sábado, 4 de julio de 2020

El Frente Amplio en el poder


Escribe: Dante Bobadilla

En el Perú ha ocurrido un auténtico golpe de Estado sin que nadie se de cuenta. O se han dado cuenta pero a nadie le interesa. Este golpe lo ha dado la izquierda al adueñarse no solo de gran parte del aparato del Estado desde hace años, sino que ahora incluso es dueña del propio poder político. Para nadie es un secreto que el Frente Amplio es dueño de la salud pública en estos tiempos. Tampoco nadie ignora que el presidente de la PCM, Vicente Zeballos es un comunista admirador del Che Guevara, cuyo retrato tenía colgado en la pared de su oficina. 

La incursión de la izquierda en el Estado se inició con Toledo, cuando nombró a Nicolás Lynch como ministro de Educación y a Diego García-Sayán como ministro de RREE, quien ya venía de la gestión anterior, la de Paniagua, donde no perdió tiempo para abrirle las puertas a la izquierda y crear la Comisión de la Verdad. Sin embargo, la mayor penetración sucedió en los tiempos de Ollanta Humala, cuando toda la izquierda se adueñó del aparato público bajo los auspicios del Foro de Sao Paulo y el PT de Lula, quienes finaciaron toda la campaña de Ollanta Humala y establecieron su cabecera de playa en el Perú. 

El triunfo de PPK no cambiaría las cosas, habida cuenta de la traición de PPK al vender su alma a la izquierda para ganar en la segunda vuelta frente a Keiko Fujimori. La transferencia del poder entre Ollanta y PPK fue un gran negociado para la izquierda que se mantuvo casi intacta en todos sus puestos. Incluso permaneció en el cargo el ministro de Educación, el célebre Jaime Saavedra, que luego sería censurado por el bloque fujimorista, dando inicio a la guerra entre la izquierda y Fuerza Popular. 

Con la llegada de Vizcarra, el predominio de la izquierda en el poder se amplió todavía más, pues todo el gobierno pasó a manos de la izquierda, sin ningún tipo de reparo. No es casual que Vizcarra haya dedicado su primer año de gestión casi exclusivamente a la tarea de cerrar el Congreso, una misión encargada directamente por la mafia caviar como un cambio de favores, pues el único soporte de Vizcarra eran los cuadros de izquierda y los medios de prensa controlados por la mafia caviar desde antes de las elecciones. Otra tarea de Vizcarra -también por encargo de la mafia caviar- fue la defensa inusual de los fiscales José Domingo Pérez y Jorge Vela Barba en el equipo especial Lavajato, cuya misión primordial era proteger los interses de Odebrecht, y perseguir a los líderes de oposición Keiko Fujimori y Alan García, desmantelando Fuerza Popular.

El poder de la mafia caviar en el control de la Fiscalía era evidente. Gustavo Gorritti fungía como el líder de los fiscales Lavajato y obtenía las primicias y filtraciones de parte de estos. Vizcarra no escatimó gestos para apoyarlos y hasta suspendió repentinamente una visita de Estado al Brasil para volver raudamente en defensa de los fiscales de IDL y Odebrecht. Era más que obvia la conexión que había entre Vizcarra y la mafia caviar. La tarea de Vizcarra era cerrar el Congreso a como diera lugar. De allí su empeño en enviar reformas descabelladas al Congreso con pedidos de confianza que no venían al caso. Lo único que buscaba era un pretexto para dar el golpe.

La falta de valor, inteligencia y tino político de los congresistas fujimoristas hizo fácil que Vizcarra saliera con su capricho. El fujimorismo estaba atolondrado tras la detención de Keiko Fujimori, el allanamiento de sus locales y la feroz campaña de demolición emprendida por la prensa controlada por la mafia caviar, y alimentada por el gobierno mediante la millonaria publicidad del Estado. No había manera de salvar la democracia. Todos estaban confabulados en el mismo objetivo: cerrar el Congreso. Y el momento llegó cuando empezaron a elegir a los nuevos miembros del Tribunal Constitucional. 

La mafia caviar hizo sonar las alarmas para defender su predominio en el TC. Rápidamente movieron sus fichas y perpetraron  una jugarreta de lo más sucia para impedir que el Congreso eligiera a los nuevos miembros. Con el cuento de "transparentar" la elección de los miembros del TC, el premier Del Solar irrumpió en el pleno del Congreso y a gritos presentó un PL con cuestión de confianza. Pero como el Congreso ya tenía su agenda definida prosiguió la elección del primer miembro. Esto provocó que de inmediato Vizcarra saliera en la televisión anunciando el cierre del Congreso. Era obvio que se buscaba defender la permanencia de los miembros de la mafia caviar en el TC, como era obvio que se acababa de perpetrar un golpe de Estado. 

Los hechos de la realidad están a la vista, pero por desgracia la gente cree más en el relato de la prensa y de sus activistas en los medios, ya que no son periodistas. La mayoría de los que están a cargo de los programas más sintonizados son activistas al servicio de la izquierda caviar. Es la prensa y los opinólogos los que le dan a la realidad la apariencia de una feroz lucha contra la corrupción, y pintan a Vizcarra como el héroe que nos libra de la mafia que controla el Congreso. Todo el golpe de Estado fue encubierto como una lucha contra la corrupción. Incluso la persecución política y el desmantelamiento de la oposición. Todo eso se le ha vendido a la gente como un triunfo de la democracia. Es decir, todo al revés de la verdad.

Lo que hoy tenemos es un gobierno de izquierda que nadie eligió. Verónika Mendoza, la candidata del Frente Amplio quedó fuera de la segunda vuelta, aunque luego del pacto entre PPK y la izquierda, ella misma recomendó votar por PPK. Si bien PPK le debía su cargo de presidente a la izquierda, todavía la mantuvo fuera del gobierno cuando formó su primer "gabinete de lujo", a pesar de la presencia de Saavedra como legado del humalismo. No obstante, PPK mantuvo en sus puestos a toda la burocracia heredada del humalismo. Gran parte de los hoy ministros de Vizcarra han procedido de ese ejército de burócratas del humalismo. Pero lo más grave es que Vizcarra le ha entregado buena porción de poder a la izquierda, y es el abanderado de las política de género impulsadas desde la izquierda. 

La presencia del Frente Amplio en el sector salud, en plena crisis desatada por la pandemia del coronavirus, ha resultado contraproducente para el país. Los experimentos sociales emprendidos por los estrategas convocados, los llamados "científicos sociales", solo provocaron más contagios. Para colmo, se han dado el lujo de darle una mano a la dictadura cubana contratando un contingente de médicos cubanos que finalmente no dieron la talla. Otro aspecto negativo de la presencia de la izquierda ha sido su tenaz aversión por el sector privado y la iglesia católica, que ha impedido empreder una estrategia conjunta para enfrentar la pandemia. Solo cuando se han visto rebasados es cuando han visto la necesidad de firmar acuerdos con las clínicas privadas. 

Finalmente, las empresas privadas no solo se han visto afectadas por la paralización decretada por el gobierno, sino por la inoperancia del Ministerio de Trabajo que ha sido incapaz de aprobar los miles de pedidos de suspensión perfecta de labores. Por su parte, el Ministerio de Transporte fue incapaz de otorgar un subsidio al sector de transportistas pese a las restricciones impuestas a su servicio. Han tenido que llegar al paro de transportes para que el ministro reaccione. Y por último, Vizcarra se ha visto obligado a levantar la cuarentena en plena crecida de la pandemia porque la economía del país está en ruinas. Todo un desastre provocado por la obstinación ideológica y la incapacidad de este gobierno de izquierda. Y lo peor es que pese a las críticas generalizadas, Vizcarra se muestra renuente a cambiar de ministros. Más aún, es incapaz de convocar a gente competente del sector privado.

Estamos pues frente a la peor crisis que haya vivido el país, descontando la época del terrorismo de izquierda. Para colmo, la reforma política promovida por Vizcarra por encargo de la mafia caviar, ha terminado de destruir los partidos políticos y eliminar a la clase política. Ese es el panorama sombrío que tenemos a un año de cumplir el biocentenario de la independencia. 


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