viernes, 10 de noviembre de 2017

La prensa basura se ahoga en su propia mierda


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Vivimos las épocas más duras de la verdad. Un conocido columnista progresista dice hoy que la verdad no importa sino quién tiene el mejor relato. Tristemente tiene razón. De eso vivimos hoy: del relato y de los cuentos que nos cuentan los diarios. La verdad pasó a ser solo un concepto teológico.

La portada de hoy del diario El Comercio califica perfectamente dentro de los cánones de la prensa basura, aquella que vive del psicosocial y utiliza su influencia para difamar y demoler adversario políticos. Ese era típicamente el estilo de la prensa de izquierda, pero desde hoy sabemos que también es la del decano de la prensa nacional. El enorme titular "Odebrecht afirma que financió campaña de Keiko" no hace más que mostrar el bajo nivel al que ha llegado este diario, pues no es verdad lo que afirman en el encabezado de su portada. Y ellos mismos lo aclaran.

Debajo de ese grotesco y sucio titular aparece un tímido texto que lo contradice: "tiene certeza que hubo aportes a campañas pero no recuerda detalles". La verdad simple y clara es que Marcelo Odebrecht no ha confirmado nada. Solo ha repetido lo que ya todos sabíamos: Odebrecht financiaba campañas electorales en todos los países donde operaba y los aportes eran para los principales candidatos. Eso y nada más que eso es lo que se sabe hasta ahora. Los detalles no los conoce Marcelo Odebrecht. Quien sabe con certeza a quiénes se apoyó en campañas y por cuánto es Jorge Barata, el representante de Odebrecht en el Perú. 

Solo Jorge Barata y nadie más puede declarar lo que todos queremos saber: hasta dónde alcanzaba la mafia de Odebrecht en el Perú. No solamente financiando campañas sino corrompiendo instituciones, medios, ministros, fiscales, jueces, contralores y procuradores. Eso es lo que queremos saber. Pero la cortina de humo preferida por la mafia es Keiko. Como si todo el asunto fuera Keiko. Los perros rabiosos del antifujimorismo patológico salen a ladrarle a Keiko todos los días, como si Keiko fuera la pieza principal de la corrupción y no los gobiernos pasados y, sobre todo, las instituciones del presente, donde aun subsiste harto mermelero corrupto. 

¿No es curioso que la propia Fiscalía de la Nación haya entorpecido el trato con Jorge Barata logrando que este se niegue a declarar? En pocas palabras, la Fiscalía lo ha asustado para que no hable. El único que puede tumbarse medio Perú está asustado por la Fiscalía. Pero de eso nadie dice nada. No. Acá es suficiente con dedicarse a atacar a Keiko para distraer a las masas de idiotas que se revuelcan como cerdos en la inmundicia de esas noticias falsas. Con eso se dan por satisfechos.

Lo que queremos saber es cuáles eran las verdaderas dimensiones de la mafia de Odebrecht. Que no nos vengan con cuentos anti Keiko. Queremos conocer la red completa de la mafia. Cada vez que cae una mafia bien organizada vemos que capturan no solo a los matones sino también a policía, jueces, fiscales, funcionarios ediles, etc. Toda esa maraña es la que componen las mafias. Acá nos hacen creer que el asunto acaba en el trato directo del funcionario de Odebrecht con el del gobierno que recibió la plata. No, no no... Momentito. Acá la mafia se extiende hasta instituciones enteras, funcionarios de varios organismos públicos que tuvieron que abrirles las puertas y ponerle los sellos, incluye también y desde luego a periodistas y medios enteros. 

¿O es que acaso nunca vieron esos famosos talleres de prensa que se dictaban a cada rato en diferentes lugares del país a cargo de ciertos personajes muy conocidos? En lo que me consta, me he topado con talleres de periodismo de toda clase a cargo de Rosa María Palacios, Augusto Álvarez Ródrich, Valia Barak, Milagros Leiva, etc. ¿Quién pagaba esos numerosos talleres de periodismo? ¿Quién financiaba los viajecitos con hoteles cinco estrellas? ¿Quien firmaba los cheques? Pues nada menos que Odebrecht. Hasta El Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) fue aceitada por Odebrecht.

La mafia de Odebrecht apesta a kilómetros. Hay muchísimos implicados. Acá lo que parece evidente es que han amedrentado a Jorge Barata para que no declare. Mientras tanto la mafia quema maleza para crear la cortinaza de humo de Keiko. Así es como le tiran su basura a los cerdos del antifujimorismo para que gocen y se revuelquen mordisqueando las carátulas de Keiko, mientras los corruptos se muerden las uñas rogando para que Barata no declare. 

La que menos tiene que ver en toda esta red mafiosa de Odebrecht es Keiko Fujimori. Ella es solo el chivo expiatorio de la mafia. Keiko no ha sido gobierno. Barata tendrá que probar que financió las campañas que dicen haber apoyado. El único que conoce bien toda la red mafiosa y sus implicados es Jorge Barata, el mismo que está amenazado por la Fiscalía. Así que ya es hora de ponerle freno a toda esa prensa basura de dos por medio y sus psicosociales baratos. Basta de utilizar a Kieko para esconderse. Está bien que engañen a tantos por tanto tiempo, pero no nos pueden engañar a todos todo el tiempo. Dejen que hable Jorge Barata y que señale a todos los miembros de la mafia. Veamos quiénes quedan de pie.

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