lunes, 24 de julio de 2023
Se descubre la farsa montada por la izquierda
viernes, 21 de julio de 2023
La izquierda fracasa una vez más
Muy entretenido estuvo el día de ayer con el debate entre rojos y blancos acerca de la marcha llamada amenazantemente "toma de Lima". Para la izquierda fue un éxito total. Para los demás fue un rotundo fracaso. Dos perspectivas muy contrapuestas. ¿Pero qué fue lo que pasó, finalmente?
Empecemos por comparar las expectativas con los resultados. El nombrecito de "toma de Lima" viene de la experiencia anterior de principios de año, con la asonada terrorista desatada en el sur, que paralizó más de medio país. Los 70 muertos cosechados le sirvieron a la izquierda para exigir con más fuerza la renuncia de Dina Boluarte, y añadir la etiqueta de "asesina" y "dictadura" a la lista de acusaciones. La renuncia no se produjo y -peor aun- ningún ministro renunció ni fue retirado.
Frente al desaire, la izquierda siguió maquinando más protestas y tuvieron cuatro meses para planificarlo. Los termocéfalos dirigentes rojos de Puno seguían proclamando que no iban a parar hasta conseguir la renuncia de Dina, el cierre del congreso y la Asamblea Constituyente. Algunos esperaban la liberación de Pedro Castillo y su reposición en el poder. Los diversos colectivos de izquierda se dedicaron a retumbar sus tambores de guerra mostrando afiches tenebrosos de lo que sería la "tercera toma de Lima". Hasta se anunció la llegada de 30,000 ronderos. Todo parecía indicar que se acercaba el Armagedón y que la izquierda haría arrodillarse al gobierno.
Pero el parto de los montes resultó ser un ratón. Acá nadie puede engañar a nadie. Vamos. Todos hemos visto lo que fue esa marcha del miércoles y conocemos los estándares de la izquierda en esa clase de maniestaciones. Fue un fracaso en todo sentido. Las manifestaciones de izquierda suelen ser violentas y vandálicas. No es raro que aparezcan muertos. Así son esos enfermos. Destruyen la propiedad pública, destrozan la calzada para proveerse de piedras que lanzar a la policía, usan bengalas y petardos, etc. Esas marchas suelen convocar a la chiquillería universitaria que se excita fácilmente en tales escenarios, desatando sus emociones primitivas para lanzar todo lo que encuentre a su alcance a la policía. A ellos se suman siempre los delincuentes y el lumpen que incrementan el caos. Varios de los detenidos tienen antecedentes delictivos, como los tenían los famosos Inti y Bryan. Uno era paquetero y el otro, carterista. Esa es la base social de las marchas de la izquierda.
Claro que quienes le dan lustre y brillo a las marchas de izquierda son los señorones de la caviarada y los políticos figurettis como Gino Costa, Yonhy Lescano, Sigrid Bazán y hasta la filoterruca Anahí Durand. Tampoco faltó Rosa María Palacios, una de las principales convocantes a la marcha. Se vio obligada a asistir porque de tanto convocar le preguntaron si estaría presente. Tuvo que decir que sí. Pero claro que esta fina gentita va temprano, hace su show, se toman selfies con los "admiradores", marchan un par de cuadras, arengan a los idiotas y luego desaparecen para acabar en algún distinguido café en espera de los muertos.
En concreto, en esta ocasión no llegaron los anunciados contingentes del sur ni del norte. Y lo peor: no hubo muertos, que es lo que la izquierda espera siempre. La invocación a una marcha pacífica parece que influyó para que el rojerío radical y pro terruco no llene de piedras la carretera Central, como suelen hacer para bloquear el tránsito, que es su pasión. Tampoco debemos desmerecer el efectivo accionar policial. Es evidente que se han preparado muy bien para anticiparse a los revoltosos y ya saben cómo manejar estas situaciones.
Sea como sea, esta "toma e Lima" ha sido un fraude. Lo saben bien los mismos rojos, aunque no lo admitan. Según ellos han habido marchas en 60 ciudades del Perú y del mundo rechazando a Dina. Bueno, que marchen una docena de bobos con pancartas en Madrid y Estocolmo realmente nos tiene sin cuidado. Es lo que saben hacer los parásitos de izquierda: marchar.
Al final no pasó nada. Dina no renunció ni adelantará las elecciones, nadie va a cerrar el Congreso tan detestado y no existe el menor asomo de que haya posibilidad alguna de una Asamblea Constituyente. Y, por supuesto, nadie va a liberar y reponer al ladrón en banda Pedro Castillo. Así las cosas, algunos desubicados de la CGTP aseguran que repetirán la marcha en plenas fiestas patrias para aguarnos las festividades. Son capaces. Así de enfermos son los rojos. Carecen de valores y de principios. Todo lo que tienen son objetivos políticos. Esperemos que las diversas cloacas de la izquierda no se sumen a esta iniciativa demencial.
Para terminar, debemos tener presente que no existe ninguna "izquierda democrática". Para la izquierda solo hay democracia si se hace lo que a ellos les gusta. Si los votos no les favorecen, denuncian "dictadura" o "falta de transparencia". Entonces recurren a sus típicas denuncias y jugarretas legales para detener al Congreso y acusar al Gobierno, y si nada de eso funciona, salen a las calles a "recuperar la democracia". Si ellos copan las instituciones con su gente, apelando al sicariato y el golpe, todo está muy bien. Si pierden sus feudos, gritan por la pérdida de las instituciones y acusan una "Dictadura congresal". Son unos capos para acuñar términos y crear mitos. La izquierda siempre quiere todo el poder y para siempre.
Esa es la izquierda. Tratan de imponer su agenda política por la fuerza, la maquinación, la demolición del rival, el golpe de Estado y la violencia de las masas en las calles. Hay que estar preparados para hacerles frente en los argumentos. No caer en su narrativa falaz.
viernes, 14 de julio de 2023
Dina no puede ceder ante el chantaje de la izquierda
Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
"No vamos a parar hasta que renuncie Dina", dice uno de los dirigentes de la izquierda extremista puneña. Es el sentir que invade a todos los agitadores y activistas que están dispuestos a ir a una cruzada politica para derrotar a los enemigos de la izquierda. Aún siguen con la sangre en el ojo por la vacancia de Pedro Castillo. Se han tragado el cuento de que la derecha lo sacó por ser campesino. Es lo que les dicen sus profetas del odio como Aníbal Torres y demás. A Dina la ven como traidora, pues no solo cambió de equipo, sino que arrió las banderas de la izquierda que la llevó al poder. Con mayor razón quieren sacarla.
Saben que sus pedidos se confrontan con la ley y el Estado de Derecho. No hay manera de atender demandas como "renuncia Dina, cierren el Congreso y Asamblea Constituyente". Hasta es irracional. ¿Quién gobernaría el país si renuncia Dina y cierran el Congreso? Obviamente su solución es liberar a Pedro Castillo y reponerlo en el cargo de dictador que le fue arrebatado. Esta plataforma de lucha es un sinsentido, pero nada los detiene. Es imposible hacerlos razonar. Creen que con marchas lo pueden todo. Y su inspiración son las marchas contra Merino.
En efecto. Según su lógica "el pueblo" es el máximo representante del poder político y ellos son "el pueblo". No hay límites a lo que puede pedir el pueblo en una "gesta democrática". Ellos están por encima de la ley y más allá de la Constitución. Ponen como ejemplo la caída del "dictador" Manuel Merino, depuesto por el pueblo en una gesta heroica. Es lo mismo que pretenden hacer con Dina. Ahora se entiende lo nefasto que fue ese precedente histórico de la renuncia de un cobarde y pusilánime Manuel Merino, tras ser abandonado a su suerte por su gabinete de traidores.
Manuel Merino tendría que haber pensado en el país y en el futuro de la democracia peruana, antes de renunciar tan fácilmente frente a una turba de salvajes enardecidos, arreados por la mafia caviar y la prensa vizcarrista. Tenía que haber anticipado esa reacción. Tuvo toda una semana para parapetarse en el poder convocando a las FFAA y policiales, eligiendo un gabinete de aguerridos políticos cuajados dispuestos a quedarse pase lo que pase. Incluso, producidos los muertos, pudo esperar a ver qué pasaba, antes de apurarse a renunciar, ya que igual lo iban a procesar por esas muertes. Pero tanto él como sus ministros no estuvieron a la altura de las circunstancias. Se orinaron de miedo y las renuncias de sus ministros empezaron a aparecer una tras otra, ofreciendo el espectáculo más degradante y vergonzoso de nuestra república. Fueron una manga de cobardes que no supieron defender sus cargos ni la institución de la presidencia, dejándola a merced de las turbas y sentando un precedente que hoy sirve de inspiración a los extremistas del sur.
Esperemos que Dina y su gabinete defiendan una vez más sus cargos ante la nueva asonada violentista de la izquierda. No lo hicieron mal en diciembre y enero, aunque la salida de las FFAA en Puno con órdenes de no disparar, diluyó la autoridad que impusieron al principio, para terminar humillados por los puneños. No se puede mostrar debilidad ante el enemigo. Si tienes poder úsalo, si tienes autoridad ejércelo y si tienes un arma, dispara. Si no, solo estás de adorno. Dina debe tener presente que ya está empapelada por 49 muertes y que da exactamente lo mismo si la procesan por 40 muertos más. Nada va a cambiar. Pero no se puede ceder ante el chantaje de las turbas de salvajes porque todo el Estado de Derecho se vendría abajo y luego, solo la barbarie se apoderaría del país.