Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
La escoria social de la izquierda volvió a aparecer nuevamente en el Cusco para agredir un mitin de Fuerza Popular. Pocos son los conductores de radio y TV que condenan estos actos demenciales con firmeza. Peor aun, algunos llegan a apoyar a estos salvajes. Es una lástima que la enfermedad mental del antifujimorismo siga vigente en generaciones de jóvenes que ignoran lo ocurrido en los 90 y que han sido adoctrinados con odios y mentiras. Es uno de los logros de la CVR que jamás tuvo como objetivo la reconciliación nacional sino todo lo contrario, alentó al antifujimorismo visceral.
Por otro lado, el proceso electoral sigue enturbiándose con más denuncias de candidatos que hicieron obsequios. Francamente esa ley que prohíbe a los candidatos hacer regalos es la mayor estupidez que han hecho estos congresistas. Es una ley hecha por piconería y con ganas de joder. No tiene otro fin que joder. Porque en realidad no sirve para nada más. Ahora resulta que si hoy hicieran la Teletón y un candidato se presentara a donar cien soles, mañana lo estarían denunciando y pasado mañana estaría fuera de la contienda electoral. Toda una imbecilidad que solo en un país de legisladores estúpidos puede ocurrir.
Llegar a una comunidad pobre llevando donativos es un acto de cortesía y sensibilidad. Cualquier candidato debe poder hacerlo, pues sería ridículo llegar a hacer solo campaña, en medio de gente a la que le hace falta apoyo. Al menos en las campañas esta gente puede recibir algo. Además ellos mismos lo esperan y lo exigen. No se puede llegar con las manos vacías. Me consta personalmente que para llegar a algunas comunidades andinas, hay que hablar con las autoridades comunales para que te permitan llegar, y ellos mismos te piden sacos de arroz, azúcar y otros víveres como condición. Incluso algunos te piden un "aporte" personal. Solo así se llega a esas comunidades. Esa es la realidad.
Esos obsequios en nada comprometen a los pobladores. Es ridículo pensar que con esos donativos se compran votos. Eso no es verdad, y es fácil comprobarlo. Nomás vean lo que ocurre ahora con este gobierno, que se ha pasado cinco años regalando por todos los pueblos, con la primera dama bajo toldos de colores y abrazos efusivos de la gente. ¿Acaso tiene los votos? Todo lo que han conseguido con esa estúpida ley prohibicionista es enturbiar más el proceso electoral. Y lo mismo se puede decir de la absurda ley de partidos políticos. Nunca hizo falta. No sirve para nada. Ni siquiera ha podido impedir los vientres de alquiler que siguen siendo usados conchudamente.
Todo lo que necesita el proceso electoral para que los trepadores no nos tomen el pelo es una ley electoral que exija cuatro requisitos básicos a los candidatos y partidos que desean competir.
Primero, que el candidato presidencial haya residido en el Perú los últimos diez años. No puede ser que haya gente que vive en el extranjero y tenga la concha de venir acá solo a candidatear, como han hecho Toledo y Olivera.
Segundo, que el candidato presidencial haya ejercido anteriormente algún cargo de elección popular. Que haya sido antes congresista, alcalde o gobernador. No puede ser que un improvisado quiera debutar en política siendo presidente. Eso es ridículo.
Tercero. que el partido político que presenta un candidato presidencial tenga alguna representación política en el Congreso o en varios municipios o alguna región. No puede ser que se estén usando clubes de Toby o vientres de alquiler que nadie conoce para que cualquier trepador sin oficio se presente como candidato.
Cuarto, que no se le pida firmas, pues eso no vale nada. Que se le exija un monto para inscribir su candidatura, por ejemplo, un millón de soles. Si es un partido organizado tendrá esos fondos con facilidad. Además todos necesitan financiamiento para candidatear, asi que no es mucho. No puede ser que cualquier saltimbanqui presente solo firmas. Hasta para participar en un campeonato de barrio se exige una inscripción con dinero. De este modo nos libramos de pelagatos como Pancho Diez Canseco y otros que no tienen dónde caerse muertos pero friegan el proceso electoral.
Con estos requisitos ya sería muy difícil que los saltimbanquis y trepadores salidos de la nada como Julio Guzmán y tantos otros traten de sorprender al país. Todo lo demás que han hecho en las leyes vigentes no sirve para nada. Y no lo digo yo sino la realidad y los hechos. Una lástima todo lo que está pasando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario