jueves, 30 de abril de 2015

¿Y dónde está la derecha?


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Al inicio de la campaña electoral los astros empiezan a alinearse hacia el “centro-izquierda”, posición favorita de cualquier aspirante político en este país. Todos quieren lucir su lacito de “izquierda” en la solapa y sacar del bolsillo su discurso a favor de los pobres. Nadie dice representar a la derecha, ni siquiera a la “centro-derecha” aplicando la misma fórmula desinfectante. Otros incluso apuestan por un anodino centro. Y esto pese a que un segmento mayoritario de la población prefiere votar por un candidato de derecha, según reciente encuesta, y a pesar de que los pobres ya son una minoría de la población. No obstante, el circo político ofrece la misma función de equilibristas de centro-izquierda tratando de entretener a los pobres. Una vez más constatamos que mientras la realidad cambia, las mentalidades permanecen inamovibles.

Una de las cosas más ridículas de la política peruana es que la derecha no existe oficialmente. Nadie admite ser de derecha. Destacados opinólogos y políticos repiten hasta el aburrimiento que “la democracia necesita de una izquierda bien representada” pero jamás dicen lo mismo de la derecha, como si la democracia solo necesitara de la izquierda para vivir. ¿Y dónde está la derecha? ¿Quién la representa? Si uno mira a la derecha no ve a nadie, está vacía porque todos se han corrido a posar en el centro, empujándose incluso para salir más allá, hacia el lado izquierdo. No sería raro ver a PPK abrazando a Hugo Blanco. Nada es descabellado en la política peruana.

Curiosamente el Perú es el país donde la izquierda está más desprestigiada y donde nunca logró consolidarse institucionalmente. Hoy sigue siendo lo mismo que hace medio siglo: un conglomerado de iluminados hablando de unidad desde su propio tótem. Lo máximo que han logrado es establecer ONGs, que también son las entidades más desprestigiadas y odiadas en el país por su funesto papel en el cambio del relato histórico sobre el terrorismo, el maltrato injusto de militares y su pernicioso rol en los conflictos sociales, que son la nueva forma de "guerra popular contra el Estado", mediante la cual confrontan la ley y al Estado de derecho, reemplazándolos por el asambleísmo popular, en busca de imponer sus posturas con violencia desbordada en lugar de votos. Es lo que siempre hizo la izquierda.

Pero lejos de distanciarse de la izquierda por lo que significa, nuestros políticos insisten en posar como luchadores de izquierda. La situación no deja de ser penosa y hasta ridícula. Políticos cuajados, identificados cabalmente como de derecha, salen disfrazados, cual monas con falditas y labios pintados, para pasar por señoritas de izquierda. Así caen en la trampa de la zurda, que se pasó décadas estigmatizando a la derecha para convencer a todos que ser de izquierda es lo correcto. Ya es hora de revertir esta absurda idea. Toca reivindicar a la derecha.

Necesitamos una derecha libre de complejos y traumas. Quienes deberían vivir con traumas son los de izquierda que nos llevaron al holocausto del terrorismo, y sin embargo salieron libres de polvo y paja gracias al informe de la CVR. La izquierda aún está plenamente identificada con la violencia social. Tampoco hace falta posar en la izquierda para hablar de los pobres, aunque esa no debería ser la base del discurso político. La izquierda ha sido siempre el disfraz y la pose de los demagogos que buscan la imagen de Robin Hood, de luchadores por los pobres y enemigos de los ricos. Tradicional guión político que los candidatos escenifican sobre sus estrados, como aún lo sigue haciendo Ollanta Humala. Son políticos del montón fabricados por costosos asesores de campaña con ideas baratas. Los tiempos ya no están para eso.

domingo, 26 de abril de 2015

Los defensores de causa nobles


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Al parecer la sociedad del presente siglo es la mejor de toda la historia. Antes los jóvenes solo luchaban por la liberación. No sabían de qué pero la causa era linda. ¿Quién no quiere liberarse? Había toda clase de opresores a quienes combatir, desde el imperialismo yanki a las transnacionales. Esta clase de jóvenes no se ha extinguido pero ya no están de moda. Han sido desplazados por otros grupos de luchadores y causas. De pronto nos hemos llenado de gente buena que lucha por toda clase de causas nobles y justas. Los jóvenes del presente enfrentan solo un dilema en la vida: ¿cuál causa defender? Hay jóvenes multicausales que se hacen presentes en todas las marchas de defensa que lleven la consigna #TomaLaCalle. La tecnología de la comunicación facilita la rápida organización de colectivos de defensa y agiliza la convocatorias a marchas de protesta. Hoy la protesta está de moda. ¡Hay tanto que defender! La tasa de suicidios debería disminuir porque ya existen montones de causas nobles que pueden servir para darle sentido a una vida vacía. No hace falta saber nada, solo necesitas sensibilidad.

Si eres joven tienes que ser defensor de alguna causa. Si no, estás fuera de este mundo, no tienes vida o tu vida no tiene sentido, caes en el vacío existencial que conduce a la droga y el alcohol. Existen causas para todos los gustos. Puedes ser un defensor del planeta y estar atento a apagar las luces en la fecha y hora indicada, ser un promotor de la ecología, un verde que apoya las tecnologías limpias y practica el reciclaje, llevas tus botellas vacías al centro de reciclaje más cercano y echas tu basura, previo análisis, en el tacho del color apropiado. Alguien que adora la salud y camina con una botella de agua, uno que no quiere que las mujeres aborten o que quiere que la mujer esté presente en todos lados pero sin ser acosada sexualmente. Pero mejor hagamos un recuento de los luchadores de causas nobles y lindas que hoy repletan las redes y las calles.

- Los defensores del medio ambiente.- Es una de las causas más lindas de moda. Amar al planeta y el ecosistema está vinculado a la más noble de las tareas. La causa lleva a odiar y combatir toda clase de industria contaminante, en especial la minería, pero solo la gran minería que es paradójicamente la menos contaminante, pero con sus grandes agujeros y camiones es la más escandalosa. Además nada es más efectivo que meterse con los grandasos. ¿A quién le interesan los miles de mineros chiquitos? Hace más ruido enfrentar una transnacional y el triunfo resuena más. ¿A quién le importan los pequeños mineros artesanales, informales e ilegales que por miles depredan los bosques y envenenan los ríos? ¿A quién le importan tantos otros contaminantes del ambiente como la basura de las ciudades, las aguas cloacales, los gases de autos viejos, etc.?

- Los defensores de los derechos.- Estos andan un poco confundidos porque últimamente cualquier cosa es un derecho, y al final se producen conflictos entre derechos. Es decir, defienden un derecho a costa de otros. Pero la mayoría de defensores de derechos son los que defienden sus propios intereses a costa de los demás. Quieren que otros les paguen algunos gastos porque sienten que es justo o porque les han dicho que es un "derecho ganado". En realidad son gollerías malhabidas establecidas por gobiernos populistas y que han generado el pavoroso 70% de informalidad y subempleo. Así que este segmento en realidad defiende las gollerías de un reducido segmento privilegiado dentro de la gran empresa, ya que ni en el Estado se dan. Lo que al final defienden es el parasitismo social, son vividores que aspiran a que el Estado o la empresa les proporcione lo que ellos no quieren pagar de su bolsillo y con su esfuerzo. Consideran que todo empleo es una explotación si no viene con una amplia gama de derechos-gollerías que les garantizan diversos beneficios automáticamente sin hacer ningún esfuerzo.

- Los defensores de los animales.- Tal vez el grupo más patológico de todos los que han aparecido en estos tiempos. Adoran a los animales en un sentido casi religioso, al punto en que según su visión los seres humanos deben vivir para los animales y no al revés, como había estado funcionando el mundo durante tantos milenios. Piden leyes para encarcelar a quienes maltraten a los animales y exigen la prohibición de prácticas culturales ancestrales como las corridas de toros, a las que condenan de todas las formas sin concederles ninguna categoría artística ni valor cultural. Han llegado incluso a impedir las prácticas culinarias de ciertas comunidades. Apelan a las formas más repugnantes y violentas de protesta, llegando incluso a la agresión salvaje de los seres humanos, a los que odian. Cualquiera que no esté de acuerdo con su causa animalista será denigrado, escarmentado, troleado e insultado de todas las formas y, por último, será tildado de salvaje.

- Los defensores de la vida y la familia.- Tan lunáticos como los animalistas pero mucho menos agresivos. Su causa son meras entelequias que viven en sus mentes junto a sus dioses y vírgenes. En su gran mayoría son fervientes seguidores de la fe y pretenden acatar al pie de la letra lo que dice la Biblia, la cual consideran la palabra de Dios. Están fuera de este mundo, viven más preocupados por el más allá y la vida eterna. Creen que la vida es un bien otorgado por Dios y por tanto intocable en cualquiera de sus formas. No importa si se trata de un embrión o de un enfermo terminal. Nadie puede tocar una vida aunque se trate de un feto sin cerebro o un ser con muerte cerebral. La vida es sagrada y debe ser cuidada y adorada sin importar ningún tipo de consideración, y mucho menos la mujer, a la que consideran un ser de segunda categoría. Sin embargo apoyan la pena de muerte. 

- Los defensores de la patria.- Eternos golpistas y seguidores de dictadores con añoranzas de gobiernos militares pasados. Furibundos antichilenos que anhelan venganza por los territorios perdidos. Detestan también todo rasgo de hispanidad y promueven lo andino. Reclaman la intervención del gobierno para asegurar la soberanía y la independencia en todas sus formas, por ejemplo reservando para el Estado sectores "estratégicos". Deliran con empresas públicas que lleven el nombre del Perú, en especial con una"aerolínea de bandera". Sueñan con imponer los valores del Tahuantinsuyo y otorgarle primacía a la raza cobriza andina.

- Los defensores de la moral.- Siempre vigilantes hacia un solo sector de la política: el Apra y el fujimorismo. Tienen sus pancartas y sus memes listos para salir a hacer su campaña de desprestigio. Tienen medios dedicados exclusivamente a demolerlos cada día desde la portada. Se trata ya no de la moral sino de la doble moral porque los pecados y delitos importan solo en los sectores políticos a los que detestan mientras se soslayan y ocultan en sus aliados, como el toledismo, la izquierda o el gobierno de Ollanta y Nadine.

- Los defensores de la memoria.- Izquierda exterruca y proterruca que añora los tiempos del terrorismo y cuenta la historia desde su lado, con la Biblia de la CVR en la mano, donde nunca llaman terroristas a los terroristas y solo condena al Estado como principal violador de DDHH. Celebran cada año la entrega del informe de la CVR, montan rutas de la memoria como atractivos turísticos que conducen al "Ojo que llora" donde, camufladamente, rinden tributo a los terroristas caídos. Están empeñados en abrir museos de la memoria para mostrar la hazaña de terror del que fueron capaces.

- Los defensores de la salud.- Anhelan morir en perfecto estado de salud. Viven con una botella de agua en la mano y recomiendan tomar agua pero de botella, comer verduras y hacer ejercicios, pero siempre en un gimnasio de moda. Analizan los alimentos para descubrir sus atributos y nutrientes antes de ingerirlos y llevan la cuenta de las calorías que consumen. Ponen de moda ciertos productos a los que les atribuyen las más fabulosas propiedades. Hacen leyes exigiendo amplios y minuciosos catálogos de información en las etiquetas que nadie lee. Combaten la Coca Cola y bebidas gaseosas contando mitos atroces con videos que muestran estúpidos experimentos.

- Los defensores de la mujer.- Igualitaristas extremas. Obviamente todas son mujeres pero viven en constante competencia con los hombres. Proponen leyes para obligar a todo el mundo abrir puestos para mujeres, desde el Congreso hasta las empresas mediante cuotas obligatorias. Ya tienen su propio ministerio de adorno, pues no sirve para nada salvo para "visibilizar" a la mujer. Odian a los hombres a quienes no les permiten ni miradas. Han penalizado el piropo y catalogado el homicidio de una mujer de manera especial, con penas mayores al homicidio común, supuestamente para defenderlas de los maridos que ellas mismas se escogen y se niegan a denunciar o abandonar.

- Los defensores del consumidor.- Plaga que no se cansa de hacer leyes para proteger a toda clase de limitados mentales, incapaces de leer un contrato antes de firmarlo o siquiera preguntar las tasas de interés de los préstamos que piden o que entregan sus casas en garantía de préstamos que no pueden pagar, o para defender a los conchudos que no están al día en los pagos de los compromisos que asumen, o para proteger a los que comen sin moderación o a los que pretenden que la oferta de una empresa sea válida por el tiempo que les viene en gana. 

Como vemos, el mundo está lleno de gente buena, de iluminados y bondadosos defendiendo las más variadas causas para la felicidad del mundo. La pregunta es ¿quién nos defiende de tanta gente buena y de sus leyes bondadosas?

jueves, 23 de abril de 2015

La ética en el Congreso


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Hay noticias que son difíciles de asimilar o entender, como por ejemplo que un hombre muerde a un perro. Un estupor similar se experimenta cuando leemos que los congresistas nacionalistas acusan a los fujimoristas por faltas éticas. Bueno, ya sabemos que algunos sectores subsisten estigmatizando al fujimorismo con la corrupción mientras esconden la mano y tapan sus propias fechorías. Ahora resulta, por ejemplo, que el congresista Renán Espinoza, cuya única hazaña parlamentaria es haber lanzado a su hijo a la alcaldía de Puente Piedra ofreciendo leyes en favor del distrito en los mítines, acusa a los fujimoristas de haber participado en un mitin de Keiko en Puno, adonde viajaron con pasajes pagados por el Congreso. Es más, hasta ha presentado una denuncia constitucional. 

Según lo que se sabe la cosa va así: seis de 17 parlamentarios fujimoristas viajaron a Puno en una misión de trabajo, incluso de varios días, y luego acabaron siendo parte del mitin de Keiko. A estos seis se les acusa de hacer proselitismo aprovechando un pasaje pagado por el Congreso. Ellos arguyen que fueron a Puno en misión parlamentaria y decidieron sumarse al mitin por coincidencia. Hasta donde se sabe no han sido desmentidos, pues realmente cumplieron una agenda. La pregunta es si les está vedado participar en un acto político. No hay ningún reglamento que lo indique. El asunto es más un escándalo por falta a la ética pero le han dado incluso ribetes de delito de peculado. Y lo curioso es que se hagan este tipo de acusaciones en el Congreso, el nido de los más grandes aprovechadores del dinero público. 

Estas cosas solo ocurren cuando se trata del fujimorismo. Todo se magnifica y escandaliza. Luego las hienas de los medios aparecen a mordisquear a las víctimas y armar el show. Se repone una vez más el circo del antifujimorismo rabioso con todos los payasos, equilibristas y caricaturistas en plaza. La jauría ladra, gruñe y celebra. Se arma la pira ardiente mientras gritan por la defensa de la ética. Así vemos nada menos que a Daniel Abugattás, apareciendo como un Quijote sin mancha, montado sobre su Rocinante, provisto de armadura y lanza para arremeter contra los impíos fujimoristas. El espectáculo ofrece funciones diarias de mañana, tarde y noche en todos los medios por donde desfilan nuestros indignados defensores de la moral vomitando sus acusaciones.

Pero ver a Daniel Abugattás levantando el dedo acusador en defensa de la ética es la imagen de la paradoja. ¿Acaso no es este señor el que llevó a las narcococaleras al Congreso? ¿No ha sido el nacionalismo en pleno el sector que ha llenado el Congreso con chusma de la más baja estofa, entre ignorantes, analfabetos y malandrines prontuariados de toda clase? ¿No fue Daniel Abugattás quien montó el delirante proyecto de "gestores" que iba a duplicar el presupuesto del Congreso en vano? ¿No fue Abugattás quien como presidente del Congreso contrató a las nacionalistas narcococaleras que no habían sido reelectas? Y así podríamos seguir con un largo rosario de hazañas cometidas por el hoy luchador infatigable de la ética y defensor de los fondos públicos. Francamente prestarle atención a un sujeto con el perfil mental de Daniel Abugattás no es nada serio. Pero todo vale contra el fujimorismo.

Lo único que falta en el Perú es que salga Kanebo de la cárcel para acusar a los fujimoristas. Y de seguro que de inmediato tendría el apoyo del nacionalismo en pleno y la atención de la prensa en cobertura nacional. Sería invitado a cuanto programa hay para que repita su denuncia en matiné, vermouth y noche, con caricaturas de Heduardo y Carlín, entrevistas con las diosas del periodismo, las que mostrarían su rostro de indignación, llenado de condenas furiosas el Twitter. Y es que el deporte nacional del antifujimorismo tiene muchos practicantes fervientes, y es aun buen material de ventas. Hay mitos urbanos que crecen y se repiten, con acusaciones delirantes y cifras astronómicas. Existe una verdadera secta de odiadores del fujimorismo con colectivos organizados que hacen misas negras en las redes. Otro grupo son los periodistas que sueñan con hacer un ampay, pero en el fujimorismo porque sino pues no venden.

Lo mejor que puede ocurrir en este affaire es que se investigue a todos los congresistas. La verdad es que si el Congreso les entrega pasajes para sus famosos "viajes de representación" pues deberían rendir cuentas sobre lo que hicieron. Por boca del general Daniel Mora nos enteramos que es normal que los congresistas aprovechen estos viajes para visitar sus bases en sus locales partidarios, es decir, hacen proselitismo. Otros visitan familiares. ¿Todo eso está permitido? ¿Y dónde dice que no pueden asistir a un mitin? Las cosas tienen que estar claras para todos. La solución es la que han planteado los congresistas fujimoristas: que se eliminen los pasajes por viajes de representación y que se investigue a todos. Ya basta de alimentar a las jaurías del antifujimorismo y de armar escándalos alrededor de la ética tieniendo tremendo rabo de paja. 


Un fracaso más y volvemos



Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Fuente: El Montonero

Faltando pocos minutos para finalizar el partido, Ollanta Humala pierde por goleada. Los cambios de última hora no parecen ayudar a revertir el marcador abultado. La delincuencia, el narcotráfico y la corrupción han crecido a niveles de escándalo, envolviendo al propio gobierno; la economía se tambalea y el país entero siente la crisis: grandes proyectos paralizados, los precios en alza y la rentabilidad de las pensiones bajando. En política exterior distanciamiento de Chile, roces con Bolivia y encubrimiento de la mafia chavista. Es pues un fracaso más de los clásicos “salvapatrias” y modernos “luchadores anticorrupción” que aparecen de la nada en la política nacional.

Nos lo merecemos por prestarle oídos a charlatanes improvisados que creen que la gestión pública es una pichanga de fin de semana, y que los problemas se solucionan solo con buena voluntad. Aún debemos sentirnos aliviados de que Ollanta no haya intentado las trasnochadas reformas del plan rojo “La Gran Transformación”, que era en realidad un plan para medio siglo de gobierno, si es que hay país que lo soporte. La orfandad ideológica de Ollanta facilitó dejar de lado el delirante plan rojo. Pero al final ni siquiera hemos estado en piloto automático sino a la deriva, porque hasta el piloto automático necesita mano firme. Ollanta apenas se dedicó a lo más fácil: regalar dinero mediante programas sociales de nombres rimbombantes que, en la mayoría de los casos, son costosos aparatos burocráticos con limitado beneficio social, cuyo objetivo final es engrandecer la imagen del Gran Benefactor de la Patria.

Los cuervos que Ollanta ayudó a criar en su militancia izquierdista le han sacado los ojos. Los petardos que ayer lanzaba contra la gran minería hoy le estallan en la cara. Su discurso anticorrupción suena hoy lejano mientras el olor a podredumbre se siente muy cerca. Y, para colmo, su partido se quebró, sus amigos lo declararon traidor, su mujer le quitó el mando y hasta su padre lo critica por sacolargo. ¿Qué le queda a Ollanta Humala? Solo clientelismo político en programas sociales y burocracia, ambas recetas chavistas. La compra exagerada de pañales es una señal muy evidente.

La moraleja de todo esto es que no debemos votar más por un saltimbanqui improvisado, un salvador de la patria disfrazado de luchador anticorrupción, sin trayectoria ni formación, aunque se rodee de amigos y avales poderosos. Siempre será preferible apostar por partidos tradicionales institucionalizados y con cuadros propios. No podemos aspirar a ser un país con instituciones si vivimos en la constante destrucción de los partidos. No debemos convertir en políticos a los saltimbanquis que se trepan al estrado con el viejo discurso de la estigmatización del pasado y el petardeo de instituciones políticas, posando como héroes salvapatrias. Así nació el chavismo.

Debemos superar la etapa de país adolescente sumergido en pleitos infantiles de odio cainita, con predicadores de la moral que se presentan como solución enlodando a los demás. Ahora importa poco si es la voz de un Nobel la que nos advierte de terribles riesgos a la democracia para vendernos a un fantoche sin curriculum. Ya nadie cree tampoco en esos colectivos de clowns que marchan con carteles de odio y riegan su veneno por las redes. Seguramente estos sectores primitivos insistirán en lo único que saben hacer, pero ahora ni siquiera tienen un candidato que apoyar. La izquierda anda desorientada como hormigas tras la lluvia. Los famosos outsiders han aparecido y se han desvanecido como pompas de jabón en el aire. ¿Habremos aprendido?

sábado, 18 de abril de 2015

La peña regalona de Ollanta


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Ya es un hecho que este gobierno logró reducir el crecimiento económico del Perú y no solo por factores externos, sino también por incapacidad, falta de liderazgo y pérdida de objetivos. El discurso barato de Ollanta durante su campaña, centrado en el clientelismo repartidor de riqueza, resultó ser más que solo un discurso electorero: en realidad era todo lo que tenía. Y ciertamente no ha hecho más que eso: repartir y repartir, turnándose con su mujercita o ambos a la vez. La cantaleta de la inclusión social con la que irritó el oído de los peruanos nunca cesó, ni  siquiera cuando lo convirtió en un ministerio, para éxtasis de su delirio repartidor. Un ministerio del bienestar social es lo más parecido a un Estado de Bienestar. 

Una vez descartado el mamarracho rojo de la Gran Transformación, Ollanta se quedó sin nada. La famosa "hoja de ruta" no era más que el corsé antichavista impuesto por la derecha como condición para apoyarlo, pero nunca fue una propuesta de gobierno. A lo sumo significaba mantener el piloto automático. Ollanta estaba dispuesto a todo para llegar a la presidencia, incluso a traicionar sus "ideales" y patearle el trasero a sus amigos, aquellos que lo llevaron ingenuamente en la delirante combi de izquierda. Humala tampoco dudó en abrazarse con Toledo, a quien trató de darle un golpe acusándolo de todo. Mucho menos dudó en arrodillarse agachando la cabeza para recibir la bendición de Mario Vargas Llosa, aceptando además a todo su séquito, y eso pese a que MVLL había dicho y escrito pestes sobre Ollanta y la familia Humala. La única ideología que Ollanta mostró fue el "todo vale" para ser presidente, incluso saltar de un barco a otro. 

Estaba claro que Ollanta Humala era un simple tonto útil que todos querían utilizar. La pregunta era quién lo haría. La izquierda lo llevó hasta la segunda vuelta, allí Ollanta comprendió que sin el apoyo de la derecha jamás lograría su sueño de ser presidente. Entonces inició su propia gran transformación como un veloz mutante ideológico. El extremófilo de izquierda que surgió en el velasquismo chavistoide pasó a ser el "guardián socrático" del modelo neoliberal. Si en un principio Ollanta pensó dar rienda suelta a sus delirios chavistoides, una debilidad de todo limítrofe, después del show ridículo de su juramentación "por el espíritu de la Constitución del 79" y el acomodo de sus principales asesores de izquierda en el poder, se produjo otro cambio en Palacio de Gobierno: quien tomó el poder realmente fue Nadine Heredia, seducida ya por la corte vargallosiana. Sin que nadie se diera cuenta, Nadine dio el golpe más silencioso de la historia, en menos de tres meses cambió el escenario del ejecutivo y asumió la conducción del gabinete. 

Finalmente ni la izquierda ni la derecha pudieron utilizar como querían al tonto con la banda presidencial. Fue la primera dama quien se hizo con el mando supremo y, a través de ella, el marqués garante. La imagen de Nadine saltó a las portadas de las revistas, sus giras y amistades se hicieron internacionales. Fue convocada por la ONU como embajadora. Pero la verdad no tardó en hacerse pública: quien gobernaba era Nadine. Su poder creció al punto en que el premier César Villanueva fue retirado en tiempo récord por contradecir a la primera dama. Al final acabó designando a sus franeleras predilectas en los cargos de mayor poder: la PCM y el Congreso. La imprevista caída de Ana Jara fue rápidamente cubierta con el representante de MVLL. Todo queda dentro del clan de poder.

Mientras tanto, Ollanta Humala vive entregado a su labor de asistencia social. Viaja por todo el Perú en permanente campaña política, aprovechando los recursos del Estado para seguir con su discurso en contra de la clase política y del pasado histórico. Completamente ajeno a los trajines de la política en Palacio de Gobierno, Ollanta continua despotricando contra el Apra y el fujimorismo mientras regala becas, inaugura colegios y hasta primeras piedras. A falta de obras y logros solo puede defender sus programas sociales, insultando a cualquiera que ose cuestionar su pasión asistencial. Ha dicho que será recordado por sus programas sociales que "ningún gobierno se atreverá a eliminar".

Habría que meditar realmente hasta dónde resulta ético emplear al Estado para hacer beneficencia. El altruismo es digno de aplauso cuando el filántropo emplea sus propios recursos en la tarea noble de ayudar a los demás, pero es denigrante cuando se hace a costa del erario público. Algunos programas sociales son básicamente organizaciones burocráticas muy costosas, cuyo beneficio real para la gente resulta mínimo, como es el caso de Pensión 65. Más es el gasto burocrático que el beneficio social, pero sin duda el mayor rédito es político pues catapulta la imagen del Gran Benefactor. No cabe ninguna duda que estamos frente al gobierno más patético de la historia del Perú, a cargo de alguien que fue visto inicialmente como un tonto útil, pero que acabó siendo solo un tonto inútil.

viernes, 17 de abril de 2015

Los luchadores anticorrupción del Perú


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Fuente: El Montonero

Uno de los especímenes más abundantes de nuestra fauna política en estos tiempos es la de los luchadores anticorrupción. Estos aparecieron en los 80 con el beligerante diputado Alan García, quien llegó a la presidencia prometiendo sentar a Fernando Belaunde en el banquillo de los acusados; luego apareció el implacable Fernando “Popy” Olivera, cuyo busto debería erguirse bajo faroles en el salón de los luchadores anticorrupción, junto al de Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Mario Vargas Llosa, autores de memorables discursos que tendrían que leerse como lecciones de ética. Todos ellos resultaron al final expertos en el arte del reacomodo político “por la gobernabilidad”. No se hicieron problemas para abrazarse con cualquiera que les garantizara una cuota de poder o para cerrar el paso a sus enemigos. Y lo curioso es que nos mostraban sus enjuagues políticos como virtudes democráticas, actos magnánimos que debíamos agradecerles por salvar a la patria.

Donde más han abundado los luchadores anticorrupción es en la izquierda, pero con una peculiaridad muy moderna: ya no se trata de acusar a personas sino a sectores políticos enteros. Se han especializado en la estigmatización del Apra y el fujimorismo como símbolos de la corrupción. Es parte de su aniquilamiento político. Han reemplazado el debate por un cargamontón de etiquetas y mentiras, sembrando en los jóvenes la idea de que la corrupción en el Perú empezó en los 90 y que esa fue la época de mayor corrupción. Es otro mito barato de izquierda.

La corrupción es un mal endémico de la humanidad, presente en países pobres y ricos. En el Perú lamentablemente es parte de nuestra cultura y no se puede afirmar que un gobierno lo inventó. Se inicia con la misma república y los bonos de la independencia; luego siguió con el contrato Dreyfus. Hay archivos en la casa Dreyfus de París que registran el pago a los congresistas de la época. Solo faltan los videos, pero estos aparecerían en nuestra política 130 años más tarde. En ese transcurso han pasado muchas cosas, como la construcción del ferrocarril central, el más caro del mundo “para ir a ninguna parte”, como lo reseñó una crónica de la época en el New York Times.

En tiempos más recientes vimos la mega-corrupción del régimen de Velasco Alvarado, dedicado al vicio de construir enormes elefantes blancos como El Pentagonito, el Centro Cívico, la sede de Petroperú, el actual Ministerio de Cultura (que pasó por varias manos sin saber qué uso darle), entre otros megaproyectos insensatos como el Oleoducto Norperuano para una exigua despensa petrolera en dos pozos. Todo ello representó miles de millones de dólares gastados sin ningún tipo de fiscalización ni control alguno. Allí había muchísimo pan por rebanar en todo ese funesto período pero nadie hizo absolutamente nada por investigar porque los militares no se presentan a las elecciones y no son rivales políticos de nadie. Así funciona este país.

Una de las más funestas herencias del velascato (entre muchas que aun quedan) es el narcotráfico. Para nadie era un secreto que policía o militar que se iba a la selva en esos tiempos se hacía millonario, escandalosa y descaradamente millonario, sin que nadie lo cuestione ni lo investigue. La penetración del narcotráfico en nuestras instituciones empezó en esa época aciaga del velascato. Nadie ha documentado seriamente la historia de la corrupción en el Perú, y menos la izquierda. Pero si hay un sector político que representa auténticamente la corrupción a gran escala es la izquierda estatista, pues nunca ha existido mejor caldo de cultivo para la corrupción general que un Estado grande, poderoso, autoritario y controlista, rodeado de empresas públicas y millones de burócratas convertidos en militantes a sueldo del régimen, como lo que tuvimos en el velascato y en el aprismo ochentero, y hoy vemos con lástima en Venezuela, país que lidera el ranking mundial de la corrupción. Seamos claros en eso y no nos dejemos engañar.

sábado, 11 de abril de 2015

La nueva izquierda jurásica


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Como si fuera una alucinación diabólica, producto de una sobredosis de crack, los peruanos hemos visto nacer un nuevo frente de izquierda, pretendiendo ser nada menos que una alternativa electoral para el 2016. Como en un delirium tremens vimos especies que todos creíamos extintas, aplastadas por la caída del muro de Berlín, desfallecidas por inanición ante la falta de soporte económico del comunismo mundial o, en última instancia, por suicidio elemental tras ver el fracaso estrepitoso de sus ideas en todo el mundo, donde solo dejaron montículos de cadáveres y miseria. Y para colmo, estos fracasados históricos empiezan hablando de "cambio". Uno ya no sabe si reír o llorar.

Esa izquierda fracasada tiene el cuajo de presentarse como alternativa electoral. Y, ojo: no nos referimos a una izquierda fracasada mundial dependiente del dogmatismo marxista-maoista como el Partido Comunista liderado por el fantasmagórico Rolando Breña, pieza de museo de la política peruana, sino de recientes fracasados locales como los comechados liderados por el mercader Salomón Lerner, expectorados del gobierno nadinista por incapaces, y los susanitos que juegan en el jardín infantil de Susana Villarán, tras el fracaso de su gestión municipal. Todos ellos junto a las cúpulas parasitarias de gremios sindicales como el SUTEP y la CGTP son parte de esta nueva combi electoral repleta de rojos, aunque según afirma su fundador, al fondo hay sitio.

Entre los convocados a la selección roja encontramos nada menos que viejas glorias del manicomio izquierdista setentero, comprometidos con la lucha armada y la guerra popular, expectorados del gobierno nacionalista, como Nicolás "coche bomba" Lynch, ex ministro de educación de Toledo y cercano colaborador del Movadef desde su embajada dorada en Buenos Aires, Mocha García Naranjo, quien tras mostrar su incapacidad al frente del ministerio de la mujer fue premiada con una embajada en Uruguay, del que no se desprendió pese al giro programático de Ollanta. No podía faltar el ubicuo Carlos Tapia, experto senderista, amigo de Abimael Guzmán y ex miembro de la CVR, desde donde justificó el terrorismo por la pobreza y condenó al Estado por represor. 

El nuevo frente está liderado, para variar, por Salomón Lerner, empresario empeñoso en organizar frentes de izquierda y andar oleteando los círculos del poder desde los días de Velasco. El frente depende electoralmente del partido de Yehude Simons por lo que es inevitable que forme parte de la plancha electoral, aunque diga que se someterán al voto público. Por ahora no tienen candidato a la vista, pese a que Salomón Lerner coqueteó con Mónica Sánchez y Marisol Espinoza. Es obvio que están buscando un monigote que los represente, con cierta imagen pública de baja resistencia, al estilo de Gastón Acurio. 

Lo gracioso es que este frente de fracasados y comechados del poder se presenta como una "nueva opción electoral" para el pueblo, según lo afirmado por la ex acaldesa Villarán. Tiene que ser una broma. Si es así, lo que hemos visto es el debut de Susana Villarán como comediante de la política. Le deseamos éxitos ya que como alcaldesa fue un desastre. No hay nada nuevo en ese frente de rojos. Es solo un sancochado de oportunistas que no quieren perder la ocasión de seguir con la mamadera. No tienen ninguna propuesta. Nada. Solo han querido distanciarse de los cavernícolas liderados por el cura Marco Arana y su banda de ecocomunistas antimineros disfrazados de ecologistas. Su idea es dejar a los antimineros como la izquierda extremista y aparentar ser la izquierda moderada. Esa es la verdadera diferencia entre el cáncer y el sida.

viernes, 10 de abril de 2015

El falso relato de izquierda


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Fuente: El Montonero

Una conocida columnista progresista escribió cómo les había explicado a sus alumnos de la universidad que Fujimori estaba preso por asesino y por ladrón. No sabemos de qué curso se trataba pero no importa. Cualquiera que sea, ese es el mensaje que utiliza la izquierda en su comunicación con la juventud. La izquierda sabe que el odio vende. Y vende muy bien. La vieja izquierda surgió precisamente atizando el odio a los EEUU, al capitalismo, al terrateniente, al empresario, a las transnacionales, etc. Y aún hay sectores que viven del odio a Chile, al Apra, al fujimorismo, etc. Pero no hay duda que, en estos tiempos, la estigmatización del fujimorismo es la misión, visión y objetivo del progresismo.

Es un fenómeno muy interesante que merece un estudio profundo desde la psicopatología social, que es realmente el campo que mejor estudia a la izquierda extrema. Ésta emplea una amplia gama de mecanismos que van desde instituciones y colectivos, hasta el teatro, pasando por artículos, disertaciones y, por supuesto, marchas callejeras, todo ello destinado a demoler a Fujimori. La mitología “progre” empieza con el informe final de la CVR, obra cumbre del antifujimorismo avanzado. No hay en todo ese documento una sola mención a Alberto Fujimori que no esté precedida por un fuerte epíteto como “dictador” o “corrupto” o ambos, a diferencia del trato muy formal y aséptico que le dispensa a Abimael Guzmán.

El relato anti de esa izquierda es hábil, descarado en su farsa, pero sobre todo persistente para elaborar el mito colectivo. Grandes y hasta ridículas mentiras se han convertido en “verdades”, como aquella de las 300 mil esterilizaciones forzadas “para reducir la pobreza”. Patéticos circos juveniles salen convencidos a protestar a las calles contra esos mitos estúpidos. ¿Pero por qué tanta inquina contra el fujimorismo? ¿Por qué el fujimorismo se ha convertido en la bestia negra de la izquierda nacional? ¿Qué hay detrás de su histeria antifujimorista?

La razón es muy simple. El principal obstáculo para que esa izquierda tome el poder y gire el timón hacia el socialismo es el fujimorismo y la Constitución del 92. Hasta el Apra, otrora enemiga mortal de la izquierda, ha perdido vigor porque el debate ideológico de antaño se diluyó con el muro de Berlín. Alan García hizo calladas concesiones al progresismo con los ministerios de Cultura y del Ambiente, que luego significaron grandes obstáculos para las inversiones durante este gobierno. Tampoco olvidemos que García puso a Yehude Simons en la PCM, para no hablar de sus devaneos con el senderismo y su mano blanda con el MRTA en su primer gobierno. Todos los demás partidos son proclives a pactar con esa izquierda, como ya lo ha demostrado el PPC en más de una ocasión.

Los principales obstáculos que impiden que el Perú retroceda hacia esquemas socialistas son el fujimorismo y la Constitución del 92. Esa es su barrera de contención más importante. Hay un grupo ansioso por traerse abajo esta Constitución que frena la intrusión del Estado en la economía y garantiza el libre mercado. Esta es la razón principal de la estigmatización del fujimorismo, además, claro, de haber sido Fujimori quien pacificó el país extirpando el cáncer del terrorismo de izquierda, mérito que el progresismo pretende ahora negarle contando otra historia. El relato de la historia es algo que no debemos permitir que la izquierda nos arrebate a los demócratas y libertarios.

miércoles, 8 de abril de 2015

Los golpes de izquierda



Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

La última semana tuvimos que soportar, una vez más, la prodigiosa memoria del rojerío que volvió a recordar el 5 de abril, con sendos artículos periodísticos y su infaltable marchita de pulpines. Nadie que merezca llamarse progresista dejó de dedicarle su columna semanal al golpe de Fujimori y soltar aguerridos tuitazos cargados de insultos al ex mandatario, enemigo público #1 de toda la izquierda. Hasta han aparecido más fujiconversos, gentita que en los 90 disfrutaron la paz y seguridad lograda por el régimen y callaron en todos los idiomas lo que ahora denuncian al cabo de 20 años, con pose de indignados, buscando ganar una imagen pública de "demócratas". Ya es una moda sumarse al corso progre del antifujimorismo salvaje.

Aclaremos la memoria: Fujimori cerró el Congreso temporalmente el 5 de abril de 1992, enseguida convocó a elecciones para un nuevo congreso constituyente que se realizó en noviembre. Para el año siguiente ya había un nuevo Congreso funcionando y todas las formalidades de un Estado de derecho habían vuelto al país. Hay que mencionar que el cierre temporal del Congreso es una medida que está contemplada en la Constitución, tanto en la actual como en la anterior, de manera que no es una cosa tremebunda ni "antidemocrática". El episodio no debería servir realmente para armar tanto circo de payasos demócratas indignados. Pero como siempre, no importan las razones sino el escándalo y la pose, siempre la pose.

En cambio hay otros golpes que vienen desde la izquierda, que se repiten constantemente, que amenazan el Estado de derecho, que hacen claudicar al Estado y amenazan la estabilidad jurídica del país poniendo en grave riesgo nuestro desarrollo económico, y frente a los cuales todos callan o hasta aplauden. Claro, lo que vale es nuevamente la pose en favor del medio ambiente y de los indígenas, que es eso: solo una pose. Nuevamente las razones no valen nada. Todo se mueve a base de consignas simplistas como "agua si, oro no". El ecologismo está de moda y además se trata de "poblaciones vulnerables". Ya tenemos ministerios para todas esas cosas lindas y políticamente correctas. Hasta el nuevo premier Cateriano ha declarado con cara de monja de clausura que luchará en ese cargo "para los más necesitados del país". Todo es pose en la política. 

Pero hablemos de golpes. Los llorones de izquierda y las calabacitas del periodismo que se cortan las venas por la democracia y el Estado de derecho interrumpido el 5 de abril de 1992, no tienen la misma indignación ante los constantes golpes de Estado que perpetran las bandas de agitadores antimineros coordinados por Tierra y Libertad, diversas ONGs y colectivos progres dedicados a la guerra contra el Estado y el "modelo neoliberal extractivista primario exportador". Las tomas de carreteras y paros regionales con enfrentamientos con la policía no son otra cosa que golpes al Estado de derecho, la imposición de caprichos ideológicos y partidistas de extrema izquierda por sobre las leyes y decretos del Estado peruano son abiertamente golpes de Estado. No se necesita derrocar al gobierno para tomar el poder. Basta tomar carreteras e imponer su doctrina.

La falta de carácter del presidente Ollanta Humala, un sacolargo que parece más preocupado en promover y defender a su mujer antes que resolver los graves problemas del país, es aprovechada por la escoria antiminera de izquierda que ha florecido como una cepa bacterial por todo el país, gracias a la labor de expertos militantes que se desplazan desde Cajamarca hasta Arequipa o Puno, o adonde quiera que sea necesario detener un gran proyecto de inversión minera. Ya tienen una expertise de 15 años y cancha abierta porque a nadie le ha preocupado enfrentarlos. No tenemos una ley que regule las protestas, por ejemplo. Todo intento es bloqueado por la CNDDHH que saca el sambetino de la "criminalización de las protestas", como si, efectivamente, las protestas no fueran criminales. ¿O acaso no es criminal tomar carreteras, incendiar locales, atacar sedes del Estado, atentar contra aeropuertos e instalaciones de gas o petroleo, agredir y asesinar policías? 

Mientras la izquierda sigue levantando el cuco de Fujimori, un anciano preso que probablemente muera en prisión, los rojos siguen haciendo su labor de hormiga para traerse abajo la economía del país, como lo ha denunciado valientemente el economista Miguel Santillana. La verdad es que muchos en este país necesitan dosis fuertes de desahuevina porque andan en las nubes, discutiendo cojudeces como "la vida y la familia", mientras el ecocomunismo avanza y tumba inversiones millonarias. En lo que va de este gobierno mediocre el país ha perdido más de US$ 40 mil millones de inversiones, ha frenado su crecimiento y el horizonte se pone negro. Mejor dicho, rojo.

domingo, 5 de abril de 2015

Otro 5 de abril


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Hoy es un día en que toda la cucufatería institucionalista saldrá a llorar por la democracia quebrantada hace 23 años, cuando Alberto Fujimori decidió cerrar el Congreso. En el colmo de la desfachatez son los sectores de izquierda los que más se lamentan y hacen drama, como si alguna vez les hubiera importado la democracia y el Estado de derecho. Porque hay que ser claros en los conceptos: la democracia es una forma de vida institucionalizada de la sociedad y del Estado, no es solo la pantomima de entidades disfuncionales. No confundamos instituciones con entidades ni democracia con Congreso. Es perfectamente posible que toda la parafernalia de entidades constitucionales esté funcionando a plenitud y aun así vivir en un régimen antidemocrático y dictatorial, como ocurre hoy en Venezuela.

Estos sectores que se rasgan las vestiduras por el autogolpe del 5 de abril de 1992, llorando por la "democracia y el Estado de derecho" tienen los conceptos enredados y la mente en meros idealismos baratos. Paradójicamente son en su mayoría sectores de izquierda, acostumbrados a combatir el Estado de derecho con sus tomas de carreteras y paros regionales, donde exigen que el Estado claudique de sus leyes y resoluciones, y donde las autoridades legítimas son desplazadas por una chusma de revoltosos agitadores irresponsables e ignorantes, que ponen en grave riesgo el futuro del país. Es mucho menos grave cerrar el Congreso temporalmente (algo que hasta está previsto en la Constitución) que andar petardeando al Estado de derecho con la permanente agitación antiminera y llevando al Estado ante cortes internacionales para defender terroristas. Por todo ello resulta inaudito, ridículo y gracioso ver que la izquierda salga a defender la "democracia y el Estado de derecho". No son nadie para hablar de democracia.

Muchos jóvenes han sido engañados por estos falsos profetas de la democracia que tienen su propia versión de la historia. Antes del 5 de abril de 1992 los peruanos estábamos al borde de la extinción, nadie tenía libertad, vivíamos con miedo de morir en cualquier calle, en una ciudad bloqueada por tranqueras que impedían el paso de los autos, donde los coches bomba se oían a kilómetros, los apagones y torres de alta tensión derribadas eran noticia cotidiana, cuando los negocios tenían que tener sus propios generadores de electricidad en la vereda, en un país donde las carreteras habían desaparecido y viajar era una aventura de alto riesgo no solo por la falta de vías seguras sino por la presencia del terrorismo, donde la gente prefería largarse del país, donde ya todos habíamos llorado a parientes y amigos asesinados por los terroristas de izquierda que actuaban impunemente porque el Poder Judicial era incapaz de juzgarlos, donde el Congreso era un circo de payasos sin gracia dedicados al juego eterno de petardear al gobierno y obstaculizar sus medidas. Esa era, señores, la famosa "institucionalidad democrática" que vivíamos en el Perú y por la cual ahora lloran los farsantes. Llorar por el apocalipsis que padecíamos en medio de una inservible democracia de juguete, es francamente la cosa más estúpida que puede hacer un peruano. Es pura ignorancia y cinismo.

En lo personal me llega altamente un Congreso que no le servía de nada al Perú, y solo estaba de adorno para dar la apariencia de "institucionalidad democrática" mientras el país se desangraba y destruía. Yo no aplaudí el autogolpe de Fujimori pero cuando vi los resultados un año después, no me quedó más que admitir que realmente fue una gran medida. El Perú se restableció como nación y emprendimos el camino del desarrollo que hasta hoy caminamos. Fue una medida extrema pero la situación que se vivía entonces también lo era. La realidad peruana ya estaba por sí misma fuera del marco constitucional, había superado ampliamente todos los supuestos en que se basaron los constitucionalistas de 1979. Enfrentábamos un escenario distinto que jamás habíamos sufrido, la Constitución era un instrumento desfasado que no permitía actuar con la celeridad que la situación lo exigía, y, para colmo, los políticos en el Congreso jugaban, como siempre, su mismo jueguito de poder, ajenos totalmente a la gravedad del problema. Deberíamos dar gracias de que Alberto Fujimori haya tenido el coraje de actuar como lo hizo y resolver los problemas que nos agobiaban por más de una década.

No se puede ser tan ignorante, mezquino, hipócrita y ciego para juzgar el autogolpe de Fujimori sin considerar la gravísima situación que enfrentaba el país. Una cosa llevó a la otra. Tampoco es muy honesto llorar por una democracia que no existía en los hechos porque teníamos libertades recortadas por el terror diario y donde gran parte del país era zona de emergencia. Además tras un año ya había un nuevo Congreso instalado, con todas las fuerzas políticas representadas, incluyendo a los llorones de izquierda. Las elecciones se convocaron en los tiempos previstos y la nación entera recuperó su vida normal y sus libertades que por más de una década había dejado de lado, el país fue reconstruido y colocado en la senda del desarrollo. ¿Hay motivos para llorar por un Congreso cerrado? Francamente me parece una cojudez y un exceso de lirismo. Tenemos motivos para celebrar. Hoy es una fecha en que el Perú se salvó. 

sábado, 4 de abril de 2015

Contragolpe del 5 de Abril


Escrito por: Elvis Occ

1992 fue un año clave para el futuro político y económico del país. Con un Congreso controlado por la izquierda y el Apra, rechazando todas y cada una de las iniciativas del ejecutivo, era imposible gobernar. Si a eso le agregamos el hecho que el Tribunal de Garantias Constitucionales tenia seis miembros apristas y que el Poder Judicial amedrentado por las ONGes marxistas y sus defendidos soltaba terroristas por "falta de pruebas", el panorama se hacia caótico. Anotemos que meses antes el Apra y la izquierda intentaron fallidamente vacar al presidente constitucional Alberto Fujimori por "incapacidad moral", y tenían planeado intentarlo nuevamente pues según la Constitucion de 1979, solo requerían de mayoría simple.

Así las cosas solo podemos decir que el Ing Alberto Fujimori se les adelantó con un Contragolpe el 5 de Abril, apoyado por la FFAA que combatían a Sendero Luminoso y al MRTA. Los detonantes fueron varios pero entre los más resaltantes podemos citar el dictamen de la Corte Suprema que no hallaba pruebas suficientes para juzgar a Abimael Guzman y la sospechosa liberación de más de cien terroristas convictos y confesos. Por otro lado Carlos Boloña se enfrentaba a una enésima moción de censura en el Congreso y el Tribunal Constitucional (aprista) había paralizado dos vitales medidas económicas de emergencia. Mientras algunos partidos políticos trataban de llevar agua a su molino otros defendían a capa y espada a los terroristas. Ese más o menos era el panorama que precedió al Contragolpe. 

Lógicamente que ahora la izquierda y sus caviares aprovechándose de la frágil memoria de unos y la juventud de otros, manipula, tergirversa y descaradamente falsea los hechos para soslayar una circunstancia histórica que significo un parteaguas en la recuperación del país. Y es que muchos de los hoy opinólogos y "notables" comparten con Mario Vargas Llosa la afrenta de haber sido ninguneados y hasta expectorados por el gobierno de ese entonces. El odio y la venganza los mantiene activos, mismo odio y venganza que condenó al Ing Alberto Fujimori a prisión, haciéndolo responsable penal de hechos que en cualquier tribunal del mundo, solo hubiera sido cuando mucho, de responsabilidad civil.

No nos dejemos sorprender pues, con artículos preñados de embustes, escritos por la izquierda que defendía y defiende a terroristas por jugosas indemnizaciones. Mismos que parapetados en ONGes marxistas tienen a muchos de nuestros bravos combatientes enjuiciados de por vida por negarse a mentir en contra de sus superiores. El Contragolpe del 5 de Abril fue aceptado como necesario por la ONU y la OEA que veían en Perú un inminente estado fallido y por el pueblo peruano que legitimó en sendos plebiscitos, con su voto, tal medida. Esos detalles no son mencionados por los que reniegan del Contragolpe y que hoy disfrutan de un país con una economía saneada, sin terrorismo y total libertad para expresar sus ideas. Hipocritas!

viernes, 3 de abril de 2015

La estatura moral de Ollanta y su garante


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Fuente: El Montonero

Según el sociólogo Carlos Delgado Olivera, el desprestigio de los otros es una de las más nefastas formas de arribismo que se practica en el Perú. Consiste en quedar bien a costa de enlodar a los demás. Todos son malos, ergo, yo soy el salvador. Así es como han emergido ciertos políticos izquierdistas en la región. No es pues nada extraño que Ollanta Humala lo practique desde sus inicios en la política y que durante su gestión en el gobierno haya usado el ventilador y el lodo como forma de comunicación.

Esta lógica primaria pertenece típicamente a sectores de izquierda. Ollanta Humala surgió precisamente como líder de esa izquierda condenando todo, dentro y fuera del país. Todo estaba mal, desde la Constitución hasta el TLC con EEUU. La refundación de la patria está siempre en esa mentes desquiciadas. Abimael Guzmán, como Pol Pot y Mao Tse Tung, también predicaron destruirlo todo para empezar desde cero la construcción de una nueva sociedad. Es el sueño de opio de esa gente. De allí la vena totalitaria y absolutista que los conduce al desprecio de los demás.

Todo esto lo vemos expresado en las reacciones tras la censura de Ana Jara. Ollanta Humala y su garante Mario Vargas Llosa se apresuraron a descalificar a la oposición dando el mensaje de que los malos están en el Congreso y los buenos en el gobierno. Humala llegó a decir que el Congreso no tiene autoridad moral para censurar a su ministra. Y Vargas Llosa dijo que sintió vergüenza al escuchar los argumentos de la oposición y cubrió a Ana Jara con su santo manto. ¿Esa es la verdad? Hablemos un poco de la moral de Ollanta y su garante.

Ollanta Humala es un militar golpista surgido de una turbia asonada montesinista contra Alberto Fujimori. Luego encabezó otra asonada golpista contra Alejandro Toledo justo al día siguiente de terminar su cargo dorado de agregado militar en Seúl. Como resultado de ésta hubo muertos de los que Ollanta fue librado mañosamente. Luego se dio la gran vida y montó su campaña política con dinero de muy dudosa procedencia. Llevó al Congreso la peor escoria humana jamás vista antes en la plaza Bolívar, la que votó siempre en contra de todos los gabinetes. Luego Ollanta presentó un recurso para vacar al presidente García culpándolo directamente de los muertos en las protestas sociales. Entonces dijo que si fuera presidente y hubiera un solo muerto en un conflicto social no dudaría en renunciar. Sus palabras están grabadas. ¿Puede este personaje de cómic hablar de estatura moral y llenarse la boca con la palabra democracia?

Mario Vargas Llosa tampoco es ningún santo. Sus devaneos políticos son sorprendentes. Es todo un profeta liberal en el exterior pero acá apoya a un chavista. El 2011 no dudó en garantizar al candidato de la izquierda delirante solo para impedir que Keiko Fujimori llegara a la presidencia. Lo dijo claramente. Es decir, un sujeto capaz de cualquier mezquindad por un acto de vendetta política no puede darnos lecciones de moral. Carece de principios democráticos. Hoy resulta ridículo verlo sorprenderse e indignarse de que Ollanta Humala apañe a la dictadura de Maduro.¿Puede haber mayor descaro político?

Incluso la hipocresía y el descaro tienen un límite. Ni Ollanta Humala ni Mario Vargas Llosa están para darnos ninguna lección de moral ni altura política ni democracia. Son tal para cual, simples socios en un negocio turbio.

jueves, 2 de abril de 2015

Huilcaismo avanzado


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

La humillante y vergonzosa derrota electoral sufrida por Susana Villarán en las últimas elecciones ha sumido a la progresía en la depresión, el rencor y la manía. Los efectos post traumáticos de la pública lapidación de la ex alcaldesa han hecho que la izquierda solo viva para cobrarse la venganza de la manera más histérica jamás vista, comparable sólo con el antifujimorismo rabioso del marqués. Los progres no le dan tregua a Castañeda. Vigilan todos sus movimientos y critican cada cosa que hace y no hace. Todo es malo. Hacen cargamontón a diario. Ahora la caviarada ve todo amarillo, pero de bilis.

Entre todos los berrinches histéricos que diariamente protagoniza la progrería contra Castañeda, nada supera el ridículo que han montado alrededor de la estatua de Pedro Huilca. El asunto pinta de cuerpo entero la estatura mental de estos sectores de izquierda. Según se ha explicado, la dichosa estatua fue movida por la MML, previa comunicación al gremio de Construcción Civil al que pertenecía Huilca, para efectos de remodelación de la plaza. Pero el progresismo puso el grito en el cielo, como si hubiesen sacado la estatua de San Martín con caballo y todo.

Nunca había disfrutado tanto de la estupidez progre como cuando escuché a Rosa María Palacios, líder del colectivo anti Castañedista, Sigrid Bazán, aprendiz de Camila Vallejo, y otro paladín radial de la misma categoría psiquiátrica en Exitosa Radio, entrevistando en sus respectivos programas a las hijas de Pedro Huilca y preguntándoles si la Municipalidad de Lima les había consultado para mover la estatua de su padre (sic). Por supuesto se despacharon en el raje de Castañeda pintando el asunto como otra de sus muestras de irrespeto a la ciudad. Hasta llegaron al extremo absurdo de pedir que el Ministerio de Cultura se pronuncie. ja ja ja No puedo evitar reírme.

Para empezar habría que preguntar ¿por qué Pedro Huilca tiene una estatua en la ciudad? ¿Qué hizo para merecerlo? ¿Quién dispuso colocar esa estatua? ¿A quién consultó? Francamente no veo ningún motivo para que Pedro Huilca tenga una estatua. Hay muchos peruanos insignes que merecen más que él un busto en un parque central de la ciudad. Haber sido asesinado por Sendero Luminoso no es suficiente para tener una estatua. Aunque ahora han cambiado la versión. Las ONGs han tratado por todos los medios de hacer aparecer este homicidio como obra del Grupo Colina, a pesar de que ni la CVR pudo determinar esa responsabilidad. Pero como los crímenes atribuidos al Estado pagan, y pagan muy bien, las ONGs están desesperadas. Y han manipulado y convencido a las hijas de Pedro Huilca para que se presten a la farsa y reclamen ante la CIDH.

La historia es bastante simple y conocida para todos los que fuimos testigos de esas épocas. A Pedro Huilca lo mató Sendero Luminoso como mató a Marielena Moyano y otros muchos líderes gremiales que les plantaron cara. Pedro Huilca debe haber sido el hombre más decente, sensato y cuerdo de todos los que han pasado por la CGTP hasta el día de hoy. A diferencia de otros líderes de izquierda no coqueteaba con SL. La noche en que lo asesinaron la policía capturó a los autores y eran senderistas que confesaron su crimen. Caso resuelto. Pero cuando al cobarde general Robles denunció la existencia del grupo Colina culpándolo de varios crímenes, los senderistas, ni tontos ni perezosos, cambiaron su versión. La CVR solo llegó a decir que no podía establecer la responsabilidad. El resto es historia conocida. La jauría hambrienta de ONGs de DDHH encabezada por la CNDH, apoyó la culpa del grupo Colina, así como culpan a los sinchis por las muertes de los periodistas en Uchuraccay. Es el vil negocio de las reparaciones.

De hecho en las entrevistas progresistas a las hijas de Huilca volvieron al tema del supuesto "crimen del Grupo Colina" y el juicio ante la CIDH. Entonces me entero de que la corte ha sugerido (algo así) que la universidad peruana instituya una cátedra "Pedro Huilca" sobre derecho sindical. Parece que la UNMSM pondrá en su currícula dicha cátedra y la progresía en pleno podrá acceder a esos estudios de huilcaismo avanzado. Francamente no sé para qué leí "Cien años de soledad". En mi juventud creí que era lo máximo de la imaginación. Nunca pensé que en el nuevo milenio la realidad peruana con el progresismo en marcha dejaría en ridículo a Macondo y los Buendía.

miércoles, 1 de abril de 2015

MVLL es un HDP


Escrito por: Elvis Occ

Durante el gobierno de Alberto Fujimori, el escritor Mario Vargas Llosa no escatimó esfuerzos para ir por el mundo pidiendo que nadie le prestara un solo centavo al casi arruinado Perú. En una entrevista hecha a Hernando de Soto (prestigioso economista peruano) este dijo que tal sabotaje solo podría provenir de un hijo de puta. En un articulo que escribiera el controvertido escritor y conductor televisivo Jaime Bayli el 2011, este describe a Mario Vargas LLosa como un cabrón de mala entraña. Que difícil es desmentir todas esas contundentes aseveraciones contra el Nobel, después de la carta que le enviara a la censurada premier Ana Jara, donde asevera que dicha acción parlamentaria es un homenaje por venir de un Congreso sin moral.

Hernando de Soto es un economista de talla mundial que asesora a gobiernos a través de su fundación, no vive bajo la sombra, padrinazgo o mecenazgo de MVLL. Dicho economista puede darse el lujo de expresar sin cortapisas ni subterfugios sus opiniones acerca del escritor, sin temor a represalia alguna. No digamos nada de Jaime Bayli. Su madre, heredera de una importante fortuna le cedió buena parte de ella y es así que las finanzas no están entre sus preocupaciones, además de las exitosas publicaciones de sus novelas. Estos personajes -por nombrar dos- no están supeditados a la ira santa de MVLL, como si lo están ciertos sectores de la prensa y política peruana, agradecidos, genuflexos y felices cojudos seguidores del marqués.

En verdad no sé cuál es la agenda de Mario Vargas Llosa. A veces creo que sus intervenciones políticas son viscerales y en otras atropelladas manifestaciones parasimpaticas sin norte alguno. No creo que anide la maldad en su corazón pero si el odio a ciertos grupos y sus rostros. Estoy seguro eso si que cual mono con metralleta, cada vez que se arma de ese talento para opinar sobre política peruana, dispara ráfagas que matan a más de un admirador. Hernando de Soto y Jaime Bayli aun inermes a su venenosa pluma siguen creyendo que MVLL es un hijo de puta de mala entraña. El resto del país cree que nunca fue un garante si no más bien un alcahuete. Juzguen ustedes.