viernes, 21 de julio de 2023

La izquierda fracasa una vez más


 Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Muy entretenido estuvo el día de ayer con el debate entre rojos y blancos acerca de la marcha llamada amenazantemente "toma de Lima". Para la izquierda fue un éxito total. Para los demás fue un rotundo fracaso. Dos perspectivas muy contrapuestas. ¿Pero qué fue lo que pasó, finalmente?

Empecemos por comparar las expectativas con los resultados. El nombrecito de "toma de Lima" viene de la experiencia anterior de principios de año, con la asonada terrorista desatada en el sur, que paralizó más de medio país. Los 70 muertos cosechados le sirvieron a la izquierda para exigir con más fuerza la renuncia de Dina Boluarte, y añadir la etiqueta de "asesina" y "dictadura" a la lista de acusaciones. La renuncia no se produjo y -peor aun- ningún ministro renunció ni fue retirado.

Frente al desaire, la izquierda siguió maquinando más protestas y tuvieron cuatro meses para planificarlo. Los termocéfalos dirigentes rojos de Puno seguían proclamando que no iban a parar hasta conseguir la renuncia de Dina, el cierre del congreso y la Asamblea Constituyente. Algunos esperaban la liberación de Pedro Castillo y su reposición en el poder. Los diversos colectivos de izquierda se dedicaron a retumbar sus tambores de guerra mostrando afiches tenebrosos de lo que sería la "tercera toma de Lima". Hasta se anunció la llegada de 30,000 ronderos. Todo parecía indicar que se acercaba el Armagedón y que la izquierda haría arrodillarse al gobierno.

Pero el parto de los montes resultó ser un ratón. Acá nadie puede engañar a nadie. Vamos. Todos hemos visto lo que fue esa marcha del miércoles y conocemos los estándares de la izquierda en esa clase de maniestaciones. Fue un fracaso en todo sentido. Las manifestaciones de izquierda suelen ser violentas y vandálicas. No es raro que aparezcan muertos. Así son esos enfermos. Destruyen la propiedad pública, destrozan la calzada para proveerse de piedras que lanzar a la policía, usan bengalas y petardos, etc. Esas marchas suelen convocar a la chiquillería universitaria que se excita fácilmente en tales escenarios, desatando sus emociones primitivas para lanzar todo lo que encuentre a su alcance a la policía. A ellos se suman siempre los delincuentes y el lumpen que incrementan el caos. Varios de los detenidos tienen antecedentes delictivos, como los tenían los famosos Inti y Bryan. Uno era paquetero y el otro, carterista. Esa es la base social de las marchas de la izquierda.

Claro que quienes le dan lustre y brillo a las marchas de izquierda son los señorones de la caviarada y los políticos figurettis como Gino Costa, Yonhy Lescano, Sigrid Bazán y hasta la filoterruca Anahí Durand. Tampoco faltó Rosa María Palacios, una de las principales convocantes a la marcha. Se vio obligada a asistir porque de tanto convocar le preguntaron si estaría presente. Tuvo que decir que sí. Pero claro que esta fina gentita va temprano, hace su show, se toman selfies con los "admiradores", marchan un par de cuadras, arengan a los idiotas y luego desaparecen para acabar en algún distinguido café en espera de los muertos.

En concreto, en esta ocasión no llegaron los anunciados contingentes del sur ni del norte. Y lo peor: no hubo muertos, que es lo que la izquierda espera siempre. La invocación a una marcha pacífica parece que influyó para que el rojerío radical y pro terruco no llene de piedras la carretera Central, como suelen hacer para bloquear el tránsito, que es su pasión. Tampoco debemos desmerecer el efectivo accionar policial. Es evidente que se han preparado muy bien para anticiparse a los revoltosos y ya saben cómo manejar estas situaciones.

Sea como sea, esta "toma e Lima" ha sido un fraude. Lo saben bien los mismos rojos, aunque no lo admitan. Según ellos han habido marchas en 60 ciudades del Perú y del mundo rechazando a Dina. Bueno, que marchen una docena de bobos con pancartas en Madrid y Estocolmo realmente nos tiene sin cuidado. Es lo que saben hacer los parásitos de izquierda: marchar.

Al final no pasó nada. Dina no renunció ni adelantará las elecciones, nadie va a cerrar el Congreso tan detestado y no existe el menor asomo de que haya posibilidad alguna de una Asamblea Constituyente. Y, por supuesto, nadie va a liberar y reponer al ladrón en banda Pedro Castillo. Así las cosas, algunos desubicados de la CGTP aseguran que repetirán la marcha en plenas fiestas patrias para aguarnos las festividades. Son capaces. Así de enfermos son los rojos. Carecen de valores y de principios. Todo lo que tienen son objetivos políticos. Esperemos que las diversas cloacas de la izquierda no se sumen a esta iniciativa demencial.

Para terminar, debemos tener presente que no existe ninguna "izquierda democrática". Para la izquierda solo hay democracia si se hace lo que a ellos les gusta. Si los votos no les favorecen, denuncian "dictadura" o "falta de transparencia". Entonces recurren a sus típicas denuncias y jugarretas legales para detener al Congreso y acusar al Gobierno, y si nada de eso funciona, salen a las calles a "recuperar la democracia". Si ellos copan las instituciones con su gente, apelando al sicariato y el golpe, todo está muy bien. Si pierden sus feudos, gritan por la pérdida de las instituciones y acusan una "Dictadura congresal". Son unos capos para acuñar términos y crear mitos. La izquierda siempre quiere todo el poder y para siempre.

Esa es la izquierda. Tratan de imponer su agenda política por la fuerza, la maquinación, la demolición del rival, el golpe de Estado y la violencia de las masas en las calles. Hay que estar preparados para hacerles frente en los argumentos. No caer en su narrativa falaz.

1 comentario:

  1. Felicitaciones al gobierno por planificar las estrategias para minimizar la marcha de los manifestantes comunistas que fue un rotundo fracaso por su incapacidad de organización, como ya no hay dinero no pueden hacer nada, adiós al comunismo en el Perú que quiere paz trabajo para salir adelante con su familia

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