevivir, le conviene emprender un diálogo verdadero y tomarse en serio la reconciliación, no como una simple mascarada para tontos. Ya que han nombrado a este año como “Año del Diálogo” pues que empiecen a practicarlo. Queremos ver un plan de diálogo, pero con las personas adecuadas. No nos interesa que vuelvan a mecernos con el circo del diálogo habitual, convocando a los partidos a palacio para tomarse una foto, y mucho menos perdiendo el tiempo con ese adefesio del Acuerdo Nacional que inventó Toledo para salvar su cuello.

Empecemos el diálogo pero dejando las mentiras de lado. Es decir, arrojando a la basura el informe de la CVR y dejando en claro que el juicio de Fujimori fue una felonía legal. Solo después de ese primer paso podemos empezar el diálogo.

sábado, 6 de enero de 2018

Fujimori suelto en plaza


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Finalmente el ex presidente Alberto Fujimori salió de alta y se puede decir que ya es nuevamente un hombre libre para tormento del antifujimorismo patológico, básicamente para esa izquierda oenegienta pro terruca, que ya ha iniciado trámites ante instancias internacionales para anular el indulto, argumentando falacias y leguleyadas. Esa jauría rabiosa seguirá ladrando por un buen tiempo. Tenemos ruido político para rato, con marchitas, columnas en diarios y programas de TV, como si no hubiesen cosas más importantes que atender en este país.

Por mi parte prefiero creer que el indulto es irreversible. Y prefiero creerlo no solo por Fujimori, que ya pasó bastante carcelería y no merece más, sino por el país, pues sería muy penoso que el Perú se vea subyugado por una corte internacional en un tema que no es jurídico sino político. También sería lamentable que, ante tal eventualidad, el presidente Kuczynski vea perder su autoridad por completo. Obviamente sería humillante que la Constitución del Perú sea violentada por la CIDH, en alianza con las rabiosas y fundamentalistas oenegés de la izquierda pro terruca. No quiero imaginar la vergüenza que sentiría como peruano al ver que la CIDH es capaz de pasar por sobre nuestra Constitución y por encima de la autoridad de nuestro presidente anulando el indulto a Fujimori. Sería inconcebible ver a Fujimori siendo llevado de vuelta a prisión. ¿Cómo quedaría el Perú ante los ojos del mundo? Sería la peor degradación que nos tocaría vivir como país. Semejante escenario me resulta perturbador y grotesco. Por eso prefiero creer que el indulto ya es un hecho consumado.

Pero no puedo evitar algo de miedo porque en este país puede pasar cualquier cosa, lamentablemente existen sectores de auténticos enfermos mentales llenos de odio, a quienes nada les interesa más en esta vida que ver a Fujimori preso. Todo lo demás está por debajo de ese innoble objetivo. Y la verdad es que a estos enfermos nada les interesa la moral, ni los ddhh, ni las supuestas "víctimas", nada de eso. Todo es floro y pose. Ellos han hecho del antifujimorismo su plan de vida, de lucha y su sentido de existencia. No exagero pues cuando los llamo enfermos mentales. Eso es lo que son, sin exagerar.

En este momento el problema no es Fujimori. Objetivamente él ya es un hombre acabado que merece pasar sus últimos años en la paz del retiro. No tiene salud ni opción para hacer política activa y su mayor preocupación debería ser preservar la unidad del fujimorismo, o por lo menos de sus hijos. En realidad Fujimori no es ningún monstruo ni representa peligro alguno para nadie. Así que toda esa inquina de los enfermos mentales del antifujimorismo patológico carece de sentido. Deberían buscar alguna cura espiritual o psiquiátrica. Hay muchas cosas más nobles, urgentes e importantes en qué ocupar tanto esfuerzo, dinero y dedicación. 

Así pues, como vemos, el verdadero problema que enfrenta el país es el antifujimorismo. No exagero cuando digo que es una epidemia y una enfermedad mental. Y es que el odio al igual que la risa se contagia por contacto. Ver reír a alguien contagia igual que ver odiar. Y acá tenemos a toda una generación de jóvenes que ha crecido en contacto directo con el odio a Fujimori y hoy salen a marchar sin tener ideas claras de lo que hay detrás de su odio y sus consignas. No tienen idea. Lo he podido comprobar personalmente. Además basta leer sus comentarios en las redes para darse cuenta de que están saturados de mentiras en medio de una penosa ignorancia. Se han creído todos los mitos y mentiras de la izquierda rencorosa, mendaz, farisea y pro terruca.

Lo mejor que podríamos hacer en el Perú ahora mismo es voltear la página de Alberto Fujimori y dedicarnos a reconstruir este país, en lugar de tratar de destruirlo, que es el afán permanente de la izquierda insidiosa. Lo sano y cuerdo sería apuntalar este gobierno para que nos saque del hoyo en lugar de dejarlo solo y esperar a que se hunda. El torpedo más efectivo para que esto suceda es buscar la anulación del indulto a Fujimori y seguir con esa cantaleta sin fin. ¿Se imaginan cómo quedaría PPK si los comunistas le tuercen el brazo con la CIDH y sus marchitas y le obligan anular el indulto? Volveríamos al fondo del hoyo. Y eso es lo que quieren estos indigentes mentales de la izquierda.

Me parece que los pocos políticos pensantes que tenemos, los pragmáticos, deberían alzar la voz para imponerse sobre el griterío histérico de los incendiarios del antifujimorismo. Esperemos también que la asquerosa prensa que tenemos deje de arrojar gasolina sobre la hoguera de los rojos, acalle las voces estridentes de personajes de pacotilla como Marisa Glave y Verónica Mendoza que nunca han aportado ni aportarán nada bueno al país jamás. La prensa no debería jugar a favor de la crisis política, no debería darle tanto espacio a gente que solo tiene un solo discurso de odio. Al contrario, la prensa debería asumir un rol más responsable y arrojar un baldazo de agua fría al escenario. El país se merece algo mejor que el caos, el odio, la venganza y el enfrentamiento permanente. Y es hora de reconocer quiénes están a favor de la paz y quiénes quieren incendiar este país.

miércoles, 3 de enero de 2018

2018: Año de la descaviarización del Perú


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Hoy acabaron formalmente las vacaciones de fin de año y empezamos el 2018 con un nuevo panorama político. El indulto de Alberto Fujimori les ha caído como agua bendita al demonio a todos los sectores de la izquierda patológica infecto contagiosa. Al punto que muchos han empezado a renunciar de sus cargos en el aparato del Estado, desde ministros hasta chupes de última categoría. Y nos hemos topado con cada sorpresa al ver las sabandijas que estaban chupando la teta del Estado solo por ser progres y nakos.

Claro que la mayoría de caviares y progres seguirán bien prendidos de la mamadera. A esos habrá que echarlos. Principalmente de los ministerios de Educación y de Justicia, que son los dos buques insignia de la izquierda hace 17 años, cuando fueron tomados por Diego García Sayán y Nicolás Lynch. Allí empezaron las curiosas reformas destinadas por un lado a favorecer terroristas o a sus familiares, y por el otro, a cambiar la historia para educar a la juventud en el pensamiento CVR, para acabar finalmente imponiendo la ideología igualitarista desde la escuela.

Con el indulto a Fujimori, el presidente PPK pasó a la condición de apestado para los sectores progres y caviares, que ya le han quitado todo su respaldo para correr a meterse en la trinchera de la oposición. Lo mismo pasa con los demás partidos políticos que prefieren la pose y el gesto correctos, y han preferido distanciarse del gobierno criticando el indulto a Fujimori. Habrá que ver con quién termina gobernando PPK. En todo caso no puede ser peor que cuando estaba la caviarada.

La tarea principal de los enajenados de izquierda será tratar de traerse abajo el indulto mediante sus clásicos lloriqueos ante las instancias internacionales. Frente a esto, el gobierno, a través de su presidenta de la PCM, Mercédez Araoz, ha respondido con suficiente firmeza que aunque la CIDH chille y patalee prevalecerá nuestra Constitución, que le permite al presidente indultar sin dar explicaciones a nadie. Así que ya pueden los rojos, progres, caviares y demás hueveras de la izquierda infecto contagiosa juvenil ir poniendo sus barbas en remojo.

Por su parte el fujimorismo sufre también un terremoto interno con la salida de Alberto Fujimori. Es difícil vaticinar lo que puede suceder, y no soy de los opinólogos que gustan hacer de videntes políticos, anticipando escenarios que solo caben en las alucinaciones de un ayahuasquero. Habrá que ver qué ocurre en la tienda naranja, pero de que la naranja está partida, lo está.

Así pues el panorama se presenta bastante interesante. Habrá que ser optimista. Además hay motivos para estarlo, pues este año perece ser el inicio de la descaviarización del Estado. Si tuviéramos una verdadera dirigencia política de derecha, lo que cabría hacer es empezar a derribar los mitos y mentiras que la izquierda ha venido generando y repitiendo durante todo este tiempo sin que nadie les responda. 

La dictadura caviar ha resultado la más larga de la historia moderna, pues ha durado 17 años. Tiempo que supera con creces a la última dictadura militar que en sus 12 años le causó un daño enorme al país. Ahora, tras 17 años de mentiras regadas por progres y caviares, ha terminado infectando el cerebro de los jóvenes, ya no con su nefasto anti imperialismo, marxismo, pensamiento Gonzalo y demás estupideces propias de la izquierda fracasada, sino con un patológico antifujimorismo militante hecho de embustes y cuentos de terror sobre los 90. Habrá que ver de qué manera se revierte toda esa sucia manipulación de la verdad. Hay que hacerlo. Resulta patético ver marchar a tantos jóvenes incautos cacareando consignas bobas, sin darse cuenta de que han sido vilmente engañados por la izquierda, una vez más.

Por nuestra parte, seguiremos en la lucha diaria en contra de las mentiras y de los peligros que se ciernen contra la libertad individual y comercial. Buen año para todos.

viernes, 29 de diciembre de 2017

El indulto como instrumento de justicia histórica


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El indulto del ex presidente Alberto Fujimori era un hecho cantado. Siempre estuvo en la agenda política del país y era un clamor popular que superaba el 60% en cada encuesta. Solo la cobardía de nuestros ex presidentes demoró una decisión que necesitaba de mucho coraje, pero sobre todo de un gran sentido de responsabilidad histórica. Personalmente pensé que Alan García otorgaría el indulto a Fujimori, pero no estuvo a la altura de tamaña responsabilidad. La edad y salud de Alberto Fujimori ya no permitían seguir postergando esta decisión, y PPK se sentía cada vez más apurado. Es cierto que no lucía muy convencido por sus alianzas con la izquierda y el antifujimorismo. Pero de alguna manera tuvo el valor para otorgarlo.

El indulto es una figura eminentemente política. No es una figura jurídica, no nace de la teoría jurídica sino de las necesidades políticas. Por lo tanto, el indulto está más allá de las discusiones jurídicas emprendidas por los leguleyos de uno y otro lado, especialmente de los especialistas en litigios de DDHH que pululan en las oenegés de izquierda, caracterizadas por su defensa del terrorismo. El indulto no tiene que ver con las culpas del pasado sino con las necesidades del presente, con la historia y el futuro. Es una carta que la Constitución le otorga al presidente para jugarla políticamente cuando estime conveniente. Sus fines son políticos. Así de simple. El resto es floro y leguleyada. La CIDH podrá mostrar su preocupación pero no está por encima de nuestra Constitución que es la carta que nos rige a los peruanos. Así que los rojos solo pueden hacer su berrinche y salir a hacer sus marchitas para gritar consignas y cargar pancartas, pero de allí no pasarán.

No hay que confundir el indulto político constitucional con el que reglamenta una ley para ser otorgada a presos comunes por razones humanitarias, de gestión carcelaria o de cualquier otra índole no política, para lo cual existe una comisión revisora y un procedimiento establecido. Ese indulto masivo y común procesado por una comisión no elimina la potestad constitucional de que goza el presidente para indultar y otorgar amnistías cuando estime conveniente, como un instrumento político para la marcha del país. El presidente no necesita justificar su indulto. Es su potestad. No tiene plazo ni trámite ni "debido proceso".

Desgraciadamente PPK adolece de un carácter pusilánime y ha firmado un indulto con mano temblorosa, escondido detrás de un informe médico que no necesitaba. Hacer pasar el indulto como “humanitario” para ver si los dementes de izquierda se quedan callados era en vano, es un detalle innecesario. El presidente puede indultar a cualquiera, incluso gozando de perfecto estado de salud. Es ridículo exigir que el reo esté a punto de morir para ser indultado. Eso solo cabe en la mente perturbada de un resentido que vive envenenado con su propio odio.

Toda esta cháchara en torno al indulto es pura mezquindad de la izquierda rencorosa y derrotada. Les ha caído como agua bendita al diablo. Se retuercen y vomitan fuego, claman a la CIDH, la ONU, Amnistía Internacional, WOLA, a todos sus secuaces del mundo entero quienes no han tardado en expresar su pesar, como el impresentable chavista español Pablo Iglesias. Todo el mundo ha metido su cuchara en el tema.

¿Por qué existe esta facultad constitucional para el presidente? Precisamente para manejar situaciones políticas. Muchos aluden a la coincidencia del indulto con la salvada de la vacancia por el disenso de diez votos fujimoristas controlados por Kenji. Esa historia no está confirmada, pero aunque fuera cierta no le quita validez al indulto porque es una carta política que la Constitución le da al presidente, y si ha decidido jugarla nadie lo puede cuestionar. Así es la política.

El indulto restablece la justicia. Pero no una justicia de nivel jurídico sino uno aun mayor que es la justicia histórica, aquella que hace un balance de la actuación política de un personaje durante cierto período importante para el país, y decide en función de ese balance. La justicia histórica es pues un balance de hechos históricos, no una formulación de cargos para probar la inocencia, que es la justicia legal del Perú, donde no existe presunción de inocencia. En ese balance histórico, el ex presidente Alberto Fujimori surge como uno de los más importantes gobernantes que ha tenido el Perú. No es eufemismo decir que Fujimori salvó al Perú. Es estrictamente cierto.

Además el indulto restablece la justicia sobre un hombre de talla histórica cuando ha cometido delitos y purga cárcel por un proceso que además fue bastante nefasto. El juicio de Fujimori fue una farsa. Eso lo sabemos todos. El juez San Martín fraguó una condena vil incluso antes del proceso, coordinando el caso con asesores españoles para buscar la fórmula que permita condenarlo a la mayor pena sin necesidad de pruebas. Así descubrieron y aplicaron la figura del autor mediato para los casos Barrios Altos y La Cantuta, como si Fujimori tuviera algo que ver en tales crímenes. Eso es simplemente una felonía legal dictada por un sicario más que por un juez.

A Fujimori se le han achacado secuestros que otros cometieron, crímenes que otros perpetraron. Se le ha acusado de robar 15 millones cuando lo cierto es que ese fue un chantaje de Vladimiro Montesinos para dejar el país y permitir la gobernabilidad. Ese dinero no lo tomó Fujimori para sí y al final fue devuelto al erario. Cometió errores tontos como allanar la casa de la esposa de Vladimiro Montesinos. En fin, hay una lista de cargos entre tontos y falsos que le sumaron 25 años de prisión tras una farsa de juicio donde la condena ya estaba lista antes del proceso. Ha cumplido casi 12 años de prisión. Ahora Fujimori bordea los 80 años y sigue siendo una figura gravitante de la política peruana. El pueblo no lo ha olvidado, todavía sienten enorme gratitud por él. Su indulto es más que justo y necesario.

Solo la miseria humana de ciertos sectores de izquierda y grupos infantiles sin conocimiento de causa pueden oponerse a este indulto. Alegar que no se está muriendo es patético y cruel, y prueba el nivel moral y el grado de odio en que viven estos sujetos. Para colmo, los jóvenes salen a marchar sin saber nada de lo que vivió nuestro país ni tener noción de la dimensión histórica de Fujimori. Son siempre los tontos útiles de la izquierda que se creen todos los cuentos que les cuentan. Pero hay que tomarlo con calma. Van a intentar revertir el indulto y hasta darle un golpe a PPK. Ya conocemos sus niveles de odio y locura. Pero no hay forma de revertir este indulto. Esperemos que los enfermos de odios no puedan llegar a extremos, como en el pasado. Es hora de voltear la página y mirar hacia el futuro. El Perú se merece entrar ya de lleno en el siglo XXI y pensar en el bicentenario en vez de seguir cacareando temas de los años noventa. 

El indulto a Fujimori y la hipocresía de la izquierda


Escribe: Richard O. Campos Villalobos

En uso de las facultades que le confiere la Constitución, el presidente Kuczynski indultó finalmente al ex presidente Alberto Fujimori. Todo en medio de la más grave crisis política de la última década que casi lo aleja del cargo. ¿Negociado?, seguramente, al menos eso siempre hizo PPK, negocios, por eso es lógico pensar que se pagaron favores acordados bajo la mesa, previos a la votación congresal que no pudo destituirlo. 

PPK se quedó, pero no pudo desvirtuar ninguna de las acusaciones sobre sus negociados con Odebrecht siendo ministro de Economía del toledismo. No hace falta aclarar que la izquierda palurda que siempre chilla por la menor cosa, se dividió; y el grupo liderado por Verónika Mendoza salvó a PPK saliendo a pasear con cartelitos en lugar de votar. Y ahora reclaman por el indulto que dio PPK y salen a marchar contra PPK. ¿Quién los entiende?

Se han sumado a la carga los opinólogos antifujimoristas diciendo de todo, a estas alturas ya poco importa con qué argumentos salgan en contra del indulto. Lo han usado todo: la defensa de la institucionalidad, la lucha contra la corrupción, la resistencia al golpe, la justicia, etc. Consignas no les faltan. Lo que no ti8enen es coherencia. Para variar, se ha sumado la legión infantil de universitarios revoltosos, que, como bien dijo Aldo Mariátegui, no eran ni espermatozoides cuando Fujimori era presidente. Nuevamente están haciendo sus vandálicas marchitas de indignados, cargando fotos de terroristas, incluyendo víctimas del incendio de Las Malvinas, que ocurrió este año.

La moral y dignidad de la izquierda son una carcajada a mitad de un velorio, su oficio es hacer pactos bajo las sombras, pero solo las cuestionan y critican cuando otros lo hacen. Si de verdad le interesara tanto la institucionalidad, no tendrían a Velasco como líder supremo, ni celebrarían el golpe de 1968. La izquierda parió al genocida Abimael Guzmán Reinoso a fines del velascato, fue gestado en el vientre de los sindicatos comunistas del magisterio que Velasco fortaleció. La izquierda generó a Sendero Luminoso y al MRTA, una de vertiente maoísta y la otra castrista. La izquierda avaló la economía estatista del velascato que nos llevó a la hiperinflación de 7000% en 1990. La izquierda no tiene ninguna moral para criticar nada, sus marchas de pulpines vándalos solo son una muestra de la tremenda ignorancia en que viven los jóvenes. A Fujimori lo detestan porque derrotó a las bestias apocalípticas de Sendero Luminoso y el MRTA, y porque tiró a la basura el esquema socialista que llevó al Perú al fracaso y la miseria. Todo lo demás no pasa de ser más que retórica hueca y cuentos para tontos. 

Muchos políticos de izquierda avalaron la violencia terrorista, criticaron las acciones del Estado y las FFAA o guardaron silencio o simplemente se fueron del país. Cómo no recordar a Javier Diez Canseco, quien llamaba a Sendero Luminoso “mis hermanos equivocados” y que estuvo muy cerca del MRTA, al cual justificó como fuerza necesaria y alternativa entre Sendero Luminoso y el gobierno, convertido luego en ícono cuasi religioso de la pulpinada de la PUCP. Luego esa izquierda inmoral y genocida apoyó firmemente a Fujimori para evitar el triunfo de Mario Vargas Llosa y el liberalismo. Ya desde allí empezaron a votar en modo anti y a elegir candidatos que luego detestarían. Eso es parte de la trayectoria sinuosa y vergonzante de la izquierda malviviente.

¿Qué moral tiene la izquierda para oponerse al indulto humanitario de Fujimori? ¿No son acaso los primeros defensores de los derechos humanos? Bueno pues, un indulto humanitario forma parte intrínseca de las políticas de DDHH. Fujimori es un anciano de 80 años que está enfermo y ya pagó 11 años de carcelería. ¿Qué más quieren las hienas de izquierda? Luego de pasarse la vida posando como defensores de la moral y los DDHH, han llegado a oponerse al indulto alegando que Fujimori no se está muriendo. ¿Se puede ser más miserable? Bueno, ese es el nivel de estos pervertidos inmorales de la izquierda.

Lo que sí fue un asqueroso negociado es el juicio de Fujimori. El miserable juez San Martín fraguó la condena antes del proceso mediante consultas a juristas españoles para buscar una forma de condenarlo sin pruebas. ¿Eso es justicia? ¿Por qué los defensores de la “justicia y la verdad” no denuncian ese asqueroso negociado del juez San Martín? Mediante ese tipo de sucias artimañas terminaron condenando a Fujimori por los casos de Barrios Altos y La Cantuta, sin que tuviera nada que ver, así como de unos secuestros “agravados” de personas que nunca tuvieron dificultad alguna, como el caviar Gorriti. Para colmo, el miserable juez César San Martin trató de vincular la condena a la figura de lesa humanidad, como para asegurarse de que el indulto fuera inviable. Es decir, todo ese juicio fue una farsa y un circo donde la mayor condena ya estaba asegurada desde el principio.

Nadie niega que en el gobierno de Fujimori hubo corrupción. ¿Y en qué gobierno no lo hubo? La única diferencia es que la caída de Fujimori fue aparatosa y se montó un circo de falsos luchadores contra la corrupción, que eran igual o más corruptos aún, e iniciaron una cacería de brujas que concluyó en el abuso y el encarcelamiento de muchos inocentes que sirvieron al país, ya sea en el régimen de Fujimori o en las FFAA luchando contra el terrorismo. La venganza caviar fue atroz. De eso ya se encargará la historia.

El indulto es una facultad incuestionable del presidente y solo el odio y la estupidez puede motivar criticarlo y exigir su anulación. Es hora de pasar la página y superar el nefasto antifujimorismo alimentado por los sectores más cavernarios de este país.

martes, 26 de diciembre de 2017

La pataleta progresista tras el indulto del Chino


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Y como no podía ser de otra forma, todos los pabellones del manicomio de izquierda salieron a las calles a protestar contra el indulto de Fujimori. Y como también es normal en estos casos, el mayor contingente de perturbados, desadaptados y gritones estuvo conformado por huestes universitarias, es decir, los típicos pulpines que siempre se prestan a ser los tontos útiles de la izquierda. 

Ya es una costumbre histórica que la izquierda reclute a sus zombies en las universidades, ya sea porque los jóvenes viven en la ignorancia y son fáciles de engañar, o porque tienen una vía de escape a sus frustraciones y amarguras existenciales. El hecho es que la izquierda siempre cuenta con el apoyo entusiasta de la juventud universitaria. Hasta los terroristas salían de las universidades. 

Resulta un espectáculo patético ver a tanto pulpín que no sabe nada sobre los 90, gritando consignas mientras sacude el puño en alto, como si se masturbaran la mente. Estos chicos solo conocen los mitos y mentiras propalados por la izquierda en las aulas, utilizando como Biblia de adoctrinamiento el informe de la CVR, especialmente en los cursitos de sociales. Luego se han especializado con los memes que abundan en las redes sociales basura, donde proliferan los enfermos de izquierda infantil. Los jóvenes, en su mayoría, han sido adiestrados en el arte de odiar a Fujimori mostrándole su foto mientras les narran historias de terror. Es una lástima leer sus comentarios y respuestas afirmando sandeces con total convicción. Son un caso perdido.

Por su parte la prensa no se queda atrás. En especial los medios del grupo El Comercio, como América TV y Canal N, convertidos en plataforma anti indulto, donde desfilan todos los líderes de izquierda, desde las oenegés pro terrucas más impresentables, como Gloria Cano y Ronald Gamarra, hasta las infaltables Marisa Glave e Indira Huilca, a quienes llaman Pinky y Cerebro en las redes. En añadidura, estos canales así como el propio diario El Comercio, han emprendido una campaña de "memoria" donde solo se recuerdan los supuestos "crímenes de Fujimori". En lugar de jugar un rol más responsable en aras de la paz social, están alentando las marchas callejeras y el vandalismo. Nunca fue más nauseabundo el rol de la prensa basura, francamente.

Luego tenemos a los muertos vivientes, los espíritus aparecidos que salen de sus sarcófagos y escondrijos para aprovechar el pánico y soltar su opinión. En esa categoría están Popy Olivera, Julio Guzmán y el virrey Alfredo Barnechea, quien salió posando con una foto de Belaunde al fondo y un gesto de prócer de la patria para decir que estaba de acuerdo pero que no estaba de acuerdo.

Por último tenemos al mismo PPK que salió anoche con rostro compungido para dar un mensaje más enredado que sus negociados. Siempre dijo que no indultaría a Fujimori porque fue su compromiso firmado con la izquierda para salir elegido, pero luego firmó el indulto porque fue su compromiso con el fujimorismo para quedarse en el cargo. Así es la vida. A lo hecho, pecho. Lástima que haya tenido que refugiarse en un informe médico en vez de asumir personalmente la responsabilidad plena.

El debate jurídico sobre el indulto es ocioso. Es puro bla bla bla. Recursos desesperados de una izquierda patética, enfermiza, patológica, pervertida y fracasada. Lo bueno de todo es que al fin el gobierno parece que quedará librado de caviares porque han empezado a renunciar. Ya es un hecho que PPK tendrá que recomponer su gabinete y es de esperar que no haya un solo caviar. Ya era hora de desinfectar el Estado de tanto parásito progrecaviar. Todo indica que el 2018 será mejor.

lunes, 25 de diciembre de 2017

Hasta que al fin le llegó el indulto a Fujimori


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Negocios son negocios. Es todo lo que parece entender PPK, y lo aplica en su gestión política sin hacer ninguna diferencia. Bajo esta misma filosofía, acaba de concederle el indulto a Alberto Fujimori en pago por los servicios prestados durante el proceso de vacancia, cuando diez afortunados votos fujimoristas le salvaron el cuello. PPK sigue de presidente no por haber probado su inocencia, ni por la fogosa y apasionada perorata de Alberto Borea, con llanto incluido, sino por haber negociado con Kenji Fujimori -y tal vez directamente con el mismo Alberto- los votos que necesitaba para sobrevivir en el cargo.

Así que ya podemos tirar a la basura todo ese rollo patético de la lucha contra la corrupción, la defensa de la institucionalidad, la democracia, el Estado de derecho y demás basura retórica que se repitió hasta el cansancio en ese debate. Acá todo se arregla con pactos bajo la mesa. Así ha funcionado siempre la política peruana. Y no solo en lo que respecta al indulto de Fujimori sino también a su condena judicial. ¡Pero claro que sí! La condena del tremendo juez César San Martín también fue un sucio y perverso negociado caviar. Ese no fue un juicio sino un circo donde lo último que importó fue la justicia y la verdad. ¿Por qué creen que salieron con esa tontería del "autor mediato"?

Ya es tiempo de dejarnos de babosadas. Ni la sentencia de Fujimori fue limpia ni su indulto lo es. Así de simples y claras son las cosas. El indulto ha provocado las iras de todos esos sectores de odiadores de la izquierda patológica que celebraron en su momento la injusta condena de Fujimori. También anda furiosa la chibolería universitaria, eternos tontos útiles de la izquierda, engañados desde las aulas universitarias y las webs manejadas por los nerds del progresismo infantil.

Es obvio que PPK ha terminado quemado. Es un hombre en ruinas. Si antes tenía pocos aliados, ahora es posible que se quede solo. Nunca tuvo visión política. Su trayectoria desde que pasó a la segunda vuelta ha sido un completo desastre. Perdió la oportunidad de otorgar el indulto de entrada nomás y quedar como un gran estadista, con grandeza y nobleza, mirando la reconciliación. Pero no. Prefirió abrazarse con los descerebrados de la cloaca infantil "No a Keiko" y hasta les firmó un acta de compromiso. ¿Cómo se puede ser tan idiota en política?

El pobre PPK se pasó todos estos meses rehuyendo el indulto. Cualquiera con dos dedos de frente sabía que era un paso que se tenía que dar. Además era de justicia. Fujimori es un hombre enfermo de 80 años que ya pagó 12 años de condena infame. Sus delitos comunes no merecían más que 8 años. Tampoco se pueden dejar en el olvido los grandes aportes que Fujimori le dio al país. La salvajada de la autoría mediata era un disparate caviar que tendría que haberse corregido con un indulto oportuno. Pero nadie tuvo la hidalguía de darlo. Ni PPK.

Incluso ahora PPK ha preferido refugiarse detrás de la figura del indulto humanitario, justificado con un informe médico que para colmo parece más trucho que la sentencia del juez San Martín. Nada le costaba a PPK coger un papel en blanco y firmar el indulto sin ningún tipo de justificación. No lo necesita. La Constitución no lo exige. El indulto no es una figura jurídica, no tiene nada que ver con leyes ni reglamentos. El indulto es una gracia presidencial, una figura eminentemente política y se usa con fines políticos. Para eso es que existe. Por eso carece de sentido todo ese cacareo jurídico de los leguleyos, en especial de los "expertos en DDHH" que pululan en las oenegés pro terrucas.

Y ahora a lo hecho, pecho. A aguantar a toda esa plaga de enfermos mentales del antifujimorismo patológico que ya empezó a salir a las calles. La gran mayoría son chiquillos imberbes que no tienen la necesaria perspectiva para juzgar a Fujimori ni conocen de primera mano lo ocurrido en el Perú en los últimos 35 años. Nadie menor de 40 está capacitado para juzgar a Fujimori, pues tendría que haber padecido por lo menos el primer gobierno de Alan García, haber sufrido en carne propia el modelo socialista que dejó Velasco, tendría que haber hecho colas y colas para conseguir alimentos básicos y gasolina, padecer el desastre de las empresas públicas y la hiperinflación, para no mencionar la muerte de seres queridos a manos del terrorismo, vivir con apagones, con miedo, en un país sin esperanza ni futuro. Si nadie vivió eso en carne propia, no tiene autoridad para juzgar a Fujimori. 

Yo nunca voté por Fujimori ni fui un seguidor suyo. Al contrario, terminé siendo opositor a sus sucias maniobras en la última etapa de su gestión. Sus últimos tres años fueron de lo peor que se vio en la política peruana, aunque no muy distinto de lo que estamos viendo ahora. Es decir, esa compra de medios, políticos, jueces, fiscales y todo lo que se podía comprar fue real, pero de ninguna manera fue exclusivo del régimen de Fujimori. Que eso quede claro. No seamos hipócritas. Pero al margen de todos esos vicios que critiqué con repulsión, siempre viviré agradecido a Fujimori por haber salvado al Perú, por haber recompuesto sus instituciones podridas y desfallecientes, por haber saneado su economía, por haber reconstruido el país que no tenía ni carreteras, por habernos devuelto la paz y el orden y por poner al país en las sendas del desarrollo para que los demás solo gobiernen con piloto automático. 

No se trata de juzgar y condenar a Fujimori solo por las cosas malas que hizo. Hace falta realizar un mayor esfuerzo comprensivo y juzgar toda su gestión, considerando las circunstancias especialmente difíciles que tuvo que afrontar, para luego hacer un balance. Eso es lo que hace un ser pensante. Solo los idiotas se tragan los cuentos de la izquierda y se dedican a cacarear mitos y a odiar en medio de la más penosa ignorancia. Pero desgraciadamente la estupidez y la ignorancia abundan.

PPK tiene que ser firme y reorganizar su cerebro. Tiene que cambiar de aliados, expulsar a los asesores que lo llevaron por el camino de la confrontación, dar de baja a la caviarada enquistada en el poder, recomponer el gabinete y tomar las riendas del país. De lo contrario, la situación se le puede poner más difícil. PPK está pegado con babas al sillón presidencial. Si no se pone las pilas esto puede terminar en un golpe. Los malvivientes de izquierda son capaces de llamar a un golpe "en defensa de la democracia". Los conozco de sobra. Habrá que cerrar filas en torno de PPK solo por preservar al país. 

domingo, 9 de julio de 2017

Otra marcha de infantes infectados


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Una vez más salió este viernes el corso infantil de los nakos. Lo que se puede concluir de esta última manifestación de histeria fascista contra un grupo político y, en particular, contra un ex presidente enfermo y anciano, es que la estupidez y el odio son buenas aliadas de la ignorancia y la juventud. De hecho, la gran mayoría de manifestantes de odio antifujimorista son jóvenes menores de treinta años, lo cual los descalifica para tener una opinión válida sobre los noventa. No tienen la vivencia ni la perspectiva histórica para valorar los hechos. Solo conocen los cuentos, mitos y mentiras que se repiten en medios y redes. La mayoría son solo jóvenes adoctrinados por la izquierda en el antifujimorismo, del mismo modo en que Sendero Luminoso les cuenta sus propios cuentos para reclutarlos a su favor. A eso se dedica la izquierda en las universidades.

Nuevamente se hicieron presentes en la marcha contra Fujimori todas la lacras de izquierda: comunistas, socialistas, ambientalistas, antauristas, sindicalistas, oenegeros, colectores rojos, partiduchos de izquierda, dirigentes políticos, artistas progres, ex terroristas, así como los infaltables familiares de los terroristas cargando las fotos de sus angelitos. Esta vez se sintió la ausencia del hoy ministro de cultura, Salvador del Solar. Tal vez también PPK hubiera querido salir a marchar, como intentó hacerlo en la campaña junto a los nakos. A estas alturas ya cualquier cosa se puede esperar de este presidente y de su gabinete de lujo.

También hemos vuelto a disfrutar el espectáculo patético de las jovencitas de talleres de arte progre, escenificando los mitos rojos sobre el fujimorismo, como el de las esterilizaciones forzadas con sus úteros de cartón. Esta vez ensayaron nueva coreografía con un show barato digno de cómicos ambulantes, en el que las chicas repetían como zombies: "somos las campesinas que no pudiste esterilizar", unas siete veces. De risa. ¿Se lo creerán realmente?

La verdad es que nadie menor de 30 años tiene competencia moral para juzgar los noventa. Carecen de los elementos de juicio. No vivieron lo que era el Perú en los setenta y ochenta. Nunca escucharon detonar un coche bomba, nunca tuvieron que llorar ni velar a un pariente o amigo asesinado por Sendero Luminoso o el MRTA. Nunca tuvieron que hacer horas de cola en el sol o la lluvia para comprar alimentos básicos racionados. Nunca vivieron en la crisis económica, la hiperinflación, la escasez, la miseria, el miedo. Nunca tuvieron que verse obligados a abandonar el país para tener un futuro, porque acá no había ninguna esperanza. Más de la mitad de la generación de los setenta y ochenta tuvo que huir y largarse de este país, abandonando su barrio, sus amigos y sus padres, para forjarse un futuro afuera porque acá solo se esperaba el triunfo de Sendero Luminoso.

Estos jóvenes marchantes de hoy pertenecen a la época del crecimiento económico, de la opulencia de nuestra economía boyante, de la libertad económica y la libre importación, de los supermercados repletos de productos, de los grifos modernos, de las carreteras en buen estado. No saben cómo era la vida antes y cómo se consiguió superar la crisis para entrar en la senda del desarrollo. Ni siquiera saben a quién se lo tienen que agradecer.

Nada de esto conocen los jóvenes imberbes que salen a marchar con sus estúpidos cartelitos contra Fujimori, creyéndose la conciencia moral del país. No son más que una masa de ignorantes adiestrados por el rojerío con cuentos de terror, como los que escriben en cada comentario de las redes: Fujimori ratero, asesino, corrupto, traidor y otras babosadas por el estilo. Miserables que solo viven del insulto y el odio sin tener conocimientos mínimos de la verdad. Idiotas que siguen creyendo las mentiras de las esterilizaciones forzadas, que fueron denunciadas cinco veces por los rojos ante la Fiscalía y que fueron archivas las cinco veces porque no son más que un montón de mentiras. Tontos que siguen repitiendo la estupidez de los US$ 6 mil millones robados por Fujimori o el mitos de las maletas llenas de oro, etc.  

No vale la pena responder una a una las idioteces que cacarean estos ignorantes. Todas son falsas. Hasta el cuento de que renunció por fax es falso. Nunca se han inventado tantas mentiras para engañar a los jóvenes y embarrar a un personaje. Siempre se han tejido mentiras alrededor de Haya, de Belaúnde, y hasta de PPK se dicen cuentos. Pero con Fujimori ya llegaron al nivel del delirio y la estupidez. 

Lo importante es que estas marchitas de zombies anda cada vez más desprestigiada. Cada vez son menos. Su patético espectáculo causa más hilaridad que entusiasmo. Los videos que graban las supuestas líderes de opinión solo provocan risas, cuando no pena o lástima. Se trata de la escoria que toda sociedad tiene que soportar. Solo que acá tienen mucha prensa y hacen mucho ruido. Son una minoría bulliciosa y alharacosa, pero no son ni de lejos las élites pensantes. Son solo masas de borregos amaestrados en el odio y repitiendo consignas.

sábado, 24 de junio de 2017

PPK amenazado por la izquierda


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Una vez más el indulto a Fujimori vuelve a tomar protagonismo en la política nacional, y siempre por boca de PPK. En su última entrevista a un medio inglés dijo que ya es momento de evaluar el indulto. Eso ha sido suficiente para que toda la plaga de zombies comecerebros del antifujimorismo cavernario salgan de sus barracones para amenazar a PPK de todas las formas posibles.

Todo el gallinero progre está alborotado. La santa patrona de la caviarada, Rosa María Palacios, se apuró a escribir un artículo donde amenaza a PPK con ser procesado ante la CIDH si otorga el indulto a Fujimori. Varios opinólogos de izquierda han vuelto a publicar sus argumentos jurídicos en contra del indulto a Fujimori. En realidad son solo leguleyadas. La Constitución está por encima de todas las leyes y esta faculta al presidente a otorgar una serie de gracias sin limitación alguna. 

El numeral 21 del artículo 118 de la Constitución dice textualmente que es una atribución del presidente: "Conceder indultos y conmutar penas. Ejercer el derecho de gracia en beneficio de los procesados en los casos en que la etapa de instrucción haya excedido el doble de su plazo más su ampliatoria". Así de simple y claro. No dice siquiera "de acuerdo a ley". 

Existe dentro de la política penitenciaria una Comisión de Gracias Presidenciales, con su reglamento, que se ocupa de tramitar los pedidos de gracia que presentan los internos. Pero esto no limita las potestades constitucionales del presidente. Tampoco lo pueden hacer los tratados ya que tienen la misma fuerza de una ley, es decir, están por debajo de la Constitución y hasta pueden ser denunciados por el presidente, es decir, rechazados, tal como lo ha hecho Donald Trump con el TPP.  Así que en realidad, nada impide que PPK indulte a Fujimori. Lo puede hacer en cualquier momento aunque chille toda la caterva de progres y caviares. 

Pero más allá de las razones jurídicas, el progresismo amenaza a PPK con armarle alboroto en las calles. Ahora resulta que los parásitos que viven marchando cada vez que se sienten "indignados", no se indignaron ante las revelaciones de la mega corrupción de Odebrecht, ni ante la impunidad del Capitán Carlos y la frescura total de la usurpadora Nadine Heredia. Por esa corrupción no dicen nada. Por esos asesinatos de Madre Mía no arman su escándalo, ni salen a organizar a las "víctimas" para pasearlas por los foros, como hicieron con los de La Cantuta y Barrios Altos. Nada de eso. Estas lacras sociales del rojerío solo se indignan cuando se trata de Fujimori, el hombre que exterminó a los terroristas de izquierda y arrojó a la basura el Estado socialista fallido y la Constitución heredada del velasquismo. Y es que nunca van a perdonarle a Fujimori haber lapidado a la izquierda y enviado al tacho de la basura de la historia.

Esa es toda la verdad. Que se vayan a otra parte con su pose de luchadores anticorrupción y con su cuento de indignados por los derechos humanos. A las inmundicas de la izquierda nunca les importaron los derechos humanos hasta que empezaron a capturar a sus terroristas. Allí fue cuando empezaron a armar sus ONGs pro terrucas como Aprodeh, para defender a sus terroristas. Tampoco les importó jamás la corrupción, como es evidente ante su asqueroso silencio sobre las delaciones ventiladas en el caso Lava Jato, donde toda la izquierda latinoamericana está embarrada.

PPK no debería tener miedo del indulto. La gran mayoría del pueblo peruano está a favor del indulto. El indulto sería un acto de justicia para enmendar el mafioso juicio que tuvo Fujimori, totalmente pervertido, donde el juez se apoderó del caso, prácticamente le quitó el caso al fiscal para hacer lo que le vino en gana, incluso fabricando acusaciones que no existían en el expediente fiscal, y condenando sin pruebas, gracias a un complot urdido con amigos por correo electrónico. Todo ese juicio fue una farsa. Le cargaron gratuitamente los crímenes de Barrios altos y La Cantuta solo para condenarlo a la mayor pena posible, y encima le chantaron la referencia a la lesa humanidad para complicarlo más. Esa condena revela toda la saña, perversión y maldad de un miserable que en vez de justicia procedió a su venganza personal. Fujimori ya pagó 11 años de cárcel y es más que suficiente por los delitos comunes que cometió. En este momento ya es un preso político de la izquierda terruca.

Tampoco es una cuestión de chantaje, un toma y daca. Las relaciones entre el Ejecutivo y el Congreso deben pasar por un proceso de diálogo político, acercamientos que lleven a acuerdos concretos. Eso nada tiene que ver con el indulto. Tampoco se puede condicionar a Fuerza Popular para que se haga de la vista gorda frente a las torpezas y negociados del gobierno. Aunque muchos mienten alegando una oposición destructiva del fujimorismo, eso es absoluta y completamente falso. Nadie puede mencionar siquiera tres políticas públicas que hayan sido obstruidas por el Congreso. Ni siquiera una sola. Hay un acompañamiento y apoyo en todas las políticas del gobierno. Si el gobierno no hace más por el país y la economía no es culpa del Congreso. Pero tampoco le pueden pedir que se haga de la vista gorda con las torpezas de los ministros.

Como ya se ha demostrado numéricamente, en este primer año de gobierno se han producido menos citaciones de ministros al Congreso que en los últimos tres gobiernos. Dos ministros han salido por el empeño del propio gobierno en sacar como sea el proyecto Chinchero. No por culpa del Congreso. Así que vayamos poniendo las cosas en claro y no nos dejemos llevar por las pataletas del circo de zombies comecerebros del antifujimorismo patológico de izquierda. A ellos solo hay que ignorarlos y dejarlos chillar que para eso nomás sirven. Nunca han aportado nada al país más que circo callejero.

Mientras sigamos presos del dogmatismo ideológico de la izquierda en materia de empleo, mientras sigamos idolatrando los ídolos de barro de la "estabilidad laboral" y se siga pregonando la intangibilidad de  "derechos laborales" y nos sigan metiendo el floro barato del "empleo digno", sin permitirnos modernizar el sector laboral liberalizándolo de tantas cargas y taras, seguiremos en la misma penosa realidad. Aumentar la regulación y la fiscalización solo servirá para ajustarnos más el nudo de la soga que ya tenemos en el cuello.

sábado, 8 de junio de 2013

De Leguia hasta Fujimori



Por Elvis Occ

Los últimos y dramáticos meses de la vida de Leguía son narrados por Basadre de la siguiente manera: el 16 de noviembre de 1931 llegó a ser trasladado a la Clínica Naval de Bellavista para que se le hiciera una operación quirúrgica. El 18 de noviembre una bomba de dinamita fue arrojada villanamente al interior de este hospital y cayó a pocos metros del cuarto ocupado por el enfermo, después de que había sido anunciada su mejoría. Murió, sin embargo, en el hospital naval el 6 de febrero de 1932 a los 69 años. Sólo pesaba entonces 30 kilos. Se ha dicho que llegó a hacer a su confesor el encargo de expresar que no guardaba rencor a nadie, que perdonaba a quienes procuraron hacerle mal, que deseaba la felicidad y la prosperidad del Perú al que había amado mucho y que su último pensamiento era para sus hijas y sus hijos.

Durante el gobierno de Leguia se llegó a los acuerdos de paz con los países limítrofes. Se contruyeron el Hospital del Niño, el Hospital Loayza, el Palacio de Justicia, el Palacio del Congreso, el Palacio de Gobierno, el Teatro Municipal, el Panteón de los Próceres, Atarjeas de Lima, la sede del BCR, red de trenes hacia la sierra. Modernizó Lima creando sus principales avenidas. En lo financiero y económico se reformó el Sistema Aduanero, se creó el Banco Central de Reserva y en lo social se masificó la educación primaria gratuita y los comedores populares. Resolvió los límites del Perú y logró que Tacna retornara al seno patrio!

Debido a los profundos lazos económicos con EEUU, cuando en 1929 colapsa la bolsa de valores en Wall Street, tambien provoca una fatal crisis económica en el Perú. Leguía fue derrocado por el Gral. Sánchez Cerro, su casa saqueada, los que se sirvieron de su gobierno le dieron la espalda y algunos hasta fueron sus inquisidores. Augusto B Leguia, de quien Haya de la Torre dijera que fue el mejor presidente del siglo XX, murio victima del rencor y la venganza de sus enemigos, quienes usaron el Poder Judicial para condenarlo sumariamente. Un dato más: Leguia peleó contra los chilenos en Miraflores y era un declarado enemigo del comunismo.

Las similitudes con el caso del ex Presidente Alberto Fujimori son sobrecogedoras, tanto en la magnitud de su obra como en la injusticia de su juzgamiento y posterior condena. Ambos, tanto Leguia como Fujimori contribuyeron a la paz del Perú, a la boyante economía de hoy y a la infraestructura vial. Tanto Leguia como Fujimori están catalogados por los ojos del mundo desde una perspectiva internacional desapasionada como los dos mas colosales presidentes que haya tenido el Perú.

Hoy en pleno siglo XXI se repite la historia y un ex presidente está muriendo en prisión víctima de sus enemigos y por la falta de carácter de un presidente mediocre como lo fue Sánchez Cerro. Tanto Leguia como Fujimori contribuyeron al crecimiento de una clase media y este ultimo al nacimiento de una vigorosa derecha popular. La misma que algun dia reivindicara al Ing. Alberto Fujimori muy a pesar de alguno de sus mezquinos detractores. Sin embargo, confiemos en que la historia haga otro tanto,  pues suele ser mas imparcial que la justicia peruana y sus "justicieros". 

El indulto se fue a pique


Y tal como se veía venir, Ollanta Humala negó el indulto a Alberto Fujimori. Lo hizo justo el Día de la Bandera para que festejen progres y caviares, quienes la despreciaron para levantar sus propias banderas rojas del comunismo en su lucha armada contra la democracia y el Estado de Derecho. Ese es el sector que ha salido a festejar la decisión presidencial saboreando como una victoria el encierro del hombre que puso fin al terror y la aventura belicista de las izquierdas en el Perú. Al fin y al cabo esa es la verdadera dimensión histórica en que hay que colocar las cosas. Y es así como lo entienden los enemigos de la patria: el comunismo internacional.

Ollanta Humala no ha sabido colocarse en la correcta dimensión histórica. Le falta talla de estadista. Ha preferido ocultarse cobardemente en la menudencia de un "informe técnico" de segundo nivel, elaborado por hombrecillos sin trascendencia y casi anónimos. Ni siquiera ha sabido asumir enteramente su responsabilidad como presidente tras repetir tantas veces que solo él tomaría la decisión final. Aunque niegue haber sido presionado, lo cierto es que ha sido intimidado por toda la jauría progresista que lo rodea, tales como Eda Rivas, Daniel Figallo y el propio presidente del Concejo de Ministros, "experto en derechos humanos" y creador de la CVR, Juan Jiménez. Además, por supuesto, de la orquesta de ONGs de izquierda que proveen asesorías al gobierno y que hace tiempo hacían lobby para impedir el indulto.

Si bien ya es hora de voltear la página, no debemos hacerlo sin señalar los errores del fujimorismo en todo este proceso. Antes no era oportuno decirlo pero es menester señalarlo por ser parte de la verdad. Desde el fujimorismo salieron demasiadas voces y muy destempladas exigiendo el indulto, lo cual generaba para el presidente un evidente ambiente de presión que resultaba políticamente muy inapropiado. El fujimorismo no tuvo una estrategia disciplinada sino un alocado reclamo sin medir las formas. El propio Fujimori contribuyó mucho con sus mensajes y cartas "desde su encierro", con lo cual sólo arrojaba más leña al fuego y creaba más presión, además de demostrar que estaba en buenas condiciones. 

Una estrategia adecuada hubiera ordenado a todas esas voces guardar silencio y señalar a un vocero autorizado. Fujimori debió mantenerse en su aislamiento y ser visto solo en sus trasladados a la clínica, sin esas fotografías patéticas que alimentaban el morbo del antifujimorismo y eran utilizadas para la burla. Pero sin duda el más grave error del fujimorismo ha sido no saber tratar el asunto políticamente a puertas cerradas. En lugar de gritarle a Ollanta desde el balcón, han debido buscar un acercamiento político tratando de desplazar al enemigo principal, Perú Posible, aprovechando la caída en desgracia de su impresentable líder. Todo es posible negociar en política. Absolutamente todo. Una cuestión que sin duda Keiko desconoce por su juventud y que el fujimorismo nunca ha practicado en su historia.

Por último, Keiko hizo muy mal en convocar a la gente a las calles en rechazo a la decisión presidencial. Esa no es la posición que debe adoptar alguien que es líder de uno de los principales movimientos políticos del país y que aspira a la presidencia. El respeto a las formas democráticas es fundamental, más aun cuando no hay ningún quiebre del orden constitucional por parte del gobierno. En política nunca hay un final. La vida continua y mañana habrá otras causas que pelear. De hecho el ex presidente Fujimori tendrá que ser indultado tarde o temprano debido a que su salud irá deteriorándose. Pero hay que aprender de las derrotas. Y sobre todo, hay que aprender a negociar.

viernes, 7 de junio de 2013

...PISA TU PELOTA PEPELUCHO!


Por El Hdp
  • Que tal mecida y hueveo que le metieron a la familia Fujimori. Ollanta los invita a pedir indulto y después de un largo y manoseado proceso donde metió su cuchara hasta San Puta, sale Nadine para decir que no. Oh, perdon! Ollanta dice que no. Este Capitán Carlos resultó ser un conchesuabuela. Eso no se hace con un anciano, carajo! Por que sera que los rojos celebran la negativa al indulto pero no, la cadena perpetua a ARTEMIO?
  • La chusma caviarMarxista y sus proTerrucos están de tono. Han celebrado a rabiar. Estos rojetes de mierda, desde Garcia Sayán hasta la poetisa frustrada RSS @pavese, pasando por el vejete hijoeputa de Sinesio López y el cojo resentido ex guerrillero Lévano, han llorado tanto de felicidad, que hasta se les ha aflojado el esfínter. La loca de Ronald Gamarra de seguro que se rasuro el culo y salio a regalarse a la Av. Arequipa reboleando el bolso.
  • Los pasquines Diario16 del toledismo y la izquierdosa LaPrimera estaban a punto de irse a la mierda porque no los lee ni el lorcho que envuelve pescado. Estaban a punto de fenecer pero apareció la vieja sarrosa de Villarán con 14 millones de las arcas municipales para premiar a sus ayayeros de campaña y cutrear con la propaganda. La MML le dará publicidad a estos diarios inservibles que solo cacarean consignas. Nuestros impuestos pagarán lindos mensajes caviarones en esa prensa adefesiera que hace cagadas en primera plana. Ahora tendremos publicidad sobre la construcción de ciudadanía y otras cojudeces caviares como el amor a los cabros.
  • Satanás se cargó al terruco frustrado de JDC, pero lo pasó a reemplazar otro cojudo igual o peor: el comunista Dammert. Un resucitado de la Era del Hielo del comunismo apestoso. Qué mierderos que son estos rojetes del mal. Su último pajazo fue introducir un proyecto de Ley para impedir a peruanos de doble nacionalidad postular a la presidencia. Como estos subdesarrollados no saben nada de globalización y desconocen la necesidad y ventajas que proporciona en el mundo tener varios pasaportes legalmente, sacan estas cojudeces solo para joder, ya que es lo único que saben hacer estas sabandijas. Joder! Y todo por su odio a PPK. Deberían sacar una ley para exportar a todos los webertos que adoran el comunismo hacia los países del ALBA. Que se vayan a Cuba, carajo!
  • Chibolos que requintan por el SMO... sus padres votaron por Ollanta Humala. Ni modo juventud, ahora si se cagaron! Ingresan a la Universidad o caballero nomás, al cuartel. No sera dificil ingresar, Lima tiene mas Universidades que pollerias. Y ahora el ingreso es más fácil que raspa-y-gana. Así que no lloren por las huevas!