domingo, 2 de junio de 2013

Tuesta y la reforma del sistema político


Nuevamente se discuten reformas del sistema político peruano, y por desgracia, nuevamente escuchamos los mismos presupuestos e intenciones equivocadas que alentaron las fracasadas reformas anteriores. Ni siquiera han empezado con la hidalguía de reconocer tal fracaso. Por ejemplo, la tan famosa y mentada Ley de Partidos Políticos nunca sirvió para nada, tal como lo advertimos en su momento. Hoy seguimos en la misma situación o aun peor. Y lo más grave es que ahora se proponen medidas todavía más absurdas, si cabe, como la financiación de los supuestos "partidos políticos" por cuenta del Estado o la alternancia de género en las listas de candidatos.

A menudo nuestros opinólogos se escudan tras la "ciencia política" para aparentar sabiduría y hacerle creer a los incautos que su opinión es ciencia. La mal llamada "ciencia política" debería nutrirse de la psicología para enseñarle a todos que las leyes no sirven para moldear sociedades o cambiar culturas. Por desgracia muchas personas, especialmente los "progresistas", viven con la estúpida creencia de que las leyes sirven para diseñar culturas, modificar conductas sociales o generar cualidades en la gente. Estamos plagados de papanatas que proponen leyes que buscan cambiar una realidad social. Así es como un delirante grupo de legisladores montó el esperpento de la Ley de Partidos Políticos suponiendo que bastaba una ley para que los partidos surgieran alegremente en nuestra realidad social y política.

Lo peor de todo es que, ciegos ante la realidad y desdeñosos de las evidencias del fracaso, incapaces de reconocer el origen de su error, persisten en las mismas ideas erradas para ampliarlas. Es así que distinguidos opinólogos electorales, como el Sr. Tuesta Soldevilla, proponen con cara de gurús orientales, que el Estado financie a esos clubes de amigos mal llamados "partidos políticos". Sorprende realmente el grado de ceguera e ingenuidad que pueden alcanzar algunos célebres opinantes, pues parecen ignorar por completo la realidad humana y el grado de corrupción que impera en las cercanías de la política.

Italia acaba de dar por finalizada la financiación estatal de los partidos políticos, luego de confirmar tras varios años, que nunca sirvió para nada más que para alimentar grandes mafias. No hace falta ser Einstein para darse cuenta de que ese es el único fin que tendría una disparatada reforma en tal sentido. Regalar la plata del Estado es la mayor fuente de corrupción que se puede abrir en cualquier lugar del mundo. Por eso realmente sorprende, hay que repetirlo, el nivel de estupidez de algunos opinantes. No hay otra forma de llamarlo.

Tuesta Soldevilla ofrece como su mayor ejemplo de peso que los partidos políticos no tienen locales porque no tienen plata para alquilarlos, ergo, el Estado debe alquilárselos. ¿Se imaginan los grandes negociados que esto acarrearía? Los locales no sirven para nada si no tienen gente. Lo que los partidos necesitan es, en primer lugar, partidarios, seguidores, gente comprometida con una causa. Lo demás viene solo. Habiendo gente es fácil conseguir financiación y locales. No se necesita nada más que un garaje para sesionar una vez por semana. Así es como se hacen los partidos y no chupando la mamadera del Estado.

Lo peor que podemos hacer es escuchar a un progresista como Tuesta. Todo progre no ve más allá que la acción del Estado como palanca del cambio social. Para ellos tiene que ser el Estado mediante dinero y leyes el que produzca los cambios sociales. Una mentalidad fracasada que nunca ha dado resultados en ninguna parte. Lo que la cultura no produce, el Estado no lo puede generar. Eso es lo que deberían enseñar en esa mal llamada "ciencia política". Así nos ahorraríamos tantos disparates burocráticos de todo tipo, desde la "alternancia de género" que empobrecerá aun más la calidad del Congreso, hasta las benditas ciclovías que nadie utiliza.

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