lunes, 31 de agosto de 2015

Fetichismo y mitología de izquierda



Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El asunto del lote 192, un viejo pozo petrolero que está a punto de secarse, ha reavivado el eterno fetichismo de la izquierda por las empresas estatales, y por Petroperú en particular. Es evidente que los sentimientos patrioteros, chauvinistas y xenófobos afloran al mismo tiempo cuando las turbas se excitan alrededor de consignas baratas y estúpidas, como las que predican los fanáticos de la izquierda estatista. Al final uno ya no sabe de qué trata la discusión. ¿Qué quieren finalmente? ¿Por qué luchan? ¿Por el medio ambiente? ¿Por la plata? ¿Por la empresa estatal? O como suelen decir los insufribles charlatanes de izquierda: por la dignidad, por el pueblo, por la justicia o alguna otra tontería retórica de esa clase. 

Nuevamente vemos a los representantes de la izquierda patológica y retrógrada empeñados en reflotar Petroperú. ¿Por qué? Por pura ideología. Aunque se escuden detrás de pretextos "técnicos" maquillados, es pura ideología y capricho. Lo que al final de cuentas importa realmente es que el lote se explote y le saquemos provecho a ese petroleo. ¿A quién le importa si lo hace una empresa estatal, privada, japonesa o canadiense? La decisión debe tomarse al rededor de los balances y las ofertas. Quién ofrece un mejor margen. Es todo. Por supuesto, quienquiera que sea tiene que adecuarse a las leyes peruanas y cumplir las exigencias medioambientales y todo lo demás en lo que el Estado peruano ha demostrado ser pésimo. Fuera de estas consideraciones lo demás es basura retórica, capricho y estupidez.

Carece de sentido realmente todo este alboroto alrededor de un caprichito permanente de los rojos. Petroperú se ha convertido en un fetiche ideológico, en un tótem que rememora los nefastos tiempos del velascato, cuando el Perú entero sucumbía ante la ineficiencia de docenas de empresas estatales que nos legaron pérdidas cuantiosas que sumaban lo mismo que toda la deuda externa. Solo un ignorante puede criticar la privatización, remate y/o cierre de todas esas inútiles empresas estatales. Fue una de las mejores decisiones tomadas por Alberto Fujimori y que nos liberó de todo ese lastre que hundía año a año el presupuesto del país.

Pero en el mejor estilo izquierdista, resulta que la lógica no es aplicable, los balances económicos no importan, los estados y proyecciones financieras no interesan, la experiencia no cuenta, todo lo que hay que considerar es el mito patológico de izquierda y apostar caprichosamente por una empresa estatal, solo porque es estatal. Y precisamente estamos viendo un excelente ejemplo de cómo es que se manejan las empresas estatales: al grito de la chusma y del impulso del gobernante. Ese es el fin último de la empresa estatal: servir de instrumento político al líder para complacer a las masas exultantes que destilan patrioterismo barato. Solo falta gritar "¡hay patria!" en el mejor estilo chavista. ¡Exprópiese!

A estos delirantes de izquierda no les entran balas. No hay razones ni evidencias que los hagan recapacitar. La historia no les sirve para aprender. Como buenos chiflados, siempre tienen una excusa para justificar el desastre del pasado: fue una guerra económica de la derecha, una obra de la CIA, la quebraron intencionalmente, mintieron en los balances, querían hacer un negociado, etc. Además tienen sus clichés ideológicos para argumentar sus tonterías, como el de "es una empresa estratégica" y la más idiota de todas: "en otros países también hay". De hecho, idiotas hay en todas partes. Pero eso no justifica que los sigamos. Ya vemos en qué han terminado PEMEX, PDVSA y Petrobrás, por mencionar a las más grandes empresas estatales de petroleo, sumidas en la ineficiencia, el desfalco y la corrupción. Pero al contrario de lo que suelen repetir los de izquierda acerca de no repetir la historia, a la izquierda le encanta repetir la historia. 

Nada más insensato que querer una empresa petrolera cuando no tenemos riquezas petroleras que lo justifiquen, y justo cuando el precio del petroleo se va de cara en el mundo. Sale muy caro mantener el dinosaurio. Peor aun Petroperú ya está comprometida en una absurda aventura empresarial con la refinería de Talara, y empeñado hasta el cuello. De poco le va a servir un pozo a punto de secarse y cuyo petroleo es pesado y cada vez mas costoso extraer. En fin. Solo el delirio ideológico de la izquierda cavernaria puede dar cabida a tanta insensatez y convertirla en propuesta. Pero lo peor de todo no es que la izquierda se comporte como izquierda, después de todo son lo que son. Lo peor de todo este asunto es que los líderes de derecha acaben plegándose a la estupidez estatista solo por complacer a la chusma. Es evidente que no son líderes sino meros candidatos poseros en busca de votos. Un líder verdadero es el que sale al frente del pueblo para explicar y convencerlos de lo que conviene. Eso es lo que no tenemos. Solo hay caudillos de chusma.

viernes, 28 de agosto de 2015

Chavismo a la peruana


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Lo que estamos viendo frente al tema del lote 192 y Petroperú es chavismo puro. Se trata de apelar a las emociones populares para imponer una decisión a toda costa, por encima de la lógica y la razón, es decir, socialismo al estilo chavista. Esto puede funcionar cuando hay dinero, pero no cuando las arcas están vacías o disminuyendo. Como ya es sabido, el socialismo solo funciona cuando hay dinero público, y acaba cuando el dinero se termina. 

Para entender la situación, supongamos que la abuelita es llevada al hospital por una dolencia y los médicos, luego de examinarla, determinan que no se la puede intervenir porque hay mucho riesgo y poca posibilidad de éxito. Ofrecen otras alternativas sobre su calidad de vida, que la verdad no será mucha, después de todo. Es lo que razonablemente se puede hacer. En respuesta los hijos de la abuelita montan en ira y acusan a los médicos de ineptos, incapaces, indolentes, asesinos. Convocan a los miembros de la familia que aparecen en gran número, y organizan una manifestación en las afueras del hospital exigiendo que la abuelita sea intervenida y con éxito. Pero no solo eso, además exigen que el hospital corra con la cuenta y asuma toda la responsabilidad. Esa es más o menos la situación, salvando las distancias.

La adjudicación del lote 192 fracasó, entre otras razones, porque Petroperú está metido en el medio como estorbo o socio obligatorio. Nadie quiere arriesgarse en un lote viejo que está en decadencia y que es cada vez más difícil y costoso extraerle petroleo, a los bajos precios actuales y con proyección a la baja. Menos aun teniendo que compartir ganancias con Petroperú, además de todo el rollo ambiental, el trato con los nativos, etc., que deben asumirse como costos adicionales, entre otros. Como están planteadas las cosas, el lote 192 no es buen negocio para ninguna empresa privada. Las empresas no se hacen para perder dinero. Lo lógico sería que el gobierno invierta la figura, convoque a las empresas para que ellas planteen soluciones y propuestas que puedan ser evaluadas por el Estado para elegir la mejor opción. Pero lo que han hecho es cruzarse de brazos.

Sin embargo, a la gente y a los demagogos de la izquierda les tiene sin cuidado que el negocio sea malo y lleve a pérdida. Piden a gritos que el Estado lo asuma y que Petroperú opere el pozo sin importar si pierde y de dónde se sacarán los millones que se necesita para repotenciarla. Total, es plata del Estado y a quién le importa si pierde. Lo que quieren es que la plata siga fluyendo aunque sea de la mamadera del Estado. Los argumentos que se exponen son más bien acusaciones a los que no piensan como ellos. En el tradicional estilo del debate con la izquierda delirante lo que más se oyen son insultos como traidor a la patria, vendepatrtia, enemigo del pueblo, etc. El mismo estilo de Castro, Chávez y Maduro.

El premier Cateriano y la ministra de Energía y Minas se tomaron la molestia de ir al Congreso a exponer la situación desde la perspectiva técnica y económica, pero no lograron convencer a los demagogos de la izquierda retrógrada como Manuel Dammert, que tiene décadas pregonando el estatismo en hidrocarburos. Junto con el extinto Javier Diez Canseco, es uno de los "especialistas" rojos en joder al Perú en este tema, como ya lo hicieron paralizando la explotación del gas de Camisea en 1985. Son ejemplos claros de charlatanería barata de izquierda. Ambos, tanto Javier Diez Canseco como Manuel Dammert, pertenecen a la zurda miraflorina caviar. Ambos son sociólogos pero se creen expertos en todas las materias. Ambos se dedicaron a la demagogia barata popular llenándose la boca con consignas idiotas como "Petroperú es intocable porque es una empresa estratégica".

Brillante estuvo Lourdes Alcorta al callar al demagogo rojo Dammert en el Congreso, donde vociferaba sin dejar hablar como si estuviera en el patio de letras. ¿Dónde está tu balón de gas a 12 soles? le dijo Lourdes. "Cállate que acá nadie es enemigo del pueblo". Así es como hay que tratar a estos charlatanes de la izquierda delirante e irresponsable. El problema es cómo enfrentar a las masas porque la izquierda suele defender su irracionalidad con las masas. Es una papa caliente para un gobierno pusilánime como el de Ollanta que ha dejado que el problema llegue a este punto por incapaz. Hace tiempo debió rematarse ese pozo al mejor postor. Ahora la población ni siquiera acepta una empresa extranjera. Los rojos les han vendido la idea de que eso es "vender la patria". Ahora Ollanta Humala sabrá de primera mano lo que es la izquierda delirante a la que él mismo se sumó en su pasado de polo rojo.

martes, 25 de agosto de 2015

La prensa chicha no ha muerto


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El caso de las agendas de Nadine Heredia ha permitido poner en evidencia a los eternos fariseos de la moral y sicarios de la prensa, los que actúan disfrazados de defensores de la ética y luchadores anti corrupción desde los medios, emprendiendo campañas selectivas de demolición o defensa, según sus propios intereses y negociados. Ninguna lucha contra la corrupción en la política estará completa si no señalamos a los farsantes de los medios cuya misión es básicamente engañar, mentir, confundir y desinformar a la gente, haciendo gala de charlatanería barnizada de sabiduría jurídica, retozando en el lecho de su doble moral. Son los mismos que critican los diarios chicha del montesinismo y se horrorizan por la compra de dueños de medios por Montesinos, pero que hoy ponen su voz y su pluma al servicio de quien mejor paga, y hasta rematan su prestigio bien ganado al mejor postor.

El periodismo mermelero ha existido siempre. No solo en la política sino también en el mundo del espectáculo y el deporte, donde el dinero abre portadas, coloca fotos, inicia reportajes y monta campañas a favor o en contra. Lo saben bien los futbolistas y las vedettes. Nada es más cómodo en estos tiempos que disfrazarse de moralistas sumándose a la fila de los críticos del fujimorismo, una pose que no falla. Pero nada dicen de quienes dan muestras de su bajo oficio al recibir, de parte de su entrevistado, las instrucciones y las preguntas antes de la entrevista. Otros no pueden disimular su dócil salamería a la hora de entrevistar, ocultándose tras el velo del respeto y la formalidad. Y a otros incluso se les cayó la máscara de sicarios en plena faena, como le ocurrió a Nicolás Lúcar.

El domingo pasado, la periodista Rosana Cueva mostró al país el nivel de cucaracha en que ejerce su bajo oficio la mermelera del régimen Rosa María Palacios, hoy recluida en su blog y en una columna de La República. Su esforzada campaña de desinformación sistemática para defender a toda costa a la primera dama, es solo comparable con las portadas de los diarios chicha de Montesinos. Como en sus mejores momentos de incansable mermelera villaranista, RMP se ha dedicado a tiempo completo a la defensa de Nadine desde hace un tiempo. Últimamente se volcó a desvirtuar el tema de las agendas, a cubrirlas con sospechas, a minimizar el asunto, a burlarse de los denunciantes en una defensa que ha llegado a extremos límite de la vergüenza. Inmune a todas las evidencias que aparecían en diversos medios, RMP llegó a la desfachatez de afirmar esto:

"En total, sumadas las 4 libretas, según una fuente que las tuvo en sus manos, el total de páginas escritas no pasa de 20. ¿20? Como lo leen. Decenas de páginas en blanco en cada libreta. 4 a 6 páginas por libreta, máximo. Si ya hemos visto de 6 a 8 páginas, nos han enseñado un 30% a 40% del material. No hay más".

¿Se puede ser más falaz y caradura? Pero no era su primera campaña en defensa de Nadine Heredia. Cuando se hizo público el asunto de sus pomposas compras de viaje y el uso libertino de las tarjeta de su amiga Rocío Calderón, Rosa María Palacios se batió sin descanso como fiel escudera defendiendo el honor de la primera dama, llegando a enviarle todo un cuestionario para que sea ella misma la que se despache a su gusto respondiendo sin réplicas. El programa Panorama puso en pantalla para que todo el Perú lo vea, una tras otra, algunas de las mentiras que propalaba en su blog la periodista RMP sin que esta haya dicho nada hasta ahora. Lo patético fue que en lugar de ventilar las mentiras de la susodicha, saltaron los progres a defenderla porque la habían llamado "bloguera". ¿Cómo es que hay que llamar a una bloguera, según los genios del progresismo? Francamente, más muestra de imbecilidad ya no se le puede pedir a la progresía mediática. Hay miles de blogueros famosos en el mundo que llevan orgullosos ese título, pero básicamente porque lo han utilizado para defender la verdad y la libertad, como Malala o Yoani Sánchez. Lo que cabría, si se pudiera, sería expulsar a RMP de la blogósfera por indigna de ese oficio.

Mientras sigamos con una prensa infectada de cretinos que se ocupan de lo accesorio y lo ridículo, preocupados más por quién compró las agendas, quién las robó, quién las paseó, quiénes las tuvieron y quiénes estarían detrás, arriba y abajo, sin tocar el contenido de fondo ni pedir explicaciones por los datos revelados, seguirán los mafiosos y corruptos riéndose en nuestras caras. Ahora sale muy oronda la primera dama increpando a los medios por la cobertura de sus agendas y señalándoles que deberían ocuparse de los narcoindultos, un tema que ya lleva 3 años y está en el Poder Judicial, mientra que Nadine Heredia utiliza a los jueces para librarse de la justicia, como lo hicieron con el andahuaylazo y el caso Madre Mía. Es obvio que Nadine ya instruyó a TV Perú, convertido hoy en el canal del Partido Nacionalista, donde se ve a Ollanta Humala y Nadine Heredia en campaña diaria, para luego transmitir en vivo el juicio de los narcoindultos. Es lo que la primera dama quisiera que hicieran todos los canales. Lástima para ella que no todos se manejan con la altura moral de Rosa María Palacios.