domingo, 11 de noviembre de 2012

La izquierda también debe pedir perdón


Carlos Tapia es sin duda el personaje más mediático de la izquierda peruana. Se pasea por los sets de televisión como Pedro por su casa. Es de hecho el vocero oficioso de la izquierda peruana. Por estos días es la imagen más recurrente de las pantallas y su voz resuena en las principales estaciones de radio adonde es llamado para comentar siempre sobre Sendero Luminoso y Movadef. Nadie puede discutir que conoce el tema de la izquierda peruana a profundidad. Sin embargo, en estos tiempos de extrañas transformaciones en la izquierda, suena raro que Carlos Tapia diga que Movadef no puede ser admitido legalmente porque no se han arrepentido de su pasado, ni han pedido perdón, ni han renunciado al pensamiento Gonzalo. 

Es inevitable que surjan algunas preguntas que deberíamos plantear. Por ejemplo:

¿Han pedido perdón los de izquierda por su pasado violentista? 

No nos olvidemos que el Partido Comunista del Perú, versión Sendero Luminoso, es apena uno de los muchos grupos de izquierda violentista que se paseaban con el puño en alto por los patios de San Marcos y otras universidades nacionales allá en los años 70. Entre esos grupos estaban Vanguardia Revolucionaria, MIR IV Etapa, Izquierda Revolucionaria, PUM, PCP-Patria Roja, etc. Eran docenas. Y en ellos militaban los que hoy son venerables y respetados miembros de los últimos grupos de moda como Fuerza Social, Ciudadanos por el Cambio, Fuerza Ciudadana, Tierra y Libertad y otras excrecencias de la izquierda actual. Puede que al final estos personajes como Carlos Tapia, Javier Diez Canseco, Enrique Bernales y otros no se hayan atrevido a tomar las armas como lo predicaban en aquellos días, pero fueron parte de ese manicomio universitario que clamaba por la guerra popular. Los muchachitos del Movadef no llegan a eso. 

¿Se han arrepentido los de izquierda de su pasado violentista?

La izquierda peruana de hoy es la que surgió en los años 70 anunciando la guerra popular. Cuando el gobierno militar convocó a elecciones para la Asamblea Constituyente en 1977 hubo quienes decidieron participar sin haber renunciado a su doctrina violentista ni a sus ideales socialistas ni a su pensamiento marxista. O sea, no hicieron lo que hoy le exigen a Movadef. Y Movadef no es un grupo que haya tomado las armas y ni siquiera proclama la guerra popular. De hecho el 97% de sus integrantes son jóvenes que bordean los 20 años. El hecho que estos defiendan a los líderes senderistas presos es exactamente igual a la defensa cerrada que los viejos izquierdistas hacían en su tiempo de criminales genocidas como Stalin o Mao. Hoy mismo siguen defendiendo a la bazofia de Fidel Castro y niegan los crímenes del comunismo.

¿Han renunciado los izquierdistas a sus ideales y a sus doctrinas?

Los izquierdistas de hoy siguen siendo tan marxistas como ayer. Todavía anhelan el socialismo y claman por un totalitarismo de Estado en manos de una clase dirigente iluminada. Nunca fueron demócratas y no lo son. Se subieron al carro de la democracia como parte de su estrategia política de "luchar en todos los frentes". Siempre se refirieron a la democracia como "burguesa" y nunca creyeron en lo que llamaban "la farsa electorera". Incluso una de las razones de su división fue la participación en elecciones. Quienes participaron en elecciones fueron criticados como traidores, aburguesados, revisionistas y otras condenas semejantes. Y quienes participaron lo hicieron aclarando que no creían en la democracia, pues según su doctrina era la superestructura de la dominación capitalista. La izquierda de hoy tampoco es democrática. Nunca lo fueron. Lo que han hecho es cambiarle de nombre a su violencia social para llamarla con el eufemismo de "democracia participativa". En eso basan su apoyo permanente a las marchas, paros y asonadas violentas, y su oposición radical al empleo de la ley y la fuerza del Estado para imponer el orden social.

En el Perú nunca ha existido una izquierda democrática. La izquierda sigue fundada en el principio de la destrucción del sistema, y siguen convencidos aún de que el camino electoral es apenas uno de los modos de cumplir sus propósitos. En Latinoamérica tenemos los ejemplos. Apenas llegan al poder manipulan las leyes para perpetuarse como lo han hecho Chávez, Evo y Correa, y como pretende hacerlo ahora CFK.

En conclusión, los izquierdista de hoy en el Perú, y que fueron postulantes a revolucionarios armados en el ayer, exigen al Movadef algo que ellos mismos no han cumplido con hacer. Carlos Tapia es el menos indicado para plantearle este tipo de exigencias a los chicos del Movadef. Recordemos que Carlos Tapia fue parte del entorno cercano de Abimael Guzmán, junto a otro connotado ex miembro de la CVR como Carlos Iván Degregori, autor de gran parte del informe de la CVR, a partir de sus libros publicados con antelación. Las fotos de su íntima camaradería, aunque pocas y borrosas, han circulado y son públicas. ¿Ha pedido perdón Carlos Tapia por su pasado conflictivo y violentista? ¿Lo ha hecho Javier Diez Canseco? ¿Alguien en la izquierda se ha disculpado siquiera por sus simpatías senderistas ochenteras?

Yo diría que no debemos exigirle solo al Movadef que se arrepienta de su pasado, que renuncie a su doctrina y que pida perdón, además de mostrar genuinas intenciones de respetar la democracia y el Estado de derecho. Hay que exigírselo a toda la izquierda en su conjunto. 

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