Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Tremendo papelón es lo que han hecho el progresismo y la caviarada en medios y redes, atacando al alcalde Luis Castañeda a raíz del incendio en Cantagallo. ¿Qué tienen que ver el incendio con Castañeda? Nada. Absolutamente nada. Pero en el cerebro atrofiado de un progresista, cualquier cosa sirve para salir a atacar a Castañeda, incluso -y sobre todo- si se trata de una desagracia. Ninguna ocasión mejor que una desgracia para ponerse a lloriquear hipócritamente por los shipibos y señalar a Castañeda como el gran culpable. Es decir, en medio del infortunio de los nativos, estos miserables del rojerío no pierden ocasión para seguir con sus campañas de difamación y exterminio político.
Una de las cabecillas de la jauría progre-caviar que salió a difamar a Castañeda es la impresentable Rosa María Palacios, patética representante del periodismo mermelero villaranista que "acusó" a Castañeda de haber vendido el terreno "destinado a" los shipibos. Además de ser una acusación por demás estúpida, puesto que el alcalde tiene la entera potestad de administrar a su criterio los fondos y bienes del municipio según las prioridades que haya desarrollado en su plan, lo lamentable es que la acusación salga de una abogada. Pero más pueden el odio y la inquina que la razón. Nada razonable puede esperarse de alguien como Rosa María Palacios que vive del bajo oficio de la calumnia, del psicosocial y del odio. Hoy Rosa María Palacios no pasa de ser una simple difamadora profesional y activista de redes en defensa ciega de Susana Villarán. Es la principal troll del progresismo.
El Municipio de Lima ha salido a desmentir la venta. Pero eso no viene al caso, pues aun cuando se hubiera vendido ese terreno, no existiría ninguna falta de parte del alcalde. Por el contrario, lo que es muy cuestionable es la compra del terreno por parte de Susana Villarán faltando una semana para dejar el cargo. Habría que investigar por qué compró ese terreno con tanto apuro y pagando más del doble de su valor, pues desembolsó 17 millones de soles por un terreno que tres años atrás una empresa fantasma había comprado por 7 millones. Es decir, un negociazo. Ahora esa empresa ya no existe. Desapareció. O sea, se creó exclusivamente para hacer ese movimiento. Pero ese curioso proceso de compra-venta que irrogó pérdidas al Municipio de Lima no es del interés de la progrería. Para ellos Susana Villarán es intocable. Es la santa patrona de la progrería.
El cacareo general del progresismo parte de un hecho curioso: el terreno estaba "destinado para los shipibos". En realidad, la idea de la alcaldesa Susana Villarán fue copiar el modelo de la Misión Vivienda de Hugo Chávez para construir un complejo habitacional a costo del Municipio y regalarles viviendas a los shipibos. ¿No es lindo? Lo curioso es que nadie cuestiona esto. Como si regalar viviendas fuera una de las funciones de la Municipalidad de Lima. ¿Es que se nos subió el socialismo regalón a la cabeza? ¿A santo de qué habría que regalarles viviendas a los shipibos? ¿Y por qué no a otros AAHH? Después de todo, lo que sobra en Lima son AAHH llenos de invasores que viven en la precariedad y hasta se incendian de tanto en tanto. ¿Por qué nadie cuestiona esta ridícula idea de regalar viviendas? Eso es lo sorprendente. Parece que Susana Villarán tenía en sus planes reelegirse con esos votos, al igual que Hugo Chávez.
Tampoco es la primera vez que un AAHH se incendia. Ocurre con frecuencia. Solo hay que investigar en la web. En los últimos años han ardido AAHH del Callao y del cono norte. Pero claro que en tales ocasiones el progresismo no se rasgó las vestiduras ni salieron a lloriquear por las redes. Lo hacen ahora, somo vimos, solo porque tienen algo con qué atacar a Castañeda. Aunque en realidad se trata de una sinrazón. Es pura estupidez y nada más. Por último, cabe señalar que el famoso y tan mentado proyecto "Río Verde" no pasaba de ser una maqueta de cartón y un bosquejo en papel de parte del arquitecto Augusto Ortiz de Zeballos. No había nada más. Lo del terreno comprado es algo que debería investigarse porque huele a negociado.
Ya es tiempo pues de frenar la cantaleta progresista y el psicosocial de la prensa basura roja. Una vez más han hecho un papelón y su campaña ha quedado en el ridículo. Pobre Rosa María Palacios.
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