viernes, 31 de julio de 2015

La última tentación de Ollanta


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Y finalmente Ollanta Humala acudió al evento evangélico de fiestas patrias luego de negarse por 4 años. ¿Qué lo hizo cambiar de opinión? Al parecer son efectos de su baja popularidad. No hay mejor forma de explicar su cambio de actitud, lo cual, al mismo tiempo convalida el perfil de Ollanta como un político zigzagueante y carente de definiciones. Sin ninguna duda, el único lema que respeta Ollanta Humala es el de Groucho Marx: estos son mis principios; si no les gusta, también tengo estos otros. 

Era demasiado iluso suponer que detrás de la negativa de Ollanta para acudir al manicomio evangélico había una razón de principios. Nada más lejos de la realidad humalista. La única gran transformación que ha mostrado hasta ahora es la de su propia personalidad política. Claro que no es novedad que los políticos se abracen con su adversario, pacten con su enemigo y hasta besen la mano de su asesino. Se han visto casos. Bastaría recordar al aliado de Ollanta. El primero en correr a abrazar al líder nacionalista fue Alejandro Toledo, tras haber advertido al país que votar por Ollanta era dar un salto al vacío. Así que ¿cómo culpar a Ollanta por sus vaivenes ideológicos?

Pero tampoco se le puede quitar el mérito de haber impuesto semejante acto de huachafería política -como lo es la visita de un presidente a un acto religioso evangélico- a Alan García, un personaje prácticamente inimputable en materia de gestos políticos. Cómo olvidar que Alan García nos llevó a la hiperinflación de su primer gobierno por negarse a pagar la deuda externa en heroico gesto antimperialista. Tampoco olvidemos que le lanzaba flores a los senderistas mientras su premier Armando Villanueva acudía al cementerio de Huamanga a rendir homenaje a la terrorista Edith Lagos. Así que en gestos políticos Alan García es el campeón. Por eso no nos extraña que en su último gobierno, Alan García haya decidido acudir adonde los evangélicos exaltan a Dios blanqueando los ojos, mientras extienden las manos hacia el cielo. 

El problema es que mientras nuestros políticos chicha pulen su perfil paseándose por cualquier lugar donde haya gente que los aplauda, sin distinguir si se trata de un mercado o una iglesia, el Estado peruano acaba perdiendo todo rastro de institucionalidad. Ya no podemos debatir seriamente acerca del Estado laico, cuando nuestros presidentes chicheros salen a cargar las andas del Señor de los Milagros del mismo modo como van a corear alabanzas a Jehová. Ya solo falta que se arrodillen y coloquen la frente en el suelo gritando "Alá". Es cosa de esperar a que los musulmanes aumenten. Solo depende de eso, porque nuestros presidentes están a la disposición.

Había dicho que resulta comprensible que se incluya a la Iglesia Católica en los festejos patrios por su rol en la formación de la República, pero siguiendo un protocolo y no para que el cardenal convierta la misa del Te Deum en un comité político haciendo del sermón una proclama ideológica. Ante todo el escenario político-religioso observado recientemente, lo evidente es que la personalidad de los representantes de la Iglesia y el Estado hacen imposible que en nuestro país prime la cordura y la institucionalidad. Lo único que cuenta en última instancia es el personaje con su afán de lucimiento y figuración personal. La institucionalidad se va al tacho. Como patético resultado, todo lo que nos queda hoy es un Estado pacharaco invocando al dios de Jacob, jurando ante Cristo y alabando a Jehová.

jueves, 30 de julio de 2015

EL Te Deum en un Estado laico


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Fuente: El Montonero

Una tradición es algo que se hace durante años sin saber por qué, hasta que un día acaba siendo un acto fuera de lugar y la gente empieza a cuestionarla. Esto ocurre con la misa y Te Deum de fiestas patrias, cuyo origen se remonta a San Martín, quien pidió una misa para celebrar la independencia. Tal vez entonces dicho acto tuvo mucho sentido, pero hoy aparece como un rezago inapropiado para una época en que se habla de, y se pide, un Estado laico.

El Estado no es muy laico. Según la Constitución, aun debe prestar colaboración a la iglesia Católica en un régimen de “independencia y autonomía”. Es bastante difícil acabar con una larga serie de tradiciones religiosas que son parte del vivir cotidiano de las personas, aunque muchos hagan estos actos ya sin mayor sentido religioso, como la juramentación de los funcionarios públicos, o la colocación de la Biblia y crucifijo en la mesa de los jueces, y otros que ya deberían eliminarse en el Estado, en especial toda esa parafernalia religiosa de las instituciones armadas y policiales. Es imposible tener un Estado laico mientras se permanece conviviendo con tantas manifestaciones arcaicas de religiosidad dentro de sus estamentos.

Personalmente creo que un Estado laico puede convivir con ciertas tradiciones religiosas siempre que no lo comprometan. Por ejemplo, la tradicional misa y Te Deum de Fiestas Patrias podría seguir siendo parte de las celebraciones y ceremonias patrióticas si no se vuelve un acto político, dando la impresión de que el Estado se arrodilla para solicitar la bendición de la Iglesia y recibir las indicaciones del arzobispo, como si estuviéramos en el siglo XIX. Las críticas a esta ceremonia van en aumento, y hace mucho está en el centro de la controversia por lo que se dice en ella. Al parecer la Iglesia Católica no entiende eso del Estado laico, ni le interesa.

Es por eso que monseñor Cipriani se toma la libertad de disertar lineamientos políticos en plena misa del Te Deum, olvidando que los representantes del Estado se hallan allí de visita meramente protocolar, cumpliendo con una ceremonia patriótica. No han ido a la catedral a ser aleccionados por el cardenal. Es cierto que el cardenal tiene libertad de opinión y puede decir lo que quiera, pero también es anfitrión y representante de otro Estado que es la Iglesia Católica, por lo que debe conservar las formas. Hay momentos más adecuados para su libre opinión. Para eso tiene un programa de radio semanal en la emisora más escuchada del país. La misa del Te Deum de Fiestas Patrias es para rendir homenaje a la patria y no para dar proclamas políticas. Se trata solo de una mera formalidad protocolar que debe ser cumplida de la manera más expeditiva, simple y respetuosa posible, sin mayores aspavientos ni afán de figuración en la escena política.

Al margen de esto, me parece correcto que el presidente Ollanta Humala no siga esa costumbre de Alan García y otros políticos de acudir a las iglesias evangélicas. Esto sí es algo que colisiona frontalmente con el sentido de un Estado laico. Es comprensible que la Iglesia Católica forme parte de las celebraciones patrióticas porque ella contribuyó –y en gran medida- a configurar esta patria. No olvidemos que el primer presidente del Congreso fue el arzobispo de Lima Francisco Xavier de Luna Pizarro. Pero que, al margen de la historia y las tradiciones, el presidente de la República y otros representantes del Estado se presten a ceremonias religiosas de otros credos resulta absolutamente aberrante. Es de mal gusto y no tiene ningún sentido en una época como la nuestra.

miércoles, 29 de julio de 2015

Mensaje a Narnia



Escrito por: Elvis Occ

El ultimo mensaje a la nación fue la confirmación de lo que ya muchos sospechaban (los que no votamos por el teníamos la seguridad) sobre la mediocridad y medianía de nuestro presidente. La letanía que leyó, atropelladamente por ratos, fue a lo mucho una enumeración de chambonadas y cachuelos incompletos. Para colmo de males ni tan siquiera menciono -y si lo hizo fue fugazmente- los temas que muchos esperaban tocaría por ser esta su última alocución: seguridad ciudadana y reactivación económica. Poco o nada de hubo de eso.

Sin embargo nos enrostro sus numerosos programas sociales, como si regalar plata ajena -impuestos de todos- fuera tan difícil. A mitad de discurso dijo con orgullo velasquista que la remodelación de esa cafetera llamada Refineria de Talara era un logro de su gobierno. Lo que no dice es que con lo que se invierta en esa pieza de museo se pudo haber construido cuatro nuevas refinerías. Pero la cereza del pastel fue la buena nueva del lote 88, recuperado y destinado para proveer de gas al país. ¿No sabe acaso que ese gas está destinado a la generación de energía eléctrica?

Se panudeo con la captura de Orellana, pero evitó mencionar la de Martin Belaunde Lossio. Que el VRAEM ya no estaba bajo el control de los narcoterroristas y la economía peruana estaba creciendo más que México y Brasil, dijo con seguridad de alguien que vive en Narnia. ¡Paciencia Perú! Solo quedan doce meses más de asaltos, robos, sicariato, extorsiones, corruptelas, blindajes y complicidades. Si llegamos inermes a las elecciones presidenciales y votamos de un modo distinto, quizás el próximo mensaje a la nación sea la confirmación de cosas mejores, desde un Congreso mucho mejor. 
www.elvisocc.org 

lunes, 27 de julio de 2015

El nacionalismo en salmuera


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Hace un año, la señora presidenta de facto, Nadine Heredia, tuvo la desfachatez de imponer en el Congreso de la República a una de sus más leales mandaderas, la congresista Ana María Solórzano, opaca y servil jovencita cuyo único mérito era pertenecer al nadinismo, corriente que ha terminado siendo hoy la única ideología del nacionalismo. Nadine Heredia había colocado antes en la PCM a su leal telonera de espectáculos Ana Jara. Es decir, Nadine Heredia era, en los hechos, el primer poder del Estado, y su voluntad se cumplía tanto en el gobierno como en el Congreso, gracias a sus leales felpudinis y a los ministros que trabajan guiados por su luz verde. Se había instalado un perfecto golpe de Estado.

Esto es algo inédito en la historia del Perú, y desde luego, representa una vergüenza. Ahora hay que sumarle los escándalos de corrupción que envuelven a la parejita presidencial que además enfrenta sus niveles más bajos de aceptación. Ni siquiera la diaria prédica del presidente y la primera dama en sus constantes viajes por el país, haciendo campaña política abierta, los ayuda. El show digno de telenovela que la señora Nadine Heredia montó en el Congreso para posar como víctima, con rostro y voz de humillada y ofendida, solo es comparable con el que protagonizó Alejandro Toledo tras las acusaciones de la fiscalía. La política se convirtió en tragedia hindú, pero ni eso la ayudó.

Tras la imposición de Nadine Heredia el nacionalismo entró en franca descomposición. La debacle es obra exclusiva de Nadine, paradójicamente presidenta del partido. Hoy están disminuidos y arrinconados. En tales condiciones, ni siquiera vale la pena que se peleen por la candidatura presidencial. Están destinados a desaparecer del mapa. Habrá que ver si Ollanta Humala logra ensamblar su liderazgo, o quizá lo haga Nadine. Algo difícil luego de la decepción general que han causado. Ya nadie estará dispuesto a apostar por ellos en una alianza, ni la izquierda ni la derecha, porque se han peleado con todos, incluyendo a sus ex amigos. Todavía está por verse cómo quedará la parejita luego de las investigaciones a las que será sometida su gestión. 

La moraleja de esta historia es que no debemos apostar por trepadores y charlatanes sin trayectoria. Y menos si vienen como representantes de una izquierda delirante y apadrinados por una logia de derecha que solo tiene el odio como bandera. Estaba claro que Ollanta no era nadie y que Gana Perú solo era una combi de fracasados de izquierda, bien financiados por intereses foráneos. La campaña de guerra sucia que ahora pretenden resucitar debe ser proscrita de la política. Si hay que hacer algo por mejorar el nivel de la política es denunciar a toda esa gentuza que vive del odio, la venganza y la calumnia. Ya vimos que son capaces de vender a su patria por impedir el triunfo de quien viven odiando con su enferma mentalidad.

domingo, 26 de julio de 2015

Perro que ladra no es ronsoco



Escrito por: El Hdp
  • El ronsoco de dos patas, Julio Arbizu, andaba como un pichino porque en las redes sociales circulaba una foto de el en deplorable estado etilico. Sus "amigos" tomaron la foto del Procuratroll y la postearon en Twitter. A los pocos minutos se volvio un viral. Ver a uno de los miembros de la agrupacion izquierdosa "Merecemos Mas" con una huasca de la p...mare, no era para menos. A las pocas horas y con espuma en el hocico, cual ronsoco con rabia lanzo furibundas amenazas en twitter y facebook entero. Alguien le alcanzo un snicker y se calmo. Fucking drunk!
  • Esto del interrogatorio a Nadine por la ComisionMBL fue un cague de risa. Le preguntaron por un tal Arosamena y la disforzada salio del Congreso razgandose el vestido y clamando haber sido ofendida. Que no joda la apretadita. A Clinton (Presidente de EEUU) le preguntaron si Lewinsky le habia practicado sexo oral y nadie se ofendio. Ya se! Ella es mujer, madre, hermana, hija, tia y encima chola y chata. Entonces es discriminacion, feminicidio...si, esa vaina. Como era de esperarse su acinturada escudera Rosa Maria Palacios salio rauda a defenderla. Bitch!
  • Celebro el triunfo de Gladys Tejeda como el de Natalia Cuglievan, ambas peruanas. Sin embargo no faltan los resentidos sociales que joden porque la revista pituca HOLA no pone la foto de la huancaina Gladys en la portada. Es su revista pues webetas y pueden poner rubios o cucarachas albinas si les place. La revista de MAGALY tampoco lo hizo, so what? Apuesto un testiculo mio que esos acomplejados son rojos o medio izquierdosos y no lo saben. Solo en una mente mediocre y amargada cabe tal reclamo. Get a life!
  • Hasta yo que no soy fujimorista me doy cuenta del cargamonton contra Keiko. Quieren reabrir el caso de las dizque esterilizaciones forzadas, lo gastado en los estudios de Keiko, que su marido de que vive, que la teta del sapo y la concha del gato. Si alguien tiene la seguridad que Keiko puede ganar el 2016 son los nacionalistas. Comenzo la guerra sucia! Caca con ventilador! Lo peor de todo es que un sector de la prensa (LaRepublica a la cabeza) se presta para las calumnias. Esas conversaciones de Mohme con Montesinos en la salita, sirvieron de algo no? Watch out guys!

viernes, 24 de julio de 2015

Claro que merecemos más


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

No hay nada más gracioso que ver a la izquierda peruana posando como adalides de la moral y la decencia. Resulta digno de una comedia de TV. Apuesto a que superaría a Friends. Pero vale el intento porque nos alegran el panorama político. Además han aparecido justo en la época de circos. Será jocoso oírlos con la misma cháchara tradicional de sus condenas al pasado y a los políticos tradicionales, a la corrupción, etc, etc, para luego proponerse como la gran solución de todos los problemas del Perú con la frase "merecemos más". O sea, ellos son lo que nos merecemos. ja ja ja

Claro que cuando uno los ve a todos juntos, tenemos que estar de acuerdo en que merecemos más. ¡Por supuesto! Mucho más que esa manchita de amigos zurdos que aparecieron a la luz trepados en la combi nacionalista de Ollanta Humala o de Fuerza Social con Villarán, ambas opciones fracasadas y desastrozas para la ciudad y el país, en todo los sentidos, incluyendo el de la moral. Para empezar, quienes lideran el grupo son dos tránsfugas del nacionalismo: Sergio Tejada (de quien ni siquiera se puede decir nada) y Julio Arbizu, ex asesor de las narcococaleras que llegaron al Congreso el 2006 y quien luego saltó a la fama como procurador, apelando a la pose de "luchador antifujimorista", exitoso disfraz de todo superhéroe progre. De hecho, todos son luchadores antifujimoristas y antiapristas. Es lo que abunda en la izquierda y es lo único que tienen como propuesta política.

Vamos a pasar por alto cualquier aspecto serio porque estos personajes andan más perdidos que piojo en calva en asuntos serios, como la economía, por ejemplo. Ya El Comercio se encargó de enmendarle la plana a Sergio Tejada luego de afirmar un par de barbaridades sin sustento. O sea, ni siquiera se informa antes de abrir la boca. Y es que creen que están frente a un auditorio de pulpines del progresismo. La mayoría de estos chicos apenas han dejado de lactar y ya quieren enseñar. Obviamente se les han subido los humos, les falta algo de humildad y ubicaína. Que empiecen primero a trabajar y regresen en unos 20 años, pero a trabajar de verdad y no perdiendo el tiempo en una ONG.

Para colmo, estos jóvenes exploradores ni siquiera pueden posar en la estampa de la moral. Algunos han salido del experimento progre-caviar del municipio limeño regentado por Villarán, de quien sus ayayeras mediáticas solo podían mostrar cuantiosos contratos firmados con los brasileros como si fueran grandiosas obras ya en uso, mientras la ciudad padecía en la parálisis y el abandono. Todavía está por investigarse qué hubo detrás de esos contratos y quién le pagó a Favre en ambas campañas, tanto la de Ollanta como la de Villarán. Lástima que nadie se digne en investigar el festín que hicieron en el municipio bajo la figura de las asesorías y el faenón de estudios. En todo caso, estos chicos son el fruto de ese fracaso, pero lo peor es que no han aprendido nada.

Por parte de los ex nacionalistas Arbizu y Tejada, ni siquiera deberían abrir la boca. Para empezar son nada. Carecen del más mínimo perfil. Apenas son meros opinólogos del montón que nadie se explica por qué los invitan a opinar. Arbizu al menos como abogado es un charlatán jurídico, y como buen progre ha puesto su carpa para su propio circo ONG.  Y es que progre que se respeta tiene que estar en una ONG.

De los demás, hay poco que decir. Ya sabemos lo buenos que son los rojimios para armar colectivos, montar shows y aparecer en los medios, posando siempre como los adalides de la moral y la justicia. La nena de la PUCP que apareció como dirigenta caviar, hoy rompe fuegos a diario en una radio local en contra del fujimorismo y el Apra. Es una cacatúa repitiendo el guión caviar frente a los micros y a cada rato mete la pata porque ni siquiera conoce bien la historia, solo se deja llevar por sus odios y prejuicios de adolescente.

Es lo que hay en la nueva izquierda. Por eso les damos la razón: claro que merecemos más. Estamos hartos de poseros de la moral y expertos de ONGs.

jueves, 23 de julio de 2015

La psicopatología de izquierda



Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Fuente: El Montonero



Tras su derrota en la Primera Guerra Mundial, el pueblo alemán fue seducido por una ideología que clamaba venganza y odio, identificando a los judíos como los responsables de todas las desgracias y objetivo central de su venganza. No se puede ocultar que los nazis tuvieron acogida popular, pero su prédica los llevó a la peor catástrofe que haya vivido no solo el pueblo alemán sino la humanidad en pleno. Sin embargo, estos fenómenos se repiten a lo largo del mundo porque el odio y la venganza son parte íntima de la naturaleza humana, en su aspecto más básico, primitivo y nefasto.

Lo que hoy vemos en la izquierda peruana es algo parecido al desenfreno nazi sustentado en el odio y la venganza contra el fujimorismo. Han pasado 15 años del fin del fujimorismo y casi 20 de la derrota del terrorismo de izquierda, pero las campañas de la izquierda siguen girando bajo la misma tónica del odio y la venganza contra Alberto Fujimori. Hay una serie de personajes salidos de la nada y colectivos, famosos exclusivamente por su perfil en la “lucha antifujimorista”, que es ya una especialidad de la izquierda actual, y que además ha contagiado ¡cuándo no! a jóvenes incautos. Todo esto configura perfectamente el cuadro de una patología política y social que tendría que ser analizada desde un enfoque clínico. Los odios políticos deben ser vigilados de cerca para que no nos lleven a un holocausto, y en especial cuando se trata de la izquierda.

La biblia del antifujimorismo es el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), donde el enemigo principal no es Abimael Guzmán sino Alberto Fujimori, a quien le dedican los peores epítetos, mientras que al líder terrorista lo tratan con mucha formalidad. El siguiente paso fue la condena a Fujimori. Es cierto que AF merecía la cárcel, pero sus delitos tenían que llevarlo no más de ocho años a prisión. Sin embargo, apelando a sucias artimañas, lograron cargarle encima los crímenes de La Cantuta y Barrios Altos para sumarle una condena de 25 años, en un claro acto de felonía legal, donde se prostituyó el Derecho para torcer la verdad, por perseguir una consigna política de clara venganza. Una vergüenza que solo la historia podrá exponer con claridad, cuando esta marea de insanía haya retrocedido.

No conformes con la condena, prosiguieron con un encarnizamiento jurídico indigno de un sistema de justicia civilizado, porque siguieron llevando a Fujimori a juicios pese a que ya no podían sumarle un día más de cárcel. Guiados por sus malas entrañas, algunos de estos seres de izquierda famosos por su perfil de venganza antifujimorista, persisten en montar procesos nuevamente por causas archivadas. En este momento Keiko Fujimori es tal vez la persona más investigada del Perú en su historia. Es evidente que semejante escenario refleja un cuadro de patología social, política y jurídica. Hoy la izquierda peruana ya no defiende una ideología, ni siquiera persigue el poder. Solo predica la venganza al mejor estilo nazi, usando al fujimorismo como objetivo. No contra Alberto Fujimori sino incluso contra Keiko, su hija. Es penoso que algunos hayan mostraron su miseria humana llamando a Keiko “la hija del ladrón”, como si ella fuera responsable por su padre. Peor aún, nadie salió en defensa de Keiko en este país repleto de cucufatos donde el feminismo está a flor de piel para defender a cualquier bataclana. Ni siquiera hubo una leve crítica a los miserables que usaron semejante expresión. Nada. Ser un premio Nobel no otorga a nadie una patente de corso para agraviar a las mujeres, pero MVLL es ya un especialista.

La campaña electoral ha comenzado y, lamentablemente, empieza mal. En lugar de debatir ideas y propuestas, nuevamente la izquierda patológica ha sacado sus huestes contra el fujimorismo y sus carátulas vuelven a mentir en una lamentable señal de que la inmundicia maloliente por la que pasamos la campaña anterior volverá a repetirse en un franco atentado a la salud mental de los peruanos. Si bien históricamente la izquierda ha basado sus campañas en el odio a los ricos y la redención de los pobres, hoy solo destilan odio por el fujimorismo, además de su tradicional antiaprismo, y más nada. No tienen ya nada que ofrecer más allá de un confuso ecologismo. Han perdido la guerra ideológica y la guerra popular. ¿Qué les queda? Solo atizar el odio y crear un frente de enfermos mentales.

lunes, 20 de julio de 2015

Cortinas de humo desde palacio


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Sumergidos como están en el fango de su desprestigio, ahogándose en los escándalos de corrupción y huyendo de las investigaciones a la primera dama, al nacionalismo no se le ocurrió mejor idea que recurrir a una treta propia de Vito Corleone y Maquiavelo: montar un falso escándalo alrededor del esposo de Keiko Fujimori. El llamado a montar el infundio fue, una vez más, La República, ese diario de izquierda especialista en psicosociales y guerra sucia, además del franelismo oficialista.

La progrería anda con los nervios de punta porque las encuestas colocan a Keiko en el primer lugar de las preferencias, con sólidos 33% de base, además de que el fujimorismo está muy próximo a tomar el control del Congreso. Para colmo, ninguna candidatura de izquierda prende fuego. Todo lo cual evidencia que la sucia campaña montada por la izquierda histérica antifujimorista empeñada en arrojar estiércol a diario, no ha servido para nada. Peor aun, los enfermos mentales de izquierda se han reducido a la nada electoral. Son fantasmas que pese a su patética realidad, no dejan de hacer lo único que saben: guerra sucia contra el fujimorismo. Es ya parte de su ADN.

Como las sospechas sembradas contra Keiko Fujimori se respondieron de forma sencilla: "trabaja para el partido con sueldo que figura en planilla", ahora se han ido contra su esposo. Nadie se explica por qué el señor Mark Vito tiene ser objeto de investigación y análisis, puesto que es un hijo de vecino más, como cualquier otro, y bien puede vivir rascándose las bolas, si así le place. Sin embargo, para los esquizofrénicos de izquierda resulta de vital importancia saber por qué Mark Vito no figura en Infocorp, como si eso fue gran cosa.

Por supuesto, el bulo ha sido rebotado en carambola por otros medios, incluyendo ¡cómo no! a la agencia oficial Andina, que siendo del Estado es usada por el régimen como canal nacionalista. Ahora Andina se presta perfectamente a las campañas dirigidas desde Palacio o la DINI en contra de un grupo político de oposición, como si estuviéramos ya en la Venezuela chavista. Los congresistas del nacionalismo han pedido que se investigue al señor Mark Vito por no tener movimientos bancarios. Es decir, mientras presentan por un lado recursos legales para impedir levantar el secreto bancario de la primera dama, que actúa como funcionaria de este gobierno y maneja recursos públicos, como es obvio y visible, por otro lado piden investigar a un don nadie (porque eso es lo que es el señor Vito: nadie), exigiendo levantarle el secreto bancario. Chavismo puro.

viernes, 17 de julio de 2015

La mala memoria progresista


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Si hay algo que identifica al progresismo como una marca universal es su delirio retórico sazonado con altas dosis de sensiblería. En el progresismo, el idioma es el ingrediente principal para edificar las más alucinadas fantasías, dentro de una cursulería pegajosa. Antes que ocuparse del mundo real acaban exponiendo sus utopías o traumas, reducidos a una serie de conceptos idílicos, constructos idealizados y eufemismos ridículos sostenidos con un lenguaje lleno de amaneramientos. La primera víctima del progresismo es el idioma, y por consecuencia natural, la razón. Desde luego, la verdad es algo que les tiene sin cuidado. Ellos nunca permiten que una verdad arruine sus encantadores mitos. 

Gracias a esa incontenible capacidad de discurseo florido, el progresismo logra posicionarse en los medios imponiendo sus propuestas, las que, pese a su absoluta inutilidad y falta de sentido, acaban convertidas en necesidades vitales para la identidad nacional, la conciencia social o alguna ignota chuchería ideológica de las muchas que adornan el universo progresista. Una de esas estrambóticas propuestas banales es el "Museo de la memoria", capricho obsesivo de izquierda para consolidar la hazaña perpetrada por la CVR sobre lo que llaman con candor: el "conflicto armado interno".

El mamarracho de la memoria fue dejado de lado sutilmente por el gobierno de Alan García, pero la maquinaria progresista se activó con habilidad hasta la majadería. Sus contactos hicieron posible que el gobierno alemán donara una cantidad suficiente para su construcción. Luego apareció el alcalde babieca de Miraflores posando como los viejos maomiraflorinos setenteros y ofreció un terreno. El resto salió del empeño de progres y caviares como Diego García Sayán, promotor de la CVR. Para coronar el esfuerzo con un toque fino de retórica progre se decidió llamarlo "Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social". ¿No es fino? ja ja ja

¿Cuál es la necesidad de este mamarracho? Nadie lo sabe. La respuesta progre es tan ininteligible como ridícula: "tener un espacio que permita la reflexión". El debate que suscitó desde el principio el proyecto sigue en pie: ¿qué se pretende exponer allí? Demasiado edificio para solo exponer fotos. Seguramente acabará convertido en un santuario progresista dedicado a la apología de la lucha armada revolucionaria, que es como se vendió la idea del terrorismo a los jóvenes en los 70, con patéticas estatuas del Che convertido en dios de la justicia social. ¿O acaso no siguen idolatrando a ese asesino de masas que ayudó a instalarse a la dictadura de los Castro en Cuba hace 55 años? El relato que la CVR trató de venderle a los peruanos felizmente quedó desacreditado, ya no sirve para nada, pero este museo puede ser la trampa. No sería raro que termine como las cárceles tomadas por Sendero Luminoso, es decir, como cuartel general del progresismo encargado de limpiar la memoria de los terroristas, como ya ocurrió en Argentina, donde hoy se pasean impunemente, luego de volver del exilio dorado, para dar conferencias de prensa por las que cobran más que Maradona. Los terroristas de ayer hoy son mega estrellas.

Hay que estar atentos para que la izquierda no nos tome desprevenidos. El relato de la CVR siempre será un peligro para los jóvenes del futuro porque nunca llaman terroristas a los criminales del PCP-SL o MRTA, y las causas de sus acciones han sido recubiertas mañosamente con razones altruistas como la pobreza y la marginación. Para la CVR el principal enemigo del Perú no es Abimael Guzmán sino Alberto Fujimori, a quien dedican los peores epítetos. El mayor violador de DDHH es el Estado, y la reconciliación pasa por el "juicio justo" a los terroristas, el encarcelamiento de los militares y, por supuesto, de Fujimori, más el pago de suculentas reparaciones. Ya han cumplido con gran parte de sus metas. Solo les falta montar el museo de los terrucos. ¿Para qué? ¿En serio es "para reflexionar"? Ya pues...

Dando pasitos cortos, la izquierda pro terruca argentina ha conseguido incluso montar su propia Universidad. Las organizaciones de DDHH son el mascarón de proa de la ex izquierda terrorista argentina. En el Perú, los viejos predicadores de la lucha armada han dejado sus discursos originales gracias a la pasividad y estupidez de los políticos de hoy, dedicados a posar para la foto apoyando las causas bobas de izquierda. Esto les permiten adelantar posiciones y ganar influencia en el aparato del Estado, sin necesidad de apelar a la violencia. Hoy son asesores estrella, lideres agitadores y hasta ganan votos. Si nos dejamos tomar el pelo con la retórica chapucera de la memoria, que no nos llame la atención que un ex terrorista recién liberado aparezca como outsider en cualquier momento.

jueves, 16 de julio de 2015

Tarata una vez más


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Es sorprendente ver que todo el progresismo fanático de "la memoria" ha estado mudo hoy, que se conmemora un aniversario más del horroroso atentado terrorista que desoló la calle Tarata en Miraflores, un 16 de julio de 1992. Ni un solo medio de izquierda le ha dedicado una nota. A veces hay silencios que dicen mucho. Tengo la impresión de que el progresismo odia Tarata porque fue el inicio del fin del terrorismo. Justo cuando Sendero Luminoso parecía sitiar la capital y apoderarse del temor de millones de ciudadanos, una mañana escuchamos la maravillosa noticia de que habían capturado al genocida más grande de nuestra historia: Abimael Guzmán.

La brutalidad de Tarata coronó de la manera más cruel la ola de coches bomba con que los terroristas atacaban la ciudad sin clemencia. En 1992 los atentados se multiplicaron con fiereza y maldad. Un mes antes de Tarata, un camión bomba había volado las instalaciones de Frecuencia Latina en San Felipe, dejando media manzana de casas destruidas. Antes, en mayo, otro salvaje coche bomba había detonado en San Isidro, en el cruce de Juan de Arona y Rivera Navarrete, dejando un forado de 7 metros y todos los edificios sin vidrios a lo largo de diez cuadras, incluyendo mi oficina. Era el tercer atentado en esa misma zona odiada por los senderistas y emerretistas.

Pero lo de Tarata fue mucho peor. Ya no se trataba de una comisaría, una instalación eléctrica, una entidad bancaria, un medio de comunicación. Era la misma población civil como objetivo. El mensaje era claro: ahora empezarían a asesinar gente, barrios, vecindarios. Recuerdo que las fiestas patrias de aquel año fueron las más desoladas y tenebrosas de la historia. Nadie quería salir. Tenían miedo. Solo esperaban el próximo coche bomba. Se dudaba de hacer el desfile militar. No recuerdo si lo hicieron. Lo que si recuerdo es que mucha gente de izquierda comentaba que el triunfo de Abimael Guzmán era ya inevitable, que había logrado doblegar al Estado de derecho y que el golpe de Fujimori había sido en vano, que sus medidas ya no impedirían nada. 

Felizmente ocurrió lo contrario. Unos meses después amanecimos con la increíble noticia de que por fin el maldito de Abimael Guzmán había sido capturado. Gran parte de la cúpula de Sendero Luminoso también había sido capturada en los últimos meses y puesta a buen recaudo, bajo las medidas extraordinarias dictadas por el gobierno de Fujimori tales como los jueces sin rostro y el fuero militar. Así se puso fin a la coladera del Poder Judicial incompetente, infiltrado y corrupto. Se recuperaron las universidades tomadas por los extremistas y convertidas en centros de reclutamiento, propaganda y adoctrinamiento. Se recuperaron las cárceles convertidas en santuarios senderistas. Así que con la captura de Abimael Guzmán se le cortó la cabeza a la serpiente terrorista y esta dejó de ser una amenaza para el Perú. Todo empezó a cambiar muy rápidamente y recuperamos la libertad y la tranquilidad.

Una década más tarde se creaba la nefasta Comisión de la Verdad y Reconciliación a cargo de los viejos amigos y ex colegas de Abimael Guzmán, ex militantes de izquierda radical, terroristas del MIR y defensores del marxismo, junto con algunos otros personajes oscuros. Detrás de los comisionados, un verdadero ejército de izquierdistas oenegientos, sociólogos PUCP conocidos por su progresismo extremistas, se encargaron de perpetrar el informe que pretendía contarnos cómo habían ocurrido los hechos de violencia del "conflicto armado interno". Y fue allí donde estos sinvergüenzas soltaron el bulo descarado de que los limeños solo tomaron conciencia del terrorismo a partir del atentado de Tarata. Lo cual es no solo un insulto a la verdad, sino una muestra de su desprecio por los limeños que no se amedrentaron con los coches bomba. 

Probablemente lo que nunca olvidarán los progresistas que hoy idolatran la "memoria" que a ellos les conviene es que los ciudadanos embanderamos nuestras casa el día de la captura de Abimael Guzmán como muestra de alegría y de patriotismo. Toda una ciudad embanderada por una acción espontanea fue el mayor desprecio que se le pudo mostrar a esa izquierda que se alistaba a recibir a Abimael Guzmán como el nuevo mesías, el Fidel Castro de los 90. Lástima que perdieron el partido, tal vez en el minuto final, es cierto. Y luego trataron de ganar en mesa con la CVR. Pero no lo permitiremos. 

miércoles, 15 de julio de 2015

El efecto civilizador del Capitalismo





Publicado por Osmel Brito Bigott


En un artículo publicado en este mismo blog, Nicolás Cachanosky describía las confusiones que existen en torno al término capitalismo. Un término acuñado por Marx para describir el proceso de cambio producto de la revolución industrial a fines del siglo XIX.  Ayn Rand lo llamaba (y da título a uno de sus libros) el ideal desconocido, y por sobre todo hacía referencia al capitalismo puro, de laissez faire. En mi caso, y tal como Nicolás, veo al capitalismo como la consecuencia económica de la aplicación general de los principios generales (éticos, legales y por supuesto económicos) del liberalism.


Tal como indica Ayn Rand en la cita con la que abro el artículo, la mayor virtud del capitalismo es que fundamenta la creación de riqueza sobre el comercio, sobre el libre intercambio contractual de valores entre hombres libres. Antes de la aparición del capitalismo, la poca riqueza que se producía era por el saqueo y la expoliación. Los bienes de riqueza que se producían era para el disfrute de unos pocos mientras la mayoría de la población permanecía en niveles de subsistencia.


Los procesos sociales son de larguísimo plazo. Por lo que el reconocimiento de los derechos individuales y los principios de la sociedad abierta (y del capitalismo) no han sido entendidos ni captados de forma integral. Tanto Karl Popper como Friedrich Hayek señalaban que el reiterado surgimiento del socialismo es producto de los vestigios de la sociedad tribal que aún persisten en nuestra psiquis. A pesar de esto, la extensión, en mayor o menor medida, de los principios del capitalismo ha permitido el avance de la civilización.


El comercio, por siglos fue despreciado por doctrinas políticas y religiosas. Fue sólo a partir del reconocimiento de los derechos individuales, en donde se reconocía al individuo como un fin en si mismo dentro de una sociedad que, como medio, permitiría la coexistencia pacífica y voluntaria, que el comercio se reconoció, de manera lenta y progresiva, como una forma de intercambio civilizada.

En la trilogía de películas “El Padrino”, se muestra el esfuerzo (casi siempre infructuoso) que hace Michael Corleone para hacer legítimo el negocio de su familia y sacarlos de la violencia. Todo acto violento, como el atentado que sufre Vito Corleone o la muerte de Sonny Corleone, ambos ocurridos en la primera parte de la trilogía, son justificados como acciones de negocios. Lo mismo ocurre en el negocio del narcotráfico, que por ser ilegal, los carteles realizan acciones violentas para poder captar clientes o retener mercados.


En la medida que el capitalismo de laissez faire se deja funcionar, los actores de cualquier sector económico deben modificar sus comportamientos y adaptarlos dentro del proceso de intercambios voluntarios, y por sobre todo, atender las necesidades de los otros. En el libre mercado son quienes mejor atienden las necesidades del público quienes se terminarán enriqueciendo. Y cualquier forma violenta de obtener ese resultado (vía engaño, fraude o malas condiciones) será penalizada. Para poder captar clientes o retener mercados tienen que recurrir a medios civilizados, a persuadir a los consumidores de las bondades de sus productos y servicios para que estos los adquieran.


Algo distinto sucede cuando el mercado no es libre o no hay respeto a los contratos implícitos y explícitos en las transacciones entre actores.  Cuando el gobierno interviene la economía, decidiendo de antemano quienes ganan, hace que las relaciones entre agentes económicas sean violentas y no voluntarias.  Al establecer barreras al comercio y dejar cautivos los mercados internos para pocos empresarios, en su mayor caso ineficientes, se violenta el derecho de cada individuo a utilizar su propiedad y decidir a quien comprar (o no comprar).  Lo mismo sucede al ilegalizar cualquier forma de comercio o establecer precios, los mercados negros afloran, y en esos escenarios cualquier negociación se vuelve incivilizada.


En la medida que se permita el desarrollo libre de los individuos, se incentivará el desarrollo de relaciones voluntarias y civilizadas.  Y de ello depende el crecimiento económico y por ende mayores niveles de bienestar para las sociedades.  Pero para lograr esto se requiere una constante batalla cultural y de ideas que diseminen los principios de la sociedad libre.  A la larga, y cito a mi amigo Guillermo Rodríguez, la humanidad tendrá un futuro de libertad, o simplemente no tendrá futuro.

lunes, 13 de julio de 2015

El cristianismo socialista


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El extraño regalo que Evo Morales hizo la papa Francisco dio mucho que hablar, especialmente entre la cucufatería nacional que se horrorizó. Pero hay algunas cosas que sería bueno dar a conocer respecto de lo que significa este regalo, consistente en una talla en madera, donde Cristo yace crucificado sobre el símbolo del comunismo representado por la hoz y el martillo. Al parecer mucha gente ignora que una buena parte de la Iglesia Católica está infectada con el virus del marxismo desde el Concilio Vaticano II.

En efecto, este curioso tallado en madera no hace más que resaltar la alianza que hubo entre un amplio sector del clero católico y el marxismo durante los años 60 y 70, como consecuencia del terremoto doctrinal que produjo el Concilio Vaticano II, abriendo las puertas herméticas del Vaticano para cuestionar las bases ideológicas sociales de la iglesia, justo en el instante de mayor esplendor del comunismo en el mundo. El marxismo se erguía en esos días como el moderno pensamiento social que llevaría a la humanidad hacia un nuevo destino. Estaba de moda y nadie se resistía a sus encantos intelectuales. Hasta los sacerdotes católicos terminaron seducidos por la encantadora charlatanería social del marxismo. La pequeña grieta que se abrió entonces en la Iglesia Católica fue ampliándose con el correr de los días y, rápidamente aparecieron movimientos, documentos y doctrinas que vincularon la fe y misión cristiana al comunismo. Lejos de lo que muchos creen, una parte importante y creciente de la Iglesia Católica se mezcló con el marxismo y marchó junto al comunismo, incluso tomando las armas.

El marxismo cristiano tuvo su epicentro en Argentina, a partir del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo fundado en 1967, quienes interpretaron la encíclica Populorum Progressio del papa Paulo VI al mejor estilo marxista, pues condenaba la pobreza considerándola el resultado de la explotación de las grandes corporaciones y el imperialismo del dinero, propugnando una liberación de esas condiciones. No hacía falta decir más para reconocer la consonancia de ese discurso con la prédica del comunismo mundial. El siguiente paso fue consolidar este pensamiento cristiano marxista en la Conferencia Episcopal de Medellín, en 1968, que sentó las bases de lo que más tarde sería la Teología de la Liberación. La revista argentina "Cristianismo y Revolución" fue el medio que sirvió de propagación de ideas durante esos convulsionados y sangrientos años.

Con todo eso como base, el siguiente nivel de discusión fue si los sacerdotes debían apoyar -y hasta integrar- las guerrillas que ya entonces actuaban por toda Latinoamérica. Desde luego hubo de ambas posturas. El hecho es que muchos sacerdotes se sumaron a la lucha armada o dieron paso a frentes de lucha armada. En Argentina el padre Carlos Mujica era instructor de la Juventud Universitaria Católica donde adoctrinaba a los jóvenes en la fe cristiana y la lucha social del marxismo. Allí formó a Mario Firmenich, quien más tarde sería el creador y líder principal de los Montoneros, uno de los peores grupos terroristas que asoló Argentina en los 70.

En Colombia, el padre Camilo Torres Restrepo estaba convencido de que los sacerdotes debían ir a la lucha armada. Fundó el Ejército de Liberación Nacional y tomó las armas. Desgraciadamente falleció en su primera acción armada. Pero el ELN continuó en la lucha, y hoy sigue siendo todavía uno de los movimientos terroristas que mantiene en jaque la democracia en Colombia, junto a las FARC. A lo largo de su historia, varios sacerdotes católicos formaron parte del ELN.

También en el Salvador hubo una estrecha colaboración de la Iglesia Católica con la guerrilla. Según Julián Ignacio Otero, desertor de la comisión de finanzas de las Fuerzas de Liberación Popular de El Salvador, “la guerrilla salvadoreña ha estado comprando armas en el extranjero, para lo cual utilizaban frecuentemente cuentas bancarias de jesuitas promarxistas... la influencia de los curas es más fuerte a nivel del Comité Político de cada comando central terrorista”. Reveló además que la Teología de la Liberación “a través del activo trabajo en las diócesis y las parroquias, ha podido reclutar a muchos campesinos, engañándolos e incorporándolos en la lucha armada”. José Napoleón Duarte, el fallecido presidente de El Salvador, durante su visita a Roma en 1983, declaró: “Los regulares de la Compañía de Jesús son los autores intelectuales de la revolución violenta en El Salvador”. Las evidencias eran abrumadoras.

En Nicaragua dos sacerdotes católicos serían parte del Frente Sandinista de Liberación Nacional: Miguel D'Escoto y Ernesto Cardenal. En 1983, durante su visita a Nicaragua, el papa Juan Pablo II se dio tiempo para regañar públicamente a Ernesto Cardenal, quien permanecía arrodillado ante él. Esa fue la imagen de que los tiempos habían cambiado. El papa Juan Pablo II formó parte de una nueva era de la Iglesia Católica en la que se confrontó abiertamente con el comunismo, hasta derrotarlo por completo. Pero mientras eso, la semilla del cristianismo marxista había sido esparcida y germinaba dentro de los muros del Vaticano, para trepar como una hiedra venenosa por los muros de San Pedro.

Los tiempos han vuelto a cambiar. Nuevamente escuchamos el estribillo de la pobretología cristiana contra los poderes económicos, exigiendo, como en los buenos años del comunismo, "un nuevo orden económico mundial". El papa Francisco, quien es jesuita y argentino para mayores señas, se ha sumado a la causa del progresismo mundial a favor del medio ambiente, y ha sido recibido con fervor y entusiasmo por los líderes del socialismo del siglo XXI. De hecho ese grotesco tallado de Cristo sobre la hoz y el martillo hecho por un sacerdote jesuita en los años del cristianismo marxista guerrillero, no habría podido ver la luz si no se tratara de un papa que ve con buenos ojos esta tendencia política. De todo lo que Evo le regaló, Bergoglio ha confesado que es lo único que se lleva consigo a Roma. Debe ser un duro golpe para aquellos que se han hecho anticomunistas solo por defender su fe.

Democracias liberales contra anti liberales


Por: Carlos Alberto Montaner

La crisis griega es la expresión de un gravísimo problema planetario. Es verdad que la desataron los socialdemócratas y conservadores con su gasto público desbocado y su corrupción rampante, pero la han agravado los neocomomunistas y sus primos neopopulistas, en el poder desde hace pocos meses.

¿Por qué es un asunto que concierne al planeta? Tres ejemplos. Syriza en Grecia, Podemos en España y el chavismo en Venezuela comparten varios elementos que los hermanan: son enemigos de la democracia liberal, partidarios irrestrictos del populismo, y sostienen unas proclamadas simpatías por el comunismo.

Sus dirigentes odian el mercado, la propiedad privada, el comercio internacional sin ataduras y los organismos financieros internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Central Europeo. Todas estas instituciones, con sus errores y aciertos, constituyen la savia de la economía en las naciones más desarrolladas de la Tierra.

No es una casualidad que de los primeros y más enérgicos apoyos públicos al gobierno de Alexis Tsipras hayan sido de Fidel y Raúl Castro, Evo Morales, Rafael Correa, Nicolás Maduro, Cristina Fernández, Daniel Ortega y, sobre todo, de Pablo Iglesias, el español líder de Podemos que se ha tomado este incidente como lo que es: un asunto absolutamente suyo.

Como es notorio, en 1992 Francis Fukuyama publicó su muy citado ensayo El fin de la historia y el último hombre. Había colapsado el comunismo (salvo en algunos tercos enclaves estalinistas, como Corea del Norte y Cuba), mientras otros países, como China y Vietnam, habían abandonado el colectivismo, desovando un modelo híbrido de dictaduras capitalistas de partido único.

En ese contexto, Fukuyana concluyó, razonablemente, que la especie humana se movía en la dirección de la democracia liberal como única opción probada y predecible, dado que los 25 países más exitosos del planeta convivían dentro de este modelo estable y enriquecedor. Era ese espléndido mundillo el que había ganado la Guerra Fría.

¿En qué consistía la democracia liberal? Eran sociedades en las que se respetaban los derechos humanos, incluidos los de propiedad privada, regidas por el mercado, defensoras del libre comercio internacional, administradas por gobiernos limitados, cuyas élites dirigentes eran reemplazadas mediante elecciones plurales y transparentes. Sociedades, además, organizadas de acuerdo con la receta parida por la Ilustración a fines del siglo XVIII, lo que indicaba la separación de poderes para evitar los atropellos de los mandamases.

Era cierto que en las democracias liberales –ya fueran Inglaterra, Suecia, Francia o Estados Unidos— había notables diferencias entre los más ricos y los más pobres, pero el objetivo de este modo de organización social y económica no era alcanzar la igualdad de resultados, sino el ejercicio de la libertad individual, y ésta traía como consecuencia una cierta disparidad en los extremos, trufada por unos robustos sectores sociales medios que vivían razonablemente bien y podían tratar de mejorar sustancialmente si tenían el talento, la suerte y los impulsos psicológicos necesarios para emprender aventuras económicas. 

Podía tratarse de monarquías parlamentarias o repúblicas, podía haber democracias liberales gobernadas por socialdemócratas, conservadores, democristianos, liberales o libertarios, porque, al fin y al cabo, se trataba de una misma familia ideológica, dividida en torno al monto de la presión fiscal y al fin último de la asignación de los bienes y servicios creados, lo que determinaba el tamaño y las funciones el Estado. Pero lo que los unía era infinitamente mayor que lo que los separaba.

Lo que Fukuyama no previó es que de los escombros del comunismo surgieran los neopopulistas y neocomunistas, un abigarrado conjunto de partidos, gobiernos y oeneges enemigos a muerte de los valores y criterios de la democracia liberal, que ya no pensaban en tomar el poder por la violencia (la desacreditada receta marxista-leninista), sino aprovechando los mecanismos democráticos para, una vez con las riendas del gobierno en las manos, y al ritmo que permitieran las circunstancias particulares de cada país, implantar la mayor cantidad de colectivismo y autoritarismo posibles.

De alguna manera, se trataba de las democracias iliberales, o antiliberales, como describe Fareed Zakaria en El futuro de la libertad. Ese universo en el que caben los cinco gobiernos latinoamericanos del “Socialismo del Siglo XXI”, acompañados por el Foro de Sao Paulo, el Partido de los Trabajadores brasileños de Lula y Dilma Rousseff, del sector peronista de Cristina, Rusia, la teocracia iraní, o las entidades adscritas al Partido de la Izquierda Europea dentro del Parlamento europeo, una amalgama en la que se amelcochan y abrazan Syriza, Podemos y los representantes de los partidos comunistas de Francia, Alemania, Moldavia y así hasta de 17 naciones.

Ya no puede haber duda de que el gran enemigo actual de la democracia liberal es la democracia iliberal. No era el fin de la historia. Era el comienzo de otra.

viernes, 10 de julio de 2015

Psicocharlatanes en los medios


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El mundo de la farándula ha ampliado sus linderos para incorporar a psicólogos muy reconocidos en los medios por la facilidad con que diagnostican, aconsejan y resuelven todo, y casi siempre usando los mismos conceptos, fórmulas mágicas y lugares comunes. Como muchas cosas, este fenómeno tampoco es nuevo. Ya en la antigüedad de nuestra TV, estaba siempre presente Artidoro Cáceres para explicar con profunda e ignota sapiencia lo que ocurría en la mente de los personajes del set. Así que por figuretis de esta clase nunca nos hemos quedado cortos. Más bien sobran.

En épocas más recientes hemos tenido que soportar a la psicocharlatana Carmen González, más conocida por el alias de la "doctora Cachetada", experta en repartir diagnósticos clínicos a los políticos desde los medios de izquierda. En una rápida revisión de sus entrevistas encontramos varias perlas. Por ejemplo, dijo muy campante que Keiko sufre un Complejo de Elektra y que "se cree superior porque sufre un complejo de inferioridad". Del alcalde Castañeda estableció que tiene un rasgo psicopático, carece de sensibilidad y guarda una envidia muy profunda por Susana Villarán "porque no tiene lo que ella tiene". De Alberto Fujimori determinó que tiene "marcados rasgos psicopáticos que anulan su capacidad para tener sentimientos de culpa", y le recomendó, como terapia para su depresión, pedir perdón a los deudos de La Cantuta y Barrios Altos. Sobre Alan García sentenció que "tiene una identidad o personalidad falseta, una sonrisa inmotivada y es una persona con un falso cinismo que busca llamar la atención y demuestra inmadurez".

Como se ve, la Dra. Cachetada sirve al progresismo cual mona de organillero, haciendo piruetas antes de sacar un papelito con la suerte del desdichado. El principal problema es que para decir las barbaridades que dice, se escuda en su condición de psicóloga. Medios progres como La República, Diario16 o IDL, aprovechan la inconducta profesional de esta señora para atacar a sus adversarios políticos bajo un aparente sustento "científico" en la psicología de sus enemigos. No hay duda que esta señora es un peligro andando, además de una auténtica estafadora que merece, al menos, la condena del Colegio de Psicólogos por una evidente falta al código de ética.

Pero todas estas cosas son absolutamente normales en Perusalén. O lo eran hasta que Tomás Angulo se chocó con las figuritas de los realitys juveniles de moda en la TV. Una chiquilla agraviada le recomendó al doctor Angulo que se metiera sus diagnósticos al culo. Así como se lee. Allí se armó el lío, pero no con la chiquilla lenguaraz que acabó como una especie de heroína de cómic, sino con el doctorcito. Hasta el Colegio de Psicólogos, allí sí, publicó un pronunciamiento peor redactado que un informe psicológico de hospital, para decir que el Dr. Angulo no estaba "habilitado", lo cual significa simplemente que el famoso Dr. Angulo no ha pagado el cupo que el Colegio cobra a los psicólogos para permitirles ejercer su profesión. Porque, al igual que todo colegio profesional, este también es una forma de mafia legalizada para extorsionar a los profesionales con la venia del Estado.

Al final de todo este bochornoso espectáculo, quienes quedamos mal somos los psicólogos. Además del casi total desconocimiento que la gente tiene acerca de lo que es la psicología, con estos papelones la imagen de la psicología acaba por los suelos. Así que trataré de limpiarla un poco apelando a una explicación, lo más breve posible.

En primer lugar separemos a la psicología como ciencia de lo que son las diversas disciplinas aplicativas de servicio social que la rodean y que caen, más bien, en el terreno de lo técnico-asistencial. Una cosa es la ciencia y otra, los oficios que se derivan de ella o crecen a su alrededor, aunque no estén vinculadas necesariamente. La psicología, en tanto ciencia se ocupa de los procesos mentales, estudiando básicamente el procesamiento de la información en la mente, lo que incluye el pensamiento, la conciencia, el aprendizaje, el lenguaje con otras formas de comunicación dentro de una red de interrelación sociocultural. Hay muchas especialidades dentro de esta ciencia, como la psicología cognitiva, la antropológica, la psicolingüística, la del aprendizaje, la psiconeurología, etc. En el otro extremo, o fuera de este núcleo, ubicamos a los oficios que aplican (o no) el conocimiento derivado de esta ciencia, tales como la psicoterapia, en el campo clínico. Hay otros campos aplicativos en la empresa, la escuela, etc. Pero sin duda el aspecto más popular es el de la psicoterapia, o sea, una aplicación básicamente técnica asistencial dentro del campo clínico. Pero hay que dejar bien en claro que no todo lo que se usa en ese campo pertenece a o deriva de la psicología ni es psicología. Hay todo un mercado persa de talleres formativos en variedad de técnicas de intervención "terapéutica" que se presentan como "psicologías" pero la gran mayoría anda bastante cuestionada. No pasan de ser más que malabarismos efectistas sin ningún respaldo científico.


El problema de este escenario clínico terapéutico es que se ha pervertido por la clase de asuntos que la gente lleva al consultorio y por la clase de técnicas que los psicólogos (y otros) deciden aplicar. El campo clínico de la psicología tiene que ver con trastornos psíquicos, como por ejemplo, obsesivo-compulsivos, fobias diversas, sindromes post traumáticos, etc. Sin embargo la gente cree que debe ir al psicólogo porque se peleó con la pareja, porque su hijo hace berrinches o porque no se lleva con la suegra. Mil problemas de la vida cotidiana acaban en el consultorio del psicólogo sin ser problemas propios del campo de la psicología. Ningún psicólogo está preparado para resolver problemas de la vida cotidiana. Solo basta revisar el plan de estudios de la carrera en cualquier facultad y verán que no hay nada que capacite a un psicólogo para resolver problemas de la vida cotidiana. Pero lo hacen. Ese ya es otro asunto. No es culpa de la psicología.

E
sta situación ha llevado a que muchos psicólogos acaben compitiendo con toda clase de chamanes y curanderos, sanadores espirituales, consejeros y psicocharlatanes de diversa especie. Por lo mismo, he visto que muchos incluyen en su oferta curativa las más variadas y extravagantes técnicas con nombres rimbombantes. Casi nada de eso es psicología. Así que por favor, hay que diferenciar a los psicocharlatanes curativos y mediáticos de los psicólogos. También hay que distinguir entre el gran circo de ofertas curativas que se ofrecen con nombres variados, que incluyen el prefijo "psico" o el sufijo "terapia" de lo que son las verdaderas técnicas de la psicología clínica. Espero que haya quedado claro. Antes de acudir a un psicólogo primero pregúntese si su problema es psíquico, de lo contrario vaya donde una amiga o una tía. Le saldrá más barato.

jueves, 9 de julio de 2015

Fujimori contraataca


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Al fin Alberto Fujimori se animó a pedir una revisión de su juicio. ¿Y por qué no? ¿O es que solo los terroristas tienen derecho a pedir nuevos juicios? Si la justicia puede equivocarse, pues tendría que equivocarse equitativamente. No solo con los terroristas. De hecho el juicio de Alberto Fujimori tuvo mucho de sospechoso, empezando por su celeridad en un país acostumbrado a los juicios de más de una década y de casos que se reabren cada ciertos años. ¿O acaso no siguen reabriendo el caso El Frontón que está por cumplir 30 años? Bajo este panorama, nada sería más atinado que reabrir el caso de Alberto Fujimori, y volver a juzgarlo al cabo de ciertos años, cuando los ánimos ya se han enfriado y los sicarios del progresismo han perdido fuerza.

El juicio a Alberto Fujimori fue un proceso grotesco por todos lados, lo más parecido que hubo jamás a un linchamiento, con un sicario disfrazado de juez. Empezó en diciembre del 2007 y concluyó de manera extremadamente sumaria en marzo del 2009. Es decir, uno de los casos más complejos de la historia del Perú fue despachado en 15 meses. Nunca la justicia fue tan eficiente. La verdad es que todo el proceso estuvo viciado. Aun se respiraba el odio de diversos sectores contra Alberto Fujimori, empezando por el mismísimo juez César San Martín, que presidía la sala, pues había sido destituido de su cargo por Fujimori años atrás. Aunque sea por decoro, este juez tendría que haberse inhibido. Pero estaba listo para actuar como verdugo. Y rápidamente.

Nadie duda de que Alberto Fujimori cometió delitos y que merecía ser juzgado y condenado. El mismo Fujimori se allanó ante una serie de acusaciones. Pero el plan maestro de la caviarada marxistoide filoterrorista era condenarlo por delitos de lesa humanidad y mandarlo a la cárcel por el plazo más largo posible. Para ello tenían que implicarlo necesariamente en los casos de Barrios Altos y La Cantuta. Cosa que lograron hacer sin el menor decoro, apelando a una sucia artimaña legal: la teoría del autor mediato. Con esa teoría podrían haber metido presos también a Fernando Belaunde y Alan García. Y aun pueden hacerlo con Alan García. No dudo que lo intentarán las hienas de la justicia caviar.

La recusación del juicio se basa precisamente en eliminar los cargos imputados a Fujimori por los casos de Barrios Altos y La Cantuta, y por la presencia del juez César San Martín, quien tenía buenas razones para buscar vengarse de Fujimori. Además su propia conducta lo delata. Ahora se conocen los correos que este juez intercambiaba con sus amigos en España buscando obsesivamente la forma de condenar sin pruebas a Fujimori. El agravante de esta conducta casi delictiva es que tales coordinaciones se realizaron apenas al inicio del proceso. Esto significa que antes de ver la causa, el juez César San Martín ya estaba firmemente decidido a condenar a Alberto Fujimori sin prueba alguna. De lo que si hay prueba es de esta felonía judicial. ¿Puede esto quedar impune?

Es bien conocido el arte de ciertos abogados para emplear el idioma y la lógica de formas tan retorcidas, que son capaces de fantásticos actos de ilusionismo legal. La caviarada es experta en el arte de maquillar la realidad, esconder montañas y fabricar héroes y villanos a su gusto. Allí tenemos el maquiavélico informe de la CVR donde los terroristas simplemente no existen. Solo mencionan al Partido Comunista del Perú - SL como principal responsable pero sin llamarlos terroristas jamás. Peor aun, dice que sus acciones se encuadran en una larga tradición autoritaria peruana y que estuvieron motivadas por las condiciones de exclusión y marginación. Es decir, para la CVR los terroristas no eran más que luchadores sociales. La obra magna de la CVR concluye en que el mayor responsable es el Estado y el gobierno de Fujimori, agradece la labor de las ONGs de DDHH y exige reconciliación. Faena completa.

El juicio a Fujimori fue parte de la estrategia caviar para cambiar el relato de la historia. Creyeron que con su informe de la CVR y las campañas de sus ONGs y agrupaciones de izquierda para dar cumplimiento estricto a sus recomendaciones lograrían el triunfo final. Tras la derrota del terrorismo la estrategia de la izquierda se trasladó al plano legal, mediante su frente de ONGs de DDHH, y al plano académico a través de la divulgación del informe de la CVR. En el frente legal se activaron las denuncias contra el Estado en la CIDH por todos los casos posibles e imposibles, es decir, incluso por aquellos que habían sido claramente perpetrados por los terroristas, haciéndolos pasar por crímenes del Estado. Son los casos de Uchuraccay y Pedro Huilca, entre otros en trámite.

La condena de Fujimori selló en parte la contraofensiva de la izquierda. Todavía quedan pendientes los actos simbólicos que siguen reclamando, como el "Museo de la Memoria", a un paso de ser una realidad gracias al apoyo de varios cucufatos inocentes y poseros. Pero la mayor esperanza de la caviarada oenegienta y vividora aun está depositada en el gran faenón de la búsqueda de fosas e identificación de cuerpos. La anulación del juicio a Fujimori sería un duro golpe para sus pretensiones. Los magos del derecho caviar consiguieron culpar a Fujimori de delitos ajenos solo como el mayor acto simbólico para sellar la tarea de la izquierda. Han alimentado la hoguera del antifujimorismo durante 15 años y con mucho éxito. Han montado mitos y colectivos para denigrar al fujimorismo en todas las formas. Pero Alberto Fujimori se resiste a morir. 

miércoles, 8 de julio de 2015

Ollanta Humala es una vergüenza nacional


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Es una lástima que la Constitución no contemple la incapacidad mental para vacar al presidente, pues esa tendría que ser la fórmula aplicable a Ollanta Humala. No sé si la incapacidad moral pueda usarse para un presidente que va al extranjero a hablar mal de otro gobierno de su propio país, culpar a los medios de su país y rajar de las empresas de su país. ¿No es eso traición a la patria? Eso es lo que acaba de hacer el impresentable sujeto que hoy detenta la presidencia del Perú en su visita a España. Para lavarse la cara y defender a su mujercita no tuvo mejor idea que atacar a la prensa peruana afirmando que hay una empresa que concentra el 80% de los medios, la que supuestamente pretende desestabilizar a su brillante gobierno. Recordó los tiempos de Fujimori cuando, según dijo, la prensa se prostituyó por dinero. Agregó que si antes los medios colocaban presidentes hoy ya no lo hacen.

¿Alguna vez se ha visto a un presidente chileno hablando pestes en el extranjero sobre el general Pinochet? ¿Se ha visto a algún presidente de cualquier país dar semejante espectáculo fuera de su territorio? Sabemos bien cuál es la estatura mental de Ollanta Humala, pero no sospechábamos que ni siquiera tuviera el tino para ser reservado ante la prensa de otro país. ¿Nadie le enseñó a este limitado que los trapos sucios se lavan en casa? Tan acostumbrado está a tirarle barro al pasado e insultar a los que no forman parte de su corte de adulones, que ya ni siquiera en el extranjero cambia de chip.

Qué diferencia cuando el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero defendió a su rival político, José María Aznar, en una cumbre latinoamericana cuando el delirante Hugo Chávez se atrevió a llamarlo genocida. No le tembló la voz a Rodríguez Zapatero para exigirle disculpas al matón de barrio socialista, aunque tenía más afinidad con este que con Aznar, pero lo hizo porque ante todo está el país, y un presidente tiene la obligación de defender a su país y a sus compatriotas. Algo que nadie parece haberle explicado al improvisado trepador de cuartel que hoy tenemos en la presidencia del Perú.

Es evidente que el gobierno de Ollanta Humala no solo es un "gobierno familiar" (no institucional, ni partidario, ni mucho menos de consenso político, solamente "familiar") sino que además su esposa está por encima del país, y si tiene que defenderla lo hará a costa de embarrar al país hablando mal de los medios, los gobiernos pasados, los políticos de oposición y de los empresarios. Esa es la calidad de presidente que hoy tenemos, esa es su estatura moral y el orden de sus valores. Simplemente es una vergüenza para todo el país. Lo que habría que decirle a Ollanta Humala es que no es digno de colocarse la banda presidencial ni de seguir en ese cargo. No nos representa.

Además, en honor a la verdad, habría que refrescarle la memoria a Ollanta, declarado admirador de Velasco, que fue Velasco el que prostituyó a la prensa luego de confiscarla por completo. Se apropió de todos los medios: prensa, radio y TV, colocando en su dirección marionetas que se vendieron por un plato de lentejas para dedicarse a glorificar a la dictadura todos los días. Nunca la prensa peruana estuvo más prostituida ni más concentrada que en los días de Velasco. Algo que nuestro mediocre presidente no quiere recordar o quizá ignora. Pero al menos podría haberle preguntado eso a su premier y mentor Siomi Lerner, un sirviente de la dictadura de Velasco.