Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
En el Perú hay un mal endémico: todo el mundo quiere ser presidente. Lo que sobra acá no son políticos sino trepadores. En cada proceso electoral aparecen como una plaga candidatos que nadie sabe de dónde salieron. Algunos se hicieron conocidos por alguna fechoría ridícula, como el asalto a un campamento minero en Locumba, perpetrado por un delirante Ollanta Humala, o por ser experto en meterse a los medios como opinólogo, como fue el caso de Alejandro Toledo, quien engañó a todo el mundo posando como economista sin serlo.
El hecho es que tanto Alejandro Toledo como Ollanta Humala armaron su circo electoral montados en la ola del antifujimorismo, prometieron refundar la patria luchando contra la corrupción y embaucaron a todos los inocentes que terminaron votando por ellos y su combi electoral, repleta de trepadores de medio pelo. Ahora uno está fugado y el otro espera su condena en la cárcel, mientras que sus partidos ya no existen y sus militantes desaparecieron. ¿No es hora de aprender la lección y tomar medidas para que esta clase de saltimbanquis sin escrúpulos no vuelvan a tomarnos el pelo?
Una de las propuestas más interesantes para modificar la ley electoral, pretende establecer filtros a los partidos que quieren presentar candidatos presidenciales. No es posible que cualquier hijo de vecino que se alucina presidenciable, arme su combi electoral y postule a la presidencia. Así no puede funcionar una democracia. Sobre todo si deseamos tener partidos de verdad y no solo estas combis que se arman en cada proceso electoral, y que luego de quedar vacías, se alquilan al mejor postor en el siguiente proceso electoral. Estas payasadas no pueden permitirse más.
La propuesta es simple: para poder postular candidatos a la presidencia, un partido debería tener una antigüedad mínima de cinco años y haber participado en elecciones municipales. Es decir, debe ser un partido de verdad y no una combi de asaltantes del poder. De hecho es la propuesta más inteligente que se le ha ocurrido a alguien en el Congreso. Pero como se le ocurrió a Mauricio Múlder, claro, la prensa basura de izquierdas que solo viven para ladrarle al Apra y al fujimorismo, empezó a atacar la propuesta. De inmediato acusaron al Apra de querer impedir la candidatura de Verónika Mendoza y de Julio Guzmán, como si incluso eso no fuera una gran idea.
Espero que esa propuesta sea finalmente aprobada para cerrarle el paso a todos los aventureros que se juegan una lotería en cada proceso electoral para ver si se ganan alguito. En una de esas se ganan el premio mayor y acaban de presidentes. En este país todo puede suceder. Pero hay que tomar las precauciones del caso. La democracia no puede ser tan boba ni pueden volver a tomarnos el pelo. Y la ley debe servir para eso: para proteger nuestras instituciones de toda clase de facinerosos.
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