Nuevamente el portal progre utero.pe se ocupa de nosotros para señalarnos como los malos de la película. Nada nuevo. Han llamado "estupidez y racismo" a los cuestionamientos que lanzamos sobre la pretensión progre de concretar el plan de Susana Villarán, consistente en regalarles vivienda a los invasores del AAHH Cantagallo, usando dinero de recursos municipales o endeudando a la ciudad. Como se trata de una idea de la progresista ex alcaldesa, debe ser santificada. Ella está exenta de toda crítica. Para el progresismo, Susana Villarán es sencillamente intocable. Es la santa patrona del rojerío, el progresismo y la caviarada. Nadie la investiga.
Estupidez es pretender que los planes de Susana Villarán sean incuestionables. Estupidez es usar los recursos públicos para posar como santones de la bondad social. Estupidez es asumir las críticas como racismo. Acá no hay nada de racismo. Importa nada si se trata de shipibos, chalacos, norteños o rusos. Todo el asunto se resume a una sola cosa: el principio básico de la política decente que dicta no usar recursos públicos para hacer beneficiencia social de corte político, al estilo del chavismo. A los progres les encanta posar como buenos haciendo su caridad con dinero ajeno. Ya sabemos cuál es la debilidad de toda gestión de izquierda: regalar plata como cancha a cambio de votos. Por eso mismo se dice que el socialismo dura hasta que se termina el dinero de los demás.
No hay peor estupidez que la del progresismo cuando pretende apelar a acusaciones ridículas como el "machismo" cuando se critica a una mujer, o el "racismo" cuando está de por medio una etnia. El racismo corre más bien por cuenta de rojos, progres y caviares a quienes se les chorrean los pantalones cuando se trata de etnias o comunidades nativas. No es la primera vez que arde un AAHH completo en Lima y Callao, pero nunca habíamos visto tanto llanto progre como ahora, solo por tratarse de la etnia shipibo-conibo. ¿Y los demás no son ciudadanos también?
Además de estupidez y racismo, hay que reconocer que los progres han mostrado toda su miseria al aprovecharse de la tragedia shipiba usándola como pretexto para atacar a su eterno enemigo, el alcalde Luis Castañeda. Eso ha sido lo más miserable de todo lo acontecido. Hemos visto hasta qué punto llega la perversión mental y moral de la progrería, utilizando la tragedia de los shipibos para volver a sus enfermizas campañas en contra de Castañeda. Lo han culpado de todo, incluso de haberles cortado la luz a los shipibos. ¿Hasta dónde puede llegar la estupidez progresista y el odio a Castañeda? Ahora resulta que Castañeda es el responsable por no haber continuado el proyecto Río Verde y no haber trasladado a los shipibos a un terreno "que ellos ya tenían". Por último lo han acusado de haber vendido ese terreno "de la comunidad shipiba". Mentiras y mentiras de estos enfermitos mentales que odian las obras de cemento y prefieren el floro y el arte.
Lo cierto es que el terreno no ha sido vendido ni es de la comunidad shipiba. Lo que deberían estar indagando los esforzados progres es por qué Susana Villarán compró apuradamente ese terreno a pocos días de acabar su gestión, cuando legalmente ya estaba impedida de irrogar gastos a la comuna. Nadie ha cuestionado esto ni se ha interesado por investigar los entretelones de esa compra por la que Susana Villarán pagó 17 millones por un terreno que valía 7 millones y que no iba a resolver el problema de los shipibos en lo absoluto. Así que todo ese humo que está vendiendo la jauría progre, desde los incapaces de utero.pe hasta la mermelera villaranista Rosa María Palacios, no pasa de ser nada más que basura mediática guiada por el odio.
Lo cierto es que la tragedia de Cantagallo ha servido básicamente para revelar, una vez más, el tamaño de la estupidez y de la imbecilidad de la izquierda progre y caviar. Pero sobre todo, para exponer sus grandes dotes de poseros de la caridad con dinero ajeno. Nadie más hipócrita que un progre o un caviar a la hora de posar como filántropos, siempre que sea con dinero ajeno. Nosotros no vamos a caer en esa pose barata de pedir casas y terrenos para nadie con gasto público. No hay que regalarle nada a nadie. No hay ninguna dignidad en vivir de los demás. Y menos dignidad hay en posar como filántropos con dinero ajeno. Eso es simplemente vulgar y propio de izquierdistas.
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