viernes, 29 de diciembre de 2017

El indulto como instrumento de justicia histórica


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El indulto del ex presidente Alberto Fujimori era un hecho cantado. Siempre estuvo en la agenda política del país y era un clamor popular que superaba el 60% en cada encuesta. Solo la cobardía de nuestros ex presidentes demoró una decisión que necesitaba de mucho coraje, pero sobre todo de un gran sentido de responsabilidad histórica. Personalmente pensé que Alan García otorgaría el indulto a Fujimori, pero no estuvo a la altura de tamaña responsabilidad. La edad y salud de Alberto Fujimori ya no permitían seguir postergando esta decisión, y PPK se sentía cada vez más apurado. Es cierto que no lucía muy convencido por sus alianzas con la izquierda y el antifujimorismo. Pero de alguna manera tuvo el valor para otorgarlo.

El indulto es una figura eminentemente política. No es una figura jurídica, no nace de la teoría jurídica sino de las necesidades políticas. Por lo tanto, el indulto está más allá de las discusiones jurídicas emprendidas por los leguleyos de uno y otro lado, especialmente de los especialistas en litigios de DDHH que pululan en las oenegés de izquierda, caracterizadas por su defensa del terrorismo. El indulto no tiene que ver con las culpas del pasado sino con las necesidades del presente, con la historia y el futuro. Es una carta que la Constitución le otorga al presidente para jugarla políticamente cuando estime conveniente. Sus fines son políticos. Así de simple. El resto es floro y leguleyada. La CIDH podrá mostrar su preocupación pero no está por encima de nuestra Constitución que es la carta que nos rige a los peruanos. Así que los rojos solo pueden hacer su berrinche y salir a hacer sus marchitas para gritar consignas y cargar pancartas, pero de allí no pasarán.

No hay que confundir el indulto político constitucional con el que reglamenta una ley para ser otorgada a presos comunes por razones humanitarias, de gestión carcelaria o de cualquier otra índole no política, para lo cual existe una comisión revisora y un procedimiento establecido. Ese indulto masivo y común procesado por una comisión no elimina la potestad constitucional de que goza el presidente para indultar y otorgar amnistías cuando estime conveniente, como un instrumento político para la marcha del país. El presidente no necesita justificar su indulto. Es su potestad. No tiene plazo ni trámite ni "debido proceso".

Desgraciadamente PPK adolece de un carácter pusilánime y ha firmado un indulto con mano temblorosa, escondido detrás de un informe médico que no necesitaba. Hacer pasar el indulto como “humanitario” para ver si los dementes de izquierda se quedan callados era en vano, es un detalle innecesario. El presidente puede indultar a cualquiera, incluso gozando de perfecto estado de salud. Es ridículo exigir que el reo esté a punto de morir para ser indultado. Eso solo cabe en la mente perturbada de un resentido que vive envenenado con su propio odio.

Toda esta cháchara en torno al indulto es pura mezquindad de la izquierda rencorosa y derrotada. Les ha caído como agua bendita al diablo. Se retuercen y vomitan fuego, claman a la CIDH, la ONU, Amnistía Internacional, WOLA, a todos sus secuaces del mundo entero quienes no han tardado en expresar su pesar, como el impresentable chavista español Pablo Iglesias. Todo el mundo ha metido su cuchara en el tema.

¿Por qué existe esta facultad constitucional para el presidente? Precisamente para manejar situaciones políticas. Muchos aluden a la coincidencia del indulto con la salvada de la vacancia por el disenso de diez votos fujimoristas controlados por Kenji. Esa historia no está confirmada, pero aunque fuera cierta no le quita validez al indulto porque es una carta política que la Constitución le da al presidente, y si ha decidido jugarla nadie lo puede cuestionar. Así es la política.

El indulto restablece la justicia. Pero no una justicia de nivel jurídico sino uno aun mayor que es la justicia histórica, aquella que hace un balance de la actuación política de un personaje durante cierto período importante para el país, y decide en función de ese balance. La justicia histórica es pues un balance de hechos históricos, no una formulación de cargos para probar la inocencia, que es la justicia legal del Perú, donde no existe presunción de inocencia. En ese balance histórico, el ex presidente Alberto Fujimori surge como uno de los más importantes gobernantes que ha tenido el Perú. No es eufemismo decir que Fujimori salvó al Perú. Es estrictamente cierto.

Además el indulto restablece la justicia sobre un hombre de talla histórica cuando ha cometido delitos y purga cárcel por un proceso que además fue bastante nefasto. El juicio de Fujimori fue una farsa. Eso lo sabemos todos. El juez San Martín fraguó una condena vil incluso antes del proceso, coordinando el caso con asesores españoles para buscar la fórmula que permita condenarlo a la mayor pena sin necesidad de pruebas. Así descubrieron y aplicaron la figura del autor mediato para los casos Barrios Altos y La Cantuta, como si Fujimori tuviera algo que ver en tales crímenes. Eso es simplemente una felonía legal dictada por un sicario más que por un juez.

A Fujimori se le han achacado secuestros que otros cometieron, crímenes que otros perpetraron. Se le ha acusado de robar 15 millones cuando lo cierto es que ese fue un chantaje de Vladimiro Montesinos para dejar el país y permitir la gobernabilidad. Ese dinero no lo tomó Fujimori para sí y al final fue devuelto al erario. Cometió errores tontos como allanar la casa de la esposa de Vladimiro Montesinos. En fin, hay una lista de cargos entre tontos y falsos que le sumaron 25 años de prisión tras una farsa de juicio donde la condena ya estaba lista antes del proceso. Ha cumplido casi 12 años de prisión. Ahora Fujimori bordea los 80 años y sigue siendo una figura gravitante de la política peruana. El pueblo no lo ha olvidado, todavía sienten enorme gratitud por él. Su indulto es más que justo y necesario.

Solo la miseria humana de ciertos sectores de izquierda y grupos infantiles sin conocimiento de causa pueden oponerse a este indulto. Alegar que no se está muriendo es patético y cruel, y prueba el nivel moral y el grado de odio en que viven estos sujetos. Para colmo, los jóvenes salen a marchar sin saber nada de lo que vivió nuestro país ni tener noción de la dimensión histórica de Fujimori. Son siempre los tontos útiles de la izquierda que se creen todos los cuentos que les cuentan. Pero hay que tomarlo con calma. Van a intentar revertir el indulto y hasta darle un golpe a PPK. Ya conocemos sus niveles de odio y locura. Pero no hay forma de revertir este indulto. Esperemos que los enfermos de odios no puedan llegar a extremos, como en el pasado. Es hora de voltear la página y mirar hacia el futuro. El Perú se merece entrar ya de lleno en el siglo XXI y pensar en el bicentenario en vez de seguir cacareando temas de los años noventa. 

El indulto a Fujimori y la hipocresía de la izquierda


Escribe: Richard O. Campos Villalobos

En uso de las facultades que le confiere la Constitución, el presidente Kuczynski indultó finalmente al ex presidente Alberto Fujimori. Todo en medio de la más grave crisis política de la última década que casi lo aleja del cargo. ¿Negociado?, seguramente, al menos eso siempre hizo PPK, negocios, por eso es lógico pensar que se pagaron favores acordados bajo la mesa, previos a la votación congresal que no pudo destituirlo. 

PPK se quedó, pero no pudo desvirtuar ninguna de las acusaciones sobre sus negociados con Odebrecht siendo ministro de Economía del toledismo. No hace falta aclarar que la izquierda palurda que siempre chilla por la menor cosa, se dividió; y el grupo liderado por Verónika Mendoza salvó a PPK saliendo a pasear con cartelitos en lugar de votar. Y ahora reclaman por el indulto que dio PPK y salen a marchar contra PPK. ¿Quién los entiende?

Se han sumado a la carga los opinólogos antifujimoristas diciendo de todo, a estas alturas ya poco importa con qué argumentos salgan en contra del indulto. Lo han usado todo: la defensa de la institucionalidad, la lucha contra la corrupción, la resistencia al golpe, la justicia, etc. Consignas no les faltan. Lo que no ti8enen es coherencia. Para variar, se ha sumado la legión infantil de universitarios revoltosos, que, como bien dijo Aldo Mariátegui, no eran ni espermatozoides cuando Fujimori era presidente. Nuevamente están haciendo sus vandálicas marchitas de indignados, cargando fotos de terroristas, incluyendo víctimas del incendio de Las Malvinas, que ocurrió este año.

La moral y dignidad de la izquierda son una carcajada a mitad de un velorio, su oficio es hacer pactos bajo las sombras, pero solo las cuestionan y critican cuando otros lo hacen. Si de verdad le interesara tanto la institucionalidad, no tendrían a Velasco como líder supremo, ni celebrarían el golpe de 1968. La izquierda parió al genocida Abimael Guzmán Reinoso a fines del velascato, fue gestado en el vientre de los sindicatos comunistas del magisterio que Velasco fortaleció. La izquierda generó a Sendero Luminoso y al MRTA, una de vertiente maoísta y la otra castrista. La izquierda avaló la economía estatista del velascato que nos llevó a la hiperinflación de 7000% en 1990. La izquierda no tiene ninguna moral para criticar nada, sus marchas de pulpines vándalos solo son una muestra de la tremenda ignorancia en que viven los jóvenes. A Fujimori lo detestan porque derrotó a las bestias apocalípticas de Sendero Luminoso y el MRTA, y porque tiró a la basura el esquema socialista que llevó al Perú al fracaso y la miseria. Todo lo demás no pasa de ser más que retórica hueca y cuentos para tontos. 

Muchos políticos de izquierda avalaron la violencia terrorista, criticaron las acciones del Estado y las FFAA o guardaron silencio o simplemente se fueron del país. Cómo no recordar a Javier Diez Canseco, quien llamaba a Sendero Luminoso “mis hermanos equivocados” y que estuvo muy cerca del MRTA, al cual justificó como fuerza necesaria y alternativa entre Sendero Luminoso y el gobierno, convertido luego en ícono cuasi religioso de la pulpinada de la PUCP. Luego esa izquierda inmoral y genocida apoyó firmemente a Fujimori para evitar el triunfo de Mario Vargas Llosa y el liberalismo. Ya desde allí empezaron a votar en modo anti y a elegir candidatos que luego detestarían. Eso es parte de la trayectoria sinuosa y vergonzante de la izquierda malviviente.

¿Qué moral tiene la izquierda para oponerse al indulto humanitario de Fujimori? ¿No son acaso los primeros defensores de los derechos humanos? Bueno pues, un indulto humanitario forma parte intrínseca de las políticas de DDHH. Fujimori es un anciano de 80 años que está enfermo y ya pagó 11 años de carcelería. ¿Qué más quieren las hienas de izquierda? Luego de pasarse la vida posando como defensores de la moral y los DDHH, han llegado a oponerse al indulto alegando que Fujimori no se está muriendo. ¿Se puede ser más miserable? Bueno, ese es el nivel de estos pervertidos inmorales de la izquierda.

Lo que sí fue un asqueroso negociado es el juicio de Fujimori. El miserable juez San Martín fraguó la condena antes del proceso mediante consultas a juristas españoles para buscar una forma de condenarlo sin pruebas. ¿Eso es justicia? ¿Por qué los defensores de la “justicia y la verdad” no denuncian ese asqueroso negociado del juez San Martín? Mediante ese tipo de sucias artimañas terminaron condenando a Fujimori por los casos de Barrios Altos y La Cantuta, sin que tuviera nada que ver, así como de unos secuestros “agravados” de personas que nunca tuvieron dificultad alguna, como el caviar Gorriti. Para colmo, el miserable juez César San Martin trató de vincular la condena a la figura de lesa humanidad, como para asegurarse de que el indulto fuera inviable. Es decir, todo ese juicio fue una farsa y un circo donde la mayor condena ya estaba asegurada desde el principio.

Nadie niega que en el gobierno de Fujimori hubo corrupción. ¿Y en qué gobierno no lo hubo? La única diferencia es que la caída de Fujimori fue aparatosa y se montó un circo de falsos luchadores contra la corrupción, que eran igual o más corruptos aún, e iniciaron una cacería de brujas que concluyó en el abuso y el encarcelamiento de muchos inocentes que sirvieron al país, ya sea en el régimen de Fujimori o en las FFAA luchando contra el terrorismo. La venganza caviar fue atroz. De eso ya se encargará la historia.

El indulto es una facultad incuestionable del presidente y solo el odio y la estupidez puede motivar criticarlo y exigir su anulación. Es hora de pasar la página y superar el nefasto antifujimorismo alimentado por los sectores más cavernarios de este país.

martes, 26 de diciembre de 2017

La pataleta progresista tras el indulto del Chino


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Y como no podía ser de otra forma, todos los pabellones del manicomio de izquierda salieron a las calles a protestar contra el indulto de Fujimori. Y como también es normal en estos casos, el mayor contingente de perturbados, desadaptados y gritones estuvo conformado por huestes universitarias, es decir, los típicos pulpines que siempre se prestan a ser los tontos útiles de la izquierda. 

Ya es una costumbre histórica que la izquierda reclute a sus zombies en las universidades, ya sea porque los jóvenes viven en la ignorancia y son fáciles de engañar, o porque tienen una vía de escape a sus frustraciones y amarguras existenciales. El hecho es que la izquierda siempre cuenta con el apoyo entusiasta de la juventud universitaria. Hasta los terroristas salían de las universidades. 

Resulta un espectáculo patético ver a tanto pulpín que no sabe nada sobre los 90, gritando consignas mientras sacude el puño en alto, como si se masturbaran la mente. Estos chicos solo conocen los mitos y mentiras propalados por la izquierda en las aulas, utilizando como Biblia de adoctrinamiento el informe de la CVR, especialmente en los cursitos de sociales. Luego se han especializado con los memes que abundan en las redes sociales basura, donde proliferan los enfermos de izquierda infantil. Los jóvenes, en su mayoría, han sido adiestrados en el arte de odiar a Fujimori mostrándole su foto mientras les narran historias de terror. Es una lástima leer sus comentarios y respuestas afirmando sandeces con total convicción. Son un caso perdido.

Por su parte la prensa no se queda atrás. En especial los medios del grupo El Comercio, como América TV y Canal N, convertidos en plataforma anti indulto, donde desfilan todos los líderes de izquierda, desde las oenegés pro terrucas más impresentables, como Gloria Cano y Ronald Gamarra, hasta las infaltables Marisa Glave e Indira Huilca, a quienes llaman Pinky y Cerebro en las redes. En añadidura, estos canales así como el propio diario El Comercio, han emprendido una campaña de "memoria" donde solo se recuerdan los supuestos "crímenes de Fujimori". En lugar de jugar un rol más responsable en aras de la paz social, están alentando las marchas callejeras y el vandalismo. Nunca fue más nauseabundo el rol de la prensa basura, francamente.

Luego tenemos a los muertos vivientes, los espíritus aparecidos que salen de sus sarcófagos y escondrijos para aprovechar el pánico y soltar su opinión. En esa categoría están Popy Olivera, Julio Guzmán y el virrey Alfredo Barnechea, quien salió posando con una foto de Belaunde al fondo y un gesto de prócer de la patria para decir que estaba de acuerdo pero que no estaba de acuerdo.

Por último tenemos al mismo PPK que salió anoche con rostro compungido para dar un mensaje más enredado que sus negociados. Siempre dijo que no indultaría a Fujimori porque fue su compromiso firmado con la izquierda para salir elegido, pero luego firmó el indulto porque fue su compromiso con el fujimorismo para quedarse en el cargo. Así es la vida. A lo hecho, pecho. Lástima que haya tenido que refugiarse en un informe médico en vez de asumir personalmente la responsabilidad plena.

El debate jurídico sobre el indulto es ocioso. Es puro bla bla bla. Recursos desesperados de una izquierda patética, enfermiza, patológica, pervertida y fracasada. Lo bueno de todo es que al fin el gobierno parece que quedará librado de caviares porque han empezado a renunciar. Ya es un hecho que PPK tendrá que recomponer su gabinete y es de esperar que no haya un solo caviar. Ya era hora de desinfectar el Estado de tanto parásito progrecaviar. Todo indica que el 2018 será mejor.

lunes, 25 de diciembre de 2017

Hasta que al fin le llegó el indulto a Fujimori


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Negocios son negocios. Es todo lo que parece entender PPK, y lo aplica en su gestión política sin hacer ninguna diferencia. Bajo esta misma filosofía, acaba de concederle el indulto a Alberto Fujimori en pago por los servicios prestados durante el proceso de vacancia, cuando diez afortunados votos fujimoristas le salvaron el cuello. PPK sigue de presidente no por haber probado su inocencia, ni por la fogosa y apasionada perorata de Alberto Borea, con llanto incluido, sino por haber negociado con Kenji Fujimori -y tal vez directamente con el mismo Alberto- los votos que necesitaba para sobrevivir en el cargo.

Así que ya podemos tirar a la basura todo ese rollo patético de la lucha contra la corrupción, la defensa de la institucionalidad, la democracia, el Estado de derecho y demás basura retórica que se repitió hasta el cansancio en ese debate. Acá todo se arregla con pactos bajo la mesa. Así ha funcionado siempre la política peruana. Y no solo en lo que respecta al indulto de Fujimori sino también a su condena judicial. ¡Pero claro que sí! La condena del tremendo juez César San Martín también fue un sucio y perverso negociado caviar. Ese no fue un juicio sino un circo donde lo último que importó fue la justicia y la verdad. ¿Por qué creen que salieron con esa tontería del "autor mediato"?

Ya es tiempo de dejarnos de babosadas. Ni la sentencia de Fujimori fue limpia ni su indulto lo es. Así de simples y claras son las cosas. El indulto ha provocado las iras de todos esos sectores de odiadores de la izquierda patológica que celebraron en su momento la injusta condena de Fujimori. También anda furiosa la chibolería universitaria, eternos tontos útiles de la izquierda, engañados desde las aulas universitarias y las webs manejadas por los nerds del progresismo infantil.

Es obvio que PPK ha terminado quemado. Es un hombre en ruinas. Si antes tenía pocos aliados, ahora es posible que se quede solo. Nunca tuvo visión política. Su trayectoria desde que pasó a la segunda vuelta ha sido un completo desastre. Perdió la oportunidad de otorgar el indulto de entrada nomás y quedar como un gran estadista, con grandeza y nobleza, mirando la reconciliación. Pero no. Prefirió abrazarse con los descerebrados de la cloaca infantil "No a Keiko" y hasta les firmó un acta de compromiso. ¿Cómo se puede ser tan idiota en política?

El pobre PPK se pasó todos estos meses rehuyendo el indulto. Cualquiera con dos dedos de frente sabía que era un paso que se tenía que dar. Además era de justicia. Fujimori es un hombre enfermo de 80 años que ya pagó 12 años de condena infame. Sus delitos comunes no merecían más que 8 años. Tampoco se pueden dejar en el olvido los grandes aportes que Fujimori le dio al país. La salvajada de la autoría mediata era un disparate caviar que tendría que haberse corregido con un indulto oportuno. Pero nadie tuvo la hidalguía de darlo. Ni PPK.

Incluso ahora PPK ha preferido refugiarse detrás de la figura del indulto humanitario, justificado con un informe médico que para colmo parece más trucho que la sentencia del juez San Martín. Nada le costaba a PPK coger un papel en blanco y firmar el indulto sin ningún tipo de justificación. No lo necesita. La Constitución no lo exige. El indulto no es una figura jurídica, no tiene nada que ver con leyes ni reglamentos. El indulto es una gracia presidencial, una figura eminentemente política y se usa con fines políticos. Para eso es que existe. Por eso carece de sentido todo ese cacareo jurídico de los leguleyos, en especial de los "expertos en DDHH" que pululan en las oenegés pro terrucas.

Y ahora a lo hecho, pecho. A aguantar a toda esa plaga de enfermos mentales del antifujimorismo patológico que ya empezó a salir a las calles. La gran mayoría son chiquillos imberbes que no tienen la necesaria perspectiva para juzgar a Fujimori ni conocen de primera mano lo ocurrido en el Perú en los últimos 35 años. Nadie menor de 40 está capacitado para juzgar a Fujimori, pues tendría que haber padecido por lo menos el primer gobierno de Alan García, haber sufrido en carne propia el modelo socialista que dejó Velasco, tendría que haber hecho colas y colas para conseguir alimentos básicos y gasolina, padecer el desastre de las empresas públicas y la hiperinflación, para no mencionar la muerte de seres queridos a manos del terrorismo, vivir con apagones, con miedo, en un país sin esperanza ni futuro. Si nadie vivió eso en carne propia, no tiene autoridad para juzgar a Fujimori. 

Yo nunca voté por Fujimori ni fui un seguidor suyo. Al contrario, terminé siendo opositor a sus sucias maniobras en la última etapa de su gestión. Sus últimos tres años fueron de lo peor que se vio en la política peruana, aunque no muy distinto de lo que estamos viendo ahora. Es decir, esa compra de medios, políticos, jueces, fiscales y todo lo que se podía comprar fue real, pero de ninguna manera fue exclusivo del régimen de Fujimori. Que eso quede claro. No seamos hipócritas. Pero al margen de todos esos vicios que critiqué con repulsión, siempre viviré agradecido a Fujimori por haber salvado al Perú, por haber recompuesto sus instituciones podridas y desfallecientes, por haber saneado su economía, por haber reconstruido el país que no tenía ni carreteras, por habernos devuelto la paz y el orden y por poner al país en las sendas del desarrollo para que los demás solo gobiernen con piloto automático. 

No se trata de juzgar y condenar a Fujimori solo por las cosas malas que hizo. Hace falta realizar un mayor esfuerzo comprensivo y juzgar toda su gestión, considerando las circunstancias especialmente difíciles que tuvo que afrontar, para luego hacer un balance. Eso es lo que hace un ser pensante. Solo los idiotas se tragan los cuentos de la izquierda y se dedican a cacarear mitos y a odiar en medio de la más penosa ignorancia. Pero desgraciadamente la estupidez y la ignorancia abundan.

PPK tiene que ser firme y reorganizar su cerebro. Tiene que cambiar de aliados, expulsar a los asesores que lo llevaron por el camino de la confrontación, dar de baja a la caviarada enquistada en el poder, recomponer el gabinete y tomar las riendas del país. De lo contrario, la situación se le puede poner más difícil. PPK está pegado con babas al sillón presidencial. Si no se pone las pilas esto puede terminar en un golpe. Los malvivientes de izquierda son capaces de llamar a un golpe "en defensa de la democracia". Los conozco de sobra. Habrá que cerrar filas en torno de PPK solo por preservar al país. 

sábado, 23 de diciembre de 2017

Un desastre llamado PPK


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Y tal como se advirtió, el Perú está hoy gobernado por un hombre totalmente devaluado. Ha sobrevivido a la vacancia pero a costa de su credibilidad. Es como un pato que esquivó la bala pero ya no puede volar y camina rengo. Lo peor es que PPK vive en un mundo paralelo. Ignora su realidad. Está convencido de los cuentos que le cuentan sus asesores. En su último mensaje dio las gracias por la confianza depositada en él. ¿Cuál confianza? ¿Acaso no sabe que solo su partido votó contra la vacancia? Debería ser consciente de que la abstención de otros grupos no fue ningún endoso de confianza sino un canje de favores. ¿En qué planeta vive PPK?

El presidente Kuczynski llega a decir en su mensaje que "la democracia se ha salvado". Eso indica que no vive en la realidad. Solo cree lo que le cuentan sus asesores, es decir, que el malvado fujimorismo quiere dar un golpe de Estado. No es consciente de sus propias mentiras, del efecto de su permanente negativa a responder, de su situación política inestable, de su fragilidad y soledad como gobernante, de su imagen devaluada, etc. Se cree un príncipe galopando en un caballo blanco al rescate de la democracia atacada por los malvados fujimoristas. Es lo que le dicen sus ayayeros y bufones de palacio, como Rosa María Palacios. Su trabajo de asesoría consiste en envenenar a PPK todos los días con una dosis de antifujimorismo.

También ha dicho PPK que va a hacer una "profunda reflexión" sobre estos meses de gestión. Todo será inútil si no cambia de consejeros. Mientras siga oyendo a esta gente que le habla de "golpe de Estado" y lo predispone a enfrentar a Keiko como enemiga, nada cambiará. Ha hablado de cambios drásticos y de reconciliación.Pero la verdad es que todo eso suena a pura retórica. Por momentos daba la impresión de que estaba haciendo promesas de campaña electoral. Si quiere hacer un cambio, PPK tiene que despedir a esos asesores que lo han llevado por el camino de la confrontación. 

A las personas se les conoce por lo que hacen, más que por lo que dicen. Las personas no cambian, y menos a la edad de PPK. Nada distinto se puede esperar de él, y menos aun si permanece rodeado por las mismas personas. Agárrense porque los tres años y medio que faltan serán peores de lo que ya vimos. Ya hay apuestas sobre el tamaño del déficit que nos dejará este gobierno. Por lo menos ya nos endeudó bastante. ¿Qué puede cambiar PPK?

Lo que parece inminente es un cambio de gabinete. No sería nada raro que PPK siga los consejos de su nube de allegados, nombrando a Pedro Cateriano como presidente de la PCM. Se ha voceado incluso a Daniel Abugattás. A estas alturas no me sorprendería que llame a Julio Arbizu como ministro de Justicia y a Jason Day como ministro de Cultura. Así andan las cosas en el mundo de PPK. Para eso es que dieron su "voto de conciencia" quienes prefirieron sus prebendas antes que el destino del país.

viernes, 22 de diciembre de 2017

PPK se salva de la vacancia pero igual pierde


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Lo que hemos visto ayer durante la maratónica sesión del Congreso en que se desarrolló el debate por la vacancia del presidente Kuczynski, es la política en estado puro. Es decir, el juego de intereses de grupo y apetitos personales por el poder. Nada más que eso es la política. 

También hemos podido ver en funcionamiento la tan vapuleada institucionalidad democrática. Pese a la cantidad de bobos que salieron a hablar de "golpe", incluyendo el presidente y su abogado, todo lo que se ha visto ayer son los mecanismos básicos de la democracia. Claro que si hubiera ganado la vacancia, en estos momentos tendríamos las calles repletas de esos payasos fascistas que se llenan la boca hablando de la defensa de la institucionalidad democrática, pero que solo respetan los resultados que a ellos les gusta. 

Lo que hemos visto ayer ha sido el pulseo de poderes políticos dentro del juego democrático. Solo los tontos hablan de lucha contra la corrupción o defensa de la democracia. Hay que separar el discurso de la realidad. La gente suele decir cualquier cosa para ocultar sus intenciones. No caigamos en la trampa de la retórica. A nadie le interesa luchar contra la corrupción. Todos los grupos políticos están salpicados por la corrupción de una u otra manera. Aquellos que salen a gritar "caiga quien caiga" al final terminan negociando su voto. Todo lo que prima son intereses o, finalmente, odios.

El presidente Kuczynski al final ha sido salvado por el propio fujimorismo, ya que una facción decidió cambiar su voto, según dicen por órdenes del mismo Alberto Fujimori, pero en todo caso comandados por Kenji. Esto revela pues que PPK está dispuesto a todo por no ser vacado, incluso a llegar a la indignidad de negociar la libertad de un preso. Con esto queda claro que PPK aparte de ser un aprovechado lobbista que roza la corrupción, también es un miserable. Ha terminado al mismo nivel que los secuestradores que te llaman para pedirte un rescate para liberar a su víctima. No hay mejor prueba de que Alberto Fujimori es un preso político.

Queda claro también que PPK no ha podido demostrar ser inocente de los cargos que se le imputan. Se ha salvado de la vacancia no por ser inocente sino porque supo negociar y chantajear a los grupos políticos, y a ciertos personajes sinuosos que habrá que poner en el lente del microscopio para saber qué clase de sabandijas son. Desde luego, tampoco nos vamos a tragar los cuentos que profieren los payasos disfrazados de luchadores anticorrupción. Todos esos peleles que, como Yonhy Lescano, se pasan la vida posando como luchadores anticorrupción, han perdido la oportunidad de probarlo. Al final no son más que aprovechados y corruptos de poca monta.

Para ser francos, ha sido el fujimorismo el que ha dado una lección de democracia al respetar la Constitución y acatar el resultado del voto. Eso es la democracia: respeto a la ley, defensa de principios, denuncias, mociones, debates, acomodos, reacomodos, votación y respeto a los resultados. En cambio PPK acabó siendo el verdadero golpista al amenazar con hacer renunciar a sus vicepresidentes si lo vacan, incumpliendo claramente el mandato constitucional. Este chantaje es el que finalmente inclinó la balanza y cambió las intenciones de varios grupos, como Nuevo Perú, que al no tener nada que negociar o ganar, optaron por reafirmar sus odios al fujimorismo. 

El resultado final es que tenemos a un presidente magullado y con serias sospechas de corrupción, que no se han despejado por el voto de anoche. Todavía pesará sobre el la investigación fiscal. Es decir, tenemos de presidente a un político "investigado por la Fiscalía" y "denunciado por corrupción", como gustan decir los progres y caviares cuando se trata de sus enemigos políticos. Pero además de eso, tenemos un presidente que ha tenido la indecencia de chantajear al fujimorismo con la libertad de su líder histórico a cambio de sus votos.

Es lo que hay. Lo demás es cuento y poesía.

lunes, 18 de diciembre de 2017

La campaña de desinformación de la prensa mermelera


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Demasiadas tonterías se escuchan en los medios de radio y TV y se leen en la prensa y las redes. La mayor parte de estos comentarios son equivocados por ignorancia, pero también por el penoso sesgo antifujimorista que perturba mentalmente a muchos opinólogos. Cierto es que en estos tiempos hasta las relatoras de noticias han terminado metiendo su cuchara en asuntos políticos, sin saber en dónde están paradas o sentadas. Ahora cualquiera se cree en condiciones de opinar sobre política. Así no son las cosas. Hay que tener un poquito de decoro y tratar de ser veraz y objetivo, para lo cual se necesitan conocimientos y no apasionamientos.

Lo primero que hay que hacer para entender bien una situación es quitarle el dramatismo. Vacar a un presidente no es el fin del mundo. Por algo está previsto en la Constitución y para eso están los vicepresidentes. La vacancia del presidente ha ocurrido muchas veces en varios países vecinos en los últimos tiempos. Incluso en los EEUU vacaron a Nixon y no pasó nada. Así que dejemos la histeria a un lado. No hay que hacer una telenovela de esto.  

En segundo lugar dejemos esa paranoia antifujimorista. Últimamente para todo arman una teoría conspirativa que tiene al fujimorismo como el cuco que quiere volver y copar todos los poderes. A cada rato leo ese disparate del "regreso a los 90". A ver si se toman una pastilla y dejan de delirar y de engañar a la gente con esos cuentos. El fujimorismo no tiene la culpa de que hayan denunciado a los magistrados del TC por falsear una sentencia. Tampoco tiene la culpa de que PPK se haya estado corriendo sistemáticamente de la comisión Lava Jato para no responder, y que la comisión haya recibido información que compromete al presidente. 

El fujimorismo tampoco es responsable por la inacción de la Fiscalía de la Nación que tuvo año y medio para investigar el caso Lava Jato y no hizo absolutamente nada, excepto abrirle proceso a Keiko Fujimori. Recién después de las denuncias se apuraron a pedir una abusiva prisión preventiva contra los directores de Graña y Montero, JJ Camet y otras empresas a quienes nunca investigaron. Todo el circo fue para la foto. Pero hasta ahora no tienen hecha la acusación formal contra Toledo (después de tres años) ni contra Ollanta Humala, ni tienen nada contra Susana Villarán. Nada. Es obvio que no tienen ningún interés por combatir la corrupción. Alguien tiene que reclamarles por su incapacidad, y para eso está el Congreso. Ese es su rol, aunque a muchos no les guste.

Tampoco es verdad que esta "mayoría fujimorista" esté actuando con prepotencia y abuso. En la vacancia están todas las bancadas, incluyendo las de izquierda. Además, todas las mayorías parlamentarias son iguales acá y en Marte. En el Perú, históricamente, el Congreso opositor siempre fue un duro obstáculo para todos los gobiernos. El rol obstruccionista que jugó la mayoría parlamentaria de la coalición APRA-UNO contra Fernando Belaunde en su primer gobierno, consistía en censurar a todos los gabinetes, lo que llevó a una crisis política y al golpe de Velasco. Luego de esta traumática experiencia, en la Constitución de 1979 se introdujo un artículo que le permite al presidente disolver el Congreso si le tumban dos gabinetes. De este modo se equilibraron los poderes. Ese artículo no está en la Constitución porque alguien tuvo una revelación divina, sino por la penosa experiencia histórica de los congresos opositores.

Cuando volvimos a la democracia, (que fue en 1980 y no en el 2001 como dicen los payasos) el gobierno de Fernando Belaunde tuvo su propia mayoría en el Congreso y gobernó sin contratiempos. Lo mismo pasó en el siguiente período, primero de Alan García, que con su propia mayoría parlamentaria aprobaban todo al carpetazo, no al voto sino por el golpe que hacían al dar un manotazo sobre el pupitre. La opción (a favor o en contra) que hacía el mayor ruido ganaba. Esto cambió totalmente en el gobierno de Fujimori, quien no tuvo mayoría propia. La mayoría la conformaron en alianza el Fredemo y el Apra. Entonces volvimos a ver un Congreso opositor a ultranza que se oponía a todo y no dejaba gobernar, mientras se agravaba la crisis. Esto condujo inevitablemente, una vez más, al golpe de Estado, pero en esta ocasión fue la disolución del Congreso, aunque no como estaba previsto en la Constitución. Sin embargo fue el último recurso que le quedó al gobierno para poder gobernar.

Como ven, la historia del Perú ha sido la misma siempre. El Fujimorismo nunca fue nada diferente, y mucho menos en corrupción. La única diferencia es que al fujimorismo se le juzgó, mientras que los demás siempre fueron encubiertos y olvidados. A la luz de las evidencias actuales, incluso tendríamos que aceptar que el fujimorismo tampoco fue el más corrupto. Simplemente dejó videos que ayudaron a armar la escandalosa telenovela del antifujimorismo llorón, pero si hablamos de corrupción hay mucho que contar desde que empezó la República hasta el actual gobierno. Que no nos agarren de tontos con los cuentos del antifujimorismo que la izquierda también ha sido golpista y sabe robar a manos llenas.

sábado, 16 de diciembre de 2017

PPK y las claves de un fracaso político


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

A estas alturas ya es impensable la continuidad de Pedro Pablo Kuczynski en el cargo de presidente de la República. Su situación política es insostenible. Al margen de los alcances legales de sus operaciones financieras en detalle, lo que ha colmado la paciencia es su renuencia permanente a responder ante la comisión Lava Jato del Congreso y sus reiteradas declaraciones de inocencia, cuando al final se ha sabido que sus empresas tenían tratos con Odebrecht.

Tal vez si el presidente hubiese sido claro y explícito mostrando sus vínculos empresariales desde un principio, recibiendo a la comisión Lava Jato y respondiendo a sus preguntas, habría tenido algún margen para defenderse o manejar la situación con inteligencia, más aun si hubiese tenido buenos operadores políticos negociando en el Congreso. Por lo menos no habría quedado como un reverendo mentiroso y sin ninguna posibilidad de controlar el desconcierto general, como ha quedado ahora.

Pero las torpezas políticas de PPK no son de ahora. La verdad es que la torpeza es su marca. Fue bastante torpe hacer una segunda vuelta tan agresiva frente a Keiko Fujimori, sabiendo que el fujimorismo ya tenía mayoría absoluta en el Congreso. No había necesidad de caer en injurias tan bajas para ganar, ni mezclarse con toda esa escoria de zombies delirantes del antifujimorismo progresista. PPK se dejó captar por los sectores más radicales de la izquierda antifujimorista esquizofrénica, y se prestó a ser su muñeco de campaña. Estaba dispuesto a pagar cualquier precio por ganar, aun arriesgando la futura estabilidad en el poder. Al final fueron los medios caviares los que le dieron ayuda para ganar por un puñado de votos gracias al juego sucio.

Pasada la contienda PPK fue incapaz de voltear la página y convocar a las fuerzas políticas para armar un gobierno de ancha base, que era lo que correspondía con un presidente sin partido, sin cuadros, sin bancada de peso y sin masas. ¿Qué creyó PPK? ¿Que podía gobernar teniendo a los nakos de aliados? Desde el principio PPK se refugió en el autismo, con una actitud de desprecio hacia la mayoría del Congreso, confrontacional, arrogante y desubicado en su realidad. Nunca mostró la menor intención dialogante. 

Las únicas veces que PPK conversó con Keiko Fujimori, la lideresa del mayor partido político del país, y con mayoría absoluta en el Congreso, fue -primero- por iniciativa del cardenal Cipriani, que solo sirvió para la foto, y luego por iniciativa de la propia Keiko, a lo que aceptó solo por protocolo. ¿Qué era lo que le aconsejaban sus asesores? Evidentemente la confrontación con el fujimorismo. Esa fue la voz que tenía PPK detrás de bastidores, donde se notaba la silueta de Rosa María Palacios. 

Por último, la estrategia de eludir a la comisión Lava Jato del Congreso también fue una tremenda metida de pata. Y en esto jugaron su papel otros asesores de talla "constitucional". PPK se ocultó detrás de una falsa y ridícula defensa de la investidura presidencial para no darle cara a la comisión que solo quería oír su testimonio. Se limitaba a negar sus vínculos con Odebrecht detrás un grupete de ayayeros que mostraba indignación por la insolencia de la comisión Lava Jato. 

La verdad es que al final el Congreso solo ha necesitado mostrar una mano con dos patos para ganarle la partida al presidente. Lo que hace más grave la situación de PPK es toda su actitud previa de negación y evitamiento de cualquier interrogatorio. Y como si eso fuera poco, la falta lo ha pillado sin un solo aliado político que lo acompañe. Ni uno solo. Todos los grupos políticos han votado a favor de la  vacancia. Eso deja en claro la orfandad política en la que ha estado gobernando el presidente. Un presidente autista, aislado, sin aliados, sin partido ni perro que le ladre.

Ahora solo le queda a PPK apechugar, esperar la comunicación del Congreso notificándole su vacancia, y despedirse de todos, no sin antes darles las gracias por los valiosos servicios prestados a todos sus brillantes asesores que lo llevaron por el camino de la soledad y la confrontación. 

viernes, 15 de diciembre de 2017

La crisis de la mafia progre-caviar antifujimorista


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

La realidad fría y simple es que el gobierno de PPK ya es insostenible. Está tocado de muerte y solo queda esperar su agonía mientras lo vemos desangrarse. Tal vez lo mejor sería darle una estocada desde el Congreso. No solo lo mejor para el pobre PPK sino principalmente para el país, pues no podemos permanecer en ascuas durante tanto tiempo. El país necesita recuperar su normalidad.

Más allá de los hechos fríos y concretos están las interpretaciones que nos dan los opinólogos, que en su gran mayoría tienen el cerebro afectado de antifujimorismo. Para ellos la culpa de todo es obra del fujimorismo que anda con la sangre en el ojo por haber perdido las elecciones, porque aun no supera la derrota, porque busca la impunidad, porque quiere dar un golpe y tomar el poder, etc. El mundo de los fujinoicos es amplio y variado, como las alucinaciones de pacientes psiquiátricos.

El hecho concreto y real es que el Perú ha sido víctima de la peor mafia política de toda su historia en estos últimos 17 años. Eso es un hecho en el que nada tiene que ver el fujimorismo. Al contrario, es responsabilidad de toda esa escoria progre-caviar surgida a partir de la caída del fujimorato, disfrazada de defensora de la democracia, luchadores anticorrupción, profetas de la moral y dueños de la verdad histórica. Es toda esa gentita bien que apoyó y determinó los triunfos electorales de Alejandro Toledo, Ollanta Humala, Susana Villarán y PPK los únicos culpables de la crisis.

Cómo serán de cínicos y desvergonzados estos progres y caviares, que después de haber marchado con sus banderas antifujimoristas y colocar a sus peleles en el poder, ahora que la crisis revienta tienen el cuajo de culpar al fujimorismo. 

Lo peor de todo es que no solo es una crisis de gobiernos que nos dejaron deudas cuantiosas en obras inservibles como la refinería de Talara. La realidad es peor porque la corrupción y la mafia han infectado varias instituciones. Esos mismos adalides de la democracia y la transparencia, son los que han permitido que casi todas nuestras instituciones caigan en manos de la corrupción.

Se pasaron 17 años culpando al fujimorismo de los noventas de haber destruido las instituciones. Ahora nos toca pedirles cuentas sobre la podredumbre que hay en las instituciones actuales. ¿Quién confía hoy en el Poder Judicial y el Ministerio Público? Ya ni el Tribunal Constitucional es garantía de debido proceso. ¿Qué hicieron por las instituciones del Estado en todos estos años aparte de coparlos con su gente para cuidar sus intereses?

Es hora de pedirle al progresismo y la caviarada que tengan un poquito de vergüenza y de pudor. Dejen ya de culpar de todo al fujimorismo. Dejen de engañar a los bobos. Es de cobardes escudarse en otros. Pero eso es lo que son: cobardes. 

Leer toda la mendacidad y paranoia de la izquierda en columnas y redes sociales es para terminar asqueado, pero sobre todo apenado por el triste nivel mental en que permanecen estos sectores aquejados por sus traumas y odios viscerales. Ya es hora de que apechuguen y se hagan cargo de sus corruptos. Toca ponernos atentos y exigir con indignación y rigor que la corrompida Fiscalía de la Nación se digne actuar contra la mafia, y que deje de armar sus circos contra Keiko. 

jueves, 14 de diciembre de 2017

La era PPK llega a su triste final


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Todo parece indicar que la suerte del presidente Pedro Pablo Kuczynski está echada. Casi todos los grupos parlamentarios del Congreso le han pedido su renuncia, o lo han amenazado con la vacancia. Se sabe que el vice presidente Martín Vizcarra está por arribar a Lima en las próximas horas y el Concejo de Ministros tiene sesión de urgencia en la PCM. A estas alturas parece imposible otra salida que nos sea la renuncia del presidente. A menos que prefiera que lo echen.

Desde luego que se trata de algo que debemos lamentar. Hemos tenido grandes problemas con los últimos cinco presidentes, y parece que PPK se sumará a la lista de la deshonra. El detonante ha sido el caso Lava Jato que llegó como un tsunami desde Brasil, aunque solo ha tocado las costas por ahora. Aun falta ver hasta dónde penetrará con su poder destructivo y cuántas cabezas rodarán a su paso por nuestro país. Claro, si es que la Fiscalía de la Nación se digna hacer su trabajo, porque hasta ahora ha dejado mucho que desear, al punto que ya muchos la están mirando con sospechas.

El destape que ha llevado al presidente Kuczynski contra las cuerdas ha sido obra de las congresistas Yeni Vilcatoma (ex procuradora destituida por incómoda durante el régimen de Ollanta,) y Rosa Bartra, presidenta de la comisión Lava Jato del Congreso. Básicamente ha sido la experiencia en el oficio sumado al empeño y sagacidad de Yeni Vilcatoma, lo que ha permitido conocer de la misma fuente directa de Odebrecht, los contratos y montos pagados por asesorías al presidente Kuczynski, involucrando períodos de cuando era ministro de Toledo.

Las evidencias han dejado al presidente por lo menos como un mentiroso, pues había expresado en reiteradas oportunidades no haber tenido vínculo alguno con Odebrecht. No solo los ha tenido sino que prestó sus servicios siendo ministro de Estado, lo que constituye una falta constitucional. Para colmo, el presidente se negó reiteradamente a recibir a la comisión Lava Jato para absolver sus consultas. Una actitud bastante sospechosa, más aun esgrimiendo pretextos constitucionales que eran falsos, pues nada en la Constitución le permite evadir preguntas de una comisión del Congreso. 

Ahora que todo se sabe, o por lo menos algo que parece ser suficiente para despedirlo de su cargo, el presidente ha tenido la desfachatez de aceptar la visita de la comisión pero para dentro de ocho días. ¿Se puede estar más desubicado en la realidad? La bancada mayoritaria del Congreso, el fujimorismo, le ha dado un ultimatum para renunciar. Le ha dado 24 horas para hacerlo. Otros grupos se han sumado al pedido de renuncia o vacancia. La situación es muy difícil ahora para PPK.

¿Qué queda por hacer? Esperar la renuncia de PPK y permitir que el vice presidente Martín Vizcarra asuma la presidencia y complete el período, con un estilo más concertador y dialogante. Desde que PPK inició su mandato despreciando y hasta desafiando a la oposición mayoritaria del Congreso, se supo que su gobierno iba a trastabillar. Nunca entendí por qué PPK prefirió la actitud retadora antes que la conciliadora. ¿Cómo pensaba gobernar teniendo en contra la mayoría del Congreso?

No podemos dejar de mencionar a los aprovechados del momento, los sectores de la variopinta y siempre desquiciada izquierda peruana. De pronto apareció de la nada Verónika Mendoza a dar un mensaje lleno de paranoia y delirio, presa de su obsesión antifujimorista, para variar. No es la única que está convulsionando en estos momentos en los predios de la izquierda, aterrados por la idea de perder sus gollerías y apoyos políticos e ideológicos de manera definitiva, pues ya los han estado perdiendo paulatinamente con cambios de ministros claves para la caviarada, como el de Educación. 

Columnistas y prensa de izquierda han salido a alertar sobre la acometida fujimorista, vendiendo la tesis de que buscarían la "impunidad". ¿Impunidad sobre qué? No se sabe. Es que en la mentalidad de los rojos, progres y caviares el fujimorismo siempre es culpable de algo. Por ahora están tratando de enlodar a Keiko Fujimori con la mafia de Odebrecht, a partir de una ridícula nota descubierta en el celular de Marcelo Odebrecht que data del 2011. El caso no pasa de la anécdota y el humo, pero es la última esperanza de la izquierda para enlodar a Keiko. Desde luego que la Fiscalía ha asumido el caso con presteza, y aunque hasta el momento no tengan nada de nada, han tenido la desfachatez de allanar los locales de Fuerza Popular, como si el partido tuviera algo que ver.

Cualquier cosa puede pasar con esta Fiscalía que más parece un brazo legal articulado desde la izquierda. Nunca se dignaron investigar a los grandes implicados en el caso Lava Jato hasta que el Congreso les interpuso una denuncia por incompetentes. Ahora, tras las revelaciones de la comisión Lava Jato del Congreso, la Fiscalía recién se digna a investigar al presidente. Y es que la Fiscalía ha demostrado ser muy eficiente para investigar a Alan García y Keiko Fujimori, pero nula para todo lo demás, en especial para enfrentar la megacorrupción de Lava Jato.

En las últimas horas, tras los pedidos de renuncia, los sectores de izquierda empezaron a soltar el rumor de que la Fiscalía estaría por pedir la prisión preventiva de Keiko Fujimori, lo cual sería un absoluto escándalo por cuanto no tienen absolutamente nada contra ella. Pero, como digo, todo puede esperarse de esta Fiscalía, que ya carece de credibilidad y ha perdido la confianza ciudadana. Solo queda esperar. Mañana todo puede haber cambiado en este país.

martes, 12 de diciembre de 2017

La megacorrupción progre-caviar saca antorchas de humo


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Empecemos pintando el escenario general. Hace 17 años que nos gobiernan los famosos "luchadores anticorrupción" que aparecieron como plaga de cucarachas después del fujimorato. Hoy son ellos los que están embarrados en el más grande escándalo de megacorrupción de nuestra historia. Los tres últimos gobiernos están directamente implicados en la corrupción. De ellos hay dos en los que el mismo presidente está metido en la coima: Toledo y Humala. A ellos hay que sumar a la ex alcaldesa caviar Susana Villarán. Y como si esto fuera poco, toda la prensa prostituida por el Estado y aceitada por la mafia de Odebrecht, también está salpicada por la corrupción. A todo eso hay que sumarle todavía varias instituciones del Estado infiltradas por la corrupción, artistas no tan inocentes y los siempre tontos útiles del progresismo.

Este panorama tenebroso significa que el establishment del Perú está corrupto. Nuestras principales instituciones y personajes renombrados son por lo menos sospechosas. Toda esta megacorrupción avalada por la izquierda y, en especial, por la caviarada, no podría haber sido posible sin implicar en el juego a instituciones como la Contraloría, la Fiscalía de la Nación y la Procuraduría, entre otras. Hoy parece que nadie vio nada mientras se levantaban el país en peso. Es cierto que de vez en cuando se escucharon voces de alerta pero que eran acalladas rápidamente y sacadas de circulación. Ni el Congreso vio nada mientras los gobiernos de Toledo y Humala sacaban leyes para beneficiar a sus amigos. Todo este panorama descrito significa que la corrupción es parte del establishment. Por lo tanto, enfrentar a esa corrupción que tiene la sartén por el mango no será nada fácil. 

Por algo estamos viendo el renacer furioso del antifujimorismo. En realidad es el mismo antifujimorismo patológico que vivimos desde hace 17 años, pero hoy parece recargado. Por increíble que parezca, los medios no se ocupan del gobierno ni de la mafia sino del fujimorismo. Y es que el fujimorismo es el que tiene prácticamente el control del Congreso y, sobre todo, de la comisión Lava Jato que es donde se investiga a los implicados. ¿Cuál es la estrategia de la mafia? Veamos.

En primer lugar quieren implicar a Fuerza Popular y a Keiko Fujimori en la mafia de Odebrecht a como dé lugar. Han hecho lo posible para que el escándalo de corrupción salpique a Keiko y FP. Se han agarrado de una anotación en el celular de Marcelo Odebrecht que data del 2011, es decir, de la campaña en que Odebrecht apoyó con todo a Ollanta Humala. El circo que armó la Fiscalía fue de lo más curioso porque viajaron hasta Brasil a interrogar nuevamente a Marcelo Odebrecht, para que responda lo mismo que había dicho antes y que obra en manos de la Fiscalía. Es obvio que todo el show tuvo como objetivo crear la cortina de humo alimentando nuevamente el antifujimorismo. 

Nada nuevo obtuvo la Fiscalía de su periplo por Brasil. Solo sirvió para que la prensa corrupta arme el escándalo contra Keiko en portadas indignantes. Marcelo Odebrecht solo había repetido lo mismo que ya se sabía: ordenó apoyar a los principales candidatos, pero que las decisiones finales las tomaba Barata. Misteriosamente es a Barata a quien nadie quiere interrogar. En buena cuenta, nada había de claro ni de nuevo tras el famoso y costoso viaje de los fiscales a Brasil. Regresaron solo con humo. Mucho humo para las portadas de la prensa corrupta y para la jauría de perros rabiosos del antifujimorismo en las cloacas de las redes sociales y blogs de la progrería.

Lo cierto y concreto es que hasta ahora nada hay contra Keiko más que humo. Pero la Fiscalía no se cansa de crear más humo y circo. Han llegado al atrevimiento de allanar locales de Fuerza Popular en busca de información que tenían y que, en todo caso, no entendían porque nunca se tomaron la molestia de contratar peritos. Armaron el circo del allanamiento convencidos de contar con la complacencia del establishment y, sobre todo, de la prensa corrupta, además de los demás partidos que aun quieren seguir jugando a "luchadores anticorrupción" dedicados a combatir al fujimorismo, en lugar de ocuparse de los últimos tres gobiernos nacionales más el municipal de Villarán, que es donde está la verdadera corrupción. Pero como todos tienen rabo de paja, prefieren no meterse.

Así las cosas, queda claro que Fuerza Popular es el único partido disponible para investigar, desenmascarar, desarticular y procesar a la mafia progre-caviar dominante en nuestro país. No hay otro. Por eso han vuelto a la carga contra todo lo que sea fujimorismo, empezando por combatir la comisión Lava Jato y tratar de bajarse a su presidenta Rosa Bartra. Han creado todas las cortinas de humo posibles. Hasta han usado el allanamiento de los fiscales prevaricadores para combatir a las congresistas fujimoristas, en lugar de cuestionar el proceder fiscal. Para el establishment el único enemigo a combatir es el fujimorismo. 

En este juego de supervivencia, la mafia y la corrupción cuentan con un aliado inesperado: no es la prensa prostituida por la mafia, son los tontos útiles de siempre, los enfermitos mentales del antifujimorismo patológico que viven odiando al fujimorismo por adoctrinamiento progresista. Ellos ya ni saben por qué odian al fujimorismo. Solo se han tragado los cuentos y mitos de los rojos y cacarean consignas ridículas. Ahora, luego de haber apoyado sucesivamente a las mafias que nos han gobernado desde Toledo hasta PPK y su argolla toledista-caviar, vuelven a jugar a favor de la mafia de Odebrecht. Así están las cosas en este país. Veremos si el fujimorismo es capaz de resistir el vendaval y acometer la lucha frontal contra la corrupción progre-caviar que nos envenena hace 17 años.

lunes, 11 de diciembre de 2017

La virulenta reacción de la mafia progre-caviar


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Como era de esperarse, la mafia progre-caviar implicada en la megacorrupción que viene asolando al Perú desde hace 15 años, ha reaccionado de maneras virulentas. Para empezar, han soltado a sus perros rabiosos de la prensa a ladrarle a todo lo que se mueva con color naranja o algo que se le parezca. La jauría rabiosa ha emprendido sus ataques contra Yeni Vilcatoma y Rosa Bartra, ambas figuras estelares de la lucha contra los corruptos del siglo XXI.

¿Es casual que los chacales de la prensa progresista le hayan dedicado sendos reportajes y columnas a estos personajes? No. Desde luego que nada es casual ni gratuito. Ocurre que ambas han pisado con sus zapatos la cabeza de la serpiente y esta se mueve dando coletazos y tratando de golpear a las personas más peligrosas en este momento para el establishment mafioso enquistado en el poder y los medios.

Si a todo esto le sumamos la reacción de la Fiscalía de la Nación allanando locales de Fuerza Popular, en una acción inaudita, innecesaria y desproporcionada, lo único que cabe inferir es que la mafia está desesperada. El Ministerio Público ha hecho el ridículo con ese allanamiento donde se han metido hasta los baños. Más allá de que el manicomio de los enfermos mentales del antifujimorismo, celebren esa ridícula acción, está claro que quieren amedrentar a Fuerza Popular, y a las principales personas que están detrás de estas investigaciones y acusaciones.

Los lacayos de la prensa progresista odebrechera han llegado a la cobardía de atacar a Yeni Vilcatoma de las maneras más vulgares, desde llamarla loca hasta tildarla de “topo del fujimorismo”. Están desesperados. Ya ni mencionar el nivel de cloaca que se ha visto en las redes sociales, donde los más connotados miembros de la progrería no han escatimado en insultos hacía Yeni Vilcatoma. Y todo esto, desde luego, ante la complacencia y mutismo de las defensoras de la mujer y propulsoras de la ley de acoso político contra la mujer. Todas las poseras de izquierda cerraron el pico.

Fuerza Popular no debe dejar amedrentarse. Quienes se han comprado el pleito con la mafia deben persistir en la lucha. Es hora de desalojar del poder a los corruptos que nos han estado robando en estos últimos 17 años, mientras posaban con su disfraz de luchadores anticorrupción. Que se cite a quien se tenga que citar. Ya es el colmo que armen todo un escándalo por una simple citación.

En un país donde la ley impera, todo el que es citado por un juez, un fiscal o una comisión del Congreso tiene que comparecer sin excepciones. Acá no hay vacas sagradas. Y el primero en dar el ejemplo debería ser el presidente de la república. Es una vergüenza que venga con subterfugios y leguleyadas para no responder. Una citación no es una acusación ni mucho menos una condena. No hay por qué rasgarse las vestiduras por una simple citación. Acá hay cosas muy sospechosas.

Lo que el país espera es que el Congreso, con la mayoría fujimorista, más quienes quieran sumarse a la lucha contra la corrupción, no desistan ni se dejen amedrentar. Hay que persistir en la lucha. Esta sí es una verdadera lucha contra la corrupción. No se sorprendan de las reacciones. Van a patalear, chillar, insultar, hasta han salido ya a marchar los muy conchudos. Es lo que cabe de ellos. Pero hay que seguir apretando. Hay que limpiar el país de esta mafia progre-caviar.