sábado, 27 de octubre de 2018

El rey de la chatarra


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El reality show en que se ha convertido el alegato judicial del fiscal José Domingo Pérez no solo lo ha llevado a la fama, sino que ya es el héroe de los sectores anti Keiko. Ha sido elevado a la categoría de héroe en las cloacas de las redes sociales, donde emana la pestilencia habitual de los cerdos que se revuelcan en el odio, los memes injuriosos, los insultos y calificativos baratos. Toda esa lacra social de infantes exaltados y progres pro terrucos ya tienen a su héroe. 

Sin duda que José Domingo Pérez representa bien a esos sectores que son la antítesis de la decencia, la racionalidad y de una sociedad civilizada. Sus fans corrieron a las puertas del juzgado con pancartas que llevaban su rostro y coreaban su nombre, agradeciéndole por meter a la cárcel a la mujer que odian, a la que llaman corrupta porque eso es lo que les han enseñado a memorizar. Es todo un caso de psicosisi colectiva que merece un estudio profundo para descubrir cuánta miseria mental se esconde detrás de esas escenas. 

Personalmente he hecho el experimento de meterme a las cloacas de las redes sociales para pregutarle a varios de estos seres de inframundo que gozan del insulto y la difamación a Keiko, de qué exactamente la acusan. Nunca he encontrado un cargo concreto. Solo insultos: corrupta, ladrona, mafiosa, vaga, etc. Algunos, los más versados, aseguran que "estudió con nuestra plata" o "fue parte del gobierno corrupto de su padre". Y allí acaban los cargos. 

El adoctrinamiento social que ha llevado a cabo la izquierda caviar, que ha gobernado el Perú en estos últimos 18 años, ha sido tenaz. Las últimas dos generaciones han crecido amamantados en el odio al fujimorismo, alimentándose del odio que cada día les servían a la mesa desde los medios y las redes sociales dominadas por la izquierda. Gran trabajo de cloacas como utero.pe y La Mula, además de docenas de páginas de Facebook dedicadas al insulto y la exaltación del odio al fujimorismo.

El antifujimorismo es la doctrina nacional creada por la Comisión  de la Verdad y Reconciliación, cuyas enseñanzas se riegan en las escuelas gracias a la infiltración del MINEDU por parte de rojos de la talla de Nelson Manrique. Los textos escolares y los maestros del Sutep inician a los jóvenes en la doctrina del antifujimorismo, el cual será reforzado por la universidad copada aún por el marxismo. No hay escapatoria. Allí tienen a las últimas generaciones de jóvenes convertidos en borregos del antifujimorismo, repitiendo los mitos y mentiras creados por la izquierda.

De esta perversa manera la izquierda ha creado una nación esquizofrénica que vive sumida en el mito e ignorante de su realidad. La esquizofrenia ha llegado a su clímax con el show del fiscal José Domingo Pérez pidiendo cárcel para Keiko, sin que ella haya gobernado jamás. Mientras que todos aquellos que pasaron por el poder concediendo grandes y costosas (y muchas veces inútiles) obras a las empresas brasileñas que los financiaron para llevarlos al poder, andan libres y sin ser molestados, o los han dejado escapar mirando a otro lado mientras seguían postulando a la presidencia.

En los últimos 18 años hemos sido gobernados por corruptos, que fueron elegidos con el apoyo de la izquierda caviar que hoy nos vende el show de la lucha contra la corrupción. De hecho, quienes nos han estado gobernando detrás de bambalinas son los asesores de la izquierda caviar, que de vez en cuando asoman como ministros de Estado. Son ellos los autores de las políticas públicas que hoy son emblema del Estado: género, interculturalidad, inclusión social, gasto social, etc. 

Es decir, toda la corrupción que hemos vivido en los últimos 18 años ha sido obra de la izquierda caviar, encubierta y protegida por la prensa corrupta que también tiene rabo de paja, porque la mega corrupción que llegó desde Venezuela y Brasil salpicó no solo a los candidatos y sus partidos sino también a los medios, a varios periodistas, a las oenegés y otras organizaciones de izquierda. Todos ellos tienen las manos sucias. Todos ellos apoyaron a los corruptos y fueron parte de la corrupción de diversas formas, mientras al mismo tiempo se dedicaban al truco de señalar a Keiko como corrupta solo para que todos los ignorantes se lo crean.

De este modo, los verdaderos corruptos detrás de la mafia caviar de los medios, las oenegés y los últimos cuatro gobiernos que han robado al Perú recibiendo no solo donaciones de campaña sino verdaderas coimas pagadas con megaobras, cobrando millones por asesorías truchas y estudios inútiles en los ministerios copados por parásitos oenegeros o académicos de izquierda, o en millones destinados a la farra de la publicidad estatal en los medios corruptos, todo ese latrocinio vivido en los últimos 18 años ha sido mágicamente encubierto con las campañas anti Keiko, para que toda esa manga de imbéciles que sigue a los medios basura de izquierda se dediquen a odiar a Keiko.

En resumen, los corruptos nos han vendido el cuento de que luchar contra la corrupción es perseguir a Keiko y al fujimorismo mediante el cuento sin fin de los noventas. Ya son 18 años de cuentos antifujimoristas. Los idiotas ya pueden sacar su DNI antifujimorista. Ya se han recibido varias veces en la academia nacional de ciencias antifujimoristas. Y estos expertos en el odio a Keiko son los que ignoran totalmente la realidad nacional vivida no solo en estos últimos 18 años sino toda. Lo ignoran todo, no saben más que cacarear los mitos y mentiras de la doctrina oficial del antifujimorismo montado por la izquierda cavar y regada por las cloacas de sus redes. 

Ahora ya tienen a su héroe nacional, el fiscal José Domingo Pérez, un mediocre a carta cabal, que ha llevado su arrogancia y pedantería al juzgado para tratar de montar un show de mago infantil, exhibiendo minucias irrelevantes para convertir a Keiko en la cabecilla de una organización criminal. Lo único que le ha faltado es mostrar los boletos de bus hallados en sus allanamientos. No tiene nada más que fábulas. Lo sabe y por eso no quiere abrir un juicio. Todo lo que quiere es apelar al truco de la prisión preventiva para meter presa a Keiko por tres años. Ha escogido al juez adecuado para ello. 

Acá no se trata de mostrar culpabilidad alguna de Keiko sino tan solo probar que hay peligro de que ella pueda frustrar las investigaciones del fiscal, que ya tienen más de tres años. Y quiere tres más, pero con ella en la cárcel. Los argumentos del fiscal han dado risa: Keiko tiene ascendencia japonesa, no tiene casa propia, ha viajado varias veces el extranjero y su marido es gringo. Si meten presa a Keiko por tres años es por todas estas razones. No porque sea culpable de nada.

¿Qué pasará luego? Ya lo vimos: bajarse el informe de la comisión Lavajato que contiene las pruebas y acusaciones a todos los verdaderos corruptos de los últimos 18 años. Y luego, sacar como sea al Fiscal de la Nación Pedro Chávarry que promete investigar a todos esos corruptos encubiertos por la mafia caviar. Todo esta´muy bien armado para que los corruptos del siglo XXI se salgan con la suya, mientras le siguen arrojando basura a los cerdos.

sábado, 20 de octubre de 2018

Peligrosa escalada de odio en el Perú


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El antifujimorismo es la ideología principal de la izquierda peruana en el nuevo milenio. Su obra central es el informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), cuyo nombre mismo ya era una farsa, como todo lo que emprende la izquierda. El resultado fue exactamente lo opuesto: la mentira y el inicio de una guerra de odio. La doctrina oficial del antifujimorismo fue adoptado por las izquierdas, no solo como lineamiento ideológico sino también como programa de acción, pues sus organizaciones se ubicaron en el andamiaje de la lucha contra el fujimorismo y la reinterpretación histórica del terrorismo y los años 90. 

La propaganda y el activismo progresista contra el fujimorismo en estos últimos 18 años ha sido constante, a través de oenegés, partidos, sindicatos y diversas organizaciones juveniles universitarias adoctrinadas en el odio al fujimorismo. Todos ellos confluían en las calles ante cada ocasión apremiante, particularmente durante las campañas presidenciales de Keiko Fujimori. Las marchas fascistas contra Keiko estaban aderezadas con las peores expresiones de bajeza y vulgaridad, tanto en pancartas como en consignas.

La izquierda supo aprovechar muy bien la falta de memoria de los jóvenes para llenarles la cabeza de mitos y mentiras. Cuanto más escabrosa una mentira más creíble se volvía. Así se viralizaron mentiras aberrantes como las "300,000 esterilizaciones forzadas" o los "6,000 millones robados". En la ignorancia popular cabe todo, y hoy muchos disparates de ese calibre se repiten como verdades.

Lo increíble es que la fabulación y la mentira fue llevado al plano real, presentando acusaciones al Poder Judicial solo en busca de propaganda. No importaba si el PJ arrojaba al tacho esas denuncias una y otra vez, por disparatadas e inconsistentes, la propaganda igual cumplía su misión en las mentes, y siempre se podía alegar que un Poder Judicial corrupto dominado por el fujimorismo los protegía. El mito es el más poderoso aliado de la izquierda y el ingrediente más efectivo en las débiles mentes juveniles.

Luego del informe de la CVR, el siguiente elemento doctrinal del antifujimorismo fue la sentencia de Alberto Fujimori, una verdadera felonía legal urdida entre gallos y medias noches por el juez César San Martín, quien preparó la condena incluso antes del proceso, rebuscando las formas de condenarlo a la pena máxima sin pruebas. Así fue que este juez se saltó a la garrocha los fundamentos fiscales y asumió por cuenta propia la acusación por "autoría mediata", haciendo a AF artificialmente responsable por matanzas cometidas por un comando militar, y añadiéndole a su retórica la frase "lesa humanidad", con lo cual acabó por sepultar en la cárcel por 25 años a Fujimori. 

Los artificios legales y la mitología antifujimorista urdida por la izquierda, fueron luego asumidos por una prensa prostituida ante el poder de turno y dominada por los estamentos caviares, típicamente los intelectuales de la PUCP y oenegeros que perfilaron el discurso correcto desde la perspectiva de un antifujimorismo doctrinal, que se mezclaba con posturas morales y democráticas. Es decir, de pronto para ser políticamente correcto, visto como defensor de la democracia y luchador contra la corrupción, había que ser antifujimorista. De este modo y lentamente, la prensa se llenó de papagallos pintados del mismo color y cacareando antifujimorismo en coro.

Así llegamos a la penosa campaña presidencial del 2016, donde Keiko Fujimori era favorita por más de cinco puntos de ventaja sobre Pedro Pablo Kuczynski (PPK). Sin embargo, en la última semana, la prensa soltó un reportaje amañado vinculando irresponsablemente a Keiko Fujimori con el narcotráfico, y afirmando incluso que estaba siendo investigada por la DEA. Poco importaba soltar esa mentira. Todo lo que se buscaba era el efecto demoledor de esa sucia artimaña. En esa última semana las redes sociales y las marchas en las calles asociaron a Keiko con el "narco Estado". Fue así como llegó el día de las elecciones y Keiko perdió por 40 mil votos. No es pues falso decir que le robaron la elección. Una vez más el antifujimorismo elegía a su tonto útil.

Elegido PPK, su estrategia inmediata fue aliarse con el antifujimorismo, con el cual ya había sellado pactos en la etapa final de la campaña. Incluso estuvo a punto de asistir a la marcha contra Keiko. Su gobierno estuvo signado por el enfrentamiento con el fujimorismo que dominaba el Congreso. Lejos de iniciar el diálogo y establecer pactos de gobernabilidad con la oposición, como correspondía a un gobernante sin base social ni partido, prefirió atizar los enconos y dejarse dominar por los sectores de la izquierda caviar y la prensa. El resultado fue su vacancia.

El gobierno de Martín Vizcarra no ha cambiado las cosas. Se ha metido en la misma trinchera del antifujimorismo y desde allí da una batalla asesorado por mentes obtusas. Lo suyo es el circo de la confrontación y los fuegos artificiales de unas reformas bobas a la Constitución, que básicamente afectan al Congreso y a los congresistas, para complacer a las calles y los sectores antis. Más allá del show y el circo no hay nada más que el mismo ambiente bélico. 

Pero el peor problema para el fujimorismo viene ahora de parte de un fiscal chiflado que ha asumido la batalla legal contra Keiko Fujimori, por unos ridículos aportes de campaña en el 2011. Como se ha dicho antes, en la lucha contra el fujimorismo no interesa la verdad ni la realidad. Todo lo que cuenta es el mito y el cuento. Hasta la mentira es efectiva. El caso del fiscal José Domingo Pérez tiene de todo, pues empieza criminalizando unos aportes de campaña para acusar a Keiko Fujimori de "lavado de activos". Es muy probable que este caso llegue finalmente a nada en un largo proceso judicial, si es que el caso llega a juicio. Pero no importa. 

Todo lo que persigue este fiscal, como buen militante de la izquierda pro terrorista que llama "guerilleros" a los senderistas y "guerra civil" a la época del terrorismo, es convulsionar más el ambiente tratando de hundir a Keiko en la miseria. Por lo pronto ya logró detenerla por ocho días, con la complicidad de un juez taimado que no se demoró ni seis horas en acceder a su solicitud. Ahora el mismo juez evaluará el nuevo estrambótico pedido de 36 meses de "prisión preventiva". Lo que quiere este rabioso fiscal es culminar el circo antifujimorista y hacerse famoso. Por lo pronto ya ha sido declarado "héroe nacional" por las cloacas de las redes sociales. 

Lo peor de este ambiente crispado es que todos echan más leña al fuego. El gobierno ha preferido apelar al antifujimorismo barato y la guerra contra el Congreso para congraciarse con el populacho y mejorar en las encuestas. Los medios dominados hace tiempo por la casta caviar antifujimorista no dejan de promover el odio desde portadas, columnas y caricaturas. La Fiscalía, infiltrada hace años por la ONG marxista IDL, trabajan en tandem para morder la yugular del fujimorismo usando todo como herramienta. Lo más penoso es ver las redes sociales rebosantes de un lumpen juvenil lobotomizado por la izquierda, para variar, dando muestras de un fanatismo radical fundado en la ignorancia, y exhibiendo las más sucias y perversas expresiones de un rabioso antifujimorismo infantil.

Pocas son las voces que llaman a la calma y la concordia. La mayoría apuesta por una especie de guerra civil o linchamiento popular de Keiko Fujimori y su padre. Mientras tanto el país va a la deriva y en retroceso, con unas elecciones y un referendum por venir que a nadie le interesan.

viernes, 12 de octubre de 2018

La guerra total de la caviarada


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

A estas alturas es evidente ya que la caviarada ha declarado la guerra total contra el fujimorismo. Y lo que es peor, esta guerra sin cuartel se desata bajo los auspicios y complacencia del presidente accidental Martín Vizcarra, quien fue el primero en romper fuegos contra el "Congreso fujimorista".

El país está a punto de volverse inmanejable, si es que ya no lo es. Los poderes de facto ya no respetan ni las formas, ignoran a Martín Vizcarra y mueven sus fichas para acorralar y destruir al fujimorismo, siguiendo una ofensiva que no tiene nada que ver con la lucha contra la corrupción ni los intereses del país. Esto es un asunto "personal" entre la caviarada y el fujimorismo, una especie de enfermedad mental de izquierdas que empezó con el circo de la CVR.

Todo lo que ha pasado en las últimas semanas no es fruto de la coincidencia. Me refiero a la absurda anulación del indulto a Fujimori, cuestionada incluso por juristas de peso, seguida de la oprobiosa detención de Keiko Fujimori, lideresa del principal partido de oposición. La cereza del pastel ha sido la anulación de la Ley Mulder, que le da carta libre a la prensa mermelera para seguir chupando la teta del Estado. Todos estos actos de felonía legal provienen de la misma maquinaria de demolición caviar, que si es una verdadera organización criminal.

En el Perú ya no existe Estado de derecho. Hay que decirlo con todas sus letras. Las mafias que se han enquistado en el Poder Judicial, la Fiscalía de la Nación (facción dominada todavía por Pablo Sánchez) y la asquerosa prostiprensa mermelera, hacen lo que les viene en gana. Acá todo vale a partir de una "interpretación auténtica" de la Constitución y las leyes. Todo es revisable por alguien y siempre habrá un felón dispuesto a servir a los amos del poder de facto. 

Llevar detenida a Keiko Fujimori ha excedido largamente los mínimos modales democráticos para cualquier régimen que se preste de serlo. Un fiscal demente convertido en chacal rabioso se ha tomado a pecho la persecución de Keiko Fujimori desde hace más de tres años, por boberías como los cocteles con que se recaudaron fondos para campaña en el 2011. Es decir, detrás de toda esta estúpida y obsesiva campaña de persecución, allanamientos y detención, solo hay fondos de campaña. El disparatado argumento de este payaso psicótico del fiscal Domingo Pérez, es que Keiko pensaba delinquir tras recibir los aportes de Odebrecht, 

Keiko Fujimori fue la candidata del partido pero ella no es responsable de los fondos que maneja ni de las actividades que organiza el partido. Existe toda una organización partidaria que se ocupa de esas cosas. De hecho Jaime Yoshiyama y otros dirigentes están implicados en el proceso. Por eso mismo carece de sentido que se detenga a Keiko Fujimori como si ella hubiera gobernado y usado fondos públicos o recibido coimas a cambio de favores políticos. Ni siquiera quienes han gobernado y recibido sobornos de Odebrecht están siendo procesados. Así de ridículo es todo esto.

Lo más lamentable es que muy pocas voces en los medios han protestado contra este atropello. Ni siquiera el presidente Vizcarra ha tenido la decencia de protestar. Por el contrario, han expresado su felicidad. Para muchos enfermos de odio ha sido un placer comparable solo al orgasmo ver a Keiko yendo detenida por la policía. A ese punto se ha llegado en la miseria y la estupidez en este país.

Ya antes hemos expresado más de una vez nuestra protesta por el abuso que se hace en el Perú de las prisiones preventivas. Ya es un vicio que quedó establecido como tradición fiscal y judicial, desde los tiempos en que dieron rienda suelta a la cacería de fujimoristas y militares. Por esta razón, muchos han sufrido injusta carcelería por años para luego ser declarados inocentes. Pero esta aberrante costumbre de nuestros jueces y fiscales de abusar de la detención preliminar y la prisión preventiva, sigue vigente sin corrección, pese a que ya el Tribunal Constitucional se ha pronunciado al respecto.

La reacción del fujimorismo en el Congreso ha sido rápida y contundente. Acaban de aprobar una ley para que las personas de la tercera edad que hayan cumplido dos terceras partes de su pena, puedan completar su reclusión en su domicilio. Desde luego tiene excepciones. Pero como es una ley que va a alcanzar al propio Alberto Fujimori, ya salieron las hienas de la izquierda a protestar, junto a la cucufatería de otros sectores que se rasgan las vestiduras por la "ley con nombre propio". 

En medio de todo esto, el presidente accidental Martín Vizcarra, enterado ya del rechazo general que produce en la población la idea de la bicameralidad, ha salido a curarse en salud pidiendo nada menos que el rechazo a la reforma constitucional que él mismo impulsó. Claro que la excusa es que no han respetado lo que él propuso, básicamente el disparate de la paridad de género. Como si fuera necesario y obligatorio que le Congreso acceda a sus planteamientos. En fin, el ridículo es ya parte del estilo presidencial. 

Para finalizar la semana, el Fiscal de la Nación Pedro Chávarry no pudo ser removido de su cargo pese a los gritos desgarrados de la caviarada y sus tontos útiles, incluyendo a Vizcarra. En respuesta, el fiscal ha empezado una purga general para sacar a los agentes de la mafia caviar oenegera enquistada en el Ministerio Público. 

Las cosas se ponen al rojo vivo. El tonto que nos gobierna desde palacio es solo una pieza de adorno en todo este tinglado político, donde los poderes fácticos son quienes deciden los pasos a dar. No les importa en lo más mínimo el país. Los caviares solo quieren destruir al fujimorismo. Esa es toda su obsesión enfermiza. Con ese objetivo en mente van a mover sus fichas lo más rápido que puedan antes de que el nuevo Fiscal de la Nación les quite más peones. El Congreso por su parte seguirá dando la batalla. De momento los caviares cantan victoria. Veremos lo que nos presentan en la próxima semana.

lunes, 8 de octubre de 2018

El nuevo mapa electoral


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

La cada vez más dislocada democracia peruana tuvo otro momento electoral del cual se pueden extraer algunos análisis muy puntuales, donde hay, como siempre, ganadores y perdedores.

En primer lugar debemos destacar el fin de los partidos políticos. No nos engañemos. No es Acción Popular el que ha ganado, por más que viejos acciopopulistas quieran vender esa imagen. Lo que hoy tenemos son solo vientres de alquiler. Y Acción Popular no es más que otro vientre de alquiler. Lo fue ya en las elecciones generales cuando cobijó en sus entrañas al ex velasquista y aprista de corazón Alfredo Barrenechea. No importa si cumplen con la farsa de darle su carnet meses antes. 

Todos los partidos que han participado en esta contienda electoral han actuado como meros vientres de alquiler o, en su defecto, combis electorales, como lo fue el partido PPK, cuyo nombre incluso es absurdo y permanece igual pese al descalabro de su figura principal. Ya es una vergüenza que una democracia consienta la farsa de "partidos" como UPP, fundado como combi electoral para lanzar a la presidencia a Javier Pérez de Cuéllar en 1995, y que sobrevive gracias a alquilar su inscripción a los aventureros que aspiran a un cargo político. Le sirvió de plataforma electoral a Ollanta Humala y ahora se puso a disposición de Esther Capuñay. 

¿Hasta cuándo vamos a consentir vientres de alquiler? La famosa reforma de Vizcarra no ha tocado ni con una pluma esta farsa de la democracia peruana. Al contrario, siguen apareciendo y con todos los vicios de la mafia, como el partido de José Luna, acreditado con sobornos y firmas falsas para lanzar la candidatura de Daniel Urresti, quien llegó segundo. Se trata pues de combis electorales y vientres de alquiler al servicio de trepadores sin escrúpulos. En eso se ha convertido la democracia peruana.

Precisamente porque no tenemos partidos políticos, es decir, organizaciones políticas que operan al rededor de grandes ideales y propuestas programáticas, es que la campaña se ha dispersado entre meros personajes salidos de todos lados y trepados a la combi de su preferencia o metidos en el vientre que pudieron pagar. UPP no es un partido sino una franquicia política. Y a eso aspira AP.

A medida en que los partidos fenecen, lo que quedan son solo personajes independientes que se ven obligados a meterse a un vientre de alquiler para cumplir el requisito de la campaña. De allí la tremenda dispersión de candidatos. Para cada aspirante hay un vientre de alquiler que carece de principios políticos y cuya única función es servir de combi electoral. ¿Hay alguna reforma que esté tratando de remediar esta perversa situación? No. Ninguna. Todas las reformas planteadas por Vizcarra son puras payasadas para distraer a las masas incautas.

En segundo lugar, cabe destacar que la primera fuerza política que todos creíamos que existía, desapareció del mapa. Nos referimos a Fuerza Popular, a quien terminamos llamando Fuerza Populista por la gran cantidad de proyectos disparatados que aprobaba en el Congreso. De hecho, FP también pasó a ser un vientre de alquiler y cobijó a un técnico sin carisma como Diethel Columbus para ser su candidato a alcalde. Keiko Fujimori no conoce ni siquiera el principio elemental de que un buen técnico es un pésimo candidato. Excelentes técnicos han fracasado como candidatos a la alcaldía de Lima y han sido humillados por políticos duchos, como le pasó a Jorge Grieve a manos de Luis Bedoya Reyes, Ricardo Amiel a manos de Alfonso Barrantes o Juan Incháustegui a manos de Ricardo Belmont. En fin, la lista de técnicos fracasados en contiendas electorales es muy larga como para cometer un error tan infantil. 

En resumen, Lima ha preferido la mesura de Jorge Muñoz antes que las payasadas de Daniel Urresti, las simplonerías de Belmont o las poses de Renzo Reggiardo. Hay que saludar al nuevo alcalde y esperar que haga obras. Lima necesita obras y no floro.