sábado, 28 de febrero de 2015

La esquizofrenia de izquierda


Por: Juan Carlos Vásquez Peña

Existe en estas tierras del sol y del indómito Inca, un minoritario pero importante porcentaje de personas que, aparentemente, vive aquejada de un mal mental clasificable como esquizofrenia leve (si es que existe tal cosa). Personas que sin una adecuada percepción de la realidad creen que un bien, producto o servicio que ahora disfrutan y consumen salió de la nada, y que no está relacionado con ninguna causa, proceso o trabajos que lo haya generado, y que, aplicando ese peregrino esquema de pensamiento, pueden seguir reclamando esos mismos productos o servicios y al mismo tiempo solicitar que los procesos y trabajos que lo produjeron sean suprimidos. Un sinsentido absoluto defendido con una seriedad e impavidez que desconcierta a cualquier persona con algo de sentido común.

Marissa Glave, activista progresista, “abajofirmante” habitual de cualquier comunicado a página entera de “La República” y figura fugaz de la izquierda “juvenil” que llegó a la Municipalidad de Lima con la lista de Susana Villarán de la que fue revocada por decisión del pueblo es una de las que padece, al igual que la gran mayoría de sus camaradas ideológicos, de esa esquizofrenia leve, casi imperceptible, bien disimulada. Recientemente ha publicado en una conocida red social el comentario revelador que acompaña este artículo y constituye el argumento central del mismo.

¿Cuántas veces hemos visto gente como Marissa Glave? ¿Cuántas veces el país ha tenido que padecer su estulticia? Gente que quiere el canon minero, el apoyo a las comunidades, la compra de productos locales, el escrupuloso control del medio ambiente y demás beneficios de la minería moderna… pero que no quieren una mina moderna en sus terrenos. Gente que quiere una señal de celular potente y permanente, con internet 3G o 4G de gran velocidad… y que no quieren tener una antena de celular cerca de sus casas. Gente que quiere electricidad constante las 24 horas en sus casas, así estén ubicadas en una remota zona rural… y no quieren que se instale una central hidroeléctrica o termoeléctrica. Gente que pide a gritos más servicios y mejores instalaciones e infraestructura al Estado y los gobiernos locales… pero arma un grupo de protesta cuando el Estado decide construir un hospital o colegio. Gente que pide justicia, penas drásticas y Estado de derecho… y apoya al primer grupo lumpenesco que bloquee una vía sólo porque la policía los reprimió o porque tienen un muerto producto de su propia violencia. Gente que habla de libertad, derechos humanos, tolerancia… y no son capaces de condenar las tiranias de Venezuela o Cuba. Gente que pide cultura a la TV y al Estado… pero desdeñan toda oportunidad de cultura gratuita y disponible en los medios.

La lista seguiría con muchos más ejemplos de este mal que aqueja a esos cerebros confundidos, y termina dejando muchas sombras y serias dudas, no sólo de la capacidad mental de los afectados, sino también de una sociedad donde este mal puede propagarse con tanta facilidad entre los cerebros más jóvenes gracias a un sistema de pensamiento tan aberrante y contradictorio. Si queremos mejorar el país hay que comenzar por combatir este daño mental que infecta a miles de peruanos desde la retórica de la izquierda, y que los hace sostener, sin una mínima pizca de vergüenza o rubor, una posición y su contraria como si fueran consecuencias lógicas.

viernes, 27 de febrero de 2015

La generación pulpín


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Fuente: El Montonero

El avance de la tecnología en las comunicaciones ha generado un hecho insólito: hoy las voces de los charlatanes e ignorantes se escuchan y se propalan con más rapidez, frecuencia y estridencia que las de los intelectuales y especialistas. Adicionalmente resulta muy fácil montar campañas de toda índole regando las más desaforadas ideas, siendo que las más simplonas y tontas tienen mayor impacto en la gente común y corriente vía los memes.

Una campaña puede reducirse a una sola imagen retocada con un mensaje banal que busca estimular los miedos y odios, es decir, las emociones primarias de las personas contra todo lo que uno desee, por ejemplo, las antenas de telefonía, los transgénicos, las corridas de toros, programas de TV, etc. Siempre son campañas fundamentalistas en defensa de valores superlativos como el medio ambiente, los animales, el agua, la vida, la familia, los derechos, la cultura, etc. Toda una ideología se reduce hoy a un concepto hueco y un meme. Ya no hay exposición de ideas. No es necesario.

Se ha dejado de lado el análisis, la información y las pruebas para dar paso al efectismo que busca ganar militantes a favor de la causa en base al miedo o la indignación. No hace falta que piensen, basta que se indignen. No se necesitan seres pensantes sino masas indignadas. Tampoco se exponen razones, basta salir como una tribu de salvajes a gruñir consignas en las calles. Su razonamiento es básico, binario: si minería entonces contaminación, si antenas entonces cáncer, si empresa entonces explotación. Su mundo es también elemental. Ya han identificado a los malos y a los buenos: CONFIEP malo, sindicatos buenos.

Los usuarios de estas tecnologías se han visto repentinamente empoderados. Son jóvenes, por lo tanto carecen de conocimientos y experiencia. En buena cuenta, no saben lo que dicen. Pero hablan. Y ahora son los que más hablan. Escuchamos a jóvenes que no han acabado la carrera ni han trabajado nunca, disertando sobre leyes y derechos laborales. Apenas tienen una vaga idea de lo que es un sindicato e ignoran por completo lo que fue la gran era de los dinosaurios sindicales en el Perú de los 70 y 80, pero defienden a los sindicatos y –más aun- proponen sindicalización forzosa. Y están dispuestos a marchar una y otra vez, hasta que los políticos peleles de hoy salgan a tomarse fotos con ellos y les hagan caso convirtiendo sus caprichos en ley.

Un equivocado concepto de democracia, propio de estas épocas de confusión y mediocridad, ha llevado a creer que marchar por las calles, tomar carreteras, convocar paros, con sus clásicas secuelas de barbarie y muerte, son formas válidas de protesta social y expresiones de democracia. No son ni lo uno ni lo otro. Son simples muestras de primitivismo tribal, justificable apenas en aquellos pueblos abandonados a su suerte por el Estado, pero de ninguna manera en plena capital.

Los políticos no tienen agallas para condenar las marchas callejeras de los jóvenes. Peor aún, las exaltan y aplauden. Creen que por el hecho de su inmadurez poseen un valor superior a los seres humanos ya formados, cuando es exactamente lo contrario. Todo esto hace que nuestros tiempos sean especialmente difíciles. Quienes deberían aprender quieren enseñar y quienes deberían enseñar no se atreven a hacerlo. Estamos perdiendo la razón. Y esto no es ninguna exageración.

martes, 24 de febrero de 2015

El totalitarismo cultural


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El totalitarismo cultural de la progresía se deja sentir cada día en el centro de Lima desde que Susana Villarán dejó el cargo. Un grupo de artistas desplazados por la nueva gestión de Castañeda Lossio viene armando marchas de protestas para exigir su reposición, aunque el mensaje que propalan es muy diferente. Ellos marchan a favor de la cultura, no de sus puestos. 

El progresismo asegura que la cultura es un derecho, lo cual no debería sorprendernos porque bajo la mentalidad progre casi todo es un derecho, y por una sencilla razón. Mientras que los derechos fueron reconocidos como una condición inalienable del sujeto frente al poder, imponiéndosele al Estado la misión de resguardarlos y garantizarlos, en el mundo progresista un derecho es otra cosa. Para la progresía un derecho es algo que el Estado te tiene que dar, y gratis. De allí que los progres alucinen con un mundo lleno de derechos, es decir, de gollerías otorgadas por el Estado. El mundo del progresismo es el paraíso del zángano, el sueño del parásito social mantenido por el Estado. Es lo que lleva inexorablemente a las crisis y debacles económicas porque no hay Estado que aguante una sociedad de chupasangres, Los países en crisis son aquellos donde no se fomenta la productividad ni la competitividad sino los "derechos sociales".

La progresista alcaldesa Villarán creó la Gerencia de Cultura en la Municipalidad de Lima y la llenó de burocracia iluminada. No está mal que en la ciudad se desarrollen toda clase de actividades culturales, al contrario, es maravilloso. Lo que está mal es que la burocracia se inmiscuya en algo que es y debe ser netamente una manifestación social auténtica, libre y natural. Si un grupo teatral requiere el teatro municipal debe tenerlo. Si requiere auspicio, debe tenerlo. Hay una gran cantidad de formas en que el municipio puede servir como soporte de la cultura sin necesidad de llenarse de burocracia. Pero lo que no puede hacer es financiar cierto tipo de manifestaciones culturales bajo el pretexto eterno de "crear conciencia" o llevar cultura a las zonas pobres, por ejemplo.

El que quiere hacer alguna forma de cultura debe poder hacerlo. En realidad casi cualquier cosa cabe en el concepto cultura, de modo que la elección arbitraria de una burocracia iluminada para promover o solventar ciertas manifestaciones se presta más a a la argolla y la mafia, como ya lo hemos visto tantas veces, por ejemplo en CONACINE. Pero también se presta a la manipulación ideológica, a lo que es tan proclive el progresismo. Apoyemos la cultura pero como un acto libre que la gente realiza por su cuenta y riesgo. El municipio tiene su propia tarea cultural en la recuperación de espacios, monumentos, museos, etc. Además puede prestar el teatro y salas de exposición, convocar concursos, organizar eventos, hacer publicaciones, etc. Pero para eso no hace falta que un selecto grupito de artistas que se siente indispensable salga a gritar a las calles exigiendo su reposición.  Un poquito de ubicaina no les vendría mal.

viernes, 20 de febrero de 2015

Otra crisis de histeria progre


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

En el Perú las cosas se repiten cada año. Por ejemplo: los huaicos e inundaciones de verano, por un lado, y las crisis de histeria antidiscriminación por parte de la cucufatería progresista, por el otro. Ambas son infaltables en verano. Ahora nuevamente debemos soportar otra andanada de expresiones indignadas por la discriminación en las playas y en los clubes. Y es que la beatería progre nunca se detiene, es famosa por sus escándalos de histeria antidiscriminación. Su exquisita sensibilidad social les hace ver el fantasma de la discriminación en cada cartel, cada playa, cada cine. Nada los detiene porque la neurosis social del progresismo navega en el mar de los prejuicios con las velas infladas por los vientos de la ignorancia y la candidez. Tan poseídos están por su ideología y sensibilidad social que no ven más allá de sus narices, y apenas captan algo, profieren condenas encendidas a lo que ellos creen que es discriminación.

La discriminación es algo natural en la vida humana, ocurre todo el tiempo, cuando subes al bus o entras a un restaurante y escoges dónde sentarte ves las caras. Es algo natural. Para eso evolucionó el rostro y la visión del rostro, algo que los bebes desarrollan en primer lugar en su visión. Además existen mecanismos sociales como el sentimiento de grupo, desde la comunidad hasta la nacionalidad, así como el sentido de territorialidad. Pero al progresismo no le gusta el mundo, le enfada la naturaleza humana, le molesta cualquier acto que atente contra su penosa ideología igualitaria que ni ellos mismos practican. Todo es poserismo y doble moral. Son gente que está en busca de una razón para vivir y creen que la defensa de causas nobles es la mejor justificación para su amodorrada existencia, por tanto andan siempre atentos a cualquier situación para emprender su cruzada salvadora. Ese es el verdadero origen de la infinidad de colectivos infantiles de causas nobles y lindas que abundan en el progresismo. 

Nuevamente un cartelito ha sido la causa de la indignación progre. Toda la beatería caviar se ha removido como un hormiguero tras la lluvia y han hecho saltar las teclas para inundar las redes con textos de condena. La verdad es que la payasería progre antidiscriminación ya aburre. Todos los años hay que explicarles a estos chiflados que en Ancón hay un problema de salubridad antes que de discriminación. Hasta hace unos años atrás cualquiera podía ir a Ancón y disfrutar sus playas sin problema alguno, pero las cosas han cambiado por la cantidad de las masas que acuden en estos tiempos no solo en Ancón sino en otras playas del sur como Naplo. Hoy Ancón es un vecindario que se ve invadido por miles de personas que van, ensucian y se largan dejando todo hecho un muladar. Obviamente los vecinos de Ancón, los residentes, como cualquier otra comunidad del Perú, tienen todo el derecho a cuidar su ambiente y resguardar su salud. Con la estúpida cantaleta de que "la playa es de todos" nadie puede justificar la invasión y la mugre. Si la gente de Ancón ha tomado medidas es porque las autoridades no dicen esta boca es mía, para variar.

Es muy fácil emprender la misma campañita idiota de la discriminación todos los años sin sentarse a analizar la verdadera raíz del problema. Eso da flojera, no vende y tampoco tiene gracia. Es mejor chillar "¡discriminación!" y posar para la foto como un defensor de causas nobles y justas. De esos payasos del progresismo estamos hasta el cogote. Y ahora nos vienen nuevamente con otro refrito: un cartel de "baño para empleadas". El año pasado fue el del "baño para amas". Todo un chongo progre al rededor de un cartelito y de unos servicios higiénicos de uso reservado, algo que es muy recomendable. Y es que esta gente francamente es estúpida. Ni siquiera sabe que a mayor cantidad de servicios higiénicos diferenciados es mucho mejor en términos de salud pública. 

Toda esta gentita que se indigna por un baño para empleadas seguramente tienen en sus casas una área de servicio que incluye un baño de servicio. ¿O no se venden así las casas y departamentos? Entonces también deberían indignarse y armar chongo contra las constructoras, inmobiliarias y municipios que autorizan construcciones "discriminatorias" que incluyen ¡oh qué horror! un baño de servicio y tal vez, en el colmo de la discriminación social, hasta un baño para visitas. Baboserías que solo a la cucufaterìa progre se le puede ocurrir. Ojalá los clubes pudieran tener más baños diferenciados, como los hay en los mejores: baños para niños, para visitantes, para el personal o los trabajadores, etc. ¿O no han visto esos baños nunca? 

Claro que la discriminación que a todos nos molesta existe, por ejemplo cuando niegan el ingreso a una discoteca a la gente que no es blanquiñosa. El local se reserva el derecho de admisión, es un texto bastante común. Pero yo aun en este caso prefiero defender la libertad de la gente antes que forzarla a comulgar con mis creencias y crear una sociedad falsa. He visto que algunos municipios, en el colmo de la idiotez y la prepotencia burocrática, han obligado a los locales comerciales a lucir un estúpido cartelito que dice "acá no se discrimina a nadie". Es una versión light de la mentalidad socialista chavista. Francamente ya cansa ver cada año estas campañitas histéricas antidiscriminación por parte de la cucufatería progresista y la beatería caviar. Hay que asumirlo como parte de nuestra patética realidad, junto a los cómicos ambulantes, botelleros y travestis de la ciudad.

Candidatos tradicionales


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Publicado por El Montonero

Todo indica que el próximo proceso electoral batiremos récord de candidatos. Una buena cantidad de anuncios permiten sospechar que la “fiesta democrática” será casi una fiesta semáforo de la democracia. Los candidatos apelan al mismo lugar común de condenar el pasado completo, como si nunca se hubiese hecho nada bueno y critican ¡cuándo no! a los “partidos y políticos tradicionales”. Todos quieren una nueva Constitución y tienen grandes planes, a veces tan amplios que parecen aspirar a un poder de 30 años.

El mensaje de estos candidatos suena falaz y hasta delirante. Se sustentan en una serie de mitos políticos populares. Para empezar en el Perú casi no existen “partidos tradicionales”. Los únicos calificados serían el Apra y el PPC. Acción Popular fue un frente de independientes formado por Belaunde luego de aparecer como outsider para enfrentar a un dictador tradicional, pero AP no tiene nada de tradicional porque hasta carece de ideología. Muerto su fundador hoy corretea como un pollo sin cabeza. El único que resulta tradicional por ahora es el Partido Comunista.

Desde el 90 lo que ha primado en política son los improvisados, los partidos cascarón, vientres de alquiler y combis electorales. En esta categoría caben la infinidad de partidos del fujimorismo y las agrupaciones que llevaron al poder a Toledo y Ollanta Humala. Así que paremos de hablar de “partidos tradicionales”. Por su parte, el político tradicional en el Perú ha devenido precisamente en el saltimbanqui que decide probar suerte en una lista y acaba en el Congreso, carece de cultura política y hasta de simple cultura, típico calentador de escaño que solo se hace notar por sus fechorías. No menos tradicional es el candidato presidencial que sale de la nada o de una asonada o, en el mejor de los casos, del entorno empresarial, sintiéndose ungido por el Señor y sustentado en su éxito y carisma, a veces empujado por algún desesperado partido en decadencia o un grupo mafioso que contrata un vientre de alquiler.

Lo que debería preocuparnos son las promesas tradicionales, como programas sociales y bienestar social sustentado en el gasto público. Ollanta Humala era un gran crítico de los políticos tradicionales pero solo tenía promesas tradicionales, al mejor estilo de un Ferrando de la política. Esos son los candidatos que sobran.

Aspiramos a candidatos originales que rompan esquemas. Estamos cansados de revolucionarios tradicionales que pretenden cambiar estructuras sociales para crear un nuevo hombre desde el Estado. Son payasos sin gracia. Un verdadero revolucionario tendría que poner en cuestión tesis tradicionales ya fracasadas como el Estado único agente rector de la economía. Anhelamos revolucionarios que promuevan la autonomía y libertad del individuo, defendiéndolo como el verdadero motor de la economía y del cambio, que se atreva a cuestionar mitos sagrados como el de los “derechos adquiridos”, generalmente gollerías malhabidas que impiden el progreso de todo un sector, como por ejemplo la educación; que no tema revisar dogmas de fe como el de los “derechos laborales” porque no pueden existir beneficios solventados por la empresa sin estar vinculados a la productividad del trabajador o incluso a la viabilidad de la empresa. Pero sobre todo, necesitamos candidatos conscientes de que administrarán un poder efímero, pasajero, limitado, y que sus actos serán juzgados. Por ahora no vemos esa clase de candidatos. Solo hay candidatos tradicionales.

miércoles, 18 de febrero de 2015

La gran mediocridad


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Hasta que el gobierno entendió que no podía mantener el gabinete como estaba, principalmente con la presencia de Daniel Urresti convertido en el palomilla de ventana de palacio. Los cambios no son los mejores para el país pero habida cuenta la orfandad de cuadros de este gobierno ya no podemos exigir más. Han tenido que buscar en los cajones y abrir las puertas de todas las oficinas para ver qué encontraban, y lo único que han encontrado es a puro burócrata. De hecho los nuevos ministros no son más que abogados burócratas, de esos que sobran en las oficinas públicas. 

En lo fundamental seguimos en lo mismo. El gabinete Heredia sigue en pie y la mucama de Nadine seguirá a cargo del circo, por lo menos aparentemente. Ya sabemos que Ana Jara vive en las nubes, su pasión es tuitear versículos bíblicos y rogar al cielo. Más allá de ser telonera de Nadine en todas las presentaciones públicas que le organizaba, su experiencia como gestora es nula. Carece de liderazgo y todos saben que está pintada en la pared. Es algo que todo el país ha visto. Su rol da pena, realmente.

No sabemos si este será el último gabinete del gobierno de la Gran Transformación que al final acabó convertido en la Gran Mediocridad. Todavía hay tiempo para otra crisis, así como van las cosas. Si Nadine se empeña en gerenciar el gobierno pasando por encima de la presidenta de la PCM y hasta del mismísimo presidente de la república, la oposición puede aun plantear objeciones valederas. La paciencia tiene un límite y la señora Nadine hace rato que ha excedido sus atribuciones de primera dama, si es que tiene alguna. Nunca en toda la historia del Perú hemos visto una primera dama que le quite protagonismo al presidente, a los ministros y mandonee hasta en el Congreso. 

Las fechorías de los amigos de la parejita presidencial y las cuentas turbias de la primera dama han puesto nerviosos a varios. De hecho la maquinaria mediática de los mermeleros de palacio se ha puesto a andar cacareando las consignas hasta con las mismas palabras. El Perú ha superado ya a Macondo. Acá los campeones en reabrir casos archivados ahora se quejan porque reabrieron una acusación a Nadine, al mismo tiempo en que reabrían el refrito del título de doctor de Alan. Solo les falta reabrir por cuchucienta vez el caso de El Frontón o el mito de las esterilizaciones forzadas. Y los que ayer condenaban los recursos jurídicos de Alan García hoy aplauden que Nadine presente un Habeas Corpus para escapar de los perros de caza de la fiscalía. Hasta han recusado al fiscal.

Ya no sorprende el descaro y doble moral del progresismo y de la prensa mermelera. Por lo menos son coherentes en defender el desastre de gobierno que apoyaron en las elecciones. El único problema es que ahora lo hacen con el presupuesto público. Los que ayer se mofaban de quienes pasaron por la salita del SIN hoy acuden a la salita de Blanca Rosales y no pasa nada.

martes, 17 de febrero de 2015

Podemos o no?


Escrito por: Elvis Occ

¿Quien le da forma y cuerpo al descontento peruano? Esa deberia ser la pregunta que preocupe a los politiqueros en los siguientes 15 meses previos a las elecciones. Unos piensan que los partidos, otros creen que ciertos dirigentes levanta polvo y los mas culpan al actual gobierno humalista. Por eso no sorprende que personajes tan particulares como Mauricio Diez Canseco -Brad Pizza- forme su partido y lo primero que anuncie sea que los politicos fallaron: "Que se vayan todos".

Sin embargo, tambien estan los que buscan un PODEMOS (esa pesadilla chavista en España), como la aparicion de una nueva fuerza que sacuda el sistema politico este de, vientres de alquiler, alianzas de conveniencia, partidos cascaron y demas marrullerias a la hora de llegar al poder. Y es que la economia no pinta bien, se augura un crecimiento economico del 2% para el 2015. La seguridad ciudadana es una serie televisiva y la corrupcion ya llego al arbol. La manzana cae podrida desde lo alto.

Las encuestas, las redes sociales, blogs, comentarios y la continua critica diaria en columnas, radio y television, confirman que se esta gestando un fenomeno de naturaleza politica que se cocina a fuego lento, a presion. Por eso no sorprenderia que un Pablo Iglesias pueda irrumpir en el escenario politico local, con carisma y de izquierda. ¿Pero acaso no son ellos los que le estan dando forma y cuerpo al descontento en Peru? De ese lado no es posible una redencion. Asi que el camino es propicio para un PODEMOS del lado derecho, uds me entienden.


www.elvisocc.org  

domingo, 15 de febrero de 2015

Inocente por falta de pruebas


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

A diferencia de los delincuentes comunes que perpetran sus fechorías dejando un largo rastro de pruebas y evidencias que los vinculan con el delito, los delincuentes de cuello blanco suelen ser más cautos y meticulosos en sus actos, pues muchos de ellos son incluso abogados o tienen abogados a su disposición, antes durante y después de sus trapacerías. Rodolfo Orellana lo dijo muy orondo: "mi principal ventaja es que conozco la ley". Pero eso no basta. Su problema es que no tiene padrinos.

Alejandro Toledo está pidiendo que archiven su caso y tal vez salga limpio a pesar de todo el mar de evidencias sobre sus millonaria adquisiciones inmobiliarias, mediante un típico embrollo de cuentas y empresas extranjeras en paraísos fiscales a nombre de la suegra, transacciones en bancos locales y foráneos que enredan la madeja a tal punto que nadie conoce a ciencia cierta el origen del dinero. Por último el as bajo la manga, el tio rico Mac Pato Maiman afirmando que el dinero es suyo. Elián puede seguir mostrando su sonrisa diabólica. La justicia ha sido magistralmente burlada.

Algo similar ocurre con Nadine Heredia, la mujer prodigio capaz de brindar asesorías por telepatía sobre casi cualquier aspecto de la vida humana y cobrar millonarios contratos. Otra vez el enredo de cuentas bancarias con infinidad de depósitos hormiga que revelan una obvia estrategia para burlar la ley de lavado de activos. Y una vez más la repentina riqueza inmobiliaria de la madre y hermanos de Nadine, así como sus extraños viajes continuos a Venezuela durante la dictadura de Chávez. El pool de abogados que ha formado la primera dama ya tiene su primer argumento: faltan pruebas. 

Como corolario de la estrategia defensiva legal viene la cortina de humo política. El borrachín de Cabana asegura que una "trilogía del mal" quiere impedir su candidatura. ¿Ya se olvidó que en las últimas elecciones quedó en quinto lugar? Se ha lanzado con todo a su campaña presidencial pero con más intención de pasar por "perseguido político" que de volver a la presidencia. Le conviene estar de candidato para enturbiar sus procesos fiscales.

Nadine no se ha quedado atrás. Al mejor estilo chavista, ha convertido las investigaciones de sus cuentas en intentos para desestabilizar el régimen y socavar la democracia. Solo le falta decir como Maduro que todo intento de investigar a la primera dama es una ofensa a la patria. Su recua de congresistas no se cansan de acusar de golpista a todo el que cuestione la moral de Nadine. Hasta los periodistas mermeleros de la caviarada que se han vendido al régimen y hoy fungen de defensores oficiosos de la primera dama y del gobierno, como la inefable Rosa María Palacios, acusan casi de traidores a la patria y antidemócratas a quienes osan investigar a Nadine o poner alguna sombra de sospecha sobre el gobierno. Son una vergüenza del periodismo.

viernes, 13 de febrero de 2015

Pichanaki: la misma historia de siempre


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Lo ocurrido en Pichanaki es un capitulo más de la misma historia que se repite en el Perú como una maldición bíblica en el presente siglo. Otra asonada radical ambientalista, que es la modalidad de la izquierda actual, atentando no solo contra la estabilidad jurídica y la gobernabilidad democrática del país sino contra su desarrollo. La estrategia de esta plaga de revoltosos es siempre la misma, se repite como el guión gastado de un sketch cómico y se puede resumir en las siguientes etapas. 

1.- Todo empieza con un atorrante de muy escaso nivel mental pero suficiente para convertirse en un líder de izquierda ambientalista. Claro que del medio ambiente no sabe un pepino, pero repite como cacatúa las consignas relamidas del ecocomunismo, las que se resumen además en una sola cosa: rechazo a toda empresa minera o petrolera. El perfil de todos estos subnormales como Ydelso Hernández, Wilfredo Saavedra -o el recientemente célebre etnoterrorista de Pichanaki Carlos Chavarría- es el mismo. Su nivel mental solo puede competir con un chofer de combi. (El ministro Mayorga no ha podido evitar su incomodidad al decir que el nivel mental de este líder es tan patético que apenas es posible sostener un dialogo mínimamente inteligible). Y casi siempre estos angelitos tienen antecedentes de sedición y hasta de terrorismo. Estas son las joyitas que forman, organizan y dirigen los tradicionales "frentes de defensa" que es como se llaman ahora los grupos sediciosos, los que se arrogan la representación del pueblo y pasan por encima de todas las autoridades a punta de mentiras y violencia.

2.- El frente de defensa inicia una activa campaña de desinformación de la población, mintiendo con descaro hasta despertar sus temores sobre la contaminación. Usualmente reciben apoyo de las ONGs ambientalistas, radios locales ilegales y hasta curas ideologizados que utilizan el púlpito para azuzar a la población contra la empresa petrolera, como ha ocurrido en Pichanaki. La población ignorante cree todo lo que escucha, como por ejemplo que la exploración detona cargas de dinamita en el subsuelo y eso se chupa las aguas y cuartea los terrenos, como les han dicho a los pobladores de Pichanaki.

3.- Una vez que se ha conseguido calentar los ánimos de la población se organiza el paro. Es cuando el supuesto frente de defensa lanza un comunicado desaforado exigiendo que se vaya la empresa y de paso, nueva Constitución y cambio del modelo neoliberal extractivista primario exportador, y demás idioteces típicas del ideario de la izquierda delirante desde hace más de 20 años. Una "plataforma de lucha" que se repite en cuanto documento de izquierda se lee, sea de Patria Roja, SUTEP, CGTP, etc., hasta los diferentes frentes de defensa aparecidos desde Cajamarca hasta Puno. Lo que revela que se trata de una estrategia general de la izquierda.

4.- Llegado el día del paro los sediciosos recurren al típico bloqueo de carretera, la marcha por las calles y la consigna de asaltar las instalaciones de la empresa, lo que acaba siempre en incendios de locales y vehículos, balacera y muertos. Claro que los facinerosos dirán que su marcha y paro son pacíficos y culparán de todas las consecuencias al gobierno y a la policía.

5.- Se instala la mesa de diálogo que en realidad es una mesa de claudicación donde el gobierno recula y accede a todo, empezando por no levantar cargos contra los sediciosos. Así nadie va preso y los revoltosos regresan para ser recibidos con aplausos, entrevistados por la prensa y convertidos en potenciales candidatos a la presidencia. Así es como funciona este patético país. Allí tienen ahora al propio Ollanta Humala salido de las mismas cloacas de la izquierda revoltosa. ¿O es que ya olvidaron cómo los nacionalistas predicaban mentiras en Bagua antes de la tragedia? Allí están los videos que lo prueban, con Yaneth Cajahuanca y Marisol Espinoza engañando a los nativos con el cuento de que les iban a quitar sus tierras.

6.- El corolario final es tragicómico. Trágico porque siempre acaba suspendido un gran proyecto de inversión que beneficiaría enormemente al país, como Tambo Grande, Conga, Tia María, etc. Y cómico porque aparecen en escena los clásicos figuretis y extraviados mentales de Lima, jóvenes y poseros aprovechados, apoyando las protestas de los farsantes creyendo que apoyan al pueblo y a las comunidades indígenas. Se hacen los bacanes insultando al gobierno, a las empresas y a la policía. Tan desinformados viven estos hijos de papá que no saben ni a quién apoyan finalmente. Los hemos visto ayer como una manifestación de cómicos ambulantes frente a las oficinas de Pluspetrol en San Isidro diciendo boludeces ante la prensa. Luego leeremos los artículos de los típicos charlatanes del progresismo y la caviarada que incluso han inventado un epíteto para insultar a quienes propugnamos el desarrollo del país: "desarrollistas". ja ja ja Si serán...

Quizá habría que añadir un triste epílogo a esta historia que es ver a los miserables revoltosos postulando a la presidencia y al Congreso y, peor aun, algo que no es raro tal como marcha la decadencia de este país, verlos en la presidencia, como ahora mismo vemos al ex agitador y asaltante de campamentos mineros Ollanta Humala y sus congresistas nacionalistas. Vamos camino a ser Venezuela porque la plaga de imbecilidad parece crecer sin que nadie se atreva a detenerlos.


Líder etnocacerista Carlos Chavarria, promotor del paro en Pichanaki


martes, 10 de febrero de 2015

La farsa del diálogo


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Uno de los grandes misterios de la política es su capacidad para montar farsas que son creídas por todos o casi todos. Y esto gracias a la complicidad de los medios y mermeleros de la prensa que se prestan a montar el escenario de la farsa. El supuesto dialogo del gobierno con las supuestas "fuerzas políticas vivas de la nación" no ha sido más que una farsa de la peor clase, una tomadura de pelo, un engañabobos, un circo de barrio pobre, cualquier cosa menos un verdadero diálogo político.

Para empezar nunca hubo en palacio de gobierno "fuerzas vivas" sino fantasmas como Aureo Zegarra, figuretis como los Reggiardo, espantapájaros como Siomi Lerner y mucha gente que no representa a nadie, partidos cascarón como el de Antero y vientres de alquiler como UPP que no existen en la realidad, que no tienen representación y ni siquiera han competido en elecciones. Mucha gente que no representa a nadie ha acudido a Palacio para salir en la foto. Ha sido una reunión de un gobierno en descomposición con partidos que están en extinción, como Fuerza Social, Ciudadanos por el Cambio o Perú Posible. 

El Apra y Fuerza Popular, las verdaderas fuerzas vivas de la política no acudieron al circo del diálogo por la simple razón de que no se puede convalidar una farsa. Hicieron bien. Al fin actuaron por principios y no por conveniencia. No podían acudir a la casa de un gobierno cuyo jefe los insulta cada día y permite que los ministros agravien a sus líderes. Eso es inaceptable en un régimen democrático mínimamente decente. Si este gobierno hubiese querido tender puentes, primero tendría que haber despedido a esos ministros insolentes, el presidente mismo tendría que haberse disculpado personalmente ante los líderes de oposición por sus constantes agravios y solo después convocarlos a un diálogo.

Pero no se puede creer en la voluntad dialogante de un régimen que apela al diálogo tan solo como último recurso para distraer a la oposición y salvar una censura del gabinete, que es lo que en realidad corresponde ante tantos escándalos de agresión política y hasta corrupción que involucra a las más altas esferas del poder. La convocatoria al diálogo fue evidentemente una maniobra distractiva, más falsa que el amor y la pasión de una prostituta. Solo los tontos, figuretis y poseros podían acudir al llamado. Menos mal que el Apra y el fujimorismo decidieron abstenerse. Al fin un acto de cordura.

Además hubiese sido francamente ridículo que dos partidos con tanta historia, trayectoria, tradición y respaldo popular vayan a sentarse con una sarta de pichiruchis y farsantes de la política que no representan a nadie. Se hubieran rebajado al nivel de la nada política, que es lo que probablemente deseaba el gobierno. Pero la estratagema no les funcionó. Al final todo fue un monólogo del gobierno que acabó sacando de su manga el anuncio de la desactivación de la DINI y un probable aumento de la RMV, lo que presentaron descaradamente como resultado del diálogo. Y los tontos útiles asistentes solo atinaron a mover la cabeza. Así estamos en este país.

sábado, 7 de febrero de 2015

¿Diálogo para qué?


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El diálogo convocado por este moribundo gobierno de Ollanta Humala es el gesto más patético de hipocresía y desesperación que se ha visto en la política peruana en mucho tiempo. 

Primero porque este no es un gobierno dialogante sino todo lo contrario: confrontacional. Es un gobierno de vena chavista que desprecia a la oposición y vive insultándola. Ollanta está muy lejos de ser un líder político real, de los que apenas al iniciar su gobierno convoca a un diálogo nacional de "ancha base", como se decía antes, genera alianzas y mantiene las puertas abiertas. No. Ollanta hizo todo lo contrario. Desde el principio se dedicó a estigmatizar el pasado y despreciar a los políticos al mejor estilo chavista, insultándolos en cuanta presentación pública hacía en el país e incluso ante la prensa. Su autosuficiencia lo llevó a despreciar incluso a sus aliados en campaña. Al final se quedó solo, junto a un trepador profesional como Toledo que solo buscaba refugio. La invitación de Ollanta a un diálogo carece de credibilidad si solo hasta ayer seguía insultando a los líderes de la oposición. Su gesto es forzado y no tiene nada de genuino.

Segundo, porque el momento de la convocatoria no podía ser más evidente para mostrar que se trata de una maniobra desesperada, pues se sienten rodeados por escándalos de corrupción y hasta se oyen voces con pedidos de vacancia. Las críticas al gobierno en realidad se han quedado cortas gracias a la gestión también pusilánime de la oposición. El fujimorismo, la principal fuerza del Congreso, carece de cuadros políticos experimentados y versados. El Apra que sí los tiene está muy disminuido. Con esto la oposición ni siquiera merece llamarse así. Al menos debería dejarse sentir rechazando el falso diálogo.

Tercero, porque la convocatoria ni siquiera tiene un norte, una agenda, un propósito fijado. Nada. Es solo una invitación a tomar el té en Palacio y tomarse una foto esperando que las aguas se calmen. Es a todas luces un engañabobos. No quieren enfrentar una censura ni están dispuestos a renunciar. Lo que quieren es manejar la crisis sacando a pasear a la oposición. Estos harían el papel de tontos si se prestan a la maniobra distractiva del diálogo. Lo que deben es censurar ya al gabinete Jara y exigir un gabinete de consenso que marque la ruta de salida de este gobierno.

Por último, resulta una majadería, un insulto a la inteligencia, que Nadine Heredia y Ollanta Humala copien el estilo chavista de manipulación popular para decir que rechazar este diálogo es anteponer los intereses de grupo a los del país, pidiendo a la oposición que piense en el Perú primero. Es decir, al igual que Maduro, este gobierno se siente la encarnación de la patria y que toda crítica a su gestión es un ataque a la patria. Esa clase de chantaje infantil manipulando los sentimientos patrios también es típica del chavismo. Por último, tampoco resulta válido invocar a la "gobernabilidad" cuando son ellos mismos los que se crean la inestabilidad política insultando a la oposición. 

La gobernabilidad es algo que debe buscar siempre todo gobierno sensato mediante el diálogo permanente, el consenso, los acuerdos, la concertación, etc. El gobierno debe representar a todos. Pero Ollanta y su jauría de ministros tuiteros se pasan los días insultando a los líderes de oposición y solo cuando las papas queman se acuerdan de la gobernabilidad y piden un diálogo hipócrita y sin agenda. Es patético. Que se vayan todos. 

viernes, 6 de febrero de 2015

El cuento viejo del diálogo


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El diálogo es parte integrante y permanente de las relaciones humanas en cualquiera de sus facetas, pero fundamentalmente en la política, donde adopta ribetes críticos. Lo ha sido siempre, salvo cuando la política ha sido ejercida por demagogos, aficionados, trepadores y farsantes que llegaron al poder gracias a las debilidades institucionales de nuestros países o mediante el asalto armado directo, como en el caso de la dictadura cubana, y ejercen el poder con gestos y actitudes totalitarias, que empiezan anulando todo diálogo democrático, estigmatizando a la oposición y hasta apresándo a cualquiera que no comulgue con las ideas del villano mandamás. 

En Latinoamérica fue Fidel Castro quien inició la política del tirano confrontacional insultando a todo el que le daba la gana, persiguiendo a los opositores y fusilándolos. Su sucesor y mentor Hugo Chávez le tomó la posta y no se ahorró adjetivos para llamar "yanquis de mierda" a los EEUU, el principal enemigo de todos estos lunáticos. También llamó "ladrón de siete suelas" a Alan García cuando competía contra el candidato del chavismo Ollanta Humala. El funesto tirano Hugo Chávez (porque demócrata nunca fue) no dejó títere con cabeza. Insultó a los medios de oposición, a los empresarios, al clero, al Vaticano y a cuanta persona le daba la gana. Era su estilo. Un estilo que el actual tirano venezolano Nicolás Maduro pretendió seguir, pero que se ha visto obligado a moderar en vista de su situación calamitosa. Ahora está rogando a la UNASUR a que medie entre Venezuela y EEUU para que haya un diálogo entre ambas naciones, algo que nunca quisieron.

En el Perú ha sido justamente Ollanta Humala el iniciador de este estilo callejonero y prepotente de gobernar, insultando a toda la oposición con especial énfasis a los ex presidentes Alan García y Alberto Fujimori o sus movimientos políticos. El principal recurso oratorio de Ollanta Humala en cuanta presentación hace en sus giras por el interior es atacar a sus predecesores, incluso con mentiras como crear la falsa imagen de que él es el único presidente que va a la sierra, aduciendo que los anteriores padecían de soroche. Seguramente la gente que escucha eso en las plazas quedará desconcertada al saber en carne propia que lo que afirma Ollanta es falso.

Ollanta ha sido el matón de barrio que el chavismo quiso tener en sus filas. Aunque no tuvo el valor para plegarse al proyecto bolivariano, Ollanta no ha ocultado su admiración por Hugo Chávez. Es un fiel seguidor del estilo confrontacional y prepotente que no solo es propio de Hugo Chávez sino también del otro líder nacionalista y militar que inspira a Ollanta: el general Juan Velasco Alvarado, maestro del insulto y la prepotencia. No solo persiguió a lo que él llamaba "la oligarquía" sino que los arruinó, y de paso arruinó al país. Gobernó solo para aniquilar a la "clase dominante". Esa era toda su meta y prédica. Luego Sendero Luminoso le tomó la posta. 

Con ese bagaje mental Ollanta no está en condiciones de ser un gobernante cabal. Es un simple trepador de baja estofa que cada día hace esfuerzos para convencerse de que es un político y un presidente. Al igual que sus delirantes ídolos cree que su misión es refundar la patria y extirpar el pasado, combatir y aniquilar a los monstruos que se oponen a su ley y palabra, guillotinarlos con el filo de su oratoria encendida y venenosa. Según su discurso Alan García es un panzón que tiene deudas con la justicia y el fujimorismo nació de las cloacas. Siempre hace recordar que en el pasado se cometían todas las fechorías, sugiriendo que el presente es diferente. Sin embargo no es así. Para colmo su estilo confrontacional y chabacano de comunicación ha sido copiado por dos ministros que se encargan del pugilato tuitero contra los líderes de la oposición.

El escándalo de corrupción que salpica al régimen de Ollanta muy de cerca ha llevado a la primer ministro Ana Jara al Congreso, en donde le han exigido poner orden en su gabinete. En realidad le han exigido que renuncie con todo su gabinete. La respuesta del gobierno a las aguas movidas de la política y en la fiscalía ha sido un llamado hipócrita al diálogo. No se puede considerar de otra manera un gesto que no es natural en el régimen y que surge luego de sentir el agua en el cuello. Los llamados al diálogo desde la época de Alejandro Toledo han sido gestos desesperados para capear el temporal y bajar los ánimos a la oposición, El resultado de los diálogos de Toledo fue el llamado pomposamente (como todo lo que hizo Toledo) Acuerdo Nacional. Un documento que en la práctica no ha servido para nada. 

El antecedente de este gobierno fue el diálogo promovido por el premier Juan Jiménez, ocasión que aprovecharon los infaltables figuretis para pisar Palacio de Gobierno y tomarse una foto histórica. Para nada más sirvió ese diálogo. De modo que en las actuales circunstancias, cuando el gobierno está asediado por investigaciones por corrupción y con una oposición que vive hastiada de los insultos constantes del presidente y sus ministros, convocar a un diálogo sin tener una agenda precisa como por ejemplo, discutir una reforma laboral integral, no tiene más sentido que pasar el tiempo y entretener a los espectadores. 

En este panorama tiene lógica y consistencia la respuesta del Apra y el fujimorismo, las principales fuerzas políticas del país, que se han negado a la convocatoria. No tiene sentido ir a un diálogo sin agenda y sin cambios en un gabinete que tiene varios ministros muy cuestionados. Nadie hasta ahora ha pedido siquiera disculpas por el peculiar estilo chabacano y callejero del presidente y sus ministros Cateriano y Urresti. Lo que correspndería es que el gabinete renuncie en pleno y que un nuevo premier recomponga el gabinete señalando una agenda de salida del gobierno, en el corto tramo que le falta para entregar el poder. Sin esos detalles concretos no cabe diálogo.

martes, 3 de febrero de 2015

Las cuentas de la primera dama


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

No me hago ilusiones con la investigación a Nadine Heredia. Estamos en un país sumergido en la corrupción y la mediocridad, y por cualquiera de estas razones puede caerse la investigación, como ya ha ocurrido antes. Pero al margen de esto, es necesario tener claro que una cosa es la verdad y otra lo que se puede probar legalmente. Se trata de dos cosas diferentes. La verdad es a veces ridiculamente obvia y hasta las evidencias saltan como grillos por todos lados, pero cuando las instancias judiciales quieren obstaculizar un proceso, hay muchas formas de impedir que la verdad salga a la luz. 

Este no es el proceso contra Alberto Fujimori donde bastaban los indicios supuestos, los testimonios de terceros y las sospechas irracionales para acabar prontamente un complejo proceso basándose en una gaseosa teoría de autoría mediata jamás usada, y con cargos que el juez sacó de su manga sin que la parte fiscal los haya expuesto en ningún momento. No. Este no es un caso así. Es todo lo contrario. Acá se trata de ocultar las evidencias y ponerse exquisitos con la verdad. Se trata de los amigos de la clase políticamente correcta. Para ellos, la ley es escrupulosa. 

No me extrañaría que el caso de Nadine Heredia quedara archivado, como ya lo fue antes, ni que pase lo mismo con Alejandro Toledo. Ellos son parte de la casta de intocables por la ley. Son los casos en que las pruebas desaparecen mágicamente, los testigos se arrepienten curiosamente, los jueces y fiscales están prestos a archivar el caso y hasta (se han visto casos) el fiscal acaba suicidándose. ¿En qué quedó el escandaloso caso de las firmas falsas de Toledo? En nada. ¿En qué quedó el caso de Ollanta Humala en Madre Mía? En nada. Los tres millones de firmas falsas desaparecieron como por arte de magia y el expediente militar completo del capitán Carlos desapareció de la faz de la tierra. Son casos más misteriosos que los expedientes X.

Desde la caída de Fujimori, al Perú se lo disputaron a mordiscos jaurías de hienas trepadoras y sin escrúpulos que se peleaban por el poder mientras gritaban "recuperemos la democracia". Fue el inicio de una nueva era de salvapatrias salidos de la nada que organizaban un show popular de "lucha por la democracia", con típicas asonadas callejeras o delirantes asaltos de campamentos mineros. Una vez convertidos en figura mediática, iniciaban sus letanías a favor de la democracia y de los pobres. Ya desde allí iniciaron a llenarse los bolsillos con los aportes de campaña. Es bien sabido que George Soros le donó un millón de dólares a Toledo para su marcha de los cuatro suyos, pero este solo gastó el 10% mientras su sobrino depositaba el resto en tres cuentas. Esto no es delito pero pinta de cuerpo entero a la cepa de vividores que llegó a la política en el presente siglo, todos ellos disfrazados de luchadores por la democracia y enemigos jurados del fujimorismo.

Ollanta Humala no es nada diferente. Es peor. Nunca el gobierno del Perú había caído en peores manos, salvo los pocos días en que los hermanos Gutiérrez mandonearon en Lima luego de darle un golpe al presidente Balta. Estos hermanos Gutiérrez cometieron el gran error de asesinar al presidente Balta y pagaron con sus vidas semejante atrevimiento. Desde entonces, los asaltantes del poder se cuidan de desprestigiar al presidente derrocado, convirtiéndolo en el monstruo que hay que combatir y al que es mejor mantener alejado en el exilio o encerrado en prisión.

Desde que Ollanta saltó a la fama con el Locumbazo no hizo más que vivir de la política. No es más que un parásito de la política. A este vil oficio se sumó su esposa Nadine. Ambos han vivido como reyes desde que incursionaron en la políticas con pretensiones de llegar al gobierno. ¿Cómo lo hacen? Pues gracias a las misteriosas donaciones provenientes del lado oscuro del poder. Primero, como ya todos saben, fueron los millones que Hugo Chávez invirtió para convertir a la parejita de indeseables e figuras públicas. Hasta los recibió en el palacio de Miraflores, en Caracas, mezcládolos con todos los líderes del clan chavista. Lástima para ellos que los peruanos decidieron arriesgarse con Alan García en el 2006. Claro que muchos aportantes menores a la campaña cobraron sus intereses como congresistas del período 2006-2011. 

Pese a la derrota, las donaciones siguieron llegando, permitiendo a la parejita de zánganos vivir como reyes sin dar cuentas a nadie. Ni Ollanta ni Nadine tuvieron un empleo en los últimos 15 años. Toda sospecha fue respondida con su pensión militar y algunas asesorías de Nadine que iban apareciendo misteriosamente. El corrupto abogado de la parejita ha salido a decir muy orondo que Nadine es una comunicadora y que en esa condición ella puede dar asesorías hasta por viajes espaciales. A ese nivel de conchudez se ha llegado en este caso. Las facturas por asesorías lo aguantan todo.

De hecho las asesorías y los estudios son la nueva forma de corrupción de alto nivel. Solo hay que recordar las grandes sumas de dinero que la gestión de Susana Villarán malgastó en asesorías muy sospechosas que nunca sirvieron para nada. Ahora resulta que Nadine tiene asesorías para casas de cambio, empresas de tratamiento capilar y revistas, entre otras. Es lo máximo. Pero mientras sigan saliendo padrinos como Maiman para cubrir las fechorías de Toledo y asesorías que limpian los ingresos malhabidos de Nadine y Ollanta, el mundo de ficción que es la política peruana seguirá su curso sin perturbarse. Los verdaderos corruptos seguirán paseándose en el poder, limpios de toda culpa, mientras otros seguirán pagando en prisión para darles credibilidad a los mafiosos.

domingo, 1 de febrero de 2015

La pulpimanía se desborda


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Tras la derogatoria de la ley del empleo juvenil mejor conocida como "Ley Pulpín", una gran cantidad de personajes de los medios y de la política progresista se apresuraron a llenar de elogios a los jóvenes revoltosos convirtiéndolos en héroes, asegurando que se trata de una nueva generación de iluminados y valientes muchachos luchadores, dispuestos a hacer prevalecer sus derechos y mil otras cosas más. Los han invitado a los sets de la radio y TV, y han aparecido en los diarios, siempre rodeados de una irritante y nauseabunda pleitesía por parte de los conductores.

Todo este afán de adulación a los jóvenes pulpines tiene mucho de esa patética costumbre humana de hacer altares donde colocan a sus ídolos para adorarlos y encenderles velas esperando milagros. Y los milagros no tardaron en llegar. De inmediato aparecieron líderes juveniles convocando a una marcha contra la "TV basura", pero prometen hacer muchas marchas más contra todo lo que consideran nefasto en este mundo. Han detectado que no necesitan ideas. Las marchas son el instrumento político que funciona en este país, y la presión va hasta donde se pueda llegar. Si no basta con obstaculizar el tránsito y tomar una carretera pues se tomarán rehenes o incendiarán locales. Es lo que funciona acá según la experiencia. Pero pongamos todo esto en contexto.

La izquierda ha defendido siempre la tesis de que la protesta es un derecho, impidiendo al mismo tiempo que tal supuesto derecho sea normado por una ley. Acusan de abuso a los policías que cumplen su trabajo de resguardar el orden público y preservar la propiedad. No los quieren ver en las marchas y los agarran a palos y piedras si les impiden el acceso a zonas restringidas. Los abogados de las ONGs de izquierda salen presurosos a defender a los manifestantes detenidos. En suma, hay toda una organización orientada a desestabilizar el Estado de derecho, pasar por encima de la ley y la autoridad y emplear el caos y la violencia como métodos políticos. Es la vieja historia de la izquierda. Ni siquiera es nueva la manipulación de los jóvenes para estos fines. La única diferencia es que ahora la izquierda violentista tiene abogados, instituciones y medios que le dan soporte a su accionar.

A todo lo anterior debemos añadir hoy a los papanatas de los medios que sirven de tontos útiles de la izquierda aclamando a los jóvenes pulpines porque lograron amedrentar a los congresistas para que derogaran una ley por la fuerza más que por la razón. El resultado es que ahora tenemos jóvenes envalentonados pretendiendo cambiar el mundo a punta de marchas. Ya se la creyeron. Están como Reymond Manco diciendo "tóquennos que somos realidad, nosotros cambiaremos este mundo". No saben ni cuáles son las fronteras del Perú ni para qué sirve el Banco Central pero quieren arreglar el mundo. Sería bueno bajarlos de su nube antes de que empiecen a causar destrozos.

Llenar las calles con masas de disconformes nunca ha sido ni será una propuesta política. En todos esos miles de vagonetas que llenaban las calles de Manhattan hace unos años en ese movimiento social llamado "Occupy Wall Street" no había ninguna idea ni propuesta inteligente. Eran solo masa amorfa, una simple moda social sin sentido como lo fueron los hippies y como son ahora los tatuajes, los piercing o cualquier otra tontería que se les viene a la mente a la gente y lo hace sin saber por qué. Y esta insólita propuesta de los jóvenes para salir a marchar contra la TV basura es más de eso mismo. Realmente no hay nada más idiota que protestar por la TV basura cuando tienes el control remoto en la mano. Cambia de canal y para de sufrir. Por último: ¡apaga el televisor y ponte a leer!

Además ¿quiénes son estos jóvenes para decidir lo que es TV basura y lo que los demás deben ver o no deben ver? Lo que han creado los papanatas adulones de los medios es un fascismo pulpín que se cree con autoridad para modelar la sociedad, pero no con ideas sino con marchas y consignas. Así fue como empezaron los nefastos movimientos del fascismo y el nazismo en el siglo pasado, tomando las calles y rompiendo vidrieras. Muchos hablan de conocer el pasado para no repetirlo pero acá hacen gala de ignorancia y alimentan cuervos. Hay que exigir que la política se haga respetando los cauces de la ley y del Estado de derecho. La democracia es un sistema creado para resolver nuestras diferencias en paz. Todo el que pretenda hacer uso de la fuerza, las masas, la violencia y el chantajes sale del marco de la ley y la democracia, y eso no puede ser adulado ni endiosado. Ese camino es siempre peligroso, y lo sabemos bien.