sábado, 28 de mayo de 2016

La última semana


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

A una semana de las elecciones, el triunfo de Keiko parece cantado. Esto significa que toda la basura que han arrojado sobre el fujimorismo no ha servido para nada y que la gente ya está harta de tanta inmundicia. Los caviares se comen las uñas, los nakos ya no saben qué más hacer aparte de marchar y marchar todos los días. Hasta han empezado a desnudarse. Manchitas de "intelectuales" progres no se cansan de emitir sus ya famosos "pronunciamientos" seguidos de cientos de firmas advirtiendo "el peligro del retorno del fujimorismo". Diversas organizaciones, partiduchos y colectores del rojerío, desde Patria Roja hasta la CGTP, han proclamado su apoyo a PPK, abandonando sus principios clasistas e ideológicos. Insignes personajes del progresismo y la caviarada, como Susana Villarán y Gustavo Gorriti, aparecen en los medios a punto de romper en llanto, pidiendo con ojos rojos salvar a la patria del fujimorismo. Sicarios de la prensa como Rosa María Palacios convierten sus blogs en un muladar antikeiko digno del más infantil troll. Con cada nueva encuesta sufren un ataque de nervios, convulsionan, vomitan y se churretean. Están desesperados. 

Que no nos llame la atención si el mismo día de las elecciones, tras el primer flash que confirme el triunfo de Keiko, las lacras del rojerío salgan a las calles a causar desmanes. No habrán suicidios porque carecen del valor para hacerlo, pero causarán estropicios para desfogar su frustración. El Perú se ha estado macerando en el odio al fujimorismo durante los últimos 15 años. Existen sectores que han asumido el antifujimorismo como una religión. Y es ridículo ver en esta secta a jóvenes que no tienen ni idea de lo que fue el Perú en los últimos 30 años del siglo pasado. Son chicos que han sido adoctrinados en el odio a base de mitos y mentiras, como esa estupidez de los seis mil millones robados por Fujimori o el séptimo gobierno más corrupto del planeta. Todos infundios baratos urdidos por la maquinaria progresista que los chicos repiten como loros amaestrados.

Luego del triunfo de Keiko todos estos sectores tendrán que ir al psiquiatra o el exorcista para curarse el trauma y quitarse los demonios de encima. De lo contrario pasaremos cinco años de guerra sucia y enfrentamientos salvajes que pueden llevarnos a extremos peligrosos. Hay que estar preparados y tener un plan de contingencia para tratar a los zombies del antifujimorismo. 

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