lunes, 21 de abril de 2014

Siria y su compleja guerra civil


Por Rubén Javier Ramón

Cuando Bashar al-Asad asume el poder en Siria promete reformas políticas y económicas. Las reformas económicas llegaron hacia un sector muy alineado al gobierno; las reformas políticas que clamaba la población civil nunca se evidenciaron. Es muy difícil pensar en cómo va a terminar este conflicto. El interés por la democracia y la libertad, que es lo que pedía la población civil inicialmente, ha degenerado en un conflicto al interior del país por diversos grupos opositores los cuales han mostrado intereses distintos.

Cuando empezó todo esto se llamó a los diversos conflictos del medio oriente la "primavera árabe", la cual acabó con los regímenes de Egipto y Túnez. No obstante, el Estado sirio es mucho más fuerte que los otros países, es un régimen unipartidista con una fuerte política armamentista. El ejército de ese país está ideológicamente muy bien alienado con la política de su régimen. A esto se le debe sumar la cruenta represión que acometió en contra de esa población inerme. La oposición cada vez se fue dotando de armamiento y de ideología extranjera y las consecuencias son lo que tenemos ahora.

Otro tema importante es referido a la destrucción de armamento químico por parte del gobierno sirio. Las estimaciones de inteligencia occidental sobre la cantidad de armamento químico en Siria coinciden con lo que ha declarado el gobierno de Bashar al-Asad, pese a que en un primer momento se creía que existía una sobredimensión de la cantidad estimada. El problema de fondo es que habiendo declarado cuanto se tenía en armamento químico solo se ha entregado la mitad de esta, siendo Julio del año pasado la fecha límite para que Siria destruya todo su arsenal. A este ritmo es imposible que se vaya a lograr dicho propósito. Lo cierto es que el uso de este tipo de armas ha matado a menos del 1% de las víctimas de esta guerra, la mayoría de la gente sigue muriendo a base de armas convencionales. Quien se beneficia fundamentalmente con la destrucción de estas armas químicas es Israel, país por el cual fueron fabricadas y próximas a utilizarse.

El uso de armas químicas es bastante grave. El régimen acusa a los rebeldes de utilizarlas y los rebeldes acusan al gobierno de lo mismo. Por otro lado, los países que cuestionan la utilización de este tipo de armamento están igualmente descreditados. Israel fue el primero en usar armas químicas en 1982 en la Masacre de Sabra y Chatila en el Líbano, Estados Unidos proporcionó armas químicas a Sadan Husein para que las use en su conflicto contra Irán entre el 1981 y 1988.

Si se traspasa el uso de armas químicas, Obama empezaría una posible intervención. Si la presión de Estados Unidos se ve forzada por el partido demócratas estaríamos empezando a configurar un panorama a lo que fue Irak con una demonización del régimen de Bashar al-Asad, como se hizo con Husein, y una solidarizarían por parte de los pueblos árabes frente al régimen de Bashar al-Asad . La acusación de Estados Unidos y la presión de los demócratas le hacen un flaco favor a sus propósitos. Estados unidos, si bien certifica que ha mayor de datos por corroborar, ya sostiene que hay las suficientes evidencias para poder actuar e intervenir lo que podría verse como una unilateralidad. Ahora, otro dato que hay que tomar en cuenta es que entre 1991 y el 2003 Estados Unidos utilizó uranio empobrecido en Irak lo cual ha generado una presencia de cáncer entre la población iraquí.

Por otra parte es muy difícil que se pueda aprobar una intervención política y militar de occidente debido al apoyo militar que tiene Siria por parte de Rusia, China e Irán; los cuales validan el régimen de Bashar al-Asad como un gobierno legítimo y soberano.

Otro asunto delicado es que Damasco ha acusado al régimen turco de promover y azuzar a los rebeldes sirios, declarándolo como el enemigo más próximo en este conflicto. Para analizar bien esta situación hay que tomar en cuenta lo siguiente: el papel de Turquía podría dividirse en dos partes: en primer lugar está dentro del marco de la hermandad islámica que confluye en la región; dentro de esa política llaman “huéspedes” a los refugiados rebeldes sirios. En segundo lugar, lo que está haciendo Turquía es lo mismo que hizo Siria hace unos años cuando había apoyado a los rebeldes kurdos del Partido de los Trabajadores de Kurdistán en su lucha contra el ejército turco. Aparte de esto, Turquía está buscando reemplazar a otros países de la región a fin de convertirse en el líder de las regiones árabes bajo un apoyo de la comunidad europea. Desde el punto de vista geopolítico o estratégico quiere desligarse de cualquier sombra occidental ante el pueblo árabe en general lo cual vuelve contradictorio su discurso.

En este momento hay una intromisión militar extranjera de manera indirecta: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Turquía y Arabia Saudita ya apoyan a los rebeldes sirios con inteligencia y armamento. La intromisión de estos países lo que busca es una transición de la democracia en Siria administrada desde fuera; es decir, administrada desde occidente.

Todo esto generaría una grave crisis si es que Rusia, China e Irán deciden apoyar a Siria bajo el reconocimiento de que es un estado soberano, como hasta el momento lo ha hecho.Se trata de una guerra en donde hay una división entre la oposición civil activamente política, la cual busca reivindicar un estado más dualista que resalte la no violencia. También existe un grupo que ya se armó que es el ejército libre sirio que ni siquiera tiene un vínculo con la oposición no armada que opera tanto de Siria como desde afuera. Por otro lado, ni siquiera hay unión de los otros grupos que colaboran desde el exilio; es decir el Consejo Nacional de Siria que coopera exiliado en Turquía y que agrupa por lo menos ocho grupos. El segundo limite que hay dentro de este concepto es que se trata de la guerra muy parecida a lo que ocurrió entre 1979 y 1982, la cual tuvo que afrontar el padre del actual presidente. Esta guerra civil, como ocurre ahora, fue un enfrentamiento entre las periferias contra el centro del poder político que es Damasco.

El gran error de Bashar al-Asad fue esa represión brutal a las manifestaciones políticas pacíficas que inicialmente se originaron en Siria, ante esa imposibilidad no hubo más camino que le rebelión armada. La mediación neutral de la ONU fracasó en un primer momento con la intervención de

Kofi Annan. Esta mediación buscaba la salida del poder del presidente sirio, lo cual evidenciaba la intromisión en la política de un país; una mediación implica una transición en donde todos los bandos puedan jugar una participación política y favorable para ambos. La intromisión extranjera de Estados Unidos y sus aliados siempre estará viciada de intentos estratégicos. Por ejemplo, los Estados Unidos buscan expandir sus intereses en el medio Oriente y de paso expulsar la presencia siria que le impide para luego, y juntamente con Israel, atacar a Irán. Por otra parte, el sagrado principio de la soberanía y la no intervención están en desuso. Estos principios son impulsados por Rusia y China, los cuales tienen un largo expediente en derechos humanos que no desean que se investigue en el seno de las Naciones Unidas. Ambos países están jugando a un equilibrio económico mundial y no pretenden que los Estados Unidos ingresen a su centro de interés directo. La mediación internación no ha tenido músculo, solo ha terminado legitimando al régimen sirio. Es decir hay un proceso en el que se cruza un punto sin retorno y en Siria pasó eso. El presidente sabe que si abandona el poder, en el mejor de los casos terminará juzgado por un poder internacional, y en el peor de los casos terminará como Gadafi. El principal apoyo de Rusia a China se debe a diversos factores como por ejemplo la defensa del principio de soberanía, la venta de armas a Siria, la defensa de la base rusa en Tartús, etc. El verdadero papel de Rusia es evitar la verdadera expansión de Estados Unidos en el medio oriente.

La guerra civil en Siria se ha ido expandiendo por diversos sectores estableciendo un caos mucho más grande del que se tenía previsto. En este país ya no hay una guerra civil, sino hay varias: la del régimen de Bashar al-Asad y sus opositores y la que libran los propios opositores. Los grupos opositores, simultáneamente, pelean en el extremo oeste del país; no solo contra las fuerzas del gobierno de Siria, sino contra la guardia republicana iraní y fundamentalmente contra los que son los mejores combatientes del medio oriente: las huestes del Hezbolá- liderados por Hasan Nasrallah. Se podría decir que los más efectivos en los combates son los sectores vinculados a Hezbolá y no los del gobierno de Bashar al-Asad.

El panorama es complejo porque no es solo una revuelta contra un régimen, sino en la transformación de un campo de batalla en donde confluyen los principales problemas políticos y regionales del país, los cuales venían arrastrándose desde el gobierno anterior. Lo que se vive ahora en Siria es algo muy parecido a la guerra del Líbano de 1975, esto avizora un panorama desalentador debido a los quince años de guerra civil de ese país. La guerra en este país árabe cada vez va tejiendo mayores problemas gracias a los intereses internacionales, los cuales ya están cobrando mayor repercusión.

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