lunes, 20 de junio de 2016

La figuretera Verónika Mendoza


Si nos dejamos guiar por la prensa, tanto en titulares como en carátulas, tal parece que quien ganó las elecciones fuera Verónika Mendoza. O al menos parece haber quedado en segundo lugar de la segunda vuelta, perdiendo por un puñado de votos. Va a reunirse con PPK y opina sobre el gabinete que este anuncia. Algo raro está pasando. Hasta donde tengo memoria, la Vero no pasó de la primera vuelta. ¿Será posible que me haya perdido de algo sumamente trascendental en la vida política del país mientras dormía la siesta? Pues parece que sí. Veo a la Vero hasta en la sopa. Hoy tenemos titulares curiosos anunciando que a la Vero no le gusta Alfredo Thorne como ministro de economía. ¿Será que a alguien le interesa lo que a la Vero le gusta? Ya parece que se alucina la reina Isabel o Evita del siglo XXI. 

PPK soltó una risotada sonora estilo Herman Munster cuando los reporteros verolovers que hoy abundan en los medios, le preguntaron qué pensaba del veto que la Vero había anunciado hacía su ministro de economía. A su lado, Pedro Cateriano estaba impávido echando humo porque los reporteros lo ignoraron por completo. A nadie le importaba la figura del premier que parecía enviado por Nadine a explicar las fotos con los altos mandos de la marina. Pero todos estaban pensando en la Vero, como si los hubiera hechizado con una danza árabe. 

Hasta dónde recuerdo, la Vero fue designada (luego confirmada en unos comicios internos medio truchos) por el cura Marco Arana para ser la niña símbolo del Frente Amplio, en las elecciones presidenciales del 2016, en las que todo el mundo sabía que Tierra y Libertad, con todas sus malas juntas del izquierdismo, no harían más que el ridículo. El cura Arana, dueño del circo, se abstuvo de ser el quemado en campaña y se guardó para tentar una curul que finalmente alcanzó arañando. Tampoco él sospechó que la incompetente calabacita roja daría batalla en la carrera electoral. Pero en el Perú todo cabe esperar.

Ahora resulta que la niña símbolo del izquierdismo no quiere irse a su casa. Verónika Mendoza ya se alucina una especie de heroína no solo por haber salvado al rojerío del desastre sino por haber dado la cara pidiendo el antivoto contra Keiko. Para muchos su pedido fue decisivo y le otorgan el crédito de la derrota del fujimorismo. A mi me parece que están alucinando, pues la brutal campaña de los medios fue más que suficiente para traerse abajo a Keiko. 

Quedar tercera, raspado la segunda vuelta, es mucho mejor que el desastre de Susana Villarán. Pero no creo que alcance para otorgarle a la calabacita el papel de Micaela Bastidas. Alguien debería darle ubicaina a la Vero para que se calme, pues sus afanes de figuretera han superado las actuaciones de Popy Olivera. Hasta ya se lanzó de candidata al 2016. Parece que la fiebre le nubló la poca razón que le quedaba. Para mi que su pareja le está tocando la lira porque ya probaron la plata fácil del Estado. 

Aunque la Vero insiste en que la traten como adulta, nadie parece tomarse en serio sus opiniones. Tampoco es que diga nada original. Tan solo repite el catecismo de izquierda. No hay que dejar de lado el hecho real de que Verónika Mendoza no es nadie. No pasa de ser una trepadora salida del entorno de Nadine Heredia, que sacó las garras en el Congreso para convertirse en una de las primeras tránsfugas en abandonar el nacionalismo. Carece de trayectoria política, laboral, empresarial, académica y de cualquier otra índole. Quienes criticaban el CV de Keiko y apoyaban a la Vero estaban perdidos. 

Haría bien Verónika Mendoza en preocuparse por conseguir un buen empleo a partir de julio y madurar mentalmente. Le han quitado el laurel de líder del Frente Amplio. Ya ni siquiera existe el Frente Amplio, pues solo fue una combi electoral. Marco Arana rebajó a la Vero al nivel de simple "vocera" entre muchos otros, y ya anunció que él será la voz principal del Frente Amplio apenas asuma su cargo de congresista. Para voceros están los congresistas del Frente amplio. Los demás están sobrando. Así que a la Vero solo le quedará el rol de figuretera. Vamos a ver si eso le alcanza para vivir hasta el 2021.

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