Por: Richard O. Campos Villalobos
Cuando aún no terminamos de criticar este censo disparatado y farsante, la barra brava de la progresía nos vuelve a la realidad cotidiana, la de ellos es decir, la del agresivo activismo antifujimorista patológico. Esta vez porque Gianmarco Zignago dijo la verdad ¿Y cuál verdad? Pues, que nadie puede decir que el primer gobierno de Fujimori, no fue clave para salir de la miseria en que nos estábamos hundiendo, que ese primer gobierno fue como decir “acá se hace lo que yo digo, pero de manera inteligente, bien asesorado, no como un militar iluminado” Eso fue suficiente para la progrería. Ahora Gianmarco es poco menos que enemigo del Perú, pues para los enajenados mentales de izquierda nadie puede decir algo bueno del gobierno de Alberto Fujimori, o le lloverán insultos. Esa es la especialidad de la izquierda en este país, hace tiempo dejó de lado el debate serio y solo se ocupa de las mentiras, los mitos, los psicosociales, etc.
Gianmarco tuvo el coraje de decir lo que piensa y siente como peruano que ha vivido la historia. A él nadie se la contó con mitos y mentiras, como ocurre con la gran mayoría de la pulpinada progre de las redes. La izquierda solo vive de un antifujimorismo enajenado y morboso, esa es su única consigna política, su reducido cerebro ya no puede captar más que el odio que fluye desde sus entrañas. Si odias a Fujimori todo está bien, si odias a Keiko y despotricas contra ella mereces aplausos, si crees con fe en los mitos rojos de las esterilizaciones forzadas, los seis mil millones robados y la renuncia por fax, estás calificado para ser un progresista. Con razón el buen pelón escribió un Twitt preciso, y seguro por eso lo odiarán más: “Una vez más soy víctima de la agresión insensata, imprudente e irresponsable, de aquellos que dicen amar al país” y es que para esta izquierda bufona el odio a Fujimori, convierte al odiador en una especie de héroe amante de su país.
No existe razón para el odio patológico que la izquierda siente contra Fujimori salvo la derrota aplastante del terrorismo y del proyecto comunista que en dos patadas les infligió Fujimori. El 5 de Abril Fujimori hizo historia al empezar el desmontaje del fracasado aparato estatal velasquista, cerrando el Congreso y poniendo en suspenso la Constitución socialista de 1979 que nos llevó a la peor crisis económica de nuestra historia. Luego, el 12 de Septiembre cayó Abimaél Guzmán Reinoso cuando ya casi toda su cúpula estaba presa. Poco después el gobierno acabaría de liquidar al MRTA en su propio juego. ¡Cómo no vamos a aplaudir a ese gobierno! Si todo el mundo lo admiró.
Fue gracias a Fujimori y a sus acciones que se remontaron esos dos graves problemas que nos estaban matando: el terror comunista y el reflotamiento de la economía. Gianmarco no ha hecho otra cosa que decir la verdad, lo que en realidad sucedió. Ahora que eso no le guste a las lacras del progresismo, a la pulpinada y a otros trolls de las redes es simplemente anecdótico, pues solo revela su ignorancia y prejuicio. Es obvio que esos trolls nunca vivieron los años difíciles de los 80, no sufrieron las colas interminables por los artículos de primera necesidad, ni esa hiperinflación macabra que hacía subir de precio las cosas cada medio día, ninguno se tragó la guerra de doce años que casi nos aniquila, ninguno escuchó detonar los coches bomba cerca de su casa o trabajo, los apagones por ataques a torres eléctricas, los paros armados, el miedo de la ciudad llena de tranqueras y policías parapetados tras sacos de arena, los toques de queda. No se necesita ser fujimorista para reconocer lo bueno que se hizo en la década de los noventa. Pero sí se necesita ser muy imbécil y muy miserable para no reconocerle ningún mérito. Eso no quita reconocer también sus delitos y errores, como los de cualquier gobierno. Ya vimos que los que lo sucedieron tampoco fueron angelitos. Así que ¿a qué viene tanto odio?
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