Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
La última gran genialidad de la ministra de la Mujer, Gloria Montenegro, fue disfrazar a los más altos oficiales del Ejército peruano con mandiles rosados, como parte de una campaña de "concientización" contra la violencia de género y por la igualdad. En buena cuenta, les hizo firmar su acta de sujeción a la ideología de género. El escándalo no se hizo esperar, tanto a nivel nacional como internacional. Pero pasado el escándalo inicial, lo que vale la pena comentar ahora es la reacción en todos los frentes.
Desde luego, todos los progres aplauden la payasada de la ministra porque esta gente vive convencida de que con esa clase de estupideces van a "concientizar" a la gente y transformar la realidad social y cultural de un pais. Obviamente son delirios de chiflados. Pero los progres no tienen más capacidad mental que esa. Por eso que se pasan la vida en activismos ridículos. Creen que van a salvar el mundo con una bicicleteada, o cambiar el clima del planeta con un apagón. En fin.
Los más pintados referentes del progresismo mediático han salido de inmediato a posar como los buenos de la película, apoyando lo que consideran una "buena causa". Los buenistas y poseros han pedido su propio mandil rosa para sumarse a la campaña de idiotización, perdón, de concientización de una población que simplemente se encoge de hombros frente a estas estupìdeces progres.
El mayor problema es que las estupideces no vienen de progres independientes y de oenegés, sino del propio Estado peruano, que gasta verdaderas fortunas para hacer este tipo de campañas idiotas. No se trata solo del costo de los mandiles que son pedidos por docenas de miles, sino el corso de la Mujer que se moviliza llevando todo un equipo de burócratas para armar el circo.
Tenemos pues al Estado peruano convertido en circo de género, dedicado a campañas y activismo barato, y lo que es peor, llevando a oficiales del Ejército a posar haciendo el ridículo internacional, porque esas fotos se han viralizado en el exterior causando la mofa de medio mundo. Lo único que ha logrado la ministra de la Mujer con esa payasada es ponernos en ridículo ante el mundo.
No es haciendo payasadas como va a cambiar la realidad. Si el Ministerio de la Mujer no tiene nada más que hacer que convertirse en una ONG feminista, deberíamos cerrarla y ahorrarnos tremendo gasto, ya que existen oenegés feministas de sobra que pueden dedicarse a esas payasadas. Tenemos un Estado que gasta demasiado y aporta poco a la sociedad. Debería concentrar sus gastos en la seguridad ciudadana, la salud y otras causas más importantes que campañitas de género.
No vamos a cambiarle el cerebro a los progres. Ellos, en sus limitaciones mentales, seguirán convencidos de que estas payasadas y ridiculeces son necesarias. Han salido a denostar a quienes se burlan de los generales en mandil rosa, llamándolos "conservadores" y otras cosas. Pero lo cierto es que los progres están incapacitados mentalmente para admitir un error cuando se trata de defender toda forma de activismo a favor de sus causas bobas, como el igualitarismo social, por más ridículo que este sea.
No tenemos problemas con que el progresismo se dedique a las payasadas y estupideces para llamar la atención de sus causas sociales y políticas, pero si cuando lo hace el Estado peruano con dinero público y cuando afecta la imagen de instituciones tutelares de la patria. El activismo tienen un límite y el Estado no puede convertirse en un circo de payasos para promover idealismos sociales. Eso es lo mínimo que deberían entender estos señores del progresismo delirante y socialcojudo.