lunes, 28 de julio de 2014

Adiós al te deum de fiestas patrias


Por: Gonzalo Alegría Varona

Este menjunje del "Te Deum" viene de la mezcolanza "Iglesia-Estado" que el Estado Pontificio inventó en la Edad Media para que se lo bebieran cual ricino, todos los Monarcas (tu eres Rey o Emperador sólo si el Cardenal o Papa te corona). A estas alturas de la historia, esta manipulación ideológica extrema ya debería estar muerta y sepultada en las democracias modernas del Siglo XXI.

Con los Derechos Humanos y el Sistema Democrático moderno, suponemos que el poder mana del Pueblo y no de Dios. Y por ende, el Estado es laico, aconfesional. Todos los credos son respetados, pero ninguno, promovido desde el Estado. El Gobierno respeta la libre práctica religiosa, pero no responde a ningún dictado eclesial. Al igual que el Estado, no se mete a decirle a un cura, si su FE es verdad o NO, un cura no puede decirle al ESTADO cómo Gobernar.

Así las cosas, habría definitivamente que obviar el Te Deum en las Fiestas Patrias. Es inconcebible, que en pleno Siglo XXI, durante la celebración de la Independencia Nacional, en la Fiesta de la Patria que es de TODOS los peruanos, se nos cuele de refilón, una prédica religiosa que sólo beneficia a la curia y sus feligreces específicos, los católicos PRACTICANTES que, a estas alturas, son cada vez más, "una mayoría minoritaria" (como la Bancada Nacionalista).

En un Te Deum realmente democrático, tendrían que poder opinar en el mismo acto, también los Evangélicos, Mormones, Hebreos, Musulmanes, Budistas, Hare Krishna, No Practicantes, Agnósticos, Ateos, etc... Es decir: opinan del "espíritu" todos, o no opina nadie. Porque la igualdad ante la ley es un principio democrático, NO clerical. La voz de Cipriani no debe ser, para un buen Presidente del Perú, ni más ni menos que la voz de un ciudadano peruano más. Insisto: un peruano más.

El próximo Presidente del Perú, nos debe evitar a todos el madrugón en feriado... El 28 y 29 de Julio sólo admiten actos cívico-patrióticos y punto. Para fiestas religiosas ya se tienen muchas en el calendario. Se llega a tales extremos durante todo el año que el Presidente hasta carga el anda del Sr. de Los Milagros. Así que, ocasiones para que Dios bendiga a la Patria, hay un montón. O si quieren leerlo de otra manera: fiestas religiosas y humillación pública del Estado y sumisión de las altas autoridades civiles a las eclesiales católicas, ya hay suficientes...

A todo ésto, para los malpensados: soy católico practicante. De misa dominical. Pero también, soy un peruano honesto, que no quiere manipular a nadie. No puedo comulgar con que un Estado Laico como el Perú, regale más de 2 Mill. de soles a la Iglesia Católica y, para colmo, tenga que escuchar regaños y monsergas de un Cardenal que oculta a sus pedófilos.

Así como desapareció la Inquisición Española del Perú, falta desaparecer el Te Deum. Nuestra modernización y buen gobierno así lo exigen.

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