Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
“El periodismo, según como se ejerza, puede ser la más noble de las profesiones o el más vil de los oficios” es una frase imperecedera dejada por don Luis Miró Quesada de la Guerra, uno de los forjadores del diario "El Comercio", pero del original, no del que se lee en estos días. Si don Luis viese en lo que se ha convertido su diario volvería a morirse del espanto. Hoy El Comercio es una vil copia de otros medios de la prensa progresista y se encuentra a la altura de La República, lo cual ya es mucho decir.
Basta leer los últimos editoriales de El Comercio para comprobar el pobre nivel al que han llegado, pisoteando incluso sus principios rectores: la veracidad y objetividad. Es evidente que han tomado partido por el antifujimorismo, la postura políticamente correcta en un ambiente dominado por el progresismo y la caviarada. De hecho, El Comercio está hace rato en manos de estos sectores. Basta ver el abanico de columnistas que hoy gozan de espacio en un diario que tuvo mejores plumas en el pasado.
El editorial del domnigo (29/05/2016) titulado "Así son las cosas" es una vergüenza para la historia del periodismo peruano desde sus primeras lineas:
"Resulta difícil exagerar la gravedad de la cadena de revelaciones que comienza hace dos semanas con el descubrimiento de que el entonces secretario general (SG) de Fuerza Popular (FP) Joaquín Ramírez está involucrado en una investigación de la DEA".
El Comercio miente desde la primera linea sumándose al psicosocial montado por el propio Grupo El Comercio a través de uno de sus canales en el programa "Cuarto Poder". No solo exagera sino que miente. En ningún momento la DEA ha confirmado que investiga a Joaquín Ramírez. Todo lo que mostró de manera trucada y confusa el psicosocial de Cuarto Poder fue a un personaje sacado del lumpen de Miami declarando una barbaridad contra Keiko: que supuestamente JR le había dicho que Keiko le entregó 15 millones para lavarlos. Luego arman un pantallazo en las afueras de la DEA donde no se sabe lo que conversan. Se oye a la vocera decir que "hay una investigación en curso".
A partir de ese burdo montaje, los periodistas de Cuarto Poder (y ahora El Comercio) asumen que la DEA investiga a JR, dando a entender que también investiga a Keiko. Pero resulta que días después la misma DEA declaró, oficialmente por escrito, que no investiga ni ha investigado jamás a Keiko Fujimori. Eso solo bastaría para echar por tierra el burdo psicosocial de Cuarto Poder y El Comercio porque si la DEA no investiga a Keiko Fujimori, siendo el personaje principal del supuesto audio que el lumpen de Miami dice haber entregado a la DEA, ¿entonces qué investigación puede estar haciendo la DEA sobre el audio? Bastan dos dedos de frente para darse cuenta que todo esto es un burdo montaje para golpear la candidatura de Keiko. Ni la DEA investiga a Keiko ni lo hace con JR. Punto.
Luego apareció otro escándalo vinculado con un audio que pretendía probar que el lumpen contratado por Cuarto Poder para montar su psicosocial, es un personaje de dudosa reputación. Por alguna razón que aun no se investiga o no se quiere investigar, el audio apareció adulterado. Decisiones precipitadas como cerrar el programa que emitió el audio y la renuncia de un directivo han dejado que los autores del psicosocial de Miami salgan indemnes y dirijan el foco a la manipualción del audio, como si esa fuera la única muestra de periodismo torpe. Ahora resulta que José Chlimper, receptor del audio original y quien solo cumplió con entregarlo a la prensa, es el principal sospechoso de un montaje. Mientras tanto los angelitos de Cuarto Poder pasan piola.
Por todo esto el editorial dominguero de El Comercio no puede ser calificado más que de basura. Para colmo, el editorial llega a una linea en que dice; "Vale la pena dejar hablar a los hechos". ¿Y cuáles son los "hechos"? ¡Ninguno! ¡No hay hechos! Lo que hay es una seguidilla de suspicacias y chismes: "un ex cobrador de combi devenido en millonario que, por lo visto, no tiene cómo explicar su fortuna". ¿Esos son los hechos? Qué lástima da ver que El Comercio puede caer tan bajo permitiendo que un perfecto idiota escriba su editorial. El único hecho al que alude es la pérdida de documentos de la empresa de JR pero solo para echar dudas. ¿Es que a nadie nunca se le ha perdido nada en un taxi? Además se trata de documentos irrelevantes, que pueden ser recuperados, como ya se dijo. Pero para El Comercio solo valen las suspicacias, todas son suspicacias y mala leche. Acá el único hecho cierto es que el Grupo El Comercio está empeñado en una campaña de desprestigio de la candidata Keiko Fujimori recurriendo a los más bajos ardides.
No contentos con el editorial basura del domingo, hoy El Comercio repite el editorial, en lo que parece que será una saga a lo largo de la última semana previa a las elecciones. Ahora hacen una ligera variación: han pasado de la "grave cadena de revelaciones" a la "impactante cadena de revelaciones", para luego volver a mentir. Repiten el infundio de que Joaquín Ramírez está "implicado en una investigación de la DEA". Un infundio que no han podido probar pero que dan por cierto y repiten en sus editoriales sin pudor alguno, pisoteando sus "principios rectores". Ahora añaden que José Chlimper "está implicado" en una manipulación de audios sin que siquiera se haya dado una investigación del caso y dudando de las explicaciones dadas por este. Al final llaman "cínica" a Keiko Fujimori. El final de este editorial es de antología y pasará a los anales de la inmundicia de la prensa:
"El fujimorismo tiene un ADN inescrupuloso que trasciende los tiempos y los cambios. Le calza particularmente bien aquella expresión de Martín Fierro: “Si la vergüenza se pierde, jamás se vuelve a encontrar”. Y que, en fin, lo único que se ha vuelto transparente en toda esta triste historia es que el argumento de que la candidata es ella y no su padre ya no puede servir para ofrecerle tranquilidad a nadie".
Como se puede apreciar, el diario El Comercio es ya un partido político alineado en el antifujimorismo más recalcitrante sin ningún argumento, pues todo lo que ha exhibido son cuentos, chismes y sospechas. No hay una prueba de nada, absolutamente nada que sea una prueba o evidencia surgida de un documento oficial de una organización o institución, tras una investigación, nada. Absolutamente nada. Sus editoriales son palabrería barata sin sustento, una repetición mal redactada de los relamidos cuentos que circulan gracias a los psicosociales montados por el Grupo El Comercio. Una lástima que el diario que alguna vez fue el mejor del Perú haya terminado convertido en una inmundicia de la prensa caviar. Qué triste es afirmar que hoy El Comercio no sirve más que para limpiar las ventanas, recoger los desperdicios de las mascotas y envolver pescado. Porquería de diario.