Las huestes de la izquierda movilizaron anoche a todos sus partiduchos, colectores y ONGs para organizar una marcha contra Keiko Fujimori. Por supuesto, no pudo faltar la chibolería de las universidades, especialmente la PUCP, que salieron una vez más como tontos útiles de la izquierda y la caviarada. Era patético ver a tantos pulpines gritando consignas de las que sin duda no tienen ni la menor idea. Han sido adoctrinados en el odio por la caviarada y siguen al pie de la letra la biblia de la CVR. Hasta daba risa ver a pituquitas blanquiñosas gritando "somos hijas de las campesinas que esterilizaste".
En fin, todo ese circo patético de rojos, progres, caviares y pulpines tontos útiles dio otra manifestación de intolerancia, fanatismo salvaje y estupidez. Si no les gusta Keiko basta con que no voten por ella y punto. Así de fácil es la democracia. Pero el totalitarismo los vence. Es una pena ver que los jóvenes siguen siendo la carne de cañón de la izquierda, como lo fueron en los 70 y 80. No olvidemos que las universidades eran las canteras de los terroristas. Primero vimos a los jóvenes del Cusco coreando el lema de la UNSAC y anoche a los de la PUCP y otras. Hablan de memoria chicos que apenas han superado la mayoría de edad.
La democracia no se hace en las calles. Se equivocan quienes creen que con actos de amedrentamiento harán temblar al Jurado Nacional de Elecciones. Una pena oír a la chibolería y sus maestros, viejos rojos y comunistas conocidos, amenazando al JNE para que excluya a Keiko. La democracia se basa en la tolerancia, el debate de ideas y el voto. Algo que estos salvajes tienen que aprender. El Perú camina hacia el futuro, no hacía el pasado. Las historias jamás se repiten porque las condiciones nunca son las mismas. El Perú que hoy tenemos es muy diferente al que la izquierda trató de destruir en los 80. Esa es la parte de la historia que no le han contado a los pulpines.
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