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jueves, 10 de junio de 2021

El escándalo de actas fraguadas por Perú Libre

Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El Perú está a punto de caer en manos del comunismo y sumarse al triste club de países latinoamericanos fracasados, gobernados por dictaduras de izquierda disfrazadas de democracia. Estamos solo a un paso de que Pedro Castillo sea consagrado ganador de un proceso electoral que ha revelado graves irregularidades. Al parecer estamos frente al acto de fraude electoral más escandaloso de la historia, perpetrado por los militantes de Perú Libre -y seguramente también por maestros del Sutep-Conare (Movadef), quienes se dedicaron a fraguar actas electorales en las mesas de los lugares más alejados del país, donde ellos suelen actuar a sus anchas.

Este accionar no es nuevo. Recordemos que Sendero Luminoso apareció precisamente dominando las zonas más alejadas y abandonadas del país, allí adonde el Estado no llegaba. Aprovechando la lejanía y soledad de esos apacibles pueblos andinos, los senderistas impusieron su feroz presencia mediante un régimen de terror para organizar lo que llamaban "guerra popular del campo a la ciudad". Su estrategia era adoctrinar a los campesinos hasta volverlos militantes revolucionarios capaces de empuñar un arma y marchar a la capital para capturar el poder. Para estos fines intimidaban a la población, secuestraban niños, ejecutaban soplones, abusaban de las mujeres y no tenían reparos en masacrar pueblos enteros. 

Por el terrorismo de Sendero Luminoso nos fuimos enterando de la existencia de varios pueblos remotos de los que jamás habíamos oído mencionar. El primero de ellos fue Chuschi, donde Sendero Luminoso empezó su trayecto mortal quemando ánforas de las elecciones generales de 1980. Pero los tiempos han cambiado y hoy el neosenderismo tiene otros planes. Pretenden usar las elecciones para ganarlas a través del fraude perpetrado en esos remotos lugares donde todavía tienen presencia y actúan a sus anchas. Lugares que son áreas de trabajo de maestros rurales y narcoterroristas. Pero gracias a la tecnología y al trabajo de investigación de numerosas personas, se ha descubierto el plan. 

Son cientos (por ahora) de actas fraguadas en esas zonas remotas donde Pedro Castillo tiene votaciones que superan el 80% (como Ayacucho, por ejemplo, cuna de Sendero Luminoso) donde se notan toda clase de vicios, desde firmas que no coinciden con el registro del RENIEC hasta personas fallecidas que han estado a cargo de mesas electorales. Y lo más escadaloso ya es ver la gran cantidad de actas donde Fuerza Popular no tiene ni un solo voto, frente a 180 ó 250 votos para Perú Libre en numerosas mesas. Es decir, estos sujetos no han tenido reparos para rellenar actas, y firmarlas sin siquiera tomarse la molestia de imitar la firma real de la persona suplantada. Se creyeron que nunca nadie se daría cuenta del fraude que estaban perpetrando amparados en la lejanía de la sierra o la selva.

¿Qué hacer ahora frente a estos hechos, cuando el acelerado conteo del ONPE ya está a más del 99% y se muestran ansiosos por declarar al ganador, que pese a todo apenas tiene un diferencia de 77 mil votos? Fuerza Popular ha impugnado estas actas y exige que se anule el proceso en esas mesas. Es lo mínimo que se puede exigir. ¿O es que van a validar actas fraguadas con firmas falsas y personas muertas? Todo puede suceder en este país donde las instituciones ya están capturadas por la izquierda desde hace buen tiempo. Ellos tienen la sartén por el mango. Están a un paso de coronar su hazaña tomando el poder mediante el fraude electoral. ¿Se atreverán?

Y como corolario de la farsa en que vivimos, el Poder Judicial acaba de anular la sentencia por corrupción que pesaba sobre Vladimir Cerrón, dueño de Perú Libre, y ya está expedito para asumir funciones en el gobierno comunista de Pedro Castillo. Acto seguido, el fiscal José Domingo Pérez, sicario político al servicio de la mafia caviar digitado desde IDL, acaba de soliticar al juez la inmediata prisión preventiva de Keiko Fujimori. Es decir, se cierra el círculo planificado por la izquierda para tomar el poder, por un lado, desaparecer del escenario político a Keiko Fujimori y al fujimorismo, y liberar al sangunario líder de Sendero Luminoso para que le tome juramento a Pedro Castillo. Lo que le espera al Perú hoy es un horizonte negro y tenebroso.

Veremos si la ciudadanía tiene el coraje de defender su país, sus votos y su libertad. De lo contrario, puede que el Perú se convierta formalmente en una república socialista más del montón, gobernada por una dictadura comunista que se perpetuará en el poder fraguando elecciones, como hacen Maduro, Ortega, Evo y los Castro.  

sábado, 28 de diciembre de 2019

La mafia no perdona


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

A estas alturas hay que ser muy tonto para creer que la persecución fiscal de Keiko Fujimori tiene algo que ver con la justicia o con la lucha contra la corrupción. O muy tonto o parte de esa legión de gente enferma de antifujimorismo, que por lo general se ubican en las izquierdas y en jóvenes que han sido adoctrinados en los últimos 20 años con la sostenida campaña de antifujimorismo desatada por las izquierdas. Para una persona ajena al escenario nacional es evidente que la obsesión del fiscal José Domingo Pérez con Keiko Fujimori va más allá del celo estrictamente profesional. 

Para entender la situación habría que revisar la historia de persecución fiscal que acumula Keiko en estos últimos 18 años, en los cuales ha sido investigada por la Fiscalía en diversas oportunidades bajo las más inverosímiles sospechas. Bastaba una portada difamatoria de La República para que de inmediato la Fiscalía le abriera una "investigación preliminar". Keiko Fujimori ostenta el récord nacional de citaciones ante la Fiscalía. Nadie ha sido más investigada ni citada por la Fiscalía, y eso no es pura casualidad. No hay que ser tan bobos.

La actual campaña de persecución fiscal contra Keiko tiene su origen en los resultados electorales del 2016, cuando Fuerza Popular ganó mayoría absoluta en el Congreso, y Keiko por poco es elegida presidente, de no ser por el fraude mediático que desató la mafia caviar la última semana antes de las elecciones, cuando Cuarto Poder acusó a Keiko de narcotraficante y las redes sociales del rojerío iniciaron la campaña del "narcoestado". Como resultado de esa sucia campaña de difamación, Keiko perdió las elecciones por 35 mil votos, luego de estar favorita en las encuestas por 8 puntos de ventaja sobre PPK. Fue pues un fraude mediático urdido por la mafia caviar.

Pero el crecimiento del fujimorismo como fuerza dominante de la política nacional fue algo que la mafia caviar no podía tolerar. Allí fue cuando se planificó toda la estrategia para desmantelar Fuerza Popular y eliminar a Keiko Fujimori del escenario político. Esto incluía encarcelarla y cerrar el Congreso, objetivos que la mafia cumplió como se lo había propuesto, utilizando a sus peones y apelando a leguleyadas, como es ya costumbre en ellos.

Cuando hablamos de mafia nos referimos a ese conglomerado de izquierda conformado por las oenegés caviares que fueron fortalecidas por la presencia brasileña en el Perú a partir del 2011, tras el triunfo de Humala y la llegada de Odebrecht. Está liderada por la poderosa IDL y cuenta con una red de medios de información capturados por la izquierda caviar, a la que se suman radio IDL y sus portales de Internet: La Mula y Utero; además de grandes sectores del Estado infiltrados y dominados por la izquierda, como el Ministerio Público, el Poder Judicial y varios ministerios clave. Todos ellos actúan visiblemente como una poderosa maquinaria de aniquilamiento selectivo dirigidos por la tenebrosa IDL. No se puede pasar por alto la feroz lucha que libró la mafia caviar para recuperar el control del Ministerio Público, mediante el linchamiento mediático y político del Fiscal de la Nación Pedro Chávarry. Eso fue una evidente muestra de lo bien articulada que son las operaciones de esta poderosa mafia y de su ferocidad. 

La mafia caviar consiguió todo lo que se propuso: recapturar el Ministerio Público nombrando a una fiscal incompetente a su servicio, desmantelar Fuerza Popular, encarcelar a Keiko Fujimori, cerrar el Congreso a tiempo para salvar el Tribunal Constitucional e impedir que sea cambiado. Igualmente, la campaña para cerrar el Congreso fue otra muestra del poder y ferocidad de la maquinaria controlada por la mafia caviar. Al igual que lo ocurrido con Chávarry, los medios de la mafia se dedicaron por meses a desprestigiar al Congreso de todas las formas posibles. Incluso la izquierda dentro del propio Congreso la saboteaba. Así crearon el mito del "Congreso obstruccionista" y el "blindaje de corruptos". El presidente Vizcarra actuó como un operador de la mafia buscando con insistencia majadera una excusa para cerrar el Congreso. Para eso enviaba proyectos basura de reforma exigiendo cuestiones de confianza fuera de lugar. No olvidemos el papel de Vizcarra en el rescate de los fiscales de la mafia, cuando se compró el pleito y armó una campaña en contra de Chávarry y a favor de los fiscales de IDL. 

Pero ya cerrado el Congreso y salvado el TC, la mafia no contaba con un pequeño detalle. Creyeron que asegurando el TC se aseguraban que Keiko siga presa. Sin embargo, las disquisiciones jurídicas de los miembros el TC hicieron que uno de sus magistrados emitiera un voto singular inclinando la balanza a la liberación de Keiko, lo que provocó iras y desmayos en la caviarada, el progresismo y en toda la izquierda variopinta. Por supuesto, el fiscal José Domingo Pérez vomitó bilis, perdió el sueño, el apetito y el humor. De inmediato sonó su celular por el llamado del jefe supremo de la mafia quien, desde sus cuartel en San Isidro, lo adiestró para iniciar la venganza canina contra los miembros del TC que votaron a favor de Keiko y para preparar inmediatamente otro requerimiento fiscal de prisión preventiva contra Keiko. 

El fiscal Pérez nunca fue tan diligente y veloz para abrir investigación a un miembro del TC y citar a otro, solo para hacer gala de su poder de amedrentamiento, al mejor estilo de la mafia. Era un mensaje claro para que nadie interfiera en las acciones de la mafia. Los jueces y tribunos ya saben que pueden pagar muy caro su osadía de contravenir los deseos de la mafia. El nuevo requerimiento de prisión preventiva contra Keiko fue presentado en tiempo récord y con exigencia de darle prioridad, a tal punto que los peones del Poder Judicial al servicio de la mafia dispusieron la primera audiencia apenas para el día siguiente la Navidad. Los peones mediáticos de la mafia criticaron al TC por haberle dado prioridad al Habeas Corpus de Keiko pero no dijeron nada cuando el fiscal de la mafia exigió lo mismo al PJ. 

Así como están las cosas, nadie duda de que Keiko será devuelta a prisión. Es el designio de la mafia. Toda la pantomima de las audiencias se ha iniciado, aunque sin el despliegue morboso de la primera vez, empezando porque al fin Keiko decidió no darles opción para el morbo, desistiendo de estar presente en la audiencia. La abogada de Keiko ha denunciado que el ultra veloz nuevo requerimiento fiscal de prisión preventiva es una copia fiel del primero. Pero eso no importa. Todo es nada más que puro show y trámite. Al final se hará lo que la mafia quiere. Lo han hecho siempre. Hace años que la mafia caviar hace lo que quiere. Tienen el poder en sus manos y no tienen ningún recelo en demostrarlo. Y todavía hay tontos que creen que esto se trata de justicia.  

sábado, 30 de noviembre de 2019

Persecución implacable de la mafia


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

La liberación de Keiko Fujimori, ordenada por el Tribunal Constitucional en ajustada votación, sin duda ha sido un duro golpe al establishment progre-caviar que control los hilos del poder en el Perú, y cuya misión primordial es desaparecer de la faz de la Tierra al fujimorismo. La verdad es que tenía pocas esperanzas de que esto sucediera. En primer lugar porque el golpe de Estado que dio Vizcarra fue específicamente para salvar a este Tribunal Constitucional (TC) evitando que el Congreso cambiara a sus miembros. Eso aceleró el cierre intempestivo del Congreso.

Una de las razones que tenía la mafia para salvar al TC mediante una disolución express del Congreso, era mantener a sus cuatro miembros prevaricadores en él: Manuel Miranda, Marianella Ledezma, Eloy Espinoza y Carlos Ramos, los cuatro angelitos que fraguaron una sentencia para permitir que los ex marinos implicados en el caso El Frontón de 1986, sigan siendo procesados por la justicia y por lesa humanidad. Estos cuatro magistrados que fueron acusados ante el Congreso y defendidos con uñas y dientes por la mafia caviar, hasta que corrieron a la CIDH para gritar "¡ampay, me salvo!"·

Sabiéndose que se venía la vista del habeas corpus a favor de Keiko Fujimori, era indispensable para la mafia mantener a sus agentes en el TC, obviamente para evitar la libertad de la lideresa de Fuerza Popular. Por todo esto fue una sorpresa que el magistrado Carlos Ramos hubiera votado a favor del habeas corpus, aunque por sus propias razones. Un golpe duro para la mafia.

Meter a Keiko en prisión fue una de las más grandes proezas de la mafia, conseguida gracias a sus agentes infiltrados en el Ministerio Público. Para nadie es un secreto que el fiscal demente José Domingo Pérez y su jefe Rafael Vela, son miembros del cartel de la mafia caviar dirigida desde la ONG IDL, especializada en la defensa legal de terroristas. Son estos fiscales quienes proveen a IDL de las filtraciones de las diligencias reservadas que se llevan en el caso Lavajato. En especial, todo lo que se refiere a Keiko Fujimori. No es casualidad que cada vez que el Poder Judicial tenía que ver el caso de Keiko, aparecía un nuevo escándalo en los medios. 

En esta ocasión no fue diferente. Poco antes de que el TC viera la causa de Keiko, los fiscales de la mafia soltaron a lo medios el escándalo de los aportes de campaña de los grandes empresarios en favor de Keiko Fujimori. No contento con esto, en pleno desarrollo del CADE 2019, el fiscal de la mafia corrió a las oficinas de la Confiep para allanarla, en un acto de pura felonía mafiosa, ya que todos los documentos que él requirió a esta entidad le fueron entregados hace tiempo. Es obvio que el operativo se desplegó para intimidar a los empresarios y ponerlos bajo amenaza para que nunca más se atrevan a apoyar a Fuerza Popular.

Todo esto revela que estamos viviendo en un Estado Gestapo dominado por la mafia caviar. El Perú vive en una dictadura donde el gobierno reside en las sombras. Es la mafia caviar la que controla los hilos del poder político y hasta manipula a Vizcarra como su muñeco de trapo. Por eso mismo Vizcarra fue enviado al CADE un día antes, para facilitar el allanamiento de los fiscales de la mafia a la Confiep. Todo ha sido un operativo al mejor estilo de la Gestapo nazi.

Lo que debe quedar meridianamente claro a cualquiera que tenga dos dedos de frente y no se compre el show de la prensa basura, es que vivimos en una dictadura de la mafia caviar, un rezago de la mafia que Odebrecht dejó instalada en el Perú en los tiempos gloriosos de Ollanta Humala y Susana Villarán, época en que la izquierda creció como la mala hierba. No solo compraron funcionarios, entre ministros, viceministros, gobernadores y presidentes, sino instituciones enteras y prensa. No nos olvidemos de esos periodistas que le reventaban cohetes a Nadine y a Villarán, que se paseaban por todo el país dictando talleres de periodismo por cuenta de Odebrecht. Nada de eso se recuerda ahora porque la prensa sigue comparada por la mafia.

El objetivo principal de esta mafia es desaparecer al fujimorismo. Para eso montaron el operativo de persecución del Fuerza Popular, remontándose al 2011 porque saben que allí hubo aportes de Odebrecht. ¿Y cómo lo saben? Porque el mismo Odebrecht se los dijo. Pero lo curiosos es que los aportes de campaña no son delito. No importa. La mafia inventó el cuento del "lavado de activos" para perseguir a FP y a Keiko. Luego inventaron una patraña para meterla presa "preventivamente" por tres años, mientras investigan. Así es como actúa la mafia. 

Personalmente no tengo ninguna simpatía por la señora Keiko Fujimori, a quien considero una persona sin formación política y sin ideología ni doctrina política. He sido un crítico de su manera de hacer política y de armar sus listas de candidatos al Congreso, rellenadas con voleybolistas y otras clases de personajes de poca relevancia política, como el "Angelito del Once". Eso me parece llenar la política de basura, para no hablar de sus alianzas religiosas con iglesias basura. Pero nada de esto me impide ver que estamos en manos de una dictadura caviar y bajo el régimen de la mafia. Ojalá Keiko aprenda la lección que le da la vida y deje de jugar a la política barata. 

sábado, 24 de noviembre de 2018

Lo que Uruguay debe saber


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El debate alrededor del asilo solicitado por Alan García a Uruguay, gira alrededor de visiones un tanto anacrónicas que ya no corresponden a las realidades políticas del siglo XXI. Por ejemplo, se habla de que no es un perseguido político porque hay separación de poderes entre el Ejecutivo y el Poder Judicial, y han pintado al presidente Vizcarra como respetuoso de la Constitución.

Pasó lo mismo cuando Alan García anunció un golpe de Estado, todos los cándidos del progresismo se rieron pensando que Vizcarra iba a sacar los tanques a las calles, una imagen que ya no concuerda con estos tiempos. Los golpes que las dictaduras del siglo XXI perpetraron en Venezuela y Bolivia, por ejemplo, apelaron al plebiscito, la reforma constitucional, el control de los medios y el apoyo popular ganado con actos efectistas y discursos combativos. Es es la manera en que se han dado todos los golpes en este siglo.

Por lo mismo, cada vez que alguien invoca la tradicional separación de poderes entre las instituciones políticas constitucionales, está mirando hacia el siglo pasado y perdiendo de vista la realidad actual. Lo que debemos explicarle a Uruguay es que las instituciones políticas constitucionales del Perú, han dejado de ser autónomas e independientes, y regidas únicamente por su marco legal. Lo que tenemos hoy son instituciones capturadas por agentes extraños que responden a otra clase de intereses.

Lo que el mundo debe saber es que el Ministerio Público en el Perú ha sido infiltrado por agentes que responden a los intereses de una poderosa ONG de izquierda, que ha provocado una crisis total al interior de esta institución que hoy se debate en una guerra interna por su autonomía. Ya no es posible seguir ocultando esta verdad. Salta a los ojos. Es evidente cómo IDL, la ONG comunista más poderosa del Perú, maneja los hilos de la Fiscalía a través de agentes infiltrados que le filtran los expedientes, acatan instrucciones y reciben de parte de IDL material que es usado por los fiscales ante el juez.

No se puede tapar con un dedo el escándalo que la mafia organizada de IDL ha provocado desde el nombramiento de Pedro Chávarry como nuevo Fiscal de la Nación. Ya desde antes de la salida del fiscal Pablo Sánchez se preparaba el terreno para impedir que Pedro Chávarry asumiera el control. Se hicieron petitorios de los notables caviares de siempre, se orquestó una campaña en medios para mostrar la conveniencia de que Pablo Sánchez siguiera al frente de la Fiscalía. Pero cuando nada de eso dio resultados, empezó la guerra sucia contra el nuevo Fiscal de la Nación, a quien lo han acusado de todo. Una guerra sin cuartel a través de todos los medios controlados por la mafia.

Lo que Uruguay debe saber es que el Ministerio Público en el Perú está en crisis, que ha perdido su autonomía y sufre de una infección parasitaria a cargo de diversos miembros infiltrados que responden a las instrucciones de la ONG comunista IDL. Hay prueba de sobra.

Y si vamos más allá, podríamos admitir que incluso el gobierno está infiltrado por estas ONG de izquierda, que ante la crisis terminal de los partidos políticos y la debacle de la clase política tradicional, se han constituido como los agentes del poder político en la sombra. En estos tiempos ya no son los partidos políticos los que aportan los cuadros políticos para los ministerios, ya no es con los partidos políticos que el gobernante de turno hace alianzas para lograr gobernabilidad. Ahora todo eso se hace con las ONG de izquierda.

Incluso las políticas públicas ya no nacen en los planes de gobierno del partido en el poder, sino en las campañas organizadas por las ONG de izquierda, las que muchas veces responden a políticas que son impulsadas por organismos internacionales controlados por el progresismo mundial. Y esto es una realidad a nivel internacional en Latinoamérica, donde vemos las mismas agendas políticas.

No es casualidad que los políticos perseguidos por este fiscal desequilibrado Domingo Pérez, que ha dejado en evidencia sus vínculos estrechos con IDL, sean los que lideran la oposición al gobierno. No es para nada un hecho casual que en medio de todo el escenario de partidos con aportes de Odebrecht que han tenido que recurrir a la estrategia de los aportantes fantasmas, se escoja a Fuerza Popular para perseguir a sus miembros. No enjuiciados, como debiera ser, en última instancia, sino apresados "preventivamente" y por tres años. Nada de eso es casual.

Y por si quedaran dudas, tampoco es casualidad que luego este mismo fiscal digitado a control remoto por Gustavo Gorriti desde sus cuarteles en IDL, cargue después contra Alan García, sin tener más que cargos fantaseosos por una conferencia dada cuando ya no era presidente. Estaba cantado que el siguiente paso de este fiscal era pedir la prisión preventiva. Lo hizo venir desde España, le dictó impedimento de salida y luego iba a ejecutarlo con el juez carcelero Concepción Carhuancho. 

Algunos creen, equivocadamente para variar, que Alan García no tiene ahora mayor poder político, que su bancada es exigua y que sería ridículo que Vizcarra o la mafia caviar se ocupen de él para sacarlo del escenario político. Esto no es tan cierto. Alan García sigue liderando buena parte del Apra y los cuatro congresistas que tiene le son leales. Y si bien solo son cuatro congresistas, bastan solo tres de ellos para movilizar la agenda política del Congreso y del país, pues se trata de congresistas experimentados en las lides políticas y parlamentarias.

Nada es casualidad. Son los dos políticos más gravitantes del Perú que resultan incómodos no solo al gobierno de Vizcarra sino, fundamentalmente, al verdadero poder tras el trono que es la mafia caviar. Vizcarra es, hay que decirlo sin miedo, un tonto útil para la mafia. Carece de ideas políticas claras, no tiene partido político y ni siquiera bancada en el Congreso. Es un huérfano en el poder que ha sido seducido por la mafia. Lo han acogido, apapachado, engreído por los medios al servicio de la mafia, y reverenciado por la corte de adulones palaciegos de la prensa prostituta.

A Vizcarra no le queda otra cosa que dejarse seducir por la mafia si quiere llevar su gobierno a término. Su gabinete es el más mediocre de los últimos tiempos. Resaltan sus ministros de izquierda colocados en puestos clave como Trabajo, Justicia, Educación, Inclusión social y otros. Todos ellos puestos por la mafia caviar que hace tiempo coloca y saca ministros y nombra presidentes de la PCM. Durante el gobierno anterior, solo Nadine Heredia pudo hacerle frente a la mafia caviar, para nombrar a quien le daba en gana. Pero en estos tiempos en que no hay un partido en el poder ni un líder al mando de la nación, los caviares están de fiesta en palacio de gobierno.

Entonces, para resumir, el golpe en el Perú ya se dio. La mafia caviar tomó el poder en los días de Paniagua y nos puso de presidentes a Toledo, Ollanta y PPK. No les gustó que el fujimorismo y el Apra les tumbaran a PPK y han reaccionado con todo. Han amenazado cerrar el Congreso, han impuesto modificaciones constitucionales para ganar el apoyo popular y han montado el circo romano contra Keiko Fujimori y Alan García. El mayor valor político que tiene todo este show fiscal es el de ganar apoyo popular para el gobierno. De hecho, mientras el loquillo fiscal Pérez arremete contra Alan y Keiko, es Vizcarra el que luego se pasea por todo el Perú haciendo alarde de su lucha contra la corrupción. 

Uruguay tiene que saber que el asilo no lo protege a Alan del poder político sino de la mafia caviar que hoy controla los poderes del Estado. Acá no hay justicia, solo persecución. 

jueves, 1 de noviembre de 2018

Peligroso avance de la mafia caviar


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Lo que pasa en el Perú es digno de una novela de mafia y política. Algún día se escribirá la verdadera historia del Perú en el siglo XXI y habrá que mostrar la manera perversa en que una mafia se apoderó de los tentáculos del poder, llegando a controlar el gobierno, a través de un tonto útil, la prensa, a través de la mermelada, es decir, de la publicidad estatal, y las redes sociales, a través de cuentas que adoctrinan a los infantes con memes, mitos y mentiras, generándoles el odio hacia un sector.

Si yo tuviera que escribir esa historia tendría que remontarme hasta el golpe del general Juan Velasco Alvarado, porque ese fue el inicio de todo este escenario perturbador. En primer lugar, porque fue él quien usó como uno de sus pretextos para dar su golpe a la democracia, el desprestigio de los partidos políticos, a quienes calificó de corruptos y vendepatrias. Desde luego, los líderes de los principales partidos, el Apra y Acción Popular, fueron expatriados. Ese fue el inicio de una larga tarea de demolición de los partidos políticos en el Perú. 

Al final de la dictadura militar, el Apra y AP volvieron al poder, pero en medio de la peor crisis económica de la historia y agravada por el ataque terrorista de la izquierda. Con Haya de la Torre y Fernando Belaunde muertos, estos partidos languidecieron ante la falta de nuevos liderazgos. La consecuencia de la demonización y descabezamiento de los partidos políticos fue la aparición de los outsiders. En 1990 la segunda vuelta se dio entre dos outsiders: Vargas Llosa y Fujimori. De hecho, Fujimori era otro enemigo de los partidos políticos a los que les añadió el mote de "tradicionales".

La diferencia de los partidos "tradicionales" y los nuevos partidos que iban surgiendo ante cada proceso electoral, fue que estos últimos eran solo combis electorales repletas de trepadores sin ideas ni escrúpulos. Así fue como llegaron al poder Alejandro Toledo, Ollanta Humala y PPK. Pero otro fenómeno paralelo al debilitamiento de los partidos políticos fue el fortalecimiento de otra clase de organizaciones civiles llamadas ONG, principalmente en la izquierda. 

La desaparición de partidos políticos fue seguida de la aparición de poderosas ONG de izquierda, que empezaron a tomar el control de la agenda política. De este modo ocurrió algo insólito: la izquierda no necesitaba ganar directamente las elecciones para gobernar. Lo hacía indirectamente a través de sus ONG, que prestaban diversos servicios a diferentes estamentos del Estado. Más tarde, incluso dotarían de ministros a diferentes gobiernos amigos, mediante los cuales ejecutarían los planes y programas políticos de la izquierda, imponiendo, por ejemplo, el informe de la CVR como parte del currículo escolar, y más tarde incluso la ideología de género. 

Pero todo este remanso caviar de pronto se vio alterado en las elecciones del 2016, cuando Fuerza Popular, el partido liderado por Keiko Fujimori, arrasó en las elecciones y ganó mayoría absoluta en el Congreso. La alianza contra natura de la izquierda con PPK para salvar el poder, no fue suficiente. La mayoría fujimorista desde el Congreso supo dar la batalla ante la hegemonía de la izquierda. Para empezar, sacaron al engreído ministro de Educación, Jaime Saavedra, ídolo de la caviarada. Ese fue el primer golpe al ojo al orgullo caviar, y lo que encendió las alarmas.

La guerra estaba declarada. Pero Keiko Fujimori no es política diestra. Ni siquiera es política, a decir verdad, ya que carece de doctrina. Es solo un agente político que se hizo cargo del legado de su padre sin mayor experiencia en las lides políticas. De allí el discurrir sinuoso de la bancada fujimorista, que nunca tuvo un norte definido. Votaba las más aberrantes leyes populistas y anti mercado, apoyando muchas veces iniciativas de la izquierda. Su rol político se concentró en derribar a PPK, como ya lo había hecho con el gabinete Zavala, apelando a la lucha contra la corrupción.

La respuesta de la mafia caviar no demoró ni el canto de un ruiseñor. El chacal encargado del aniquilamiento de Keiko Fujimori fue el fiscal José Domingo Pérez, un peón de la ONG roja IDL, a quien le proporciona información clasificada y de quienes recibe expedientes ya armados. No fue difícil hallar el camino desde la aparición de la frase "aumentar a Keiko para 500" en el celular de Marcelo Odebrecht. La estrategia legal se armó a la velocidad de un rayo, mediante allanamientos, citaciones masivas y extorsión de testigos. 

El juez elegido para consumar la felonía legal fue el tristemente célebre carcelero Richard Augusto Concepción Carhuancho, quien saltó a la fama por encarcelar a la otrora poderosa pareja presidencial Ollanta Humala y Nadine Heredia. Se equivocaron quienes aplaudieron esa felonía. En especial los fujimoristas, olvidando las injusticias que padecieron muchos militares y colaboradores del régimen de los 90, durante la histérica cacería de brujas montada por la caviarada tras la caída del fujimorato. Lo más sensato era apegarse a la sana doctrina jurídica de respeto a la libertad, la presunción de inocencia y el juicio debido. Algo que acá ya se ha perdido por completo.

Ya en la fase de detención preliminar se evidenció el contubernio entre juez y fiscal, cuando un abultado expediente de 4,200 folios fue evaluado por el juez en menos de 4 horas, para redactar en el acto una resolución express de 150 páginas ordenando la detención de Keiko Fujimori, con los mismos argumentos del fiscal, que en realidad eran de IDL.

En esta segunda fase, el de la prisión  preventiva, la asociación delictiva entre juez y fiscal se hizo aun más evidente. Esta parejita Pérez-Concepción se creen intocables y todopoderosos, al punto en que el juez tuvo la desfachatez de limpiarse el trasero con la resolución del Tribunal Constitucional que impone límites claros a la prisión prevetiva, y luego el fiscal llegó al delirio de salir a la calle y gritar ante los medios que el Fiscal de la Nación, Pedro Chjávarry, tiene que largarse. 

Es que uno ya no sabe en qué clase de país está, francamente. Todo esto es de película de terror. Muy apropiado para el día de Halloween. El resultado es que la mafia caviar logró meter presa a Keiko Fujimori por tres años. Y no es que sea culpable de nada. Solo la van a seguir investigando. Además de todo esto, han recusado a la sala que anuló la detención preliminar para que no exista forma de que salga libre y han montado una campaña de desprestigio contra una de sus magistradas. El mismo fiscal Pérez la acusó de ser miembro de la banda de "los cuellos blancos". La amenaza es clara: cualquiera que se atreva a retar el poder de la mafia caviar será despellejado públicamente.

La mafia caviar ya no necesita cerrar el Congreso. La pechada que le dio Vizcarra con ese mamarracho de reforma constitucional y obligando a un absurdo referendum, ya los debilitó bastante. La falta de muñeca política del fujimorismo quedó patente en esa pechada del Ejecutivo. Allí fue cuando empezaron a dar muestras de debilidad. Eso fue suficiente para que la caviarada arremetiera con todo y los arrasara del terreno político. El Congreso ya es un campo desolado, donde vagan confundidos los fujimoristas, sin explicarse todavía qué les pasó por encima. Han acabado pidiendo diálogo a sus enemigos, y recibieron un portazo de respuesta. La ingenuidad de estos pollos sin cabeza es total.

Hoy el poder lo detenta la mafia caviar. Tienen sus ONG maquinando y manipulando los hilos. De hecho controlan al gobierno. El tontolín de Vizcarra está en palacio solo porque se ha puesto de rodillas al servicio de la caviarada, y tanto él como su premier se han alineado al pedido caviar de la salida del Fiscal de la Nación, lo cual muy probablemente se dará en breve. Lo único que le falta por retomar a la mafia caviar es su control total sobre la Fiscalía. Por lo pronto tienen al gobierno comiendo de su mano, gracias al control de la prensa mermelera que presta su apoyo al gobierno, aunque este no haga nada por el país. 

Mientras Vizcarra siga alimentando a los medios con plata del presupuesto, estos seguirán dándole su apoyo y armando sus encuestas para engreír y alimentar la vanidad del presidente. El tonto y el más tonto, Vizcarra y Villanueva, pueden gobernar tranquilos mientras sigan las instrucciones de las ONG y de la mafia caviar. Así es como anda el Perú en estos días. 


sábado, 27 de octubre de 2018

El rey de la chatarra


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El reality show en que se ha convertido el alegato judicial del fiscal José Domingo Pérez no solo lo ha llevado a la fama, sino que ya es el héroe de los sectores anti Keiko. Ha sido elevado a la categoría de héroe en las cloacas de las redes sociales, donde emana la pestilencia habitual de los cerdos que se revuelcan en el odio, los memes injuriosos, los insultos y calificativos baratos. Toda esa lacra social de infantes exaltados y progres pro terrucos ya tienen a su héroe. 

Sin duda que José Domingo Pérez representa bien a esos sectores que son la antítesis de la decencia, la racionalidad y de una sociedad civilizada. Sus fans corrieron a las puertas del juzgado con pancartas que llevaban su rostro y coreaban su nombre, agradeciéndole por meter a la cárcel a la mujer que odian, a la que llaman corrupta porque eso es lo que les han enseñado a memorizar. Es todo un caso de psicosisi colectiva que merece un estudio profundo para descubrir cuánta miseria mental se esconde detrás de esas escenas. 

Personalmente he hecho el experimento de meterme a las cloacas de las redes sociales para pregutarle a varios de estos seres de inframundo que gozan del insulto y la difamación a Keiko, de qué exactamente la acusan. Nunca he encontrado un cargo concreto. Solo insultos: corrupta, ladrona, mafiosa, vaga, etc. Algunos, los más versados, aseguran que "estudió con nuestra plata" o "fue parte del gobierno corrupto de su padre". Y allí acaban los cargos. 

El adoctrinamiento social que ha llevado a cabo la izquierda caviar, que ha gobernado el Perú en estos últimos 18 años, ha sido tenaz. Las últimas dos generaciones han crecido amamantados en el odio al fujimorismo, alimentándose del odio que cada día les servían a la mesa desde los medios y las redes sociales dominadas por la izquierda. Gran trabajo de cloacas como utero.pe y La Mula, además de docenas de páginas de Facebook dedicadas al insulto y la exaltación del odio al fujimorismo.

El antifujimorismo es la doctrina nacional creada por la Comisión  de la Verdad y Reconciliación, cuyas enseñanzas se riegan en las escuelas gracias a la infiltración del MINEDU por parte de rojos de la talla de Nelson Manrique. Los textos escolares y los maestros del Sutep inician a los jóvenes en la doctrina del antifujimorismo, el cual será reforzado por la universidad copada aún por el marxismo. No hay escapatoria. Allí tienen a las últimas generaciones de jóvenes convertidos en borregos del antifujimorismo, repitiendo los mitos y mentiras creados por la izquierda.

De esta perversa manera la izquierda ha creado una nación esquizofrénica que vive sumida en el mito e ignorante de su realidad. La esquizofrenia ha llegado a su clímax con el show del fiscal José Domingo Pérez pidiendo cárcel para Keiko, sin que ella haya gobernado jamás. Mientras que todos aquellos que pasaron por el poder concediendo grandes y costosas (y muchas veces inútiles) obras a las empresas brasileñas que los financiaron para llevarlos al poder, andan libres y sin ser molestados, o los han dejado escapar mirando a otro lado mientras seguían postulando a la presidencia.

En los últimos 18 años hemos sido gobernados por corruptos, que fueron elegidos con el apoyo de la izquierda caviar que hoy nos vende el show de la lucha contra la corrupción. De hecho, quienes nos han estado gobernando detrás de bambalinas son los asesores de la izquierda caviar, que de vez en cuando asoman como ministros de Estado. Son ellos los autores de las políticas públicas que hoy son emblema del Estado: género, interculturalidad, inclusión social, gasto social, etc. 

Es decir, toda la corrupción que hemos vivido en los últimos 18 años ha sido obra de la izquierda caviar, encubierta y protegida por la prensa corrupta que también tiene rabo de paja, porque la mega corrupción que llegó desde Venezuela y Brasil salpicó no solo a los candidatos y sus partidos sino también a los medios, a varios periodistas, a las oenegés y otras organizaciones de izquierda. Todos ellos tienen las manos sucias. Todos ellos apoyaron a los corruptos y fueron parte de la corrupción de diversas formas, mientras al mismo tiempo se dedicaban al truco de señalar a Keiko como corrupta solo para que todos los ignorantes se lo crean.

De este modo, los verdaderos corruptos detrás de la mafia caviar de los medios, las oenegés y los últimos cuatro gobiernos que han robado al Perú recibiendo no solo donaciones de campaña sino verdaderas coimas pagadas con megaobras, cobrando millones por asesorías truchas y estudios inútiles en los ministerios copados por parásitos oenegeros o académicos de izquierda, o en millones destinados a la farra de la publicidad estatal en los medios corruptos, todo ese latrocinio vivido en los últimos 18 años ha sido mágicamente encubierto con las campañas anti Keiko, para que toda esa manga de imbéciles que sigue a los medios basura de izquierda se dediquen a odiar a Keiko.

En resumen, los corruptos nos han vendido el cuento de que luchar contra la corrupción es perseguir a Keiko y al fujimorismo mediante el cuento sin fin de los noventas. Ya son 18 años de cuentos antifujimoristas. Los idiotas ya pueden sacar su DNI antifujimorista. Ya se han recibido varias veces en la academia nacional de ciencias antifujimoristas. Y estos expertos en el odio a Keiko son los que ignoran totalmente la realidad nacional vivida no solo en estos últimos 18 años sino toda. Lo ignoran todo, no saben más que cacarear los mitos y mentiras de la doctrina oficial del antifujimorismo montado por la izquierda cavar y regada por las cloacas de sus redes. 

Ahora ya tienen a su héroe nacional, el fiscal José Domingo Pérez, un mediocre a carta cabal, que ha llevado su arrogancia y pedantería al juzgado para tratar de montar un show de mago infantil, exhibiendo minucias irrelevantes para convertir a Keiko en la cabecilla de una organización criminal. Lo único que le ha faltado es mostrar los boletos de bus hallados en sus allanamientos. No tiene nada más que fábulas. Lo sabe y por eso no quiere abrir un juicio. Todo lo que quiere es apelar al truco de la prisión preventiva para meter presa a Keiko por tres años. Ha escogido al juez adecuado para ello. 

Acá no se trata de mostrar culpabilidad alguna de Keiko sino tan solo probar que hay peligro de que ella pueda frustrar las investigaciones del fiscal, que ya tienen más de tres años. Y quiere tres más, pero con ella en la cárcel. Los argumentos del fiscal han dado risa: Keiko tiene ascendencia japonesa, no tiene casa propia, ha viajado varias veces el extranjero y su marido es gringo. Si meten presa a Keiko por tres años es por todas estas razones. No porque sea culpable de nada.

¿Qué pasará luego? Ya lo vimos: bajarse el informe de la comisión Lavajato que contiene las pruebas y acusaciones a todos los verdaderos corruptos de los últimos 18 años. Y luego, sacar como sea al Fiscal de la Nación Pedro Chávarry que promete investigar a todos esos corruptos encubiertos por la mafia caviar. Todo esta´muy bien armado para que los corruptos del siglo XXI se salgan con la suya, mientras le siguen arrojando basura a los cerdos.

sábado, 20 de octubre de 2018

Peligrosa escalada de odio en el Perú


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El antifujimorismo es la ideología principal de la izquierda peruana en el nuevo milenio. Su obra central es el informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), cuyo nombre mismo ya era una farsa, como todo lo que emprende la izquierda. El resultado fue exactamente lo opuesto: la mentira y el inicio de una guerra de odio. La doctrina oficial del antifujimorismo fue adoptado por las izquierdas, no solo como lineamiento ideológico sino también como programa de acción, pues sus organizaciones se ubicaron en el andamiaje de la lucha contra el fujimorismo y la reinterpretación histórica del terrorismo y los años 90. 

La propaganda y el activismo progresista contra el fujimorismo en estos últimos 18 años ha sido constante, a través de oenegés, partidos, sindicatos y diversas organizaciones juveniles universitarias adoctrinadas en el odio al fujimorismo. Todos ellos confluían en las calles ante cada ocasión apremiante, particularmente durante las campañas presidenciales de Keiko Fujimori. Las marchas fascistas contra Keiko estaban aderezadas con las peores expresiones de bajeza y vulgaridad, tanto en pancartas como en consignas.

La izquierda supo aprovechar muy bien la falta de memoria de los jóvenes para llenarles la cabeza de mitos y mentiras. Cuanto más escabrosa una mentira más creíble se volvía. Así se viralizaron mentiras aberrantes como las "300,000 esterilizaciones forzadas" o los "6,000 millones robados". En la ignorancia popular cabe todo, y hoy muchos disparates de ese calibre se repiten como verdades.

Lo increíble es que la fabulación y la mentira fue llevado al plano real, presentando acusaciones al Poder Judicial solo en busca de propaganda. No importaba si el PJ arrojaba al tacho esas denuncias una y otra vez, por disparatadas e inconsistentes, la propaganda igual cumplía su misión en las mentes, y siempre se podía alegar que un Poder Judicial corrupto dominado por el fujimorismo los protegía. El mito es el más poderoso aliado de la izquierda y el ingrediente más efectivo en las débiles mentes juveniles.

Luego del informe de la CVR, el siguiente elemento doctrinal del antifujimorismo fue la sentencia de Alberto Fujimori, una verdadera felonía legal urdida entre gallos y medias noches por el juez César San Martín, quien preparó la condena incluso antes del proceso, rebuscando las formas de condenarlo a la pena máxima sin pruebas. Así fue que este juez se saltó a la garrocha los fundamentos fiscales y asumió por cuenta propia la acusación por "autoría mediata", haciendo a AF artificialmente responsable por matanzas cometidas por un comando militar, y añadiéndole a su retórica la frase "lesa humanidad", con lo cual acabó por sepultar en la cárcel por 25 años a Fujimori. 

Los artificios legales y la mitología antifujimorista urdida por la izquierda, fueron luego asumidos por una prensa prostituida ante el poder de turno y dominada por los estamentos caviares, típicamente los intelectuales de la PUCP y oenegeros que perfilaron el discurso correcto desde la perspectiva de un antifujimorismo doctrinal, que se mezclaba con posturas morales y democráticas. Es decir, de pronto para ser políticamente correcto, visto como defensor de la democracia y luchador contra la corrupción, había que ser antifujimorista. De este modo y lentamente, la prensa se llenó de papagallos pintados del mismo color y cacareando antifujimorismo en coro.

Así llegamos a la penosa campaña presidencial del 2016, donde Keiko Fujimori era favorita por más de cinco puntos de ventaja sobre Pedro Pablo Kuczynski (PPK). Sin embargo, en la última semana, la prensa soltó un reportaje amañado vinculando irresponsablemente a Keiko Fujimori con el narcotráfico, y afirmando incluso que estaba siendo investigada por la DEA. Poco importaba soltar esa mentira. Todo lo que se buscaba era el efecto demoledor de esa sucia artimaña. En esa última semana las redes sociales y las marchas en las calles asociaron a Keiko con el "narco Estado". Fue así como llegó el día de las elecciones y Keiko perdió por 40 mil votos. No es pues falso decir que le robaron la elección. Una vez más el antifujimorismo elegía a su tonto útil.

Elegido PPK, su estrategia inmediata fue aliarse con el antifujimorismo, con el cual ya había sellado pactos en la etapa final de la campaña. Incluso estuvo a punto de asistir a la marcha contra Keiko. Su gobierno estuvo signado por el enfrentamiento con el fujimorismo que dominaba el Congreso. Lejos de iniciar el diálogo y establecer pactos de gobernabilidad con la oposición, como correspondía a un gobernante sin base social ni partido, prefirió atizar los enconos y dejarse dominar por los sectores de la izquierda caviar y la prensa. El resultado fue su vacancia.

El gobierno de Martín Vizcarra no ha cambiado las cosas. Se ha metido en la misma trinchera del antifujimorismo y desde allí da una batalla asesorado por mentes obtusas. Lo suyo es el circo de la confrontación y los fuegos artificiales de unas reformas bobas a la Constitución, que básicamente afectan al Congreso y a los congresistas, para complacer a las calles y los sectores antis. Más allá del show y el circo no hay nada más que el mismo ambiente bélico. 

Pero el peor problema para el fujimorismo viene ahora de parte de un fiscal chiflado que ha asumido la batalla legal contra Keiko Fujimori, por unos ridículos aportes de campaña en el 2011. Como se ha dicho antes, en la lucha contra el fujimorismo no interesa la verdad ni la realidad. Todo lo que cuenta es el mito y el cuento. Hasta la mentira es efectiva. El caso del fiscal José Domingo Pérez tiene de todo, pues empieza criminalizando unos aportes de campaña para acusar a Keiko Fujimori de "lavado de activos". Es muy probable que este caso llegue finalmente a nada en un largo proceso judicial, si es que el caso llega a juicio. Pero no importa. 

Todo lo que persigue este fiscal, como buen militante de la izquierda pro terrorista que llama "guerilleros" a los senderistas y "guerra civil" a la época del terrorismo, es convulsionar más el ambiente tratando de hundir a Keiko en la miseria. Por lo pronto ya logró detenerla por ocho días, con la complicidad de un juez taimado que no se demoró ni seis horas en acceder a su solicitud. Ahora el mismo juez evaluará el nuevo estrambótico pedido de 36 meses de "prisión preventiva". Lo que quiere este rabioso fiscal es culminar el circo antifujimorista y hacerse famoso. Por lo pronto ya ha sido declarado "héroe nacional" por las cloacas de las redes sociales. 

Lo peor de este ambiente crispado es que todos echan más leña al fuego. El gobierno ha preferido apelar al antifujimorismo barato y la guerra contra el Congreso para congraciarse con el populacho y mejorar en las encuestas. Los medios dominados hace tiempo por la casta caviar antifujimorista no dejan de promover el odio desde portadas, columnas y caricaturas. La Fiscalía, infiltrada hace años por la ONG marxista IDL, trabajan en tandem para morder la yugular del fujimorismo usando todo como herramienta. Lo más penoso es ver las redes sociales rebosantes de un lumpen juvenil lobotomizado por la izquierda, para variar, dando muestras de un fanatismo radical fundado en la ignorancia, y exhibiendo las más sucias y perversas expresiones de un rabioso antifujimorismo infantil.

Pocas son las voces que llaman a la calma y la concordia. La mayoría apuesta por una especie de guerra civil o linchamiento popular de Keiko Fujimori y su padre. Mientras tanto el país va a la deriva y en retroceso, con unas elecciones y un referendum por venir que a nadie le interesan.

viernes, 12 de octubre de 2018

La guerra total de la caviarada


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

A estas alturas es evidente ya que la caviarada ha declarado la guerra total contra el fujimorismo. Y lo que es peor, esta guerra sin cuartel se desata bajo los auspicios y complacencia del presidente accidental Martín Vizcarra, quien fue el primero en romper fuegos contra el "Congreso fujimorista".

El país está a punto de volverse inmanejable, si es que ya no lo es. Los poderes de facto ya no respetan ni las formas, ignoran a Martín Vizcarra y mueven sus fichas para acorralar y destruir al fujimorismo, siguiendo una ofensiva que no tiene nada que ver con la lucha contra la corrupción ni los intereses del país. Esto es un asunto "personal" entre la caviarada y el fujimorismo, una especie de enfermedad mental de izquierdas que empezó con el circo de la CVR.

Todo lo que ha pasado en las últimas semanas no es fruto de la coincidencia. Me refiero a la absurda anulación del indulto a Fujimori, cuestionada incluso por juristas de peso, seguida de la oprobiosa detención de Keiko Fujimori, lideresa del principal partido de oposición. La cereza del pastel ha sido la anulación de la Ley Mulder, que le da carta libre a la prensa mermelera para seguir chupando la teta del Estado. Todos estos actos de felonía legal provienen de la misma maquinaria de demolición caviar, que si es una verdadera organización criminal.

En el Perú ya no existe Estado de derecho. Hay que decirlo con todas sus letras. Las mafias que se han enquistado en el Poder Judicial, la Fiscalía de la Nación (facción dominada todavía por Pablo Sánchez) y la asquerosa prostiprensa mermelera, hacen lo que les viene en gana. Acá todo vale a partir de una "interpretación auténtica" de la Constitución y las leyes. Todo es revisable por alguien y siempre habrá un felón dispuesto a servir a los amos del poder de facto. 

Llevar detenida a Keiko Fujimori ha excedido largamente los mínimos modales democráticos para cualquier régimen que se preste de serlo. Un fiscal demente convertido en chacal rabioso se ha tomado a pecho la persecución de Keiko Fujimori desde hace más de tres años, por boberías como los cocteles con que se recaudaron fondos para campaña en el 2011. Es decir, detrás de toda esta estúpida y obsesiva campaña de persecución, allanamientos y detención, solo hay fondos de campaña. El disparatado argumento de este payaso psicótico del fiscal Domingo Pérez, es que Keiko pensaba delinquir tras recibir los aportes de Odebrecht, 

Keiko Fujimori fue la candidata del partido pero ella no es responsable de los fondos que maneja ni de las actividades que organiza el partido. Existe toda una organización partidaria que se ocupa de esas cosas. De hecho Jaime Yoshiyama y otros dirigentes están implicados en el proceso. Por eso mismo carece de sentido que se detenga a Keiko Fujimori como si ella hubiera gobernado y usado fondos públicos o recibido coimas a cambio de favores políticos. Ni siquiera quienes han gobernado y recibido sobornos de Odebrecht están siendo procesados. Así de ridículo es todo esto.

Lo más lamentable es que muy pocas voces en los medios han protestado contra este atropello. Ni siquiera el presidente Vizcarra ha tenido la decencia de protestar. Por el contrario, han expresado su felicidad. Para muchos enfermos de odio ha sido un placer comparable solo al orgasmo ver a Keiko yendo detenida por la policía. A ese punto se ha llegado en la miseria y la estupidez en este país.

Ya antes hemos expresado más de una vez nuestra protesta por el abuso que se hace en el Perú de las prisiones preventivas. Ya es un vicio que quedó establecido como tradición fiscal y judicial, desde los tiempos en que dieron rienda suelta a la cacería de fujimoristas y militares. Por esta razón, muchos han sufrido injusta carcelería por años para luego ser declarados inocentes. Pero esta aberrante costumbre de nuestros jueces y fiscales de abusar de la detención preliminar y la prisión preventiva, sigue vigente sin corrección, pese a que ya el Tribunal Constitucional se ha pronunciado al respecto.

La reacción del fujimorismo en el Congreso ha sido rápida y contundente. Acaban de aprobar una ley para que las personas de la tercera edad que hayan cumplido dos terceras partes de su pena, puedan completar su reclusión en su domicilio. Desde luego tiene excepciones. Pero como es una ley que va a alcanzar al propio Alberto Fujimori, ya salieron las hienas de la izquierda a protestar, junto a la cucufatería de otros sectores que se rasgan las vestiduras por la "ley con nombre propio". 

En medio de todo esto, el presidente accidental Martín Vizcarra, enterado ya del rechazo general que produce en la población la idea de la bicameralidad, ha salido a curarse en salud pidiendo nada menos que el rechazo a la reforma constitucional que él mismo impulsó. Claro que la excusa es que no han respetado lo que él propuso, básicamente el disparate de la paridad de género. Como si fuera necesario y obligatorio que le Congreso acceda a sus planteamientos. En fin, el ridículo es ya parte del estilo presidencial. 

Para finalizar la semana, el Fiscal de la Nación Pedro Chávarry no pudo ser removido de su cargo pese a los gritos desgarrados de la caviarada y sus tontos útiles, incluyendo a Vizcarra. En respuesta, el fiscal ha empezado una purga general para sacar a los agentes de la mafia caviar oenegera enquistada en el Ministerio Público. 

Las cosas se ponen al rojo vivo. El tonto que nos gobierna desde palacio es solo una pieza de adorno en todo este tinglado político, donde los poderes fácticos son quienes deciden los pasos a dar. No les importa en lo más mínimo el país. Los caviares solo quieren destruir al fujimorismo. Esa es toda su obsesión enfermiza. Con ese objetivo en mente van a mover sus fichas lo más rápido que puedan antes de que el nuevo Fiscal de la Nación les quite más peones. El Congreso por su parte seguirá dando la batalla. De momento los caviares cantan victoria. Veremos lo que nos presentan en la próxima semana.

jueves, 23 de agosto de 2018

La respuesta de Keiko


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

En un capítulo más del espeluznante reality show que es la política peruana, apareció Keiko Fujimori en un video dando un mensaje a la nación, o algo parecido, aunque por momentos se dirigía al presidente Vizcarra. Debe ser una reacción al bajón en las encuestas porque para ser una respuesta política ha tardado demasiado. Por lo menos así ha roto su prolongado y tan criticado mutismo. No se puede liderar nada a escondidas. Ahora ya sabemos lo que piensa. 

En realidad hay muchas cosas que no se entienden en este país, donde cada quien construye su propia verdad o decide creer la versión que más le satisface. Si el Perú fuese un país normal, con una política decente, ejercida por seres cultivados, hace mucho tiempo que el presidente tendría que haber convocado a la lideresa del principal partido del país, que además ejerce la mayoría del Congreso, para poner sobre la mesa los principales problemas que necesitamos resolver como nación, y hacer un plan de reformas articulado y en consenso. 

Pero como el Perú no es un país normal y la política está en manos de politiqueros improvisados, los principales políticos se comunican mediante los titulares de la prensa y videos en Youtube. Recapitulemos: el Perú está gobernado por el suplente de una banda de politiqueros reciclados del toledismo corrupto, que llegaron al poder comprando un vientre de alquiler, y gracias a los votos de los enfermos mentales del antifujimorismo. Ese es el Perú ad portas del bicentenario. 

Tras la renuncia de PPK que salió más embarrado que palo de gallinero, Vizcarra empezó su gestión en la más absoluta orfandad. Pero lejos de convocar a las principales fuerzas políticas y formar un gobierno de ancha base, prefirió seguir la fallida receta de PPK, o sea pechar y confrontar al Congreso. En realidad es la estrategia política de todo buen mediocre, en especial del antifujimorismo delirante que solo viven del pleito de callejón, de la diatriba y la matonería. Y eso es lo que Vizcarra ha elegido como estrategia de gobierno en medio de su soledad. Cree, como creyó PPK, que los zombies del antifujimorismo serán su base política.

El reality show de la política peruana se reduce a una guerra de tribus. A nadie le importa un pepino el país ni los problemas que agobian a la nación. Todo se reduce a pelearse entre el Ejecutivo y el Congreso, pleito en el que la prensa basura toma partido contra el Congreso y contra el fujimorismo. A esto se suma el accionar casi delictivo de las ONG de izquierda cuyo único delirio mental consiste en atacar a Keiko todos los días del año. Es el deporte favorito de las cloacas de izquierda y de los medios mermeleros. 

En medio de todo este patético circo de payasos que se arrojan agua y polvo para jolgorio de las galerías, el presidente Vizcarra presentó al Congreso una serie de propuestas de reformas, calificadas por los expertos como populismo barato y verdadero sancochado incoherente y peligroso. El mensaje de Keiko Fujimori precisamente hace mención a estas reformas que no apuntan a resolver ningún problema álgido del país sino a seguir confrontando al Congreso, no solo por el sentido de dichas reformas sino porque, además, pretenden que no sean hechas por el Congreso sino aprobadas por la chusma mediante referendum, al mejor estilo de Hugo Chávez o Evo Morales. 

Tiene mucha razón Keiko Fujimori al decir que esas reformas no responden a ninguna urgencia del país porque, de aprobarse, empezarían a regir a partir del 2021. Ciertamente no se trata de reformas sino de payasadas. No tiene ninguna relevancia si el Congreso tiene una o dos cámaras. Ese es un debate académico y político que debe darse con calma en el Congreso y que implica reformar una buena parte de la Constitución. No se pueden dejar ese tipo de reformas al voto popular. No solo es irresponsable sino completamente estúpido. Tampoco soluciona ningún problema grave que los congresistas no sean reelegibles. Ese es un asunto que ya resuelve la gente con su voto. Los verdaderos problemas del país están en otras instancias del Estado copadas por la corrupción y la ineficiencia, como el Poder Judicial, la seguridad ciudadana, la educación pública, etc. Allí es donde hay que hacer reformas urgentes. Pero de eso nada ha dicho el presidente. Todo su show es de circo barato. 

La estupidez es lo que caracteriza a este gobierno, no solo por las actitudes desafiantes del presidente y todo su entorno que parecen decididos a ir a la guerra contra el Congreso, sino por las medidas cotidianas que se ven en diferentes ministros. El ministro de Educación está decidido a acatar las consignas del progresismo imponiendo la ideología de género en el currículo escolar, han resucitado el quebrado Agrobanco, han ampliado los alcances de Pensión 65 fortaleciendo el clientelismo político creado por Ollanta y Nadine, han decidido regalar bonos para alquiler de departamentos, han trasferido millones a la supuesta "lucha contra el machismo", millones a las regiones en las que pronto habrá nueva gestión. Es decir, ni un borracho lo haría peor. 

Frente a todo esto hace bien Keiko Fujimori en aparecer, dar la cara y demostrar que ejerce su liderazgo. Hace bien en aclararle las cosas al gobierno frente al país. Hace bien en llamar a las cosas por su nombre y en recomendarle al presidente que no siga viendo al Congreso como el enemigo. Ya era hora de que Keiko diera señales de que existe y de que manda, por lo menos en una buena parte de la política de este país. Hace muy bien en demostrar su liderazgo. 

Personalmente me hubiera encantado oirla decir que las reformas se harán en el Congreso de manera meditada y no necesariamente por referendum. Esto hubiera sido más categórico para bajarle los humos al Ejecutivo y a toda su comparsa de ayayeros en el Congreso, en los medios y las redes que creen que el referendum tiene que ir "si o si". No tiene por qué ser así. El Congreso debe coger las propuestas del Ejecutivo y ponerlas sobre la mesa de debate y ya se verá lo que sale. Nadie puede pasar por encima del Congreso ni ponerle plazos ni pecharlo. Que se ubiquen.

Si el presidente cree que la mejor manera de remontar las olas en su gobierno es confrontando al Congreso, se abre un peligroso frente de batalla en el que no tiene suficientes soldados. A menos que su plan sea patear el tablero haciéndoles caso a los enfermos mentales del antifujimorismo. Todo ese jueguito perverso en el que Vizcarra sirve de tonto útil a la mafia de medios y de la izquierda caviar no conduce al bienestar del país. A lo que nos lleva es al caos. Y ese es el escenario preferido por la izquierda patológica que disfruta creando el caos y generando crisis. Es imposible saber qué es lo que quiere Vizcarra ni lo que puede pasar en este país.

Lamentablemente no somos un país normal.